Mis heroes: Raoul Wallenberg

CRISTINA

28-10-2006

Voy a poner este post en dos partes porque no me cabe.

RAOUL WALLANGER

Solía exponer dos personalidades bien diferentes. La primera era la de una persona tranquila, graciosa, instruida y cálida. Sus compañeros de trabajo dan fe de ello. La segunda mostraba a una persona agresiva que no dudaba en gritar o hasta amenazar a los nazis en ciertas ocasiones, así como adularlos o sobornarlos en otras, según lo requirieran las circunstancias. Wallenberg los impresionaba y por lo general aceptaban sus demandas. Obviamente, uno de los motivos del respeto que le manifestaban era su condición de diplomático sueco, investidura que los alemanes no se atrevían a violar. .

Raoul se vio forzado a arriesgar mucho en una situación en la cual Budapest se estaba convirtiendo cada vez más en un campo de batalla. Llovían bombas y las tropas soviéticas se acercaban a los suburbios. La última vez que vi a Raoul Wallenberg (el 10 de enero de 1945) lo insté a que buscara refugio, especialmente debido al hecho de que los Flechas Gamadas, que eran los nazis húngaros, lo estaban buscando a él en particular. En mi opinión, se estaba arriesgando demasiado al continuar con su trabajo humanitario.

Su respuesta fue típica: "No tengo otra opción. He aceptado esta tarea y nunca podría regresar a Estocolmo sin el conocimiento de que he hecho todo lo humanamente posible para salvar la mayor cantidad de judíos."

Y continuó haciéndolo hasta que fue capturado, no por los nazis, sino por el ejército ruso. Existen diferentes versiones sobre el número de judíos que Raoul Wallenberg rescató en Budapest. Algunas fuentes le adjudican haber salvado 30.000 personas. De acuerdo con otras estimaciones, el número de personas que directa o indirectamente agradece a Wallenberg por sus vidas es de alrededor de 100.000. Sin importar cuál es la cifra correcta, Raoul Wallenberg es, sin lugar a dudas, uno de los héroes más destacados de la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, Wallenberg no regresó a Suecia como un héroe al finalizar la guerra. En cambio, fue detenido por las tropas soviéticas que marchaban hacia Budapest en 1945. El gobierno ruso ha declarado una y otra vez que está muerto. Sin embargo, numerosos testigos han declarado que Raoul Wallenberg está o estuvo vivo en algún lugar en una prisión soviética o en una institución psiquiátrica.

Raoul Wallenberg es o era miembro de una de las familias más prominentes de Suecia. Los Wallenberg le han dado a su país varias generaciones de importantes banqueros, diplomáticos y estadistas. El padre de Raoul Wallenberg, Raoul Oscar Wallenberg, fue un oficial naval, primo de los hermanos Jacob y Marcus Wallenberg, dos de los más conocidos financistas e industriales durante la mitad del siglo comenzando en 1930. Raoul nació el 4 de agosto de 1912, tres meses después de la muerte de su padre.

Eestuvo en contacto por primera vez con judíos que habían huido de la Alemania de Hitler. Las historias sobre la persecución nazi lo conmocionaron mucho. Quizás no sólo porque tenía una actitud muy humana hacia la vida.

A través de los contactos de Jacob Wallenberg en el mundo de los negocios, le presentaron a un judío húngaro, Koloman Lauer, quién dirigía una empresa de importación y exportación especializada en productos alimenticios.

Debido a que poseía un buen manejo de los idiomas y podía viajar libremente por Europa, era un socio perfecto para Lauer. A los ocho meses Raoul Wallenberg era uno de los más importantes accionistas y el gerente internacional de la empresa.

Sus viajes a la Francia ocupada, y a la misma Alemania, pronto le enseñaron cómo funcionaba la burocracia germana. También había realizado numerosos viajes a Hungría, dónde visitó a la familia de Lauer en Budapest. Hungría era aún un lugar relativamente seguro, aunque estaba rodeada por enemigos.

En la primavera de 1944 el mundo había amanecido y tomaba conciencia de lo que significaba "la solución final del problema judío". Información sobre los campos nazis de la muerte había empezado a llegar desde 1942, pero era considerada tan increíble que al principio no fue tomada en serio por algunos líderes aliados. En mayo de 1944 los aliados reciben las primeras versiones de testigos acerca de lo que realmente estaba sucediendo en el campo de concentración de Auschwitz.

Los planes de Hitler para la aniquilación de la población judía en los países ocupados por Alemania se hicieron públicos. Hungría, que había unido fuerzas con Alemania en la guerra contra la Unión Soviética -iniciada en 1941-, contaba con 700.000 residentes hebreos a principios de 1944.

