Ejercitos Latinoamericanos en Conflictos Internacionales

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05-05-2008

Un dato curioso acerca de la guerra de la triple Alianza y es que el único país que ayudo a Paraguay fue Colombia  y en agradecimiento a esto todos los Colombianos pueden pedir también su nacionalidad Paraguaya, voy a ir a la embajada del Paraguay haber si esto es cierto y así saco mi doble nacionalidad. 

TITUS20050

06-05-2008

Mira yo creo que estas un poco equivocado ,Colombia nunca pudo ayudar a Paraguay por que tenia una imposibilidad absoluta de enviar cualquier cosa debido a la dificultad geografica, pues no tenia fronteras comunes y no podia pasar con la ayuda por ningun pais limitrofe y menos por via maritima , investiga bien ,puede que la intencionde ayudar fuera de palabra y no de echos, 

centinela talako

06-05-2008

Buen artículo sobre Lautaro.

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09-05-2008

Mira yo creo que estas un poco equivocado ,Colombia nunca pudo ayudar a Paraguay por que tenia una imposibilidad absoluta de enviar cualquier cosa debido a la dificultad geografica, pues no tenia fronteras comunes y no podia pasar con la ayuda por ningun pais limitrofe y menos por via maritima , investiga bien ,puede que la intencionde ayudar fuera de palabra y no de echos,

La ayuda Colombiana fue solo diplomática y de unas cuantas tropas (no significativas) por eso los libros de historia casi ni la mencionan, queda como un dato curioso para la historia nada mas.

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09-05-2008

Dejo esta información mas detallada acerca de la gran participación de Cuba en Angola, según los detalles revelados por Fidel Castro a Angola fueron 55000 militares, 600 tanques, piezas de artillería pesada y varios aviones rusos MiG-21 y MiG-23 que pulverizaron a los Sudafricanos desde el aire. Según revelo Castro, la ayuda Cubana a Angola no era solo para rescatar de la hecatombe a Angola que prácticamente había perdido la guerra y desesperada pedía ayuda a los Cubanos, si no también para "asestar un golpe definitivo a la fuerzas Sudafricanas" como el mismo Fidel recordó.

Articulo hablado: http://mybloop.com/go/y59Z4S

[size=17pt]Castro revela el papel de Cuba en la independencia de Angola y Namibia[/size]

Por primera vez, el Presidente cubano Fidel Castro ha revelado los detalles de la gran participación militar cubana en la guerra contra las tropas de Sudáfrica en el sur de Angola en 1987-88. Unos 55.000 militares cubanos ayudaron a la contraofensiva angoleña, que consiguió enviar a los sudafricanos de nuevo a la frontera de Namibia y a la mesa de negociaciones. El resultado fue la independencia de Namibia, subraya el Presidente Castro.

El dictador de Cuba se dirigió el viernes a las fuerzas armadas de la nación caribeña en un discurso de conmemoración del trigésimo aniversario de su misión militar en Angola. Al repasar la historia del conocido envío cubano de 36.000 tropas a Angola para defender el gobierno marxista del MPLA contra la invasión sudafricana de 1975, el Presidente Castro desveló por primera vez la verdadera escala que alcanzó la operación de 1987-88.

En 1987, las tropas sudafricanas estaban de nuevo en Angola, ayudando a los rebeldes de UNITA en su tentativa de derrocar al gobierno izquierdista del MPLA. Según Castro, el ejército angoleño se había visto seriamente mermado tras su gran ofensiva en septiembre de 1987 contra las jefaturas de UNITA en río Lomba, en el sureste de Angola.

El Presidente Castro reveló que Cuba había aconsejado al ejército angoleño contra esta gran ofensiva debido a los grandes riesgos que implicaba. La batalla en río Lomba también resultó ser un desastre para el ejército gubernamental, pues cayó en la trampa perpetrada por UNITA y sus aliados del apartheid. El ejército angoleño sufrió numerosas pérdidas, especialmente de armamento pesado, y se vio forzado a regresar a la base aérea en Cuito Cuanavale.

"El enemigo, sumamente envalentonado, avanzaba después en profundidad hacia Cuito Cuanavale, antigua base aérea de la OTAN, y se preparaba para asestar un golpe mortal contra Angola", recordó Castro, añadiendo que "desesperadas llamadas de apoyo a la Agrupación de Tropas Cubanas se producían, por parte del gobierno angolano, ante el desastre creado, sin duda el mayor de todos en una operación militar en la que, como otras veces, no teníamos responsabilidad alguna".

