Milicias Obreras Soviéticas - Stalingrado

Moisin-Nagant

03-01-2010

Un pequeño vistazo a las unidades formadas por ciudadanos y obreros de fábrica de la ciudad de Stalingrado durante la batalla que se desarrolló allí.

Intentare utilizar un nuevo sistema de citas para darle la mayor veracidad al texto, aunque la fuente principal es “Stalingrado” de Anthony Beevor

Me salteare la introducción a la batalla que ya es conocida por todos para trasladarme directamente a la batalla.

El 23 de Agosto a las 23:10 la 16 División Panzer envió al XIV Cuerpo Panzer el siguiente mensaje: “Grupo de combate 79 Regimiento Panzergrenediere primeras tropas en llegar al Volga hora 1835. Una compañía 2do Regimiento Panzer ocupa Spartakovka. Resistencia inicialmente débil, pero fortaleciéndose. Fuertes ataques esperados en el norte. Destacable apoyo suministrado por el VIII Cuerpo Aéreo.”[1]

Los alemanes estaban dentro de la ciudad y las primeras tropas a las que se enfrentaron fueron las débiles milicias obreras, dándoles la equivoca impresión de que tomar la ciudad sería tarea fácil.

Las milicias ya habían sido utilizadas en Leningrado, donde 4 Divisiones fueron casi completamente aniquiladas antes de que el sitio hubiera siquiera comenzado, y también en la defensa de Moscú, donde se movilizaron más de cien mil hombres. [2]

El 30 de Octubre estas milicias detuvieron el avance de las tropas de Guderian en Tula, utilizando casi solamente Granadas y Cocteles Molotov. [3]

Miembros de un destacamento de obreros asisten a un rápido curso de instrucción de armas.

Aquellos trabajadores no ocupados directamente en la producción de armas para

el uso inmediato fueron movilizados en “brigadas especiales” de las milicias bajo el

mando del comandante coronel A.A Sarayev, de la 10ª división de la NKVD. Se distribuyeron fusiles y municiones, pero muchos hombres sólo recibieron un arma

después de que un camarada hubiera caído. [2]

Durante toda la batalla hubo 5 Brigadas de milicianos completamente operativas, estas fueron la 42, 115, 124, 149 y 160 Brigadas Especiales.[4]

Tan solo en la fábrica Octubre Rojo se movilizaron 5.000 obreros en brigadas para luchar junto a las tropas del 62 Ejército, estas tropas utilizaban una banda blanca en el brazo para distinguirse como combatientes. [3]

También los obreros de la fábrica de tractores fueron movilizados.

Vyacheslav Malyshev, Ministro del Comité de Defensa del estado telefoneó a Yeremenko para decirle que podían ver la lucha desde la fábrica y que habían preparado para detonar los objetivos más importantes.

“No vuelen nada” fue la respuesta de Yeremenko “Defiendan la fabrica a cualquier precio. Prepara a los destacamentos de obreros para la batalla. La ayuda está en camino”.[3]

El Comité de Defensa hizo poner carteles en toda la ciudad proclamando el estado de sitio: «Nunca entregaremos nuestra ciudad natal. Hagamos barricadas en cada calle. Transformemos cada distrito, cada manzana, cada edificio en una fortaleza inexpugnable».[2]

Algunos de los primeros combates tuvieron lugar en el suburbio de Spartakovka al norte de Stalingrado, donde batallones mal armados de milicias de obreros se enfrentaron a la 16 División Panzer sufriendo cuantiosas bajas.[2]

Al día siguiente, 24 de Agosto, los alemanes continuaron su intento por tomar el suburbio de Spartakovka. Lo único que se los impedía era la colina conocida por ellos como “El gran Hongo”, regada de bunkers, nidos de ametralladora y morteros. [3]

Aquí las milicias de obreros junto a las tropas regulares habían conseguido posicionar la línea de frente durante la noche.[5]

Se hizo evidente para las tropas de la 16 Panzer que no podrían tomar el suburbio con las tropas que poseían.[3]

Entonces los soviéticos lanzaron un contraataque con tanques T-34 recién salidos de las fabricas, muchos de ellos tripulados por los mismos obreros que los habían construido.[5]

El contragolpe soviético surtió efecto y logró poner a dos de los grupos de combate del general Hubes a la defensiva. [3]

Con una mezcla de ropa civil y militar, estos obreros defienden el sector industrial de Stalingrado intentando protegerse con los rieles de la vía del tren.

