Viento metalico sobre Alemania.

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22-07-2006

El mundo entero a querido ignorar el martirio que sufrió el pueblo alemán entre 1942 y 1945, un castigo de fuego y explosiones queno merecieron nunca. Desde mayo de 1940, fue bombardeada indiscriminadamente según un plan que se hizo sistemático en 1942.

El 10 de mayo de 1940, Neville Chamberlain, hombre que se negó al bombardeo de ciudades abiertas y a la utilización de bombarderos como arma terrorista, fue remplazado por Winston Churchill. Aquel día, tres aviones dejaron caer sobre Friburgo del Brisgau unas cuarenta bombas que acabaron con la vida de 22 niños, 13 mujeres y 23 hombres. Un Potez 63 fue divisado a la misma hora al oeste de Friburgo, pero ni la aviación francesa, ni la RAF reconocieron su responsabilidad en aquella matanza, de manera que, increíblemente, Hitler se vio acusado de haber ordenado el bombardeo sobre Friburgo.

Al día siguiente, el 11 de mayo de 1940, dieciocho aviones Whitley dejaron caer bombas sobre el Ruhr, matando e hiriendo mujeres y niños. El director del gabinete del ministro del Aire británico, J.M. Spaight escribió en su libro Bombing vindicated:  “Nos avergonzaba el efecto psicológico que hubiera podido resultar del hecho de haber tomado la iniciativa de aquellos bombardeos; por ello, nos abstuvimos de dar aquella gran decisión del 11 de mayo de 1940 toda la publicidad que merecía. Aquel silencio fue una treta.”

Dos días más tarde, 400 paracaidistas de la 22 División aerotransportada alemana quedaron cercados en Rotterdam, según el articulo 25 de la Convención de La Haya, tenía que considerarse como fortaleza a dicha ciudad. Un ultimátum dirigido el 13 de mayo al coronel holandés Scharroo, fue rechazado. Student, jefe de la 22 División aerotransportada, solicitó un ataque con bombas sobre la artillería enemiga. Antes de dar la orden, se dirigió un segundo ultimátum por parte del general Schmidt al comandante holandés amenazándole con un ataque a la ciudad. El plazo señalado terminaba el 14 de mayo, a las 15 horas. El día 14, a las 13:40, el coronel Scharroo hizo saber que enviaría un oficial acreditado para entablar las negociaciones. Simplemente era una treta para ganar tiempo, por creer equivocadamente que el Cuerpo Expedicionario británico iría en su ayuda. El general Schmidt llamó de todas formas al mariscal Kesselring para que anulara el ataque de forma provisional. Entonces, el Estado Mayor holandés declaró que la comunicación del general Schmidt era irregular, “puesto que no se precisaba su graduación exacta”. Se perdieron cuarenta minutos en palabras. Los bombarderos alemanes despegaron con rumbo a la ciudad con orden de dejar caer sus bombas sobre los objetivos previstos a menos que cohetes rojos les señalaran que la ciudad se rendía.

Al final, el capitán Becker, enviado por Scharroo, aceptó tomar conocimiento de las condiciones alemanas. Inmediatamente un caza alemán despegó con orden de dispersar a los Heinkel que llegaban sobre Rótterdam. El general Schmidt hizo lanzar igualmente cohetes rojos.

Por desgracia tan sólo se avisaron a tiempo cuarenta bombarderos y se soltaron la mayor parte de las bombas en el momento que ascendían los cohetes rojos. A las 15:30 el coronel Scharroo capitulaba y el general Winckelmann, jefe del Ejército holandés, le imitaba algunas horas más tarde.

Las misiones diplomáticas holandesas en Estados Unidos y Gran Bretaña se apresuraron a presentar el ataque como un “diabólico asalto contra una población civil sin armas y sin defensa”. Nunca ha dicho nadie nada acerca del ultimátum dos veces rechazado por el coronel Scharroo, las dudas sobre los poderes del general Schmidt y los esfuerzos alemanes para evitar la catástrofe. Los periódicos y las radios aliadas pretendieron que el número de muertos entre la población civil alcanzaba los 30.000. Según la investigación holandesa efectuada después de la guerra, fueron 980. Ni en Rótterdam ni sobre la gran ciudad industrial de Coventry se lanzó, en noviembre de 1940 una sola bomba incendiaria. En Coventry no hubo mas que 380 muertos. Aunque por supuesto, soy el primero que sé lo odioso que resulta comparar un crimen con otro.

Tras estos acontecimientos y sus conscuencias mediáticas, en abril de 1941, Göring le dijo a Hitler: “Creo que no tenemos tiempo que perder en los Balcanes. La única manera de imponer al Ejército yugoslavo una capitulación inmediata, es bombardear severamente Belgrado”. Hitler le contestó al Reichsmarshall: “¡Pero van a decir otra vez que somos unos bárbaros!”. El mariscal del Reich contestó tranquilamente: “Como lo han dicho ya, lo repetirán de todas maneras. Créame; tanto los yugoslavos como nosotros perderemos muchas mas vidas, si la guerra dura tres semanas mas, que las que costará el bombardeo”. Palabras muy propias del gordo ex aviador...

