El Vuelo del Poeta

leytekursk

16-01-2010

**Gabriele  D’Annunzio: el vuelo del poeta

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Introducción:

                Poesía y guerra, aunque parezca un contrasentido, vienen de la mano desde los orígenes de los tiempos. La gran mayoría de las obras literarias fundacionales de las más importantes culturas, son poemas épicos, en donde el poeta canta las hazañas de un héroe real o mítico que lucha por el bien en una guerra justa. La Iliada, la Eneida, La Chanson de Roland, Os Luisiadas, Mio Cid Campeador, etc. Son algunos ejemplos cercanos de ello.

              Si bien en estos casos, el poeta canta hazañas ajenas, con el devenir de los tiempos, será el propio poeta quien irá a la guerra. Cervantes  combate en Lepanto, Ercilla en América, Stendhal hace la campaña de Italia con Napoleón,  Lord Byron muere mientras luchaba por independizar Grecia del Imperio Otomano, en 1918, el poeta inglés Wilfred Owen cae abatido por un tiro en Francia, una semana antes del armisticio y durante la Segunda Guerra es famoso el caso de Antoine de Saint Exupery.

              En este mensaje pretendo revisar, en general, la participación del poeta italiano Gabriele D`Annunzio en la Primera Guerra Mundial, y en particular la planificación y ejecución de lo que en su momento se llamó “El vuelo del poeta”.   

Apuntes biográficos

Gabriele D’Annunzio nace en Pescara en 1863, en el seno de una familia acomodada. Desde muy joven destacó por sus dotes oratorias y literarias.  En 1889 publica su primera novela “El Placer” con un gran éxito de público y crítica. Es uno de los más importantes representantes del “Decadentismo” movimiento literario que seguía a Baudelaire y opuesto al Naturalismo. Publicó muchas obras, novelas, poesía y teatro todas con gran éxito. Era el preferido de la aristocracia italiana, un poeta de corte, querido y famoso. Algún crítico lo definió como un “Nietzche sensual”. También incursionó en la política, ejerciendo varios cargos de elección popular.

Gabriele D`Annunzio

           

La guerra

                        El inicio de la guerra sorprende a D`Annunzio en Francia, adonde había tenido que huir por importantes deudas contraidas en Italia por su fastuoso nivel de vida. De inmediato inicia una vigorosa campaña para el ingreso de Italia en la guerra en ayuda de Francia, apelando a una “hermandad de los pueblos latinos”.

El 30 de septiembre de 1914, en el periódico “Journal” publicó un extenso discurso bajo el título “Llamado a los italianos” del cual reproduzco un fragmento:

  “Para Italia, no se trata sólo de reconquistar, con la curación de su pulmón izquierdo, la plenitud de su respiración. Tanto para Italia como para Francia, como para nuestros hermanos de Dacia Trajana, como para toda nación de cultura Mediterránea, se trata de combatir una suprema batalla contra una inminente amenaza de esclavitud y de exterminio. Esta guerra no es un simple conflicto que puede ser pasajero, diverso o ilusorio. Es una lucha de razas, una oposición de potencias inconciliables, una prueba de sangre, que los enemigos de la gente latina hacen de acuerdo a la antigua ley del hierro”.

                  A principios de mayo, el poeta ya puede volver a Italia, en donde continuará con mayor intensidad su campaña en pro de la guerra.

    “Si se considera un crimen el incitar a la violencia a los ciudadanos, yo me vanagloriaré de tal crimen, yo lo tomaré sobre mí, solo. Si en lugar de alarmas yo pudiera arrojar a los resueltos, armas, no titubearía; ni siquiera me parece que tendría remordimiento”.

                  Por fin, el 23 de mayo Italia declara la guerra al imperio Austro-húngaro y por, supuesto, el poeta solicita su inmediato enrolamiento como voluntario.

                                Lo anterior, ponía en serios aprietos al gobierno italiano, D`Anunzzio era un personaje público muy querido y no se le podía arriesgar en acciones de guerra, pero por otro lado, negarle la solicitud a semejante patriota les habría acarreado las penas del infierno ya que la hábil y acerada lengua del poeta no les daría tregua.

                              Luigi Cadorna, Comandante Supremo del Ejército le sugirió que participara como observador en la línea de frente con el fin de que una vez terminada la guerra pudiera escribir sobre sus experiencias, pero eso no era lo que el poeta esperaba.

              D’Annunzio se dirigió entonces al Presidente del Consejo de Ministros Antonio Salandra: “Es la pimera vez que yo pido algo al Gobierno de mi país, y no pido sino servir…”

       

                  Tras muchas insistencias y presiones, por fin, el 19 de junio se publica el Boletín con su nombramiento con el grado de teniente asimilado a los Lanceros de Novara y destinado al Cuartel General del Duque de Aosta. El mismo documento nombraba también a otro voluntario muy famoso en aquellos años, el ingeniero e inventor, Guillermo Marconi.