El presidente cubano avanzó más detalles sobre la masiva respuesta organizada inmediatamente por La Habana. La meta no era solamente obstaculizar el avance del enemigo en Cuito Cuanavale, sino "asestar un golpe definitivo a las fuerzas sudafricanas" reveló. "Un río de unidades y medios de combate cruzó rápidamente el Atlántico y desembarcó en la costa sur de Angola para atacar por el suroeste en dirección a Namibia mientras, 800 kilómetros hacia el este, unidades selectas avanzaron hacia Cuito Cuanavale y allí, en unión de las fuerzas angoleñas que se replegaban, prepararon una trampa mortal a las poderosas fuerzas sudafricanas que avanzaban hacia aquella gran base aérea".

La escala de la operación era enorme, mucho más grande de lo que creen los observadores contemporáneos. "Se habían reunido 55.000 soldados cubanos en Angola" reveló Castro. Hasta ahora se consideraba que la cifra rondaba los 30.000 efectivos. Tan sólo en Cuito Cuanavale, había 40.000 tropas cubanas y 30.000 angoleñas.

Con esta gran fuerza cubana de su lado, el ejército angoleño podía vencer la decisiva batalla de Cuito Cuanavale. Los cubanos también habían traído unos 600 tanques y artillería pesada. Castro reveló que los cubanos también llevaron varios unidades MIG-23, consiguiendo así que los sudafricanos perdiesen su supremacía aérea. Esto aseguró, probablemente, la rápida victoria.

Las tropas cubanas-angoleñas, sin embargo, no permanecieron mucho tiempo en Cuito Cuanavale. Con el control completo por tierra y aire, avanzaron hacia la frontera de Namibia, "dispuestas a barrer literalmente a las fuerzas sudafricanas que se acuartelaban en aquella dirección principal", según Castro. Este avance, añadió, hizo vislumbrar "el final de la agresión extranjera".

Con el ejército sudafricano vencido en Angola y las tropas cubanas-angoleñas avanzando hacia la Namibia ocupada por Sudáfrica, el equilibrio de poder en la región había dado un giro radical de la noche a la mañana. Repentinamente, la Sudáfrica del apartheid dejó de ser invencible. Su control sobre la región del África Austral era mucho más frágil de lo que se consideraba.

En esa situación, Sudáfrica optó finalmente por negociar. "El enemigo tuvo que tragarse su habitual prepotencia y sentarse a la mesa de conversaciones. Las negociaciones culminaron con los Acuerdos de Paz para el Suroeste de África, firmados por Sudáfrica, Angola y Cuba en la sede de la ONU en diciembre de 1988", comentó Castro. Al gobierno de Washington "no le quedó más remedio que aceptar nuestra presencia" en las negociaciones, recordó el líder cubano.

La paz de 1988 tuvo grandes implicaciones para la historia de África Austral. Mientras que Cuba acordó su retirada de Angola, se obligó a Sudáfrica a detener sus campañas contra el gobierno del MPLA, provocando lentamente el debilitamiento de los rebeldes de UNITA. Aún más importante, se elaboró un plan acordado con el gobierno de Pretoria para implantar la independencia de Namibia. El equilibrio de poder cambió en contra del régimen del apartheid.

La contribución del ejército cubano fue decisiva "para consolidar la independencia de Angola y alcanzar la de Namibia. Fue además una contribución significativa a la liberación de Zimbabwe y la desaparición del odioso régimen del apartheid en Sudáfrica", dijo Castro a sus tropas. "Pocas veces en la historia, una guerra, la acción humana más terrible, desgarradora y difícil, ha estado acompañada de tal grado de humanismo y modestia por parte de los vencedores", añadió.

El líder cubano dijo que ahora es el momento, 30 años después de la independencia de Angola, de que la "epopeya heroica" de la contribución cubana sea conocida por completo. Castro se lamentó de que cuando se trata la historia de la región, "Cuba al parecer nunca tuvo absolutamente nada que ver con la independencia de Angola, la independencia de Namibia y la derrota de las hasta entonces invencibles fuerzas del ejército del apartheid". Cuba, después de todo, dijo, fue "el único país no africano que combatió y derramó su sangre por África y contra el oprobioso régimen del apartheid".