Así fue como se cometió el crimen de bombardear Belgrado: el gobierno de Belgrado acababa de firmar con la URSS el pacto de no agresión que levantó ampollas en Alemania. Hubo 1.700 muertos y mas de 7.000 heridos. Ocho días mas tarde capitulaba el Ejército yugoslavo y se proclamaba la independencia de Croacia. Los servios jamás olvidarán el bombardeo de Belgrado, que no añade nada de gloria a la Luftwaffe. Todo lo contrario.

Con respecto a este bombardeo, en un debate ante el Tribunal de Nuremberg el 11 de marzo de 1946, el fiscal general británico M.G.D. Roberts, preguntó al mariscal de la Luftwaffe Erhard Milch: “¿... Y el bombardeo de Belgrado?... Fue un asesinato, ¿verdad?”. El mariscal, conservando la calma en todo momento le dijo sin pelos en la lengua: “Ignoro las circunstancias de aquel ataque y no se si Belgrado era una plaza fuerte. Pero conozco otros muchos bombardeos sobre los cuales podríamos hacer idéntica pregunta, de la misma forma”.

No se puede ser mas claro, palabras cargadas de verdades ignoradas o encubiertas.

El 30 de marzo de 1942, el profesor F. Lindemann, consejero de la Bomber Command de la RAF, recomendó, en un comunicado que fue adoptado, que era preciso bombardear “las zonas obreras de cincuenta y ocho ciudades alemanas de mas de cien mil habitantes”. La matanza de la población civil alemana comenzó con la completa aprobación de Winston Churchill y a su entera satisfacción.

Alfred Fabre – Luce en “ La historia sin maquillaje escribe: “Emmanuel d, Atier que visitó a Churchill en Londres en abril de 1944, describe una escena penosa: “...Churchill y su cigarrillo puro me condujeron hacia una amplia habitación en la cual estaban alineados, igual que indicadores de madera, un valioso número de estereoscopios. Cada uno de ellos estaba dirigido a una ciudad de destruida de Alemania. Churchill me llevaba de uno a otro, obligándome a dar vueltas al ocular para que desfilasen ante mis ojos las imágenes en relieve de la pesadilla de Colonia, Dusseldorf o Hamburgo. Parecía excitado como si estuviese en un partido de fútbol. Rugía y celebraba las catástrofes, vanagloriándose a cada golpe.”

La Luftwaffe tenía varios oficiales con una mentalidad apropiada para dirigirla y contaba con gran apoyo del pueblo alemán. Desde el principio algunos aviadores alemanes habían instado al régimen nacionalsocialista a crear una importante fuerza de bombardeo estratégico. Pero en 1933-1934 al industria alemana no estaba en condiciones de llevarla a cabo. A pesar de todo al principio de la guerra la superioridad en todos los aspectos era alemana, tenían una fuerza de bombardeo más amplia y capacitada que la de sus enemigos. Pero la misión de la Luftwaffe limitó un posterior desarrollo hacia las necesidades de una guerra total. Sus objetivos según los manuales serían la conquista y conservación de la superioridad aérea, el apoyo estrecho al Ejército en lo referente a bombardeos tácticos y la inhabilitación del campo de batalla.

A pesar de lo que siempre se ha querido hacer creer, la Luftwaffe estaba mejor preparada en las vísperas de la guerra para el bombardeo estratégico que sus contendientes. Los informes que llegaron durante la Guerra Civil Española procedentes de la Legión Cóndor, confirmaron las dificultades que entrañaría el bombardeo estratégico desde el aire para acertar en los blancos... inmediatamente los alemanes se pusieron a corregir estos problemas. Al comenzar la guerra, la Luftwaffe ya poseía aparatos de radionavegación, aparatos para bombardear sin ver el objetivo y una fuerza de reconocimiento. La RAF no dispondría de estas capacidades y tecnologías hasta le año 42.

Mientras tanto en Inglaterra, en la década de los 20, Trenchard, el Jefe del Estado Mayor del Aire, se erigió en decidido jefe en defensa del bombardeo estratégico... hubo una serie de disputas para absorber la RAF, y diferentes planteamientos... partidarios declarados del bombardeo estratégico como Harris o Portal, pero otros como Dowding y Tedder, estaban dispuestos a estudiar otras posibilidades.

Creció en el seno de la RAF la idea de que varias incursiones sobre la población del país enemigo bastaría para doblegar a este... y claro, esto se convirtió en una de las características fundamentales del proceder británico durante la Segunda Guerra Mundial. Pero en 1939 aun se había profundizado poco en los aspectos tecnológicos que permitirían llevar a cabo una guerra de bombardeos estratégicos contra Alemania.

En los Estados Unidos proliferó la idea de que grandes formaciones de bombarderos fuertemente armados permitirían abrirse paso luchando en el espacio aéreo enemigo sin sufrir pérdidas inaceptables. Tal como sugerían sus manuales: “Las formaciones de bombarderos pueden ser derrotadas por perseguidores hostiles; pero con una formación constituida apropiadamente, pilotada de manera eficiente, estas derrotas se convertirán en las excepciones en lugar de la regla”.

Pero no se abogaba, a diferencia de los ingleses, por un bombardeo terrorista de la población civil, al contrario descubrieron que las economías modernas ofrecían puntos vitales: comunicaciones, electricidad, petróleo, los rodamientos de bolas... con cuya destrucción se podía paralizar el funcionamiento de la economía de guerra. A pesar de todo no cayeron en la cuenta de la fuerza que podía llegar a tener una economía moderna.