                            *“Eramos dos soldados de Italia. Su Ciencia y mi Poesía se habían convertido en instrumentos de guerra, quizas, en combativas promesas de victoria… Aún cuando la ciencia tenga un poder universal, aún cuando la poesía esté destinada a todas las almas, nosotros nos sentíamos hombres de nuestra tierra, hombres de nuestra estirpe, devotos de una sola idea, soldados de una única Italia.”

                  La guerra del poeta había comenzado. Y D’Annunzio quiere acción inmediata, la marina italiana estaba bastante activa por lo que se embarca como marino voluntario en el caza-torpedero “Impávido” para una acción de patrullaje ofensivo en el Adriático, pero no logran dar con el enemigo. Participa luego en acciones de minado de la bahía de Panzano sin mayores novedades. Luego de la guerra sabría D’annunzio que su nave estuvo dos veces en la mira de los submarinos enemigos.

**Un primer ensayo; el vuelo sobre Trieste

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A fines de julio de 1915 En Venecia D’Annunzio entabla amistad con Giussepe Miraglia, comandante de la unidad de Hidroaviones de Venecia. D’Annunzio solicita autorización, para volar sobre Trieste con el fin de lanzar volantes con un mensaje de aliento a los soldados italianos que allí combatían sitiados por el enemigo. (D’Annunzio era un experimentado piloto). Su solicitud es rechazada. El Almirante Cutinelli, comandante de la plaza de Venecia consideró que era un riesgo demasiado grande para el poeta en una empresa que, para ese entonces era considerada audacísima.

          El poeta se indignó y de su pluma nació otra vehemente carta para Antonio Salandra de la cual cito algunos emocionados fragmentos:

                *“Usted sabe que toda mi vida he esperado esta hora. Habiendo vivido con tristeza y con ira en un pueblo al que no le importa la Gloria, he aquí que finalmente asisto a un milagro que responde a mi implacable espera. El cielo mismo de Italia se ha convertido en Gloria. La hora de los grandes hechos ha sonado para este pueblo, la hora de mi sangre ha llegado para mí. Hasta hoy yo no he podido componer un poema, ni una estrofa ni un verso. Tengo horror del trabajo inmóvil, de la pluma, de la tinta, del papel, de todas estas cosas convertidas hoy en vanas. La fiebre de la acción me devora. El peligro es el único Dios relampagueante a quien me place consagrar mi poesía inexpresada...

            ¿Cómo es pues, posible, a propósito de mí, hablar seriamente de “vida preciosa”, del “deber de no exponerse”, y de semejantes lugares comunes?... Yo no soy un literato de estampa antigua en bata y pantuflas. Yo soy un soldado, he querido ser un soldado, no para entrar al café y sentarme a la mesa, sino para hacer lo que hacen los soldados. Le ruego, le suplico, mi grande y querido amigo: escúcheme. Tenga paciencia en leerme, se trata de mi sola razón de vivir hoy.... Quereis salvar mi preciosa vida, me estimáis como un objeto de museo, de conservar en tapices y sedas... Estoy humillado y descorazonado. Mi energía y mi fe se han roto como bajo un golpe traicionero, le suplico amigo, haga que ese veto odioso sea levantado, es para mí una cuestión vital y no se trata de deseo de morir sino de razón de vivir... Deje que yo ame a mi patria enteramente, no permita que se debilite mi fuerza ni que se pierda mi fe...”*

                  La prohibición fue levantada, y el vuelo sobre Trieste se realizó el 7 de agosto de 1915. El avión conducido por Miraglia y con D’Annunzio en el puesto del bombardero,  partió de Venecia a las 15:30 horas. Luego de una hora de vuelo, estaba sobre Trieste. Fueron lanzados los mensajes encerrados en saquitos impermeables y numerosas banderas italianas. También se lanzaron bombas sobre el arsenal enemigo y otros puntos de interés militar. A las 18:25 hrs. El avión estaba de vuelta en Venecia con los dos aviadores incólumes. El volante arrojado sobre la ciudad decía:

      “¡Animo y coraje!  El fin de vuestro martirio está próximo. El alba de la gran alegría es inminente. Desde la altura de estas alas italianas, que guía el valiente Giuseppe Miraglia, arrojo a vosotros en prenda, este mensaje de mi corazón”.

                          Durante el vuelo el avión fue atacado por la artillería antiaérea enemiga. Un fragmento de metralla se incrustó en la madera de la carlinga a un par de centímetros del codo del poeta. D’Annunzio extrajo y conservó este trozo de metralla como un talismán de buena suerte.

            El primer vuelo del poeta había finalizado con éxito, vendrían muchos más, pero en la cabeza del poeta rondaban ideas aún más audaces.

DÀnnunzio y Miraglia en tenida de vuelo

        Continuará

             

                             

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17-01-2010

Accidentes

DAnnunzio y Miraglia repitieron sus vuelos sobre distintas ciudades, siempre arrojando proclamas patrióticas. El gobierno austríaco, molesto por la situación, ofreció una recompensa de  20.000 coronas por la captura de DAnnunzio y se emitieron a los cazas austríacos especiales instrucciones y premios por su derribo.