Los obreros lucharon mano a mano con los soldados regulares, y pagaron su precio, así para el 11 de setiembre muchos de los 2.000 prisioneros de guerra que se encontraban en Gumrak pertenecían a las milicias obreras.[2]

El 14 de Septiembre la situación en Stalingrado era insostenible, parecía que la ciudad finalmente caería ante los alemanes.

Chuikov entonces amenazó a Sarayev con telefonear al cuartel general del frente si no obedecía sus órdenes. Sarayev entonces ordenó a los batallones de la milicia bajo su mando que ocuparan los edificios importantes y los defendieran hasta el fin. [2]

Más de un mes después de ser movilizadas, las milicias de obreros continuaban en combate.

El 25 de Setiembre los alemanes lograron un gran avance en el sector meridional de la ciudad, sembrando el pánico en dos brigadas de las milicias, que estaban ya virtualmente sin alimento ni municiones.[2]

El comandante de la 42ª brigada especial, «abandonó la línea de defensa, simulando que salía para consultar con el estado mayor del ejército». Lo mismo ocurrió con la 92ª brigada especial, pese a su refuerzo de la infantería de marina. El 26 de septiembre, el

comandante y el comisario, seguidos por su plana mayor, abandonaron a sus hombres, también «fingiendo que iban a hablar de la situación con el alto mando», pero en realidad se pusieron a salvo en la gran isla de Golodni en medio del Volga. A la mañana siguiente, «cuando los soldados supieron que sus comandantes habían desertado, la mayoría corrió a la orilla del Volga y comenzaron a preparar balsas para ellos mismos». Algunos trataron de impulsar con remos troncos y tablas halladas en la playa hasta la isla de Golodni, otros simplemente nadaron. El enemigo, al descubrir sus desesperados intentos de escapar, abrieron fuego con morteros y la artillería, y mataron a muchos en el agua. «Cuando el mayor Yakovlev, el comandante del batallón de ametralladores, para entonces el oficial de más alto rango de la brigada que quedó en el margen occidental, supo que el comandante de la brigada había desertado y sembrado el pánico entre las tropas, asumió el mando de la defensa». Pronto descubrió que se había quedado sin comunicaciones, pues los encargados de las señales estaban entre los que habían huido a la isla. Ayudado por el teniente Solutsev, Yakovlev reunió a las tropas que quedaban, y estableció una línea de defensa que, pese a la escasez de hombres y municiones, resistió siete ataques en las siguientes veinticuatro horas. Todo este tiempo, el comandante de la brigada permaneció en la isla. Ni siquiera trató de enviar más municiones a los defensores dejados atrás. En un intento de encubrir lo que estaba pasando, envió informes ficticios sobre el combate al cuartel general del 62º ejército. Esto le resultó poco beneficioso. El estado mayor de Chuikov comenzó a sospechar. Fue arrestado y acusado de «desobediencia criminal de la orden nº 227».[2]

Miembros de una milicia obrera manejan cañón Flak de 3,7cm capturado a los alemanes.

Los últimos obreros de la fábrica de tractores fueron enviados al frente el 8 de Octubre para repeler la inminente ofensiva contra dicha planta. Los obreros especializados fueron trasladadados al otro lado del Volga. [2]

Esta ofensiva aisló por completo a los restos de la 112ª división de fusileros y a las brigadas de milicias que se habían enfrentado al XIV cuerpo blindado en el norte y en el oeste.[2]