Cuando los alemanes perdieron la batalla de Stalingrado en 1943, Hungría quiso seguir el ejemplo de Italia y pedir la paz en forma independiente. Hitler, entonces, convocó al Jefe de Estado húngaro, Miklós Horthy, y le exigió solidaridad con Alemania.

Cuando Horthy se rehusó a aceptar estas demandas, Hitler ordenó la ocupación de Hungría, la cuál comenzó el 19 de marzo de 1944. Pronto los trenes de deportación empezaron a llevar judíos húngaros a los campos de concentración de Auschwitz y Birkenau en el sur de Polonia. Allí los esperaba una muerte segura.

La evacuación de los judíos húngaros comenzó por el campo. Los judíos de las ciudades, en especial los de Budapest, sabían que su fatídico turno llegaría pronto. Desesperados, muchos de ellos buscaron ayuda en las embajadas de Estados neutrales. Las embajadas emitieron pasaportes temporarios para judíos que tenían lazos especiales con estos países.

Mientras tanto, el Congreso Mundial Judío celebraba una reunión en Estocolmo. El tema más importante en el orden del día era organizar una acción de rescate para los judíos de Hungía.

Solicitó autoridad plena para tratar con quién quisiese; aún sin necesidad de informar de antemano al jefe de la Legación. También solicitó se le permitiese utilizar el servicio de correo diplomático por fuera de los canales normales.

Su pedido era tan inusual que el asunto llegó hasta el Primer Ministro Per Albin Hansson, quien consultó con el Rey Gustav V antes de informarle a Wallenberg que se habían aceptado sus condiciones.

El tiempo corría en su contra. Cuando Raoul Wallenberg llegó a Budapest en julio de 1944, Adolf Eichmann -personalmente a cargo de la solución final en Hungría- ya había ordenado deportar a más de 400.000 judíos, hombres, mujeres y niños. Entre el 14 de mayo y el 8 de julio habían sido evacuados en 148 trenes de carga. Cuando Wallenberg llegó a Budapest, sólo quedaban 200.000 judíos en la capital.

Eichmann preparaba un plan para limpiar a toda la población judía de Budapest en un período de 24 horas. En un informe a Berlín, había escrito que "los detalles técnicos tomarían unos días."

Sorprendentemente, los alemanes aprobaron la detención de las deportaciones. La razón podría ser que durante ese período uno de los máximos líderes nazis, Heinrich Himmler, estaba comprometido en un juego muy arriesgado. Alemania perdía la guerra y Himmler creía que podría negociar una paz por separado con los aliados Occidentales. Quizás, su anhelo era mejorar su posición de negociación reduciendo la presión sobre los judíos. Mientras tanto, en Hungría, Adolf Eichmann esperaba una nueva oportunidad.

Wallenberg no recurrió a los usos y costumbres de la diplomacia internacional. Sorprendió a sus colegas suecos con métodos poco convencionales. Utilizó desde sobornos hasta amenazas. Cuando sus pares diplomáticos comprobaron el éxito de las gestiones de Wallenberg, se unieron a él con ahinco y dedicación.

En un comienzo Wallenberg sólo tenía permiso para emitir 1.500 pasaportes. Sin embargo, logró persuadir a las autoridades húngaras para que le permitieran emitir otros 1.000 y, a través de amenazas vacías al Ministerio de Relaciones Exteriores de Hungría, logró elevar la cantidad a 4.500 ejemplares.

Para cumplir con su misión contó con la ayuda de cientos de personas. Todos eran judíos, pero al trabajar para Wallenberg estaban exceptuados de lucir la Estrella de David. En agosto de 1944 el jefe de estado húngaro, Horthy, despidió a su primer ministro pro alemán y nombró al General Lakatos para sucederlo. La situación de los judíos mejoró sustancialmente. Debido a la presión diplomática, orquestada y ampliada por Raoul Wallenberg, Adolf Eichmann ya no podía "resolver el tema húngaro" tal como lo había planeado.

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El 15 de octubre, Miklós Horthy anunció que estaba buscando la paz por separado con los rusos. Pero, apenas finalizó su discurso radial las tropas alemanas tomaron el control de la situación. Horthy fue derrocado y reemplazado por el líder de los nazis húngaros, Ferenc Szálasi, líder de los "Cruz Gamada", tanto o más temidos que los nazis por sus crueles métodos en el trato de los judíos. Adolf Eichmann pudo así retomar su labor inconclusa.

Wallenberg debió retomar su lucha sin descanso. Con frecuencia fue testigo inoportuno de atrocidades. En muchos casos logró salvar a sus propios colaboradores judíos de las manos de los ejecutores. Sus únicas armas eran su coraje y su conducta inquebrantable.