               El Ministerio de Guerra  italiano percibió entonces la formidable fuerza moral que representaba D`Annunzio para el país y para el ejército. En base a eso y,  a pesar de haber sido designado originalmente como un oficial de caballería, se le permitió ser aviador, marinero, infante, portavoz oficial, etc. El poeta se había ganado el respeto y la admiración de sus compatriotas y aún de sus enemigos.

                       En su mejor momento como soldado, el poeta recupera la inspiración y conmovido por la situación del pueblo servio, publica en el Corriere de la Sera en noviembre de 1915, su “Oda a la nación Servia”. La tragedia de este pueblo fue realmente terrible. La nación servia fue atacada por un triple ejército: búlgaro, austriaco y alemán y estaba siendo destrozada. Ante esa catástrofe que hería a un pueblo heroico, el poeta lanzó su oda toda estremecida de amor por aquel pueblo, resaltando a sus héroes nacionales y llevando implícita la promesa de liberación y de revancha.

                         D`Annunzio y Miraglia habían conseguido autorización para volar sobre Dalmacia y lanzar octavillas sobre Zara. El vuelo estaba proyectado para fines de diciembre. Pero la desgracia lo impidió. El 21 de diciembre, mientras Miraglia realizaba un vuelo de prueba, el avión tuvo un fallo de motor precipitándose a tierra, falleciendo el valeroso piloto.

                          El dolor, el desgarramiento por la pérdida de su querido camarada fue enorme.  D`Annunzio llora desconsolado junto al féretro y solicita el honor de despedir sus restos. Con la voz quebrada por la emoción el poeta declama:

                    *“Tengo que arrancar las palabras de mi corazón oprimido. El hermano me mira. Hoy aquí, en esta fosa silenciosa, en presencia de este hermoso cadáver silencioso, recogemos su ejemplo. En aquel frágil cuerpo moraba un espíritu invicto, una voluntad férrea. En silencio, más aún, en secreto, él cada día hacía el ofrecimiento de su vida a la patria. Esta completa entrega de sí mismo, en su más veraz simplicidad nos enseña. Ël deja un legado a los soldados de Italia, y este legado será nuestra bandera de lucha...

   ¡Oh hermano, hermano generoso, a lo menos me sea dada la gloria de alcanzarte con tus mismas alas y repetirte, este nuestro amor, que tu sabías tan dulce, este nuestro dolor que nosotros no sabíamos tan grande! No digo adiós, contigo estamos, con nosotros te quedas, con nosotros vencerás y por ti cumpliremos tu voto y el voto de todos nuestros héroes caídos.

                  Ahora, la muerte que debía tomar a ambos, sólo tomó a uno, a uno sólo, faltando al pacto, faltando a la promesa, contra el ofrecimiento, contra la justicia... contra la Gloria.”*

Giuseppe Miraglia

                 

        Retomó DAnnunzio sus vuelos con mayor energía. Alternando bombas sobre los enemigos y mensajes patrióticos sobre las tropas italianas. El 15 de enero de 1916 mientras efectuaba un nuevo vuelo sobre Trieste, su hidroavión, atacado por un caza austriaco y afectado por fuego de fusilería de tropas terrestres, fue obligado a efectuar un amarizaje de emergencia en las cercanías de Grado. El fortísimo golpe contra el mar lanzó a DAnnunzio de bruces contra la ametralladora de proa golpeándose fuertemente el ojo derecho. Durante algunas horas estuvo casi ciego. Trató de ocultar y minimizar sus heridas, le avergonzaba su situación. Limpió su sangre, secó sus ropas y al día siguiente, con el ojo terriblemente inflamado ya estaba volando nuevamente.

              Continuó volando hasta que el dolor se hizo insoportable y tuvo que resignar su voluntad a los médicos. El diagnóstico fue lapidario: infarto emático subcoroidal, desprendimiento de retina, enturbamiento del cuerpo vítreo y otras afecciones secundarias. La visión del ojo lesionado estaba perdida y todos los esfuerzos médicos se centraron en salvar el ojo izquierdo. Lo más terrible para el poeta fue el reposo absoluto que debía mantener durante al menos tres meses.

   La inactividad le desespera, el poeta cae en una profunda depresión. En una carta a su amigo Oreste Salomone le expresa:

               *“Algunas veces desespero por recuperar las fuerzas, tan exhausto me siento... El ojo está perdido. ¡No importa! ¡Basta con uno! El cíclope es valiente en cualquier empresa.. ¿Dime tú si personas como nosotros podemos vivir sin una razón heroica para vivir?

                     Hacia mediados de agosto de 1916, el poeta ya está medianamente recuperado, pero la ciencia médica le asesta un golpe definitivo. No puede volver a volar a riesgo de perder la visión completamente. Pero D`Annunzio desoye los consejos de médicos y amigos y vuelve a volar.

   Se reintegra a su unidad en Venecia y participa en el bombardeo que se efectúa sobre Parenzo el 13 de septiembre.