Por Rainer Chr. Hennig

http://www.afrol.com/es/articles/17560

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11-05-2008

Ahora es el turno de los Mexicanos que tuvieron su guerra y nada mas ni nada menos que contra Estados Unidos de Norteamérica que al aplicar su política expansionista invadió a la República Mexicana que como consecuencia de la guerra termino perdiendo el estado de Texas y "aceptando" la venta de Nuevo México y alta California, los Mexicanos luchando contra una fuerza muy superior mostraron un gran coraje perdiendo mas de 25000 vidas humanas.

Articulo hablado http://mybloop.com/go/tJXsdN

Articulo hablado de la Wikipedia (24 minutos) http://mybloop.com/go/n3gv82

[size=20pt]La Guerra entre México y Estados Unidos[/size]

Participantes

República Mexicana

Estados Unidos de América

Fecha

1846-1848

Fuerzas en combate

Mexico 25.000–40.000 EEUU 78.790

Bajas

México 25.000  EEUU 13.271

Los primeros años de México Independiente

La situación del país era cada vez peor. Poca gente pagaba impuestos y el gobierno no podía cubrir los gastos de la administración. Las deudas, los pleitos entre los propios mexicanos y la inseguridad aumentaban. En el norte, algunas tribus indígenas no habían sido totalmente sometidas y asaltaban los poblados; en Yucatán los mayas se rebelaron contra los habitantes de las ciudades, por causa de las injusticias que se cometían contra ellos.

Como casi todos los pobladores de Texas eran de origen norteamericano, en 1845 este territorio decidió unirse a los Estados Unidos de América.

La unión de Texas a los Estados Unidos y la ambición de ese país de apoderarse de territorio mexicano provocaron la guerra con los Estados Unidos. El límite de Texas era el río Nueces, pero al unirse a los Estados Unidos de América los texanos dijeron que su frontera llegaba hasta el río Bravo (o Grande), más al sur. México protestó, pero los estadounidenses ocuparon el territorio entre los dos ríos. Hubo enfrentamientos entre soldados mexicanos y norteamericanos, y con ese pretexto los Estados Unidos declararon la guerra a México.

Un ejército estadounidense tomó Matamoros y luego Monterrey; otro ocupó Nuevo México y California. Un tercero desembarcó en Veracruz, atravesó ese estado y el de Puebla, y puso sitio a la capital. Los mexicanos no tenían un buen ejército, armas suficientes, ni dinero. Además, seguían divididos: liberales y conservadores luchaban entre ellos, mientras los norteamericanos avanzaban hacia la ciudad de México.

No hubo victorias para los mexicanos, en esta guerra, pero sí heroísmo y sacrificio. Santa Anna estuvo a punto de lograr el triunfo en la batallas de La Angostura, en febrero de 1847, pero su acostumbrada falta de constancia y de responsabilidad lo hizo fracasar, como sucedería en el mes siguiente en cerro Gordo. Veracruz fue defendido por todos sus habitantes, pero cayó en marzo, tras veinte días de combate.

En la batalla de Churubusco, en agosto, el general Pedro María Anaya finalmente tuvo que rendirse.

Las batallas de Molino del Rey y de Chapultepec se libraron del ocho al trece de septiembre de 1847. En esta última se batieron gloriosamente el general Nicolás Bravo y el coronel Santiago Felipe Xicoténcatl, que murió en la acción. También perdieron la vida seis de los cadetes que estudiaban en el Colegio Militar. Nosotros veneramos la memoria de esa defensa en la figura de los Niños Héroes: Juan de la Barrera, Juan Escutia, Francisco Márquez, Agustín Melgar, Fernando Montes de Oca y Vicente Suárez.

Todos los sacrificios, todo el heroísmo del pueblo mexicano fueron inútiles. La toma de la ciudad de México ocurrió el 14 de septiembre de 1847, y ese día los mexicanos vieron ondear la bandera enemiga en el Palacio Nacional. La ocupación duró nueve meses.

Las consecuencias de la guerra fueron desastrosas. Para terminar la ocupación, México fue obligado a firmar el Tratado de Guadalupe Hidalgo, por el cual perdió Nuevo México, la Alta California, Texas y la parte de Tamaulipas que está entre los ríos Nueces y Bravo. Recibió quince millones de pesos. El país vio reducido su territorio a poco menos de la mitad pero la guerra hizo que los mexicanos por primera vez sintieran la necesidad de estar unidos.