Multiplicó las "Casas Suecas" hasta el número de treinta. Se trataba de edificios situados en el distrito de Pest, donde los judíos podían buscar asilo. Una bandera sueca ondeaba sobre la puerta de las viviendas, cada una de ellas declarada por Wallenberg como territorio sueco. En estos refugios llegaron a residir 15.000 personas.

Hacia el final de la guerra, cuando las condiciones eran totalmente desesperantes, Wallenberg emitió una versión simplificada de su pasaporte de seguridad, una página de mimeografía que sólo contenía su firma. En el caos prevaleciente hasta eso era útil.  

El nuevo gobierno nazi-húngaro anunció que todos los pasaportes de protección eran inválidos. Wallenberg no bajó los brazos. Conoció y sedujo a la Baronesa Elizabeth "Liesel" Kemény, esposa del ministro de Relaciones Exteriores. Con su ayuda logró reinstaurar la validez de los pasaportes.

Mientras esto sucedía, Eichmann comenzó sus brutales marchas de la muerte. Llevó a cabo su prometido programa de deportación al forzar a grandes contingentes de judíos a abandonar Hungría a pie. La primera marcha comenzó el 20 de noviembre de 1944. Las condiciones a lo largo de la ruta de 200 kilómetros entre Budapest y la frontera austriaca eran tan espantosas que incluso algunos nazis protestaron.

Miles de judíos marcharon en columnas sin fin, hambrientos y con grandes sufrimientos. Raoul Wallenberg permaneció con ellos continuamente, distribuyendo pasaportes de seguridad, comida y medicina. Se turnaba para amenazar y sobornar a los nazis hasta que logró asegurar la liberación de aquellos que poseían pasaportes suecos.

Cuando Eichmann comenzó a deportar a los judíos húngaros en trenes de carga, Wallenberg intensificó sus acciones de rescate. Mientras los vagones estaban detenidos en la estación, trepaba, corría sobres sus techos y entregaba pilas de pasaportes de seguridad a los ocupantes. En una ocasión soldados alemanes recibieron la órden de dispararle, pero estaban tan impresionados por el coraje de Wallenberg que descargaron sus armas apuntando hacia arriba en forma deliberada. Lejos de amilanarse, Wallenberg bajó ileso de los vagones y reclamó airadamente la liberación inmediata de los judíos que tenían pasaportes de seguridad para que regresaran a la ciudad junto a él.

Wallenberg buscaba desesperadamente gente que pudiera ser sobornada. Encontró un aliado muy poderoso en Pa´l Szalay, un oficial de alto rango en la fuerza de policía que también pertenecía a los Cruz-Gamada. Luego de la guerra, Szalay fue el único miembro de esa fuerza pro-nazi que no fue ejecutado. Por el contrario, fue liberado en reconocimiento por sus esfuerzos para proteger judíos ayudando a Wallenberg.

Durante la segunda semana del mes de enero de 1945, Raoul Wallenberg supo que Eichmann estaba por poner en práctica una masacre total de los judíos que vivían en el mayor ghetto de Budapest. La única persona que podía evitarlo era el General August Schmidthuber, comandante de las tropas alemanas en Hungría.

Szalay se encontró con Schmidthuber y le entregó una nota que declaraba que Raoul Wallenberg se aseguraría de que el general sería considerado enteramente responsable por la masacre y colgado como criminal de guerra al finalizar la contienda. La masacre fue cancelada a último momento como resultado de esta intervención.

Dos días después llegaron los rusos y encontraron 97.000 judíos vivos en los dos ghettos de Budapest. Junto a otros que pudieron evitar el exterminio, el número aproximado de judíos sobrevivientes se estimó en 120.000.

CRISTINA

28-10-2006

Qué le sucedió a Raoul Wallenberg?

El 13 de enero de 1945, soldados soviéticos se encontraron con un hombre que los estaba esperando, solo y parado junto a la entrada de un edificio en cuya fachada flameaba la bandera sueca. En correcto ruso Raoul Wallenberg le comunicó a un sorprendido sargento que él era el encargado de negocios sueco en las zonas liberadas de Hungría. Wallenberg obtuvo permiso para visitar los cuarteles militares soviéticos en Debrecen, al este de Budapest.

Salío de la capital el 17 de enero, con una escolta militar soviética. Junto a su chofer se detuvo en cada una de las casas suecas en donde se despidió de sus amigos. A un colega, el Dr. Erno Peto, le dijo que no estaba seguro de si era huésped de los soviéticos o su prisionero. Raoul Wallenberg pensó que estaría de vuelta en una semana. Nunca regresó.