     D`Annunzio recuerda así ese vuelo:

          *“Conducía el segundo grupo de bombarderos navales. Luis Bologna era mi piloto. El borde de la barquilla a mi derecha estaba libre adrede. Tenía tomado entre mis piernas un manojo de cuatro bombas para arrojarlas con las manos. Puse contra el altímetro, el pronóstico de la repentina ceguera. A partir de los dos mil metros de altura, hice, alternativamente, la observación oftálmica y la humareda para mantener reunido el grupo demás de mi llama azul. A los tres mil metros veía. A tres mil doscientos metros, veía. El piloto se daba vueltas  hacia mí frecuentemente con una actitud preocupada. Mediante gestos le daba a conocer el resultado de mis observaciones. El grupo, de cabeza en la oscuridad habíase desviado hacia Ravigna. Llegué el primero sobre la plazoleta de la batería antiaérea. Reduje la altura del ataque y mi piloto, Luigi Bologna, bajó a mil seiscientos metros, mediante una maniobra de la más arriesgada elegancia, entre zonz y zona de tiro. En el brusco cambio de presión, todavía veía. Quité las espinas de mis bombas que tenía entre las piernasy traté de reducir a silencio al enemigo... Cuando aterrizamos, me pareció que mis jóvenes compañeros que esperaban, al levantarme sobre sus hombros, me devolvieron a la cima de mi juventud... Había renacido. La fecha de mi renacimiento fue el 13 de septiembre de 1916 “.

               Su médico tratante, el profesor Albertotti, lleno de estupor y de admiración, le escribió después en los siguientes términos:

     “La así llamada ciencia me había dicho que toda vez que usted se hubiera elevado en ascenso a una presión atmosférica más baja que la normal, habría descendido ciego... observe bien que estos temores se fundaban en experiencias y antecedentes plenamente comprobados y, hasta aquí, no desmentidos. Ahora que su milagrosa inmunidad sea al temple diamantino de su organismo o a la pasión que eleva a los hombres por sobre su naturaleza... no lo sé. Sólo sé que su caso señala una vez más, la incertidumbre de la ciencia.”

       Pero la venda que su ojo herido le obligaba a llevar le resultaba una molestia para volar y una seria limitación a sus funciones como observador-bombardero. Mientras se producía la curación definitiva, el poeta solicitó y le fue concedido, el traslado a una unidad de infantería. Se iniciaba una nueva etapa en la guerra del poeta.

Maurice Farman MF 11 avión que utilizaba habitualmente D`Annunzio en sus incursiones

Continuará...

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19-01-2010

El poeta en tierra

    D’Annunzzio  fue destinado a la 45ª División de Infantería que estaba formada por las brigadas Trapani, Toscana, Lombardía, Aosta y una brigada de Bersaglieri. Al Poeta se le encomendaron las funciones de enlace entre las brigadas y el Comando General de la División, pero durante los violentos combates que siguieron, se incorporó activamente en la brigada Toscana.

                          Esta brigada tuvo una destacada participación durante la octava batalla del Isonzo (9-12 de octubre). D’Annunzio participó activamente en las acciones. En medio del combate, un obús de 305 mm. dio de lleno en la carpa en donde el coronel del 78 regimiento daba instrucciones a sus oficiales. El impacto mató y despedazó a todo el grupo de oficiales, manchando y destrozando la bandera del regimiento. Un conmovido  D’Annunzio se encargó de recoger cuidadosamente los fragmentos de esta bandera para conservarla como una reliquia. Cito al poeta: 

        “Si hubiera tenido en mis brazos el cuerpo exánime de mi madre, si hubiera tenido sobre mis rodillas el cuerpo destrozado de mi hijo, habría podido contener el estremecimiento de mi vida. Mas aquel trayecto, desde la colina al gran valle, con aquella carga más sensible que la sangre que hierve y se enciende por obra de milagro en las osamentas de los mártires, lo recordaré hasta la hora de la muerte, más allá de la muerte

            Otro episodio que se recuerda de D’Annunzio por esos días ocurrió el 11 de octubre en San Grado de Merma. El 14 regimiento marchaba al frente para tomar por asalto una posición austríaca. El poeta vio delante del observatorio de bombardeo al poniente de Veliki un cadáver semienterrado por una explosión del cual asomaba sobre la tierra su puño crispado. El poeta, mientras animaba a los soldados del regimiento que pasaban, les llamaba la atención para que no pisaran ese brazo

    *“Está dirigido al enemigo. Tiene el puño cerrado. Ved, tiene los dedos recogidos menos uno, el índice. Ved, os señala el espolón del Bosco. Os señala nuestra línea de combate, os señala la defensa austríaca que debemos reventar. Este muerto quiere otra vez su fusil”

            Y cuando la tropa hubo pasado el poeta cuenta:

        “Yo me incliné para tocar el puño que salía de debajo de la tierra y desfloré con mis labios esos dedos consagrados...”

Sepultación de cadáveres de soldados austriacos caídos en los combates de Isonzo

                    Y llegó la novena batalla del Isonzo (31 de octubre-4 de noviembre), batalla en la cual D’Annunzio gana su segunda medalla al valor (ya había obtenido una  luego de su accidente aéreo).