Los presidentes que siguieron, José Joaquín de Herrera y Mariano Arista, hicieron grandes esfuerzos por reorganizar el gobierno, pero en 1853 volvió al poder Santa Anna y malgobernó al país durante los dos años siguientes.

http://www.elbalero.gob.mx/historia/html/sxix/guerraeu.html

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21-05-2008

Siguiendo con esta expectacular recopilacion de guerras donde se han visto involucrados ejercitos latinoamericanos aqui dejo la famosisima guerra del Chaco donde Paraguay y Bolivia se sacaron chispas durante 3

años.

[size=22pt]La Guerra del Chaco[/size]

Participantes

República del Paraguay

República de Bolivia

Fecha

1932 – 1935

Fuerzas en combate

Bolivia: 250.000 Paraguay: 150.000

Bajas

Bolivia: 55.000 entre desaparecidos y muertos 14.000 prisioneros 

Paraguay: 40.000 entre desaparecidos y muertos 2.500 prisioneros

A mediados de 1932, comenzaba uno de los mayores conflictos de nuestro continente, protagonizado por sus dos países más pobres, por supuestas riquezas petroleras. Durante tres años, bolivianos y paraguayos mezclaron valor y ferocidad en una lucha que tenía mucho de arcaico y otro tanto de tecnología bélica del siglo XX, para lograr sólo estériles resultados.

Uno de los más famosos cuentos bolivianos inspirados en esta guerra es "El Pozo", de Augusto Céspedes, que relata la obsesiva excavación de un grupo de soldados sedientos en busca de agua. Como para corroborarlo, un veterano de esa nacionalidad recordaba un episodio parecido, donde sus compañeros esperaban el anuncio de "¡agua…!", quizá "con mayor intensidad con la que resonara después la palabra ¡paz!". El líquido elemento es un factor que por sí solo resume el carácter de esta contienda, librada hace siete décadas en el corazón de América.

Paradoja típica de nuestro continente, esta sangrienta conflagración, que enfrentó y desangró durante tres años a Bolivia y el Paraguay, es una de las más grandes guerras que se haya librado en este suelo, aunque muy pocos que no pertenezcan a las naciones involucradas sepan algo de ella. Acaso porque muchos quisieran olvidar la feroz disputa por una tierra inhóspita y hostil, que tenía, supuestamente, un codiciado tesoro: el petróleo.

Con este interés en juego, el conflicto del Chaco adquiere una connotación aún más detestable, ya que grandes interesados eran dos poderosas compañías petroleras, ansiosas por explotar los yacimientos que allí existirían, y apoyaron cada una a uno de los dos países que iban a la batalla, países que, por añadidura, eran los más pobres de Sudamérica. En cierto sentido al menos, bolivianos y paraguayos libraron una lucha que no era la suya, se mataron sin el odio de las auténticas rivalidades nacionales, lo que no quita que hayan derrochado enormes dosis de heroísmo y sacrificio.

El origen remoto del problema estaba en la muy imprecisa delimitación de las fronteras entre ambos países, lo que se remontaba a la época en que éstos nacieron a la vida independiente. Para distinguirlo del Chaco Austral, territorio argentino, el Chaco Boreal está situado al norte del río Pilcomayo, poblado por unos pocos aborígenes hostiles a las escasas expediciones que se aventuraron por él durante el siglo XIX.

En lo diplomático, sucesivos intentos de arreglo habían fracasado, y en los hechos, pequeños destacamentos de ambos países habían ocupado el territorio por partes aproximadamente iguales, y habían levantado fortines; esto último es más bien un decir, ya que se trataba de poco más que toscas chozas ("pahuichis") rodeadas de atrincheramientos. En 1928 se produjo un incidente que hizo temer una guerra que no se evitó, sólo se postergó. En 1931 asumía en Bolivia el presidente Daniel Salamanca, con la política de "pisar fuerte en el Chaco", traducida en el aumento de guarniciones en la zona.

**

BOQUERÓN, PRELUDIO HEROICO Y TERRIBLE**

Al Chaco se le llamó el "infierno verde" porque, pese a que su terreno era salpicado de pantanos y de espesa vegetación de matorrales y árboles como espinos, lo más difícil de obtener era el agua, ya que no lo cruzaban ríos, y había que cavar pozos para encontrar fuentes subterráneas. Un calor insoportable y un ambiente malsano, caldo de cultivo de enfermedades, ayuda a entender las atroces condiciones en que se debió pelear, en especial los bolivianos que, sacados de sus ciudades y pueblos andinos, debían desenvolverse en un medio totalmente extraño.