Aún no se sabe si Wallenberg está vivo o muerto. Los mismos rusos dicen que murió en una prisión soviética el 17 de julio de 1947. Sin embargo, existen testimonios de muchos testigos que indican que todavía podría estar vivo.

Antes de discutir la detención de Raoul Wallenberg, debemos hacernos dos preguntas. Primero, ¿por qué quería contactarse con los rusos en Debrecen? Y segundo, porqué lo detuvieron.

En noviembre de 1944, Raoul Wallenberg había creado una sección en su departamento que, bajo su supervisión, delinearía un plan detallado de ayuda económica para los judíos sobrevivientes. Los rusos no tenían la misma actitud para con los judíos y probablemente eran incapaces de comprender a una persona que dedicaba todas sus energías a salvarlos De este modo, Wallenberg consideraba importante encontrarse con los comandantes soviéticos y explicarles sus planes futuros.

Posiblemente los soviéticos pensaban que el trabajo de Wallenberg tenía un motivo oculto. Y con seguridad sospechaban que era un agente estadounidense. También sospechaban de los contactos que Wallenberg tenía con los alemanes.

Wallenberg y su chofer Vilmos Langfelder nunca regresaron de Debrecen. De acuerdo con testigos confiables, fueron detenidos y llevados a Moscú. Fueron encerrados por la NKVD, la organización predecesora de la conocida KGB. Según el testimonio de testigos, Wallenberg y Langfelder fueron encarcelados en diferentes celdas en la prisión de Lyublyanka.

Tomó un tiempo antes de que la gente en Estocolmo se empezara a preocupar por la desaparición de Raoul Wallenberg. En una carta al embajador sueco en Moscú, el viceministro de Relaciones Exteriores Dekanosov declaró que "las autoridades soviéticas han tomado medidas para proteger a Wallenberg y sus posesiones."

Naturalmente, los suecos esperaban que Raoul Wallenberg volviera pronto a casa. Cuando nada sucedió, la madre de Raoul, Maj von Dardel se puso en contacto con la embajadora Aleksandra Kollontai, quién le dijo que podía quedarse tranquila pues su hijo estaba en buenas manos en la Unión Soviética. Por el mismo tiempo, la señora Kollontai le dijo a la esposa del Ministro de Asuntos Exteriores sueco Christian Gunther, que sería conveniente para Wallenberg que el gobierno sueco no armase un gran escándalo. Pero Aleksandra Kollontai fue retirada a Rusia y el asunto tomó un nuevo rumbo.

El 8 de marzo de 1945, la radio húngara controlada por los soviéticos anunció que Raoul Wallenberg había sido asesinado mientras se dirigía a Debrecen, probablemente por nazis húngaros o agentes de la Gestapo. Esto instó al gobierno sueco a tomar las cosas con cierta pasividad. El nuevo ministro de Relaciones Exteriores, Osten Undén y el embajador sueco en Moscú asumieron que Raoul Wallenberg estaba muerto. Sin embargo, hubo gente que no tomó seriamente el anuncio.

Muchos observadores han señalado que inmediatamente después de la guerra, Suecia tuvo una oportunidad para negociar la liberación de Wallenberg pero no la aprovechó.

En 1965, el Primer Ministro de Suecia, Tage Erlander, pronunció un discurso que está incluido en una colección de documentos sobre los esfuerzos para hallar a Raoul Wallenberg. Erlander declaró que todos los intentos para encontrar a Wallenberg directamente después de la guerra no los habían conducido a nada. De hecho, las autoridades soviéticas negaron en todo momento cualquier conocimiento del destino de Wallenberg. De acuerdo con Erlander, entre 1947 y 1951 no ocurrió nada nuevo que fuera de relevancia. Pero a medida que se empezaban a liberar a extranjeros de las prisiones Soviéticas, nuevos testimonios sobre la suerte de Raoul Wallenberg salieron a luz.

El 6 de febrero de 1957 los soviéticos anunciaron que luego de intensas investigaciones habían hallado un documento relacionado a la suerte de Wallenberg. El documento manuscrito declaraba que "el prisionero Wallenberg, que es conocido por ustedes, murió ayer a la noche en su celda." Estaba fechado el 17 de julio de 1947, firmado por Smoltsov, jefe de la prisión de Lyublyanka y dirigido al Ministro de Seguridad del Estado, Abakumov.

Los rusos dijeron en su carta a los suecos que desafortunadamente Smolsov había muerto en mayo de 1953 y que Abakumov había sido ejecutado a consecuencia de purgas realizadas en el ámbito de la policía de seguridad. Los suecos tenían muchas sospechas sobre la veracidad del documento, pero los rusos se aferraron a su versión.