Citaré un documento oficial para conocer la actuación de D`Annunzio durante las acciones, es el relato que hace el Jefe del Estado Mayor de la División, General Silvio Spiller,  con motivo de la solicitud de la medalla para D’Annunzio por lo que lo reproduzco en su totalidad:

  *“El teniente asimilado Gabriele D’Annunzio, Oficial agregado al Comando, se encuentra desde el 1 de octubre como oficial de enlace de la 45ª división. En tal período, durante el cual ha tenido lugar la ofensiva contra las posiciones de Veliki-Hribach, el teniente asimilado D’Annunzio ha tenido ocasión de demostrar su valía con entusiasmo y genialidad. En efecto, durante el periodo de preparación el llevó a cabo varios reconocimientos en la primera línea para orientarse sobre el terreno y sobre los fines de la acción. En esta acción el dio muestras de poseer requisitos militares poco comunes, orientación perfecta, tácticas geniales, proporcionando datos precisos muy valiosos para las acciones posteriores.

    En estos reconocimientos, él desarrolló también una eficaz labor en la preparación moral de las tropas. Su palabra fascinante, llena de entusiasmo, hizo sentir en las trincheras, cerca del enemigo, en el alma de nuestros soldados, toda la poesía de nuestra guerra.

Los soldados lo conocieron, lo admiraron y quisieron dar el nombre de D’Annunzio a la colina de avanzada, donde él, mostrando Veliki, repitió fuerte y bajo el fuego enemigo que la palabra de ayer, la de hoy y la de mañana es siempre la misma... “Avanti, avanti... per il Re, per la Patria, avanti sempre”.

Durante los días de las acciones, el teniente asimilado D’Annunzio, desde los primeros momentos del ataque, después de solicitar con insistencia, la autorización, estuvo entre las tropas. Les habló con entusiasmo, distribuyó banderas, siguió sus movimientos con marcado interés y permaneció con ellos cuando la acción era más violenta; fue un ejemplo para todos, de calma, coraje y desprecio del peligro.

                La influencia de sus palabras y de su actitud fue eficacísima para las tropas que atacaron las posiciones enemigas. Los soldados lo recuerdan y hablan de él con aquel afecto que las grandes almas saben conquistarse entre las multitudes. La actitud del teniente D’Annunzio bajo la furia del fuego de la artillería enemiga, con evidente peligro de su vida y los efectos vivificadores de entusiasmo en las tropas que debían lanzarse al asalto de Veliki, merece una recompensa al valor.

          Este convencimiento mío, es confirmado por el pasado glorioso que durante el año de guerra él ha sabido conquistarse. Es notoria, en efecto, su obra de aviador intrépido, en cuya ejecución él ha perdido la capacidad visual de un ojo. Por tales motivos propongo que sea concedido al teniente asimilado Gabriele D’Annunzio la medalla de plata al valor militar.”*

    Casi inmediatamente después de recibir su segunda medalla, DÀnnunzio es ascendido a Capitán.

            El 27 de enero de 1917, fallece la madre del poeta, el mismísimo general Cadorna le da la noticia y aún cuando se encuentra aquejado por una fuerte fiebre, debe trasladarse inmediatamente a Pescara.

          “Empujé la puerta semicerrada. Aspiré el horrible olor de las flores. La escalera estaba llena de ellas. Y allí estaba el féretro. Ella estaba aún más hermosa, más bella que cualquiera otra criatura humana por mí conocida. Su rostro se había modelado según las líneas de su alma. Su alma no pudo haberse ido. Pasados tres días no daba muestra alguna o señal de impureza. La conservaba el aroma de su corazón. El pueblo arrodillado ya hablaba de santidad, creía en el prodigio. Al final del quinto día, el cadáver expuesto en la iglesia, siempre descubierto a los ojos del pueblo que no se cansaba de mirarla, aparecía inmune del destino carnal”

                      D`Annunzio, quitó el anillo nupcial de la mano de su madre, lo colocó en uno de sus dedos y regresó al frente.

                                      Estos fueron los únicos días que el poeta estuvo ausente de la zona de guerra. Quizás nunca supo de la disposición por la cual, de tanto en tanto, se concedía algún permiso. Jamás hizo uso de él.

D´Annunzio (con capote) conversa con el general Cadorna.

Continuará.

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22-01-2010

 **El vuelo del poeta.

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Durante todo 1917, D’Annunzio continúa luchando sin pausa, por aire, mar y tierra. En enero participa en la décima batalla del Isonzo. En mayo, la de Timavo.  En agosto participa del bombardeo de la base naval de Pola, en octubre Cattaro, y en diciembre regresa nuevamente a las trincheras.

             

           El comandante del 4to Grupo de aeroplanos,  informa sobre la participación de D´Annunzio  en los combates de agosto de 1917 en el Alto Isonzo:

                 *“La mañana del 19 de agosto, ejecutó con máxima precisión por tres veces lanzamientos de bombas, y despreocupándose del peligro, bajó a trescientos metros sobre la retaguardia enemiga, y ametralló las trincheras, las tropas en movimiento, y los puestos de artillería, durante 45 minutos, expuesto a un infernal tiro de fusilería, ametralladores y baterías, así como también a la trayectoria de nuestro propio fuego.