Esto explica también que la chispa que encendió la hoguera no fue el petróleo, sino el agua. En 1931 se descubrió una laguna en medio del territorio chaqueño, bautizada Pitiantuta o Chuquisaca, y ocupada sin mucho esfuerzo por un destacamento boliviano. Sin embargo, los paraguayos contraatacaron el 16 de julio de 1932, batiendo a su vez en retirada a los bolivianos. A esas alturas, diversos países neutrales intentaron preservar la paz, pero los enemigos ya se aprestaban para la primera gran batalla: Boquerón.

Allí, un destacamento mixto boliviano de poco más de 600 hombres, al mando del comandante Manuel Marzana, se había hecho fuerte para resistir el ataque de los 5.000 hombres del I Cuerpo de Ejército paraguayo. En la madrugada del 9 de septiembre comenzó el primero de una larga seguidilla de asaltos infructuosos, tras lo cual siguió un sitio, subrayado por el bombardeo de la artillería guaraní, muy superior.

Pese a los ataques de la aviación y los nuevos refuerzos terrestres que recibían los paraguayos, la porfiada resistencia boliviana se prolongó durante casi todo septiembre. Pero el alto mando de La Paz no podía enviar más refuerzos, y los víveres y el agua se agotaban. Por fin, agotados y abrumados por la superioridad numérica, los bolivianos negociaron una rendición que en ningún caso fue deshonrosa. Los esqueléticos prisioneros fueron aclamados a su paso por las calles de Asunción, y el comandante Marzana pasó a ser uno de los grandes héroes de Bolivia.

Pero éste no era sino el comienzo. Los paraguayos seguían disfrutando de superioridad numérica, y obligaron a sus enemigos a seguirse replegando, aunque la situación se estabilizó. Ahora Bolivia había movilizado más tropas hacia el Chaco y se lanzó a la ofensiva, alentada por la presencia del general alemán, Hans Kundt, veterano de la I Guerra Mundial y de vinculación ya larga con La Paz, nombrado comandante en jefe del ejército.

OFENSIVAS BOLIVIANAS

Siguiendo el ejemplo chileno, en aquel entonces los militares bolivianos llevaban algún tiempo bajo la influencia germana, pero ésta y la presencia de Kundt, tenía su contrapartida en que este jefe no era precisamente un genio militar, con una imaginación estratégica bastante limitada. Por su parte, los paraguayos habían tenido instructores franceses y argentinos y, sobre todo, contaban con la en la capacidad del coronel (más tarde mariscal) José Félix Estigarribia. Estos mandos regirían los destinos de miles de hombres sepultados en cenagosas trincheras, que hicieron que este conflicto fuese visto como una suerte de versión americana de la Guerra del '14.

Tras un repliegue para recuperar fuerzas, los bolivianos intentaron un gran ataque al campo fortificado de Nanawa, el 20 de enero de 1933 que, tras un aparente éxito, fue rechazado por los paraguayos, a punta de bayoneta y machete. Pese al fracaso, las tropas de Kundt no perdieron la iniciativa, y en los meses siguientes emprendieron otros ataques contra fortines paraguayos, que arrojaron algunos magros éxitos.

Extraña, como suelen ser las guerras americanas, la del Chaco mezclaba a soldados precariamente vestidos y alimentados, valerosos aunque de escasa instrucción, con un amplio despliegue de armamento moderno como ametralladoras, morteros, lanzallamas, carros blindados, artillería y aviación. Como ocurrió en un segundo ataque boliviano a Nanawa (4-8 de julio de 1933), rechazado con más energía aún por las tropas guaraníes; mientras Hans Kundt era cada vez más cuestionado, el coronel Estigarribia se ganaba su ascenso a general. Ahora le tocaba a éste tomar la iniciativa ofensiva.

CONTRAOFENSIVAS PARAGUAYAS

El Paraguay contaba entonces con 27.000 hombres, que empleó en su casi totalidad para una gran maniobra envolvente, cuyos puntos cúlmines fueron las batallas de Alihuatá y Campo Vía, en diciembre de 1933, que resultaron en la rendición de dos divisiones bolivianas: 7.500 prisioneros y un abundante botín de armamentos. Ahora sí, el general Kundt fue destituido, y el mando supremo boliviano recayó en el coronel Enrique Peñaranda.