Por lo tanto podemos ver la premeditación de la RAF y sus mandos al crear una fuerza ofensiva destinada a atacar a los indefensos civiles alemanes.

En febrero de 1942, Arthur Harris asumiría la Jefatura del Mando de Bombardeo, en el momento justo en que parecía que se iban a esfumar las promesas de obtener resultados decisivos de la campaña de ataques desde el aíre. Sólo un hombre como éste, partidario al cien por cien de los bombardeos podía sostener la campaña. Era un adepto del machacamiento de las ciudades alemanas, nunca creyó en el bombardeo estratégico que propugnaban los estadounidenses. El efecto del bombardeo por “zonas”, a su modo de ver, dependía de la pura destrucción. Si se volaban suficientes ciudades, los alemanes se vendrían abajo. Una curiosa visión de la guerra, máxime cuando se pensaba que estas ideas permitirían evitar las grandes matanzas de la Primera Guerra Mundial, al permitir una rápida capitulación del enemigo.

Hacia 1943 se habían desarrollado en Inglaterra las suficientes innovaciones tecnológicas como para asestar golpes devastadores a Alemania, a saber: El aparato radiogoniométrico de navegación, Oboe; el localizador de blancos en el radar, H2S y el desarrollo y producción de los Lancaster a gran escala. Por supuesto que la Luftwaffe y los artilleros de los Flak pusieron todo su empeño y corazón en defender a su patria, prueba de ello es que el Mando de Bombarderos rozó la derrota muy cerca al perder no menos de 872 bombarderos durante la primavera de 1943. Pero con la introducción del sistema Windows desde julio del 43, que consistía en el lanzamiento de tiras de aluminio para confundir al sistema de radar alemán que reducían los sistemas alemanes de detección a la impotencia, todo volvió a cambiar... son las pruebas de una guerra a muerte en la que ninguno de los contendientes tuvo piedad.

Jamás durante el transcurso del Blitz, sobre las ciudades británicas, empleó la Luftwaffe, aunque pudo haberlo hecho, la táctica terrorífica de las bombas incendiarias, clave de los ataques terroristas sobre Alemania. La Luftwaffe y los V-1 y V-2 causaron en Gran Bretaña 60.227 muertos y 87.900 heridos en total. Nunca sabremos con exactitud las victimas de los crimenes aliados de 1940 a 1945. Se estima que fueron entre 750.000 y 1.000.000 de muertos y 2.000.000 de heridos. Unos 25 millones de alemanes quedaron sin hogar. Los aliados también pasaron a Francia por su lluvia metálica, dejando un balance de 67.078 muertos y unos 75.600 heridos. Calculen, mas franceses muertos por bombas aliadas que británicos por bombardeos alemanes. Es irónico, se mire como se mire.

El perfil de un asesino en potencia. Bomber Harris. El hombre que se enorgullecería de pulverizar a los indefensos civiles alemanes.

Los aliados calificaron aquellos asesinatos como batallas. Lo que la prensa británica llamó, por ejemplo, batalla de Hamburgo fueron una serie de bombardeos masivos que comenzaron el 20 de junio de 1942, siendo los más mortales y terribles los de 24 y 25 julio y agosto de 1943, que recibirían el nombre de Operación Gomorra, algo que me parece de un mal gusto palpitante, haciéndose ensalzar como dioses los propios británicos, que impartían su justicia divina sobre los malvados alemanes. La antigua ciudad de la Hansa se convirtió en una gran hoguera, favorecida aun más si cabe por la climatología calurosa y seca... se alcanzaron temperaturas de 527º, el aire supercalentado barría la ciudad a más de mil kilómetros por hora, algo sin precedentes en la historia. La desafortunada población no tenía defensa alguna. Sufrió cuatro bombardeos consecutivos que causaron más de 53.000 muertos, 160.000 heridos, y 800.000 personas quedaron sin hogar, el 75 % de las plantas eléctricas, el 60% del sistema de abastecimiento de agua y el 90% de las fábricas de gas resultó destruido.. La precisión de la RAF fue aterradora. Durante el segundo ataque del día 25 de julio del 43, la mayoría de los bomberos de la ciudad se encontraban en el norte de la población combatiendo los incendios del día anterior. El desastre no podía ser mayor... en ocasiones los equipos de rescate sólo encontraban las cenizas de las víctimas que trataban de protegerse del bombardeo.

Por suerte para el III Reich, la RAF no tuvo capacidad para lanzar un nuevo ataque de tal magnitud, de lo contrario, como Speer advirtió a Hitler, seis bombardeos como aquel podrían haber acabado con el esfuerzo bélico alemán... a raíz de ese desastre la Luftwaffe se rehizo y volvió a aumentar sus cifras de derribos durante el otoño.

Hitler afirmaría tras este ataque que “el terror sólo puede ser combatido con el terror”.... una frase que como podremos ver condicionó toda la estrategia defensiva alemana.

Colonia fue bombardeada, desde mayo de 1942, 262 veces, la ciudad fue casi borrada del mapa, arrasada: el 87 por ciento de los edificios fueron destruidos o quemados por un millón y medio de bombas incendiarias. El resultado fue de 160.000 victimas civiles entre muertos, heridos y desaparecidos.