De acuerdo con el testimonio de varias personas que estuvieron en prisiones soviéticas luego de enero de 1945, Raoul Wallenberg estuvo encarcelado durante los años 50. Por supuesto, esto contradice la versión del gobierno ruso.

Dos testimonios que el Ministerio de Relaciones Exteriores sueco encontró muy interesantes fueron utilizados como elementos para una carta al gobierno soviético por la cual se solicitaba que el tema fuera investigado nuevamente. La respuesta del Kremlin fue la misma que antes: Raoul Wallenberg murió en 1947. Tomando como base material adicional considerado confiable, el Ministro de Relaciones Exteriores Ola Ullsten envió una nota al Premier ruso Aleksei Kosygin a principios de los años '80. La respuesta fue la misma de siempre, Raoul Wallenberg había muerto en 1947.

¿Todavía está vivo Raoul Wallenberg? Durante 1980 hubo un creciente interés sobre Wallenberg en el mundo. En 1981 fue declarado ciudadano honorario de los Estados Unidos, en 1985 de Canadá y en 1986 de Israel. En todo el mundo existe una fuerte creencia de que todavía está vivo. Miles de personas han exigido su liberación del encarcelamiento ruso.

Luego de sus incomparables esfuerzos humanitarios, Raoul Wallenberg terminó siendo un prisionero de por vida, un destino cruel e irónico para un hombre que lo sacrificó todo para darle al prójimo una oportunidad de vivir en libertad. Pero en todo el mundo, la gente continúa rindiéndole homenaje como a un héroe, en reconocimiento por su valentía y esfuerzo a favor de los derechos humanos.

Lamentablemente, mientras se escribe este trabajo (noviembre de 1994) la comisión todavía no ha podido descubrir qué fue lo que realmente le sucedió a Raoul. En consecuencia, mientras no se haya comprobado su muerte, tenemos que asumir que todavía puede estar vivo en algún lugar de la antigua Unión Soviética.

AMO A RAUL

Wittmann

29-10-2006

Para quien quiera saber más sobre este Justo de la humanidad. [url]http://www.raoulwallenberg.net/[/url]

P.D. Cristina tienes que poner la fuente  :)

Wittmann

29-10-2006

No digo lo contrario pero > Lamentablemente, mientras se escribe este trabajo (noviembre de 1994)

indica que es un trabajo de hace años ¿es tuyo?.

Hiwi

30-10-2006

Bienvenida Cristina. Para mi también fue un hombre injustamente tratado, perdon, muy injustamente tratado.  :-[

Deleted member

30-10-2006

Notable. No entiendo cabalmente que motivaciones tendrían los rusos para eliminar a Wallenberg -aunque, ¿acaso han necesitado alguna vez motivacioners para eliminar a alguien?-.

No obstante, teniendo Wallenberg en cierta medida protección diplomática, los rusos tendrían que haber contado con una motivación seria para hacer lo que hicieron y no puras sospechas.

Por otra parte, sería interesante conocer si Wallenberg tendría intereses más que humanitarios para comprometerse tanto en la salvación de los judíos, siendo un funcionario sueco.

Resulta sorprendente saber que pese a que Wallenberg contrariaba a los altos funcionarios alemanes y contravenía las órdenes del NS y del régimen de Horthy, al parecer tanto húngaros como alemanes siempre respetaron su persona y su cargo, cosa clamorosamente no observada por los soviéticos, siendo Suecia un paìs tan neutral para el Reich y Hungría, como para la URSS. De cualquier manera, es interesante que el caso Wallenberg no despertara el mismo escándalo internacional que el de su compatriota Bernardotte. Porque eso de que posiblemente se encuentro vivo aún, es algo apenas creíble. Si está vivo, ¿que objetivo tendría ocultarse de la luz pùblica? En fin, todo eso me parece muy oscuro.

Muy interesante artículo, Cristina.

Deleted member

30-10-2006

Caray Sigel, que facilidad para encontrar el otro lado de las cosas, esto que no se me habia ni pasado por la mente parece ahora una pregunta tan evidente y con tanta relevancia...  :o

CRISTINA

30-10-2006

HE CONSEGUIDO QUE SIGEL DIGA QUE UN POST MIO ES INTERESAAAAANNNNNNTEEEEEEEEEEE....bbbbbbbbbiiiiiiiiiiiiiiieeeeeeeeeeennnnnnnnnnn voy mejorando..

Por cierto, LOS RUSOS SON UNOS CERDOS...he dicho.

Pero Sigel, hay gente que no tienes intereses de nada, simplemente es buena, ya se que cuesta trabajo creerlo, pero es asi.

Y muchos de los que escriben aqui, lo sacan de otro sitio y nadie les dice nada, pero yo me he encargado de buscarlo y deciroslo..