Un breve armisticio de fin de año sirvió para que los bolivianos se salvasen del desastre total y pudieran reorganizase, cediendo terreno; de los 77.000 hombres movilizados sólo les quedaban 7.000 en el frente. La mayoría de sus bajas era por enfermedades; ahora los paraguayos tenían superioridad numérica.

La guerra de movimientos se combinaba con la monotonía de la guerra de posiciones estáticas, donde las escaramuzas muchas veces se reducían a insultos entre "bolís" (bolivianos) y "pilas" (paraguayos); la lucha era más bien contra la sed y la enfermedad. En esta etapa de la guerra apareció un novedoso elemento: la participación de 53 oficiales chilenos, emigrados del país por la intestabilidad política de comienzos de los años '30, quienes se pusieron al servicio de Bolivia, destacando el coronel Aquiles Vergara Vicuña, autor de varios libros sobre el conflicto.

En los primeros meses de 1934 los paraguayos pensaban que podían terminar la guerra, pero tenían que arrastrar su eterno problema, la falta de movilidad, causada por la carencia de camiones y otros medios de transporte. El desenlace se demoró por una victoria boliviana en Cañada Strongest, a fines de mayo; pero por otro lado, el avance guaraní hacia la zona petrolera boliviana, en el norte chaqueño, y una nueva gran derrota de éstos más al sur, en Ballivián (2.000 muertos, 4.000 prisioneros), colmó la paciencia del presidente Salamanca. El Paraguay había ocupado el grueso de las tierras bajas, arrinconando a su enemigo contra los faldeos de la cordillera andina.

"CORRALITO" BOLIVIANO

El mandatario boliviano decidió hacerse presente en la gran base de retaguardia de Villamontes donde, el 27 de noviembre de 1934 donde, en un episodio vergonzoso, los jefes militares lo derrocaron y arrestaron, dejando al país acéfalo mientras el enemigo se aproximaba. Fue el llamado "cerco" o "corralito", de connotación muy distinta a la que tiene en la Argentina actual.

En La Paz asumió un gobierno provisorio, pero entretanto, los paraguayos siguieron avanzando hasta la propia base de Villamontes, y le pusieron sitio. Corría mediados de 1935 y se iba a librar la mayor batalla de la guerra cuando por fin, el 14 de junio, se logró el cesde del fuego. En una espontánea reacción, las tropas de ambos bandos corrieron a abrazarse.

A los tres años de guerra siguieron otros tres interminables años de negociaciones diplomáticos, y el tratado de paz se firmó en Buenos Aires el 21 de julio de 1938. En virtud de éste, el Paraguay obtuvo la mayoría del Chaco Boreal, aunque Bolivia retuvo los campos petrolíferos ya en explotación; la existencia de petróleo en otros sectores de esa zona probó ser mera especulación. Así, quedaba de manifiesto la dudosa utilidad de esta matanza.

Al inicio de la contienda el ejército boliviano contaba con 5.500 efectivos, y el paraguayo sólo con 4.200; durante la misma, el primero movilizó 200.000 hombres y el segundo 150.000. Bolivia tuvo 50.000 muertos y 25.000 prisioneros, pero los 40.000 muertos y 2.500 prisioneros guaraníes prueban que la victoria de éstos fue pírrica.

Piero Castagneto

EXTRAÍDO DE “LA ESTRELLA”

Mas info

http://www.editorialbitacora.com/armagedon/chaco/chaco.htm

http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_del_Chaco

Fug

22-05-2008

Sobre lo de Angola, 600 carros o blindados es mucho, quizas sean 600 entre carros blindados, piezas de artilleria, etc,  por lo que yo lei, carros no habia muchos.  Saludos.

Panzertruppen

19-08-2014

Guerra por la posesión de las Islas Malvinas

Como saben una guerra no tiene un tiempo de duración determinado, ni una única forma de desarrollarse; partiendo de ese concepto la guerra por las islas Malvinas no comenzó el 2 de abril de 1982, ni termino el 14 de julio del mismo año, fecha acordada del cese de hostilidades entre Argentina y Gran Bretaña. De hecho el 20 de junio de ese año hubo más novedades.

Acaso el inicio fue el 31 de enero de 1764 comienzo de los conflictos por el archipiélago entre Francia y España, en 1744 entre España e Inglaterra, en 1831 entre la ya Republica Argentina y EE UU, o comenzó el 20 de diciembre de 1832 con la toma y expulsión de los habitantes y guarnición allí asentada por parte del Imperio Británico. Como sea una guerra no está formada por una única acción sino por una sumatoria de enfrentamientos, escaramuzas, revueltas, batallas… en fin, de eso se trata la guerra.