                   Volvió al mediodía, con el aparato averiado en 16 partes, al campo de batalla, y después de haber arrojado las bombas, ametralló con renovado ardor al enemigo durante cincuenta minutos y desde una altura promedio de trescientos metros. Solo ese día, su aparato sufrió 38 perforaciones de tiro de artillería, fusilería y ametralladoras, lanzó 40 bombas y disparó 1.300 tiros de metralla, sobre objetivos cuidadosamente elegidos. Los días 20, 21 y 22 repitió su valerosa actuación superándose a sí mismo al ametrallar las trincheras enemigas a sólo 50 metros de altura.

                Durante los cuatro días de combate, el avión del capitán D`Annunzio recibió 127 perforaciones; tuvo la hélice, barquilla de comando y tiberías rotas. Radiadores perforados. Un proyectil de artillería atravesó el timón de profundidad produciéndole una amplia rotura. Un proyectil de fusil le atravesó el guante provocaldole una herida leve en el pulso...”*

                       Estas acciones le hicieron acreedor a una quinta medalla al valor, que posteriormente sería sustituída por la “Cruz de cavaliere dell`Ordine Militare de Savoia”

Caproni CA3,  bombardero del tipo utilizado por DÀnnunzio en 1917

DÀnnunzio, al centro, con sus compañeros de escuadrilla en 1917

D`Annunzio con su tripulación y el Caproni 2378 “As de Pica”

Los tenientes Gori y Bagliano compañeros de vuelo de DAnnunzio. En la nariz del avión están registrados los tres bombardeos sobre Pola con DAnnunzio como capitán.

                   Pero la imaginación de D`Annunzio no tenía límites, su ansia de gloria, su patriotismo y su audacia era tanta que los combates cotidianos en defensa de la Patria y las medallas reconocimientos y fama, ya no le eran suficientes a su espíritu. Desde hace un tiempo venía madurando una idea.

                   El poeta quiere volar sobre la capital enemiga. Quiere volar sobre Viena y lanzar sobre la ciudad una proclama patriótica.

                      Su Comandante de Grupo, el mayor La Polla (sic) secundó la idea, pero necesitaban la aprobación de Jefe de los Servicios aeronáuticos del Comando Supremo.

Esta jefatura, demostró tener poca fe en el buen éxito de la acción, pero debido a las furiosas insistencias del poeta, aceptó dar el visto bueno con tal que mediante un vuelo de prueba se demostrase la capacidad de los aparatos disponibles para tan largo vuelo.

              El vuelo de prueba se efectuó el 4 de septiembre. Duró nueve horas y media recorriendo más de 1.000 kilómetros sobre suelo italiano, pero aún así, el permiso no fue otorgado.

          Con fecha 5 de septiembre, D’Annunzio escribía al mayor  La Polla:

               “La prueba ha sido realizada exitosamente. Estoy pronto. Ayúdeme. Para mandar a imprimir los mensajes, necesito la autorización. No puedo soportar más esta ansia que me enerva. Prefiero saber inmediatamente que debo renunciar. La amargura fortalece los corazones machos”

                          Pero la autorización no llegó.

                          D’Annunzio continuó combatiendo, sin abandonar su proyecto. En marzo de 1918, es asignado a la primera escuadrilla de torpederos aéreos. Este traslado resultaría beneficioso para su salud por cuanto ahora ya no debía volar “lo más alto posible” sino “lo más bajo posible” lo que aliviaba la presión sobre sus ojos dañados. Pero esta unidad no vio mucha acción. La naciente aviación torpedera enfrentaba muchos problemas técnicos y numerosas salidas se cancelaban por fallos en aviones y torpedos.

   

            A fines de julio, y luego de meses de ruegos e insistencias y presiones al más alto nivel, (lobby diríamos ahora) D’Annunzio obtiene por fin la autorización para su incursión sobre la capital enemiga. La decisión no fue fácil para las autoridades italianas. El poeta era todo un símbolo para el pueblo y para el ejército por lo que arriesgarlo en un vuelo de 1.000 kilómetros, de los cuales 800 se harían sobre territorio enemigo, no era una decisión fácil. Pero si la operación resultaba exitosa, su resultado sobre la moral italiana sería espectacular.

                    Con fecha 29 de julio de 1918, el Comando de Aeronàutica  remitía al Mando de la 87ª escuadrilla de aeroplanos, la siguiente orden de operación:

                       *“El día 10, a las 05:15 horas, la 87ª escuadrilla de aeroplanos, llevará a cabo un vuelo sobre la capital austriaca, Viena.

                        El vuelo tendrá carácter estrictamente político. Queda estrictamente prohibido ocasionar cualquier daño a la ciudad o a la población.

                  Formación: Tomarán parte en esta acción 11 unidades, distribuidas en dos patrullas en formación de triángulo. Los aviones serán numerados progresivamente del número 1 al 10. El del comandante del grupo no llevará número.