Ah aqui voy a poner a todos mis heroes, que habra de todas las nacionalidades, bueno a lo mejor lituanos no.........je je

Deleted member

30-10-2006

Ah aqui voy a poner a todos mis heroes, que habra de todas las nacionalidades, bueno a lo mejor lituanos no.........je je

Pues, adelante, Cristi: a mí me gustó el artículo de Wallenberg que posteaste porque la mera verdad, apenas conocía al personaje. Quizá propongas seguido otros artículos de personajes igualmente interesantes. Cuenta con mi participación. Saludos.

Deleted member

30-10-2006

Creo que debe hacerle caso, las fuentes deben colocarse. No importa que otros foristas lo hayan hecho mal.

Ya nos ha pasado otras veces que alguien viene a reclamar con toda razón que le copian sus escirtos sin citar la fuente y el autor. ¿Y que se supone que le voy a decir? "Es que aqui eso lo hacen muchos"... ¿No verdad?. Así que Cristina porfavor coloca tus fuentes, que además sirven como un recurso de investigación para el que quisiera profundizar.

Saludos cordiales.

Wittmann

31-10-2006

Por una vez discrepo un poco de Sigel, no creo que Wallemberg tuviera motivos ocultos, simplemente su altruismo fue lo que guio sus acciones, otros diplomáticos más de 30 hicieron lo mismo, aqui mismo en personajes yo mismo glose a Aristides de Sousa Mendes -podeis echar un vistazo  ;D-

Lo que me extraña de este personaje no es su desaparición en "la noche y en la niebla" si no que caido el comunismo en Rusia sigamos sin saber nada, triste y retorcida vida, el salva a los Judios y le matan los rusos, y a Bernadotte tambien diplomático y tambien Sueco, lo matan los Judios, la verdad es que la maldad está en todos los lados.

Unas imágenes de Wallemberg.

Arbol que lo commemora en el bosque de los justos

Recomiendo esta página a todos los negadores del holocausto  [url]http://isurvived.org/TOC-II.html[/url] muchos ayudaron a salvar a los hebreos ,incluidos nazis, es la demostración de la existencia del mayor crimen del siglo XX.

P.D. Yo pensaba glosar a los diplomáticos, veo que Cristina asume la tarea por mi comenzada  :D buena suerte.

P.P.D. Hiwi, estas nominado >:( :D

CRISTINA

31-10-2006

Bueno vale pondre la fuente...bueno pondre la pagina de donde lo copieteo. Ademas creo que en mi se nota perfectamente cuando he sacado una cosa de un sitio, y cuando escribo yo de mi cosecha. Pero si alguien quiere copietearme a mi, no me importa...juuasss juuuassssssssss juuauuusssssssssssss

Una cosa, que  yo no solo voy a poner diplomaticos, con lo cual, EL TEMA ES MIO, y no de Wittman....y no te pongas envidioso Witt.

Deleted member

31-10-2006

Por una vez discrepo un poco de Sigel, no creo que Wallemberg tuviera motivos ocultos, simplemente su altruismo fue lo que guio sus acciones, otros diplomáticos más de 30 hicieron lo mismo, aqui mismo en personajes yo mismo glose a Aristides de Sousa Mendes -podeis echar un vistazo  ;D-

Bueno, yo no dije que tuviera motivaciones ocultas, sino que a mí no me parecían muy obvias. Sin querer desmerecer la memoria del personaje, no fuera a pasar como con el mentado Schindler, que el cinieasta norteamericano Spielberg santificó en una de sus repoducciones filmicas y luego empezaron a decir que si era un borrachín, un mujeriego, un fullero y quien sabe qué chismes más, de manera que hoy día no se si se trató de un santo o de un charlatán, si salvó a todas esas gentes por altruísmo o por negocio. Bueno, fuera como fuera, lo principal es que las salvó, ¿o no?

Con saludos.

Wittmann

02-11-2006

Bueno, fuera como fuera, lo principal es que las salvó, ¿o no?

Por supuesto  ;)

Hoy navegando un poquitin, me encontré este interesante artículo de Eduardo Basz en La mañana de Cordoba -la Cordoba Argentina, asi que copio y pego.

Wallemberg, algo más que un justo

Eduardo Basz

Hay un tiempo para cada cosa: un tiempo para instalar el homenaje a las víctimas del Holocausto y otro a los justos entre las naciones. El destino de los justos es trágico. Wallemberg, algo así como un héroe kafkiano, salvó a 100.000 judíos de la “solución final” de los Lager, pero su vida se extravió en la noche y niebla del Gulag. Está considerado el héroe civil más importante de la Segunda Guerra Mundial y, por lo tanto, del siglo XX: el individuo que salvó más vidas a lo largo de la historia. Evitó la destrucción de los dos ghettos de Budapest, la colectividad judía más numerosa que sobrevivió a la catástrofe. “Nos salvo a nosotros pero no lo salvamos”, dijo hace poco Yosef Lapid, líder del partido israelí Shinui. Al finalizar la guerra, levantaron un monumento en su memoria en Budapest (la versión oficial es que había muerto), pero las autoridades soviéticas lo hicieron demoler.

