01-06-2006
la guerra vista desde una cámara
02-06-2006
02-06-2006
02-06-2006
02-06-2006
¡Espectaculares fotografías! Al mirarlas, parece como si el tiermpo se hubiera detenido para siemrpe en aquella pesadilla de la guerra de trincheras.
02-06-2006
Una pena,la gente que perdía tontamente su vida,pobres hombres a manos de oficiales incompetentes.
25-06-2006
La verdad es que la mayoría de las fotos son muy buenas.
25-06-2006
un documento fotografico muy interesante, llegaria a pensar alguno de aquellos soldados que apenas 20 años despues se desencadenaria una guerra mucho peor?
25-06-2006
O mejor aun ¿que pasará por la cabeza de uno de esos soldado? :-\
25-06-2006
lo mas seguro que les pase es -¿que hago yo aqui? o ¿porque hago esto?-
25-06-2006
Hace poco leí un testimonio personal de un soldado en el este que decía que te entraba un temor inexplicable que te atenazaba, que no te permitía pensar mas que en salvar la vida... :'(
25-06-2006
es completamente normal. aunque para comprender la vida de un soldado de trincheras, nada como "sin novedad en el frente"
26-06-2006
Como tratar de salvar la vida, ??? cuando tu superior te ordena subir la trinchera para el ataque, ver a tus compañeros caer a manadas y pensar que es cuestión de suerte poder salvarte y correr más que nadie para poder llegar a donde,apenas 400 metros adelante,en ese tiempo piensas que la muerte está cerca y que solo un milagro puede salvarte,...
26-06-2006
O mejor aun ¿que pasará por la cabeza de uno de esos soldado? :-\
Depende.
Después de varios días de estar agazapado en un refugio soportando el fuego de tambor de la artillería, si se está sucio, embrutecido, hambriento e insomne, a los pitazos de los suboficiales, todo el miedo y la impotencia puede agavillarse en un apretado haz de furia. El soldadao sale de su precario refugio con la voluntad de vender cara su vida.
Disparar. Lanzar granadas. Golpear con la pala, o con la culata. Matar para no morir. El soldado tiene la mente en blanco por la tensión y la fatiga. La conciencia se repliega a algún plano inaccesible, se contrae a una dimensión puntual. Sólo el instinto de supervivencia prevalece.
Lo malo viene después, cuando restablecida la calma, emergen los recuerdos y empieza el soldado a preguntarse por qué.
Lo peor eran los malditos muertos que se amontonan por todas partes, delante de la trinchera. Rígidos en las posiciones más grotescas, y luego el intolerable hedor a cadáver al que uno nunca se acostumbra.
Dicen que uno de los peores suplicios de la guerra es hacer guardia delante de los parapetos, bajo la lluvia o el cierzo, en medio de las tinieblas, cuando las lentas horas transcurren vacías, o llenas de pensamientos amargos. El soldado piensa entonces en la comida, en las mujeres, en los cigarrillos, o en su hogar, pero sobre todo anhela dormir, ¡oh, sí, dormir a pierna suelta, sobre la blandura de un colchón tibio en una cama limpia, sin la tortura de los piojos y la mugre!...
Pensamientos de soldados...
26-06-2006
Huamnidad:
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