                       El comandante se asegurará de que todos los pilotos conozcan la ruta, y  los principales puntos de referencia. La navegación se hará  con la velocidad de 160 kmts. aproximadamente  a fin de no sobrecargar los motores. Deberá evitarse absolutamente, el combate con aviones enemigos. El comandante del grupo y ambos jefes de patrullas, recibirán cada uno una pistola Very con suficiente dotación de cartuchos. Con ellas señalizarán mediante su humo la aceleración y la disminución de los motores a fin de que esto se desarrolle en forma simultánea manteniendo inalterable la formación.

              Todas las unidades tendrán a bordo los medios para la destrucción del aparato en caso de ser necesario...

         Será vuestro conductor, el poeta D’Annunzio, animador de todas las suertes de la patria, símbolo del poder eternamente renovador de nuestra raza”*

                El avión elegido para la misión fue el Ansaldo SVA 5  en contra de los deseos de D’Annunzio, quien quería usar el bombardero  trimotor Caproni. Se modificaron estos biplanos monoplaza de tal forma de aumentarles su autonomía. D’Annunzio iría en un SVA 9 biplaza.

    El manifiesto a lanzar ya estaba listo y decía así:

  *“ ¡Vieneses! :

       Aprendan a conocer a los italianos. Hoy volamos sobre Viena. Podríamos lanzar bombas por toneladas, en cambio no lanzamos más que un saludo a tres colores, los tres colores de la libertad.

                            Nosotros, los italianos, no hacemos la guerra a los niños, a los viejos ni a las mujeres. Nosotros hacemos la guerra a vuestro gobierno, enemigo de la libertad, a vuestro ciego, testarudo y cruel gobierno, que no sabe darles ni pan ni paz y que les nutre sólo de odio e ilusiones.

             ¡Vieneses!

              Vosotros gozáis fama de ser inteligentes. Mas, ¿Por qué os habéis puesto el uniforme prusiano?  Ya lo veis. Todo el mundo está contra vosotros. Queréis continuar la guerra?  Continuadla. Es vuestro suicidio. ¿Qué esperáis?  ¿La victoria decisiva que os prometieron los generales prusianos?

             La victoria decisiva de ellos es como el pan de Ucrania. Uno se muere esperándolo...”

     Pueblo de viena. Piensa en tu situación... Despierta!

              Viva la libertad   Viva Italia.*

           El manifiesto estaba impreso sobre una bandera italiana y por un lado se podía leer en italiano y por el lado contrario en alemán. Cincuenta mil unidades de este manifiesto se esperaba lanzar sobre la capital enemiga.

 D’Annunzio lo había logrado. Ahora tenía que cumplir.

El volante

Continuará.

leytekursk

24-01-2010

Final

      Ya todo estaba dispuesto. La primera tentativa se hizo el dos de agosto, Despegaron de San Pelagio, (Treviso) pero a la altura de Udine, una peligrosa y densa neblina obligó a los aviones a regresar.  Un segundo intento, el 8 de agosto, fue nuevamente fallido debido a problemas atmosféricos a la altura de Klagenfurt.

                    Se dispone un nuevo lanzamiento para la madrugada del día 9. D’Annunzio está desesperado. La empresa está fallando por factores ajenos a su voluntad.

      Poco antes de partir, se reúne con cinco de sus pilotos más cercanos y les arenga:

      *"Escuchadme: Seré brevísimo. Ayer por la mañana, sobre las líneas enemigas, me vi. obligado a virar, a dar la señal de regreso, a volver al campo por vuestra escasa disciplina de vuelo. Recomendé al grupo el máximo de compactación, cual condición de salvación y victoria, y vosotros os dispersasteis, cual si hubieseis ido de paseo. Si no os tuve en el puño con el comando, os tendré en el puño con el juramento.

       

              Vosotros me juraréis, por el alma y por el honor. Me ha sido ordenado partir con una escuadrilla de once. Me ha sido ordenado no seguir adelante si en la ruta la escuadrilla se reduce a menos de cinco. Vosotros por tanto sois mis cinco juramentados a mantener entre mi ala y la vuestra, hasta la meta, la distancia prefijada, el orden prefijado.

          Ninguno de vosotros se atrasará ni se parará, sino con el último golpe del motor. Ni viento, ni nubes, ni tempestad, ni malestar, ni hostilidad alguna, podrán ser causa de pararse y volver. ¿Hablo claro? ¿Me entendéis?

            Cada uno de vosotros aterrizará o se precipitará sólo cuando el motor haya dejado de funcionar, sin esperanza de volver a andar. Si falla también esta partida, no nos será permitida otra. Tantos días y tantas noches de agonía habrán sido en vano. Todo se habrá perdido. Si no llegare a Viena, yo no volveré atrás. Esta es mi orden. Este es vuestro juramento. Ahora mírenme los ojos y estrechen mi mano. Ha sido hecho. Ha sido dicho. Los motores están encendidos. Es necesario ir y yo os aseguro que llegaremos.”*

Minutos antes de partir hacia Viena

  Por problemas técnicos, tres de los aparatos deben aterrizar pocos minutos después de la partida. Otro avión, pilotado por el teniente Sarti, se vio obligado a aterrizar en territorio enemigo, cerca de Wiener Neustadt, El motor del poeta se detuvo tres veces: sobre Lubiana, sobre la selva de Ternova, y sobre Grado, tres veces dijo el poeta a su piloto: “espera” y tres veces el motor funcionó nuevamente,

        Los siete aviones restantes seguían adelante imperturbables hacia su meta. El clima era espléndido y evadían la niebla volando entre los 8.000 y 11.000 pies.