Alexandra Kollontai, embajadora soviética en Estocolmo, le dijo a su madre que Wallemberg estaba en buenas manos y no tenía por qué preocuparse. Al mismo tiempo, le advertía a la esposa del canciller sueco que no sería conveniente hacer un escándalo con este asunto. Es toda una situación kafkiana: no se entiende la obstinanción soviética por mantenerlo encarcelado durante décadas y aferrarse a una “historia oficial” pueril, tampoco la pasividad del gobierno sueco en los primeros años de la posguerra y ciertas ambigüedades como las relaciones comerciales fluidas de SKF (propiedad familiar) con la URSS que le suministraba rulemanes a la Fuerza Aérea Soviética en plena Guerra Fría y, además, las definiciones de una Enciclopedia de la Academia de Ciencias de Moscú que mencionaba a la familia Wallemberg como “partidaria activa del fascismo alemán y enemiga del proletariado”. En 1948 fue candidato al Premio Nobel de la Paz y un año después un compañero en la Embajada publica el libro “¿Qué sucedió en Budapest?”.

Aunque Leopold Trepper lo menciona en sus memorias, el interés por su figura recién comienza a partir de los ’80. Empieza a ser declarado ciudadano ilustre de varias naciones: primero de los Estados Unidos (1981), después de Canadá (1985), luego de Israel (1986) y poco a poco se van agregando más países. En 1985, la miniserie Wallemberg lo instala en la opinión pública. En enero del ’89 se constituyó la Asociación Raoul Wallemberg de Hungría. Y en 1991 se formó la comisión ruso-sueca para investigar los archivos del sistema carcelario: encontraron 100 documentos referidos a su encarcelamiento, pero el misterio sigue abierto. De acuerdo con numerosos testimonios, hasta fines de los ’70 seguía encerrado en prisiones y hospitales psiquiátricos. ¿Ydespués?: en 1989, Helmut Kohll le pidió a Gorbachov que “libere a ese anciano”. En 1997 fue constituida en Buenos Aires la Fundación Internacional Raoul Wallemberg, con oficinas en Nueva York, Jerusalén y Caracas. Recientemente, lanzó la campaña mundial “100.000 firmas por 100.000 vidas” para “esclarecer definitivamente el destino de Wallemberg”. El petitorio será presentado al gobierno ruso y a la ONU. Existe el riesgo de que esto se convierta en el “caso Wallemberg”, cuando estamos hablando de un hombre excepcional que enfrentó a la bestia. Tenía una expresión idiosincrásica: se sobrentiende. ¿Qué quería decir esto?: llevar adelante una misión, cumplir un destino, algo relacionado con el sentido de la existencia. En vísperas de su “desaparición”, un amigo de la Legación lo insta a ocultarse porque las Flechas Gamadas estaban buscándolo. Pero su respuesta fue acerca del sobrentendido: “No tengo otra opción. He aceptado esta tarea y nunca podría regresar a Estocolmo sin el conocimiento de que he hecho todo lo humanamente posible para salvar la mayor cantidad de judíos”. Quienes capturaron y se ensañaron con Wallemberg no fueron los fascistas húngaros, ni la Gestapo sino la Smersh (contrainteligencia militar soviética). ¿Acusación?: espionaje y protección de los capitalistas fascistas húngaros. Pero eso tampoco está claro.

En marzo de 1944, Adolf Ecihmann llega a Budapest e instala su cuartel general en el Hotel Majestic.En julio llegó Raoul Wallemberg para hacerse cargo del Departamento Humanitario de la Legación. Hacía tiempo que los diplomáticos suecos se habían destacado por su seriedad y compromiso para rescatar judíos. Al llegar concertó una cita con Eichmann para cenar pero lo dejó plantado. Luego mantendría varios encuentros, en los cuales se jactaría de sus orígenes judíos. Lo cierto es que así como abundan los antisemitas también hay personas que tienen un respeto y un cariño especial por el pueblo hebreo. Wallemberg siempre estuvo vinculado con judíos. Trabajó en Haifa en la filial de un banco sueco, donde escuchó los primeros testimonios sobre las persecuciones del III Reich. Después fue socio de un prominente judío húngaro dedicado al comercio exterior de alimentos. Fue él quien lo recomendó al Congreso Judío Mundial y a la organización estadounidense War Refugee Board para la misión que estaban planificando en Budapest. El primer candidato fue el conde Folke Bernadotte, pero al ser rechazado por el gobierno húngaro surgió el nombre de Wallemberg, algunos dudaron que una persona de 32 años pudiera estar a la altura de la tarea.