Berlín sufrió sus peores bombardeos en agosto, septiembre, noviembre de 1943; junio, agosto, noviembre y diciembre de 1944; en enero, febrero, marzo y abril de 1945: en febrero de 1945 se produjo un bombardeo que dejó un balance de 27.000 muertos y unos 60.000 heridos. El número de muertos y desaparecidos en Berlín resulta imposible de calcular; en 1945 se calcularon unos dos millones de desaparecidos. Y decenas de millones de refugiados fueron muertos o heridos en Berlín.

Todas las ciudades importantes de Alemania fueron victimas de aquel castigo, de aquellos bombardeos indiscriminados, todas menos Heidelberg, pero no sólo sufrieron las ciudades importantes; decenas de otras ciudades fueron incendiadas o destruidas parcialmente. El 5 de septiembre del 43 Mannheim y Ludwigshafen fueron destruidas, el 4 de octubre acabaron con Frankfurt del Main, cuatro días después el centro de Hannover fue devastado en gran medida... Kassel, el día 22 del mismo mes sufrió uno de los bombardeos más eficaces de la historia, el 86% de los lanzamientos se contaron por aciertos. El día 26 de marzo del 44 Essen sufriría las bombas inglesas. En algunas regiones, ingleses y estadounidenses se encarnizaron de manera particular en paralizar los socorros, y en bloquear a los siniestrados de las ciudades alemanas: ello fue lo que provocó el elevado numero de victimas.

Centenares de millares de mujeres, niños, ancianos y refugiados fueron muertos, enterrados vivos o quemados desde fines de 1941 al mes de abril de 1945.

La respuesta por parte de la Luftwaffe, por deseo expreso de Hitler se centró en la fabricación e instalación de artillería antiaérea en las ciudades, básicamente en esto se basó la defensa alemana, que a pesar de contar con una tecnología superior a la inglesa al principio de la guerra, su sistema de defensa era claramente inferior en todos los sentidos. El Führer se obstinó en seguir con la táctica del Flak, a pesar de que al tratarse de bombardeos a gran altura el sistema de guía de tiro por radar era totalmente ineficaz.

Las réplicas alemanas fueron en muchas ocasiones ineficaces... como la línea Kammhuber, como la llamaron, que era un sistema de gran profundidad y muy avanzado, pero que fracasó al no serle otorgados los suficientes elementos defensivos... es decir, el Alto Mando alemán adolecía de cazas suficientes. Hitler no tuvo en cuenta la amenaza y no asignó suficientes recursos. Inconscientemente ordenó llevar a cabo ataques de represalia (como él los llamaba) para tratar de disuadir a los ingleses. En 1940 se contaba con  116 cazas nocturnos, al año siguiente contarían con 250, pero no pasaría de 345 en septiembre del 42. Ya a comienzos del 43 la línea Kammhuber se había visto desbordada por la RAF. Y ni esto, ni la destrucción del Rurh o la ya mencionada devastación de Hamburgo hizo pensar a los líderes alemanes en construir una adecuada red defensiva. Milch advirtió de la amenaza que se cernía sobre Alemania el día 30 de julio del 43... éste aumentó la producción de cazas, que debía alcanzar los 2.000 mensuales antes de mediados del 44.

La táctica que Hitler puso llevo a la práctica del ojo por ojo diente por diente hizo que se destinaran cuantiosos recursos a la producción de las V-1 y V-2 que realmente de poco servirían.

El inhumano esfuerzo realizado por todos, los desastres constantes, y las inmutables decisiones contrarias a lo necesario y menester de la decisión por parte del Führer hicieron que Jeschonnek, encargado de la defensa aérea del Reich, militar eficiente y tenaz trabajador al servicio de Alemania, en medio de fuertes presiones se pegara un tiro el día que se produjeron los bombardeos de la RAF sobre  Peenemünde y de la los estadounidenses sobre Schweinfurt, ante la terrible impotencia de no poder ayudar más a su patria, que se estaba verdaderamente consumiendo bajo las llamas de los bombarderos angloestadounidenses.

Hacia septiembre del 43 la Luftwaffe comenzó a tomar la medida a los ataques diurnos estadounidenses que tanto mal estaban haciendo sobre Alemania. Se concentraron los cazas monomotores disponibles en territorio germano... con lo que consiguieron debilitar la ofensiva diurna. Los Bf 110 volaban bordeando las formaciones de B17, fuera del alcance de su fuego defensivo podían reducirlos mediante el lanzamiento de cohetes. Los Bf 109 lanzarían ataques de frente y por detrás, para debilitar las formaciones de bombarderos. Mientras tanto, la disposición de municiones y carburante  por todo el Reich permitió aumentar el número de salidas sin tener que volver a las bases.

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22-07-2006

Pero a pesar de las grandes pérdidas sufridas por los aliados, los alemanes también sufrían un gran desgaste que los ponía ya al borde de la derrota.... las pérdidas de cazas, y sobre todo de pilotos experimentados pronto se dejarían notar con dureza. Por poner un ejemplo, en el año 1943 salieron 2.105 pilotos mensuales de las escuelas, las perdidas eran de 2.967...

Pronto comenzaron en Alemania las llamadas al fanatismo por parte de sus dirigentes. Goering tildaba de cobardes a los apurados pilotos, Hitler junto a este llamaba a abordar la defensa aérea con mayor fanatismo. El mariscal Kesselring, ya en marzo del 43 instaba a los aviadores a tomar como ejemplo a los japoneses, amenazando con consejos de guerra a los que no fueran suficientemente bravos y fanáticos.