Lo que les voy a relatar hoy es una revuelta, una que sirvió para recuperar las islas Malvinas para Argentina, aunque sea por unos meses; la historia de esa revuelta, sus protagonistas, y en especial el líder de esa reconquista Antonio El Gaucho Rivero.   

Antonio El Gaucho Rivero (Concepción del Uruguay, 27 de noviembre de 1808 - Vuelta de Obligado, 20 de noviembre de 1845)”.

Situación antes del alzamiento.

Muy lejos de Buenos Aires, Se había producido la usurpación británica a las Islas Malvinas por los marinos ingleses de la corbeta Clío. El capitán Oslow había dejado encargado al colono irlandés William Dickson la administración del archipiélago, y la misión de izar y arriar el pabellón británico cada vez que un barco se aproximara a puerto y todos los días domingos.

El gobernador Luis Vernet había renunciado a su cargo en marzo de 1833 a fin de evitarse problemas con Gran Bretaña; regresó a Buenos Aires, pero siguió desarrollando normalmente, con la autorización inglesa y a través de sus capataces, la administración de sus negocios particulares en la colonia de Puerto Luis.

Alrededor de 1827, El Gaucho Rivero acompañó a la expedición de Luis Vernet a las Malvinas, con el objetivo de ejercer allí el oficio de peón para la empresa del mismo Vernet. Contaba entonces alrededor de 20 años de edad.

El descontento cundía entre los gauchos empleados de Vernet, pues el capataz, el francés Jean Simon (o Juan Simón), apoyado por el exmayordomo de Vernet, el británico Matthew Brisbane, con la excusa de la ocupación británica, intentaba extenderles las ya pesadas tareas campestres, entre otros excesos de autoridad. Sumado a eso, se les abonaba no con dinero, sino con vales firmados por el propio exgobernador, los cuales no eran aceptados por Dickson, el administrador de las islas que a la vez también era el responsable de los almacenes. Además, les prohibían alimentarse con el ganado doméstico, obligándolos a cazar animales asilvestrados. Los explotadores actuaban en perfecta armonía con Dickson, único representante de la corona británica presente en las islas.

El alzamiento

De los 14 gauchos y aborígenes acriollados que todavía vivían en las islas, un grupo de ocho de ellos se sublevó en desacuerdo con la nueva situación, el 26 de agosto de 1833, seis meses después de la invasión británica de las islas.

Su líder era El Gaucho Antonio Rivero (apodado Antook por los británicos). Rivero hablo con Juan Brassido y con Jose Luna, y acordaron terminar con el sometimiento invasor, más cinco indios charrúas acriollados: Luciano Flores, Manuel Godoy, Felipe Salazar, Manuel González y Pascual Latorre Todos ellos, tanto Rivero como los otros siete, eran analfabetos.

Estos rebeldes estaban armados con facones, boleadoras, espadas, pistolas y mosquetes, en contraste con las pistolas y fusiles con los que contaban sus oponentes. Decidieron actuar por sorpresa, aprovechando la ausencia del teniente Lowe y sus hombres, que se habían alejado por mar en una expedición de caza de lobos marinos. Fueron muertos el administrador del archipiélago William Dickson, Matthew Brisbane, Juan Simón, y otros dos colonos: Ventura Pasos y el alemán Antonio Vehingar. Rivera degolló a Simon en su propia cama, sus compañeros se encargaron del resto. Ninguno de ellos logró alcanzar sus armas antes de ser muertos. Los ataques fueron llevados a cabo cuando las víctimas estaban solas, para aprovecharse de la superioridad numérica. Posteriormente se instalaron los gauchos en la casa de la comandancia. Impidieron el izado de la bandera británica durante los siguientes cinco meses, izando en su lugar un improvisado trapo azul y blanco (colores entonces de la Bandera Argentina).

Las vidas del resto de los colonos, de los cuales 6 eran criollos y 17 de otras nacionalidades, fueron respetadas y en espera de que las autoridades argentinas enviaran una fuerza naval para recuperar las islas los confinaron en la isla Celebroña (Kidney Island, en inglés). Durante dos meses (entre el 26 de agosto y el 23 de octubre de 1833) ambos grupos vivieron separados.