Pero lo aceptaron y le inventaron un cargo diplomático: “primer secretario” de la Legación sueca en Hungría a cargo del Departamento Humanitario. Wallemberg, al parecer, estaba dispuesto a jugar de diplomático pero no a comportarse como tal. Envió una carta al canciller sueco diciéndole que no estaba dispuesto a aceptar que el protocolo y la burocracia pusieran trabas a su misión. Solicitó facultades especiales para tratar con quien quisiera sin necesidad de informar previamente al jefe de la Legación. También solicitó autorización para utilizar el correo diplomático fuera de los canales habituales. Un pedido tan irregular llegó rápidamente al primer ministro y al rey Gustavo V, quienes lo aprobaron. Wallember era un hombre excepcional pero no un hombre providencial. Antes de su llegada a Hungría, la Cruz Roja local había alquilado varios edificios en los que ponía carteles que decían Biblioteca Sueca o Instituto de Investigaciones Sueco que no eran otra cosa sino refugios para judíos. Lo primero que hizo Wallemberg fue diseñar pasaportes. Conocía bien a los alemanes: no se detenían ante nada pero tenían devoción por los sellos y los documentos. Así, creó los Schutz-Pass, algo así como pasaportes suecos pero en realidad eran papel pintado que de todos modos deslumbraban a los burócratas centroeuropeos. Eran azul y amarillo (los colores de Suecia), con las Tres Coronas y un montón de sellos con firmas. De esta forma, empezó su tarea de rescate. En un principio sólo estaba autorizado a emitir 1.000 Schutz-Pass, pero luego la Cancilleria húngara le permitió distribuir 4.500. También abrió 30 Casas Suecas, donde encontraron refugio 15.000 personas. En el Departamento Humanitario de la Legación tenía 370 empleados (todos judíos húngaros) y otros 700 vivían en el edificio. Un colega de aquella época recuerda su estilo poco diplomático. “Solía exponer dos personalidades bien diferentes. La primera es la de una persona tranquila, graciosa, instruida y cálida. La segunda mostraba a una persona agresiva que no dudaba en gritar o hasta amenazar a los nazis en ciertas ocasiones como adularlos o sobornarlos en otras, según lo requerían las circunstancias. Wallemberg los impresionaba y por lo general aceptaban sus demandas”. Hungría había tenido una población judía de 700.000 personas, pero cuando Wallemberg llegó en Budapest había 200.000. A pesar de la proximidad del desenlace de la guerra, Eichmann estaba dispuesto a acelerar la “solución final”, con la deportación completa de los ghettos de Budapest hacia Aschwitz y Birkenau. Entonces, Wallemberg se las ingenió para hacerle llegar al jefe de la Wermacht en Hungría una carta donde lo hacía personalmente responsable de este genocidio. Le advertía que al concluir la guerra él se iba a encargar de que lo juzgaran y colgaran como un criminal de guerra. Las deportaciones se paralizaron y dos días después entraron los soviéticos en Budapest. Encontraron a más de 90.000 judíos en los ghettos y otros tantos escondidos por ahí: 120.000 en total. Por ello se habla de Wa-llemberg como del héroe civil que salvó a 100.00 personas. El 17 de enero de 1945, él y su chofer fueron arrestados tras una reunión con autoridades militares soviéticas. Estuvo en Lubianka, en Gorki y otras cárceles. ¿Por qué y para qué?, nadie lo sabe, tampoco qué sucedió después. Es decir: un “desaparecido”. De esta manera, el héroe civil más importante de nuestro tiempo se convirtió en un héroe kafkiano.

Nonsei

02-11-2006

Bueno, yo no dije que tuviera motivaciones ocultas, sino que a mí no me parecían muy obvias. Sin querer desmerecer la memoria del personaje, no fuera a pasar como con el mentado Schindler, que el cinieasta norteamericano Spielberg santificó en una de sus repoducciones filmicas y luego empezaron a decir que si era un borrachín, un mujeriego, un fullero y quien sabe qué chismes más, de manera que hoy día no se si se trató de un santo o de un charlatán, si salvó a todas esas gentes por altruísmo o por negocio. Bueno, fuera como fuera, lo principal es que las salvó, ¿o no? Con saludos.

¿A qué te refieres? ¿Cuál pudo ser el negocio de Schindler?

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