El héroe de la primera guerra Mundial que se suicidó ante las presiones que le provocaron los incesantes desastres en el aíre de la Luftwaffe. Jeschoneck

La RAF sí salió escaldada en los encuentros sobre la capital,  que se llevaron a cabo de noviembre del 43 a enero del 44. Mientras en los primeros ataques se vio favorecida por la mala meteorología, que a la vez dificultaba la concentración de bombarderos, en el mes de enero las pérdidas de bombarderos alcanzaban la escalofriante cifra de 316 bombarderos,¡en un solo mes!. No obstante, el obstinado Harris estuvo a punto de perder su fuerza aérea al alargar la campaña sobre Berlín hasta marzo. Por que según el pensaba antes de los ataques sobre la capital: “Podemos demoler Berlín de un extremo a otro si la USAAF participa. Nos costará entre 400 y 500 aviones. A Alemania le costará la guerra”. Berlín era un blanco demasiado complicado, por la cantidad de defensas que había que superar, por la geografía de la ciudad, y la lejanía del mismo objetivo. Por ello hubieron de abandonar sus intenciones. El 24 de marzo, perdieron los ingleses 77 bombarderos cuatrimotores. Seis días después 108.

Debe quedar claro que los bombardeos angloamericanos no fueron un desfile... entre noviembre del 43 y marzo del 44 los ingleses habían perdido 1.128 aviones, nada más y nada menos. Los beneficios para los aliados fueron nulos.

Darmstadt fue bombardeado por denuncia de una mujer que vivía a las afueras de Londres, en el mismo edificio  que un teniente coronel de la RAF. Esa mujer, antes de la guerra, “en vista de las medidas antisemitas tomadas por los nacionalsocialistas”, abandonó Alemania. Explicó a su vecino que en Darmstadt había visto construir “una gran fabrica de aparatos ópticos para submarinos”; por tanto no comprendía que la ciudad no hubiera sido objeto de bombardeos masivos de la RAF. Sus ruegos fueron escuchados. En septiembre de 1944, los ingleses dejaron caer sobre la ciudad 286.000 bombas incendiarias y 200 bombas de 2.000 kilos. Todo el casco histórico fue destruido. Algo extraordinario sin duda. A la RAF solo le faltó abrir un departamento para que los ciudadanos expusieran los objetivos a bombardear. ¿Hacía falta destruir la ciudad?

Erhard Milch, el hombre que defendió a su país al ser acusado por bombardeos terroristas en Nuremberg y el que advertiría a Hitler y Goering de sus graves fallos de cálculo para con el poderío aéreo aliado.

El 4 de diciembre de 1944, la RAF ganó otra de sus “extraordinarias batallas” en Heilbronn, ciudad de 77.000 habitantes: 11.500 muertos y 45.000 heridos.

Los bombardeos de los angloamericanos sobre Dresde en febrero de 1945, provocaron, según cálculos de la policía y las autoridades municipales, 202.000 muertos civiles, en su mayoría mujeres y niños claro. Se lanzaron unas 650.000 bombas incendiarias que convirtieron la preciosa ciudad en un campo de ruinas devorado por las llamas. En muchos de los refugios del centro urbano y los barrios residenciales la temperatura subió a 800 y 1000º. Los que no morían quemados lo hacían abrasados. Por las calles salían bocanadas de fuego por las ventanas, era como una gran explosión volcánica. Las autoridades angloamericanas pretendieron hacer pensar que aquel bombardeo se realizó por petición de los soviéticos. Vaya tontería: Stalin quería Dresde intacto.

Dresde no era una ciudad industrial, ni mucho menos. Los aliados quisieron hacer pensar que la ciudad constituía un importante nudo ferroviario: las vías férreas apenas fueron alcanzadas y los trenes circularon tres días después del bombardeo. Aquella magnifica ciudad estaba poblada por 600.000 seres humanos, a los que se habían añadido 420.000 refugiados, mujeres y niños venidos del frente del Este. El partido organizó fiestas, ya que era época de carnaval, millares de niños que asistieron fueron sepultados bajo los escombros, las bombas o fueron carbonizados. Seguidamente fueron ametrallados por los  cazas americanos Mustang o convertidos en sopa por las bombas de hasta 4.000 kilos, arrojadas sobre el amplio parque, el Grosser Garten, donde pensaban encontrarse en seguridad. Un testigo suizo escribió mas tarde en un periódico de Zurich:

“Cansado de abrirme paso a través de los cadáveres, di vuelta atrás y quise atravesar el Grosser Garten. El espectáculo era todavía más horrible que en las calles: veía por doquier brazos y piernas arrancados, torsos mutilados y cabezas separadas de su cuerpo. Los cadáveres eran tan numerosos en algunos sitios que me fue difícil andar sin pisarlos.”

Se tomó como objetivo incluso un campo de prisioneros, el Oflag IV D., de oficiales franceses, las bajas fueron muy numerosas. Nunca se ha sabido cuantos fueron los heridos aquel día: ¿trescientos o cuatrocientos mil? Quien sabe. Las llamas se alzaban a diez metros del suelo, abrasaban los edificios que iban derrumbándose, los bomberos poco o nada podían hacer: casi todos murieron en la segunda ola de bombarderos. Solo cuarenta mil muertos pudieron ser identificados.