Después de que los alemanes aislaran a las fuerzas soviéticas al norte de la planta de tractores de Stalingrado en la noche del 15 de octubre, Chuikov recibió pocas noticias alentadoras de ellos, sólo «muchos pedidos» del cuartel general de la 112ª división de fusileros y de la 115ª brigada especial para que se les permitiera retirarse al otro lado del Volga. Ambos cuarteles generales al parecer dieron información falsa», afirmando que sus regimientos habían sido prácticamente eliminados. Este pedido de retirada, equivalente a traición después de la orden de Stalin, fue rechazado. Durante una pausa en el combate varios días después, Chuikov envió al coronel Kaminin al enclave para examinar el estado de sus regimientos. Encontró que la 112ª división de fusileros todavía tenía 598 hombres vivos, mientras que la 117ª brigada especial tenía 890. El comisario antiguo, según el informe, «en vez de organizar una defensa activa… no salió de su búnker y presa del pánico trató de convencer a su comandante de retirarse al otro lado del Volga». Por «su traición a la defensa de Stalingrado» y  excepcional cobardía», los acusados oficiales y comisarios de alta graduación fueron llevados más tarde ante la corte marcial por el consejo militar del 62º ejército. Su destino no ha quedado registrado, pero no podían esperar mucha compasión de Chuikov.[2]

Miembros de un destacamento de obreros de la planta Octubre Rojo defendiendo la fábrica. En el centro de la fotografía está su comandante, el obrero F. Kubas.

El 21 de Octubre se agrupó a los restos de las milicias de obreros para tratar de formar una unidad coherente mientras llegaba la 138 División de fusileros, las dos unidades fueron enviadas a defender la zona de Barrikady. Sin embargo no fueron suficientes para detener a los alemanes.[3]

En la noche del 25 de octubre, una sección entera de la 124ª brigada especial, «anteriormente trabajadores en las fábricas de tractores», se disponía a pasarse a los alemanes. Sólo un único centinela estaba contra la idea, pero había amenazado unirse a ellos cuando lo amenazaron. Ya en tierra de nadie, el centinela pretendió tener un problema con un escarpín y se detuvo. Aprovecho la oportunidad para escapar de los otros y corrió de regreso a las líneas rusas. Los desertores le dispararon, pero sin éxito. El centinela, soldado D., llegó a su regimiento sano y salvo, aunque fue después arrestado y llevado ante una corte marcial «por no tomar medidas decisivas para informar a sus comandantes del crimen proyectado e impedir a los traidores que desertasen».[2]

Trabajadores de la fábrica de tractores reciben sus colores. En la bandera se lee “99 brigada acorazada” 23 cuerpo acorazado.

Fuentes:

[1] Stalingrad - Heinz Schroter

[2] Stalingrado – Anthony Beevor

[3] 199 Days: The Battle for Stalingrad - Edwin P. Hoyt

[4] Stalingrad 1942 (Campaign, Osprey) - Peter Antill and Peter Dennis

[5] Red Army resurgent - John Shaw

Espero que haya sido de su agrado. 

gaffer

09-01-2010

«Cuando el mayor Yakovlev, el comandante del batallón de ametralladores, para entonces el oficial de más alto rango de la brigada que quedó en el margen occidental, supo que el comandante de la brigada había desertado y sembrado el pánico entre las tropas, asumió el mando de la defensa». Pronto descubrió que se había quedado sin comunicaciones, pues los encargados de las señales estaban entre los que habían huido a la isla. Ayudado por el teniente Solutsev, Yakovlev reunió a las tropas que quedaban, y estableció una línea de defensa que, pese a la escasez de hombres y municiones, resistió siete ataques en las siguientes veinticuatro horas. Todo este tiempo, el comandante de la brigada permaneció en la isla.

Heroico comportamiento el de este jefe.

Espero que haya sido de su agrado. 

un 10 Moisin

Fug

02-02-2010

Esta muy bien Moisin, no ahy mas    Saludos

Balthasar Woll

02-02-2010

No habia visto este artículo hasta ahora  .

Muy bueno Moisin  .

Saludos

josmar

02-02-2010

  Un relato muy dinamico, que traslada las vivencias de aquellos obreros....

  Buen aporte Moisin. Felicidades.

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