. Milagrosamente no se toparon con cazas enemigos y a las 09:20 horas ya estaban sobre Viena.  Bajaron hasta los 1.500 pies. La gente en las calles en principio huyó aterrorizada, pero luego se dieron cuenta que no había peligro alguno y observaron con curiosidad las evoluciones de los aviones. En reiterados vuelos sobre la ciudad, fueron lanzados los manifiestos y luego de esto, se dispuso el regreso. El tiempo empeoró y peligrosas corrientes de aire les sacudieron mientras cruzaban los Alpes. También recibieron fuego de artillería, pero que afortunadamente no les alcanzó.

Hacia las 12: 40 horas ya estaban de regreso. La misión había sido un éxito completo.

El poeta lanzando volantes

Los manifiestos caen sobre Viena

                  La repercusión del legendario vuelo fue enorme. La noticia dio la vuelta al mundo y la audacia de DAnnunzio fue reconocida hasta por el enemigo. El periódico austriaco “Arbetter Zeitung” preguntaba *“¿Dónde están nuestros DAnnunzio?... nuestros muchos poetas cantan a la guerra pero no la ejecutan...”*

          Roma preparó un gran homenaje al poeta para el domingo siguiente a la hazaña, pero el poeta no asistió.“¡Tengo aún mucho trabajo en mi escuadrilla... la lucha continúa” y luego de un breve descanso, el poeta continuó su guerra.

Conclusión:

                    Sobre D`Annunzio queda mucho por decir. En este trabajo sólo se han revisado con algún detalle cuatro años de su intensa vida. Quizás si su más espectacular acción, fue después de la guerra, cuando junto con los Arditi, ocupó la ciudad de Fiume y la declaró estado independiente. No me referiré a ese episodio por cuanto ya ha sido tratado (o maltratado más bien) en otros foros en español. También se le ha acusado de proto-fascista, y durante muchos años su vida y obra cayeron en el olvido. Personalmente, me parece una vida interesantísima y un personaje digno de figurar sin duda entre los grandes héroes de la Primera Guerra Mundial.

D`Annunzio cuenta sus hazañas a Mussolini muchos años después

Bibliografía:

Giannantoni Mario: La vida de Gabriele D`Annunzio. Editorial Zig Zag Santiago de Chile, 1940.

Ledeen Michael Arthur:  D`Annunzio, The first Duce (En Google libros)

Woodhouse John: Gabriele D`Annunzio, Defiant Archangel (En Google libros)

Bonadeo Alfredo: D`Annunzio and the Great War (En Google libros)

Enlaces:

http://www.finn.it/regia/html/grande_guerra.htm

http://aerostoria.blogspot.com/2009/10/il-volo-del-poeta-gabriele-dannunzio.html

http://www.gabrieledannunzio.net/limaginifico_guerra.htm

http://www.guidamaturita.it/guide/dannu.htm##4#

http://uniformisgaggero.altervista.org/index.php?pagina=VoloSuVienna&numpag=1&subpag=02&numarr=2

http://it.wikipedia.org/wiki/Volo_su_Vienna

                                          Saludos

josmar

25-01-2010

Una figura épica..... Un gran trabajo Leytekursk.....

leytekursk

27-01-2010

Gracias Josmar.  He de hacer una correción: Revisando el tema he descubierto que la foto que muestra al poeta lanzando volantes no corresponde al vuelo sobre Viena. Esa imagen es una captura de una filmación que se hizo poco después del vuelo, con fines propagandísticos.

  Dicha filmación se puede ver aquí:

http://www.youtube.com/watch?v=yOU7awHCtGk#

                                          Saludos...

josmar

27-01-2010

Interesante video. Parece un documental de la época....

Dan Daly

31-01-2010

Magnífico, leytekursk, hacía tiempo que llevaba buscando un trabajo de este tipo sobre las aventuras militares de D´Annunzio.

leytekursk

01-02-2010

Magnífico, leytekursk, hacía tiempo que llevaba buscando un trabajo de este tipo sobre las aventuras militares de D´Annunzio.

Me alegro que te haya gustado mi artículo Dan Daly. Es mi primera incursión en temas de la Primera Guerra Mundial y la verdad es que la figura de D`Annunzio me cautivó. Sobre la Gran Guerra hay mucho campo virgen por explorar. Por ejemplo, la guerra antisubmarina. Estoy leyendo sobre ello y quizás más adelante, si logro superar la pereza crónica que me domina desde hace algún tiempo, publique algún artículo sobre ello.

                                                  Saludos...

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