Cuando todo hubo terminado, un sin vergüenza comentarista de la BBC exclamó riendo: “¡Ya no queda en Dresde mas porcelana!”

Viktor Klemperer y su esposa Eva tuvieron suerte. Escaparon indemnes a ambos bombardeos y lograron atravesar el Elba y desde una colina pudieron observar la ciudad consumida por un mar de llamas, un infierno en cuyo epicentro la temperatura alcanzó los 1.000 grados centígrados.

Cuando llegó el día y comenzaron a hacerse las primeras valoraciones de la destrucción, se calculó que el antiguo centro había sido destruido en un 80%.

Pero el azote no había terminado. Pasado el mediodía del 14, miércoles, 311 fortalezas volantes norteamericanas bombardearon la base de unas columnas de humo que se elevaban a más de 4.000 metros. Si algo quedaba con vida, fue volatilizado, incluyendo los equipos de rescate y los pocos policías y bomberos que aún trataban de hallar supervivientes. Al amanecer el día 15, aquel océano de ruinas y cenizas constituía una auténtica tumba en cuyo centro, milagrosamente, aún se mantenía en pie la mayor joya arquitectónica de Dresde, la Frauenkirche, una maravillosa iglesia protestante barroca, en cuyo órgano había tocado Juan Sebastián Bach. Su torre, de 95 metros de altura, parecía desafiar las explosiones. Se la vio en pie por última vez a mediodía del día 15, poco antes de que otra formación de aviones americanos lanzara las últimas 461 toneladas de bombas.

Las casi 4.000 toneladas de bombas arrojadas sobre la indefensa ciudad durante 40 horas causaron una cifra de víctimas aún controvertida, minimizándose a 25.000 o ensanchándose por encima de 200.000.Las más modernas y ecuánimes investigaciones (J. Friedrich, F.Taylor y S. Lindqvist) sitúan la mortandad entre 35.000 y 50.000 personas. Entre los que se salvaron pudieron contarse los esposos Viktor y Eva Klemperer. Él se quitó su humillante estrella amarilla y ambos se confundieron con la riada de refugiados que se dirigían a otras ciudades pidiendo auxilio, sin nada en las manos, ni documentación siquiera. Regresaron a Dresde tras la guerra. Viktor recuperó su cátedra y vivió rodeado de prestigio hasta su muerte, en 1960, a los 78 años de edad.

Churchill ordenó personalmente la destrucción de aquella ciudad, igual que lo hizo con Colonia, Duisburgo y otras ciudades sin defensa. Había en Dresde un aeropuerto militar. Pero una veintena de cazas nocturnos recibieron la orden de no entrar en combate. Los pilotos, sentados en sus aparatos asistieron llorando de rabia a la matanza de sus compatriotas. El aeropuerto iluminado era un blanco perfecto para los bombarderos: ni una bomba cayó en medio de los Messerschmidt 110, ¡ni una!. Aquellas bombas eran exclusivamente para los niños refugiados del Grosser Garten.

En sus memorias de la II Guerra Mundial, Winston Churchill no muestra mucha emoción al recordar el criminal ataque: “En el último mes realizamos un fuerte bombardeo sobre Dresde, que entonces era el centro de comunicaciones del frente oriental alemán”

Tras los terribles bombardeos, un fotógrafo, Walter Hahn, tomó clichés de las hogueras humanas de mujeres y niños que se habían quemado allí mismo por miedo a las epidemias. Muchas de aquellas fotos se utilizaron después de la guerra para la propaganda de condena al nacionalsocialismo y presentadas como fotografías “de hogueras humanas en los campos de concentración nazis”.

Para salvar el honor de Gran Bretaña, hubo en Londres protestas, sin duda un poco tardías. Aquellos que abiertamente habían luchado contra la guerra, en las islas y en el Imperio, Johannes Vorster, Sir Oswald Mosley y sus camaradas, se encontraban en campos de concentración o en la cárcel: eran campos y cárceles democráticas, por lo que todo era perfecto. El 9 de febrero de 1944, el obispo anglicano de Chichester, George Bell, condenó los crímenes de Churchill y Roosevelt: “Si continuamos de esta forma, vamos a desencadenar contra nosotros el odio universal.” Churchill y Roosevelt no tuvieron ningún reparo en contestar con el masacramiento de 200.000 personas en Dresde. Siempre se ha puesto en duda esta cifra oficial, ¿quizás resulte un poco incómodo recordarlo?

Pero siempre quedarán estas palabras para recordar que al otro lado del Canal había también unos cuantos asesinos: Ni Churchill ni Harris se arrepintieron o mostraron el más mínimo pesar, y así el premier británico comentaba: “Ahora todo el mundo lo hace” en referencia a la matanza deliberada de civiles, añadiendo: “Es simplemente una cuestión de moda; como los vestidos, que en ciertas épocas se llevan cortos, en otras largos”. Como ejemplo del cinismo que practicaba Harris, se encuentra en la respuesta que dio a un policía de tráfico, que le paró por exceso de velocidad: “Podría haber matado a alguien” le dijo el guardia en tono recriminatorio, a lo que “Bomber” Harris respondió: “Muchacho, yo mato a miles de personas todas las noches”.

El bombardeo de Dresde, dijo crudamente lord Boothby, el 5 de mayo de 1963, “fue el peor crimen que Inglaterra ha cometido. Ella se colocó de esta manera a la par de los nazis”.

Antes que el obispo, un diputado laborista, R. Stokes, había preguntado en los Comunes, el 31 de marzo de 1943, si las poblaciones alemanas constituían para la RAF blancos predilectos. Stafford Cripps, ministro de producción aeronáutica, pronunció ante los especialistas del Bomber Command una conferencia que tituló: Dios es copiloto. “Dios – dijo – mira siempre desde la espalda de nuestros pilotos”, mientras van soltando sus bombas sobre los niños y mujeres alemanas. R. Stokes fue mas lejos en otras ocasiones, exigió en diciembre de 1944 su derecho a conocer “si los blancos de la RAF eran, a partir de entonces, de dieciséis millas cuadradas”. El gobierno no respondió bajo el pretexto de que se corría el riesgo de “informar al enemigo”.

En solo el año 1944, los angloamericanos descargaron sobre Europa y principalmente sobre Alemania mas de un millón setecientas mil toneladas de bombas. Persiguiendo dos objetivos. Primero paralizar el esfuerzo industrial alemán, cosa que consiguieron completamente a finales de 1944, cuando en el Ruhr no quedaba piedra sobre piedra. A partir de hay ya no hubo más aviones, ni más carros, ni más submarinos y sobre todo no hubo carburante.

El segundo objetivo era provocar en el pueblo alemán temor, para fomentar una revuelta, a partir de junio – julio de 1943. Los expertos angloamericanos afirmaron, en marzo de 1942, que las poblaciones alemanas se rebelarían lo mas tarde a finales del verano de 1943 y que impondrían una revolución espartaquista. Aquellos expertos en muchas ocasiones eran refugiados, estos no sabían nada del carácter del pueblo alemán: su voluntad triunfó por encima de todas las pruebas, sufrió pero aguantó. Se dejaron reventar por las bombas, conocieron la muerte de sus más queridos, pero incomprensiblemente no cedió hasta la muerte de Hitler. Podríamos citar millones de ejemplos de solidaridad y humanidad de los siniestrados. Ellos sabían tan bien como los soldados que se exigía la capitulación incondicional, pero no de Hitler, sino de toda Alemania, por ambos lados, Oeste y Este; resistieron hasta el final en condiciones infrahumanas. Fue una guerra en la que las mujeres y los niños sufrieron tanto como los soldados de primera línea, el pueblo alemán dio unas muestras de heroísmo y unión que merecen la admiración de todos nosotros.

Fue una lucha terriblemente desigual en la que resistió al terror, a la traición y a la revolución; su valor, su fidelidad y su unión hizo que el pueblo alemán consevara su honor y valentía intacto. Esto hoy parecen palabras vacías, pero son el reflejo de que Alemania se superó a si misma en aquellos días, y lo que hoy es motivo de vergüenza para los alemanes debería ser motivo de orgullo o al menos de respeto, ya que sus antepasados supieron superar lo insuperable. ¿Por qué se le esconde a los niños alemanes la férrea resistencia de sus abuelos y la hermosa comunión del pueblo alemán con la nobleza y el valor? El pueblo alemán formó un solo bloque. Una vez alguien dijo que “el alemán es capaz de grandes cosas”. El pueblo alemán descubrió que la voluntad podía triunfar. Hoy son una nación respetable, culta, han aprendido de sus errores.

El principal e insuperable obstáculo para la defensa aérea del Reich lo constituyó Hitler, con su falta de interés por la guerra aérea. No podemos olvidar sus palabras al respecto al afirmar que la destrucción de las ciudades alemanas “en realidad nos favorece, porque está creando un grupo de gente que no tiene nada que perder... gente que, por tanto, luchará con absoluto fanatismo”. En Alemania no se supo extraer la lección de la Batalla de Inglaterra en 1941, con lo cual la derrota quedó asegurada, al no poner a la industria aeronáutica al 100% y diseñar un efectivo sistema defensivo similar al inglés. La extensión de los frentes imposibilitaba cubrir a todos ni con las mínimas garantías. Alemania fue presa de una mala preparación de cara a una guerra de carácter mundial.

Estúpidamente las conquistas alemanas de 1940, que fueron detonantes de la mejora económica del Reich no fueron integradas al sistema económico del Reich, y se recurrió como diría el mismo Goering, cito textualmente: “En lo que a mi respecta, pienso en el pillaje de manera exhaustiva”. No se organizó jamás una guerra total, una economía de guerra total que les hubiera puesto un poco más cerca de la victoria.

Los alemanes, con la llegada de Milch experimentaron una gran mejora, pero no eran conscientes de lo que se estaba preparando en EEUU y también en Inglaterra, la superproducción de estos países, hizo que el hecho de que Alemania alcanzará la producción de 1263 aviones de caza pasará a ser una mera estadística. La superioridad aliada era terriblemente superior. Cuando Kammhuber propuso a Hitler la reestructuración completa de las defensas aéreas contra los bombarderos, el Führer respondió exigiendo que se le informara del origen de “estas cifras disparatadas, sí las cifras de producción aliadas fueran correctas, tendríamos que interrumpir la ofensiva en el este y concentrarlo todo en la defensa aérea”.

Siempre podrá juzgar a Hitler duramente por haberlo introducido en una guerra que no podía ganar. No al menos así.

El pueblo alemán fue aniquilado y culpado de todas las desgracias de la guerra que hicieron para seguir siendo alemanes. La imagen que puedan hacerse de Hitler es lo de menos, lo que no se puede permitir es que alguien humille a semejante pueblo y todos deberíamos rendir un homenaje a este valor que solo se pagó con insultos y tortazos. Yo desde aquí dirijo mi pequeño recordatorio para todos aquellos que cayeron en las ciudades y para el pueblo alemán en general, asimismo, declaro mi admiración por su coraje y manera de ser inconfundibles. Por eso dedico mi humilde trabajo a su memoria eterna. Esta nación de valerosos hombres y mujeres siempre podrá juzgar a Hitler duramente por haberlo introducido en una guerra que no podía ganar. No al menos así.

                                                                                      Karl H. Guderian

Galería de los horrores:

[i]Bombardeo de Colonia[/i]

Bombardeo de Dresde

Bombardeo de Hamburgo

Fuentes:

http://www.belt.es/noticias/2005/Febrero/21/dresde.htm

http://www.lainsignia.org/2002/agosto/int_028.htm

Micke Spick: Ases de Caza de la Luftwaffe. Editorial San Martín

Dresde. Frederick Taylor. Temas de hoy

Robert F. Dorr: US Bombers of World War Two, Arms and Armour Press, Londres, 1989

Admiral Sir Gerald Dickens: Bombing and Strategy. The Fallacy of Total War, Sampson Low

Air-Commodore L.E.O. Charlton: Britain at War. The Royal Air Force and U.S.A.A.F. From October 1944 to September 1945,

Anthony Verrier: The Bomber Offensive, Pan Books Ltd

Mel Rolfe: Looking into Hell. Experiences of the Bomber Command War

Deleted member

01-11-2006

Esperaba que surgiría debate en este artículo, y tengo que reconocer que el hecho de que no sea así me sorprende muchísimo...

Fug

01-11-2006

Karl, maravillosso articulo.

si tienes tiempo, no estaria mal dar un  repaso a los bombardeos combencionales sobre Japón, creo que hay si aplicaron la misma tonica los usa.

un saludo.

Wittmann

01-11-2006

Esperaba que surgiría debate en este artículo, y tengo que reconocer que el hecho de que no sea así me sorprende muchísimo..

Karl,  :-\ lo escrito queda, tal vez otro día alguien encuentre motivo de debate, pero las cosas son asi.

Deleted member

01-11-2006

No tengo mucho tiempo camarada la verdad y hoy por que era fiesta, por eso he estado por aquí bastante...

Witt, sólo expresaba una idea, lo digo por que normalmente estos temas dan que hablar, como parece que me compadezco de los alemanes y eso a mucha gente no le gusta... pues claro.

Glenn E. Duncan

01-11-2006

Muy buen artículo,de veras

como parece que me compadezco de los alemanes y eso a mucha gente no le gusta... pues claro.

???

Por cierto karl,me encanta como quedan las dos banderas juntas al final de tu firma

m1 garand

02-11-2006

Un gran artículo si,la guerra es la guerra.

Deleted member

02-11-2006

Witt, sólo expresaba una idea, lo digo por que normalmente estos temas dan que hablar, como parece que me compadezco de los alemanes y eso a mucha gente no le gusta... pues claro.

Quias nos esa compasión por el pueblo de Wagner nos guste a más de los que tu pienses, por eso no genera debate. Somos varios a los que nos gusta y a los que no quizas los han convencido, así que el artículo cumplio su misión. Bien ganada la Cruz!!!! :D

Deleted member

04-11-2006

Gracias Graf. :)

Deleted member

14-11-2006

Excelente relato sobre los criminales bombardeos sobre Alemania, tan criminales como inútiles:

  1. La moral alemana no se resquebrajó.

  2. La producción industrial no disminuyó. Es curioso contemplar como hoy en dia la industria química alemana se encuentra dispersada en la zona del Rin ( Colonia, Frankfurt..) y no concentrada en las grandes ciudades como ocurre en el resto de Europa.

3.Los alemanes se "adaptaron" a vivir bajo las bombas y a producir bajo las bombas.

Es curioso que los ingleses no aprendieran del mismo error cometido pore Alemania durante la "Batalla de Inglaterra".

Al final de la guerra el "asesino Harris" fue el único general que no ascendió a mariscal y fue recluido en unn "exilio" en Sudafrica. ( lo que prueba el sentimiento de culpabilidad de Inglaterra)

Es correcto señalar a Churchil como otro gran genocida del siglo XX, al nivel de Stalin o Hitler por mucha "simpatía" produzca, con su puro... ( lo que demuestra que sin duda era más listo)

MIGUEL WITTMAN

14-11-2006

Buchón, muy exagerado lo de Churchill.

Wittmann

14-11-2006

Coincido con mi "primo" Miguel No me simpatiza Churchill, pero no lo comparo con Hitler ni Stalin, creo que en este caso los matices son importantísimos.

Saludos, y bienvenido.

MIGUEL WITTMAN

15-11-2006

Llama la atención que a punto de acabar la guerra, se celebran elecciones en Inglaterra y Churchill pierde. El trabajo estaba hecho. Había ganado una guerra.

Glenn E. Duncan

15-11-2006

si,churchill no era un santo,pero de eso a genocida..

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