El 23 de octubre de 1833 atracó en Puerto Luis la goleta británica HMS Hopeful seguida por dos balleneras también británicas. La Hopeful rescató a las mujeres y niños de la colonia de la isla Celebroña, poniendo así fin a la colonia de las islas. Rehusaron a enfrentarse a los facciosos y decidieron en cambio reportar la situación a sus superiores del sector sudamericano, por lo que se retiraron.

El Gaucho Rivero

Captura y juzgamiento de los rebeldes

El 9 de enero de 1834, la HMS Hopeful regresó a la isla Soledad junto con la también británica HMS Challenger. El capitán Seymour despachó al teniente Henry Smith junto a 4 suboficiales y 30 soldados, que inmediatamente izaron la bandera británica. Rivero y sus compañeros estaban en ese momento preparando una rudimentaria embarcación para dirigirse al continente. El 11 de enero de 1834 se entregó ante el capitán Seymour el primer insurgente: el gaucho José María Luna; a cambio de conservar su vida, sería el baqueano de los británicos en la captura de sus compañeros. Recién el 21 de enero de 1834 los británicos lograron recuperar el control de Puerto Soledad. Los siete restantes, muy superados en número y armamento, optaron por retirarse al interior de la isla. Smith, el oficial a cargo, ordenó la persecución de los sublevados, aunque no les resultó fácil capturarlos, necesitando enviar varias expediciones para obtenerlo. También los insurgentes debieron pedir pequeñas treguas por la falta de alimentos. Finalmente, la rebelión pudo ser controlada, lográndose apresar a todos los gauchos rebeldes. El último en permanecer insubordinado fue el mismo Rivero, quien solo se entregó el martes 18 de marzo de 1834 al saber que todos sus compañeros ya estaban presos y viéndose rodeado por dos grupos de fusileros británicos.

Hay varias versiones sobre su juzgamiento. En la primera, los insurrectos fueron trasladados engrillados a la estación naval británica de América del Sur a bordo del HMS Beagle, que al mando de Robert Fitz Roy realizaba su segunda visita a las islas, viaje que sería inmortalizado en la historia de la ciencia. Allí se les inició un proceso penal en la fragata de tercera HMS Spartiate. Por motivos no bien documentados el almirante británico no se atrevió a convalidar el fallo y ordenó que Rivero y los suyos fueran liberados en Montevideo.

La otra crónica indica que fueron llevados a Reino Unido, permaneciendo durante varios meses encerrados en la prisión de Sherness sobre el río Támesis. Según esta versión, el juicio terminó en condena para los acusados; sin embargo, el hecho de que en vez de efectuar el cumplimiento de la pena hayan sido inmediatamente trasladados a Montevideo para ser liberados tiende a desacreditar esta última aseveración. Según otra visión de los hechos, si bien en el juicio en Inglaterra se exigió para ellos la pena de muerte, el tribunal británico que los juzgó se declaró incompetente debido a que sus acciones habían sucedido fuera de la jurisdicción del tribunal, la cual excluía Escocia y las colonias británicas. Por esta razón, el ministerio fiscal aconsejó al almirantazgo embarcarlos de vuelta al Río de la Plata, y dejarlos en libertad. Finalmente, Rivero y los suyos fueron liberados en Montevideo.

Sobre la calidad de héroe de Rivero, Brienza reflexiona que “lo interesante es, como dice Eric Hobsbawm, que los bandidos sociales son una de las primeras formas de protesta, y Rivero es un hombre que realiza un acto criminal pero luego uno reivindicatorio al izar una bandera azul y blanca. Es un héroe y es un asesino, un criminal”. Como conclusión, el Gaucho Rivero “defiende la soberanía nacional en una forma primitiva, simbólica; quizás no en una toma de conciencia acabada de lo que está realizado, pero sí es una forma intuitiva de patriotismo”.

La muerte de Rivero

En cuanto a la muerte de Antonio Rivero existen dos versiones. En la primera, Rivero, incorporado en las filas del ejército argentino por Rosas, volvió a luchar contra sus mismos enemigos, muere el 20 de noviembre de 1845 combatiendo a los británicos en la batalla de la Vuelta de Obligado. En la segunda versión, se sugiere que falleció de muerte natural.

Panzertruppen

19-08-2014

Se que se trataba de ejércitos latinoamericanos en conflictos internacionales; pero esta pequeña insurrección es como una Faluya (salvando las distancias), no hay grandes movimientos de tropa, pero es épico y de echo retuvieron mas tiempo las islas que todo el ejercito Argentino en el 82.

PD: Me olvide de poner las fuentes pero básicamente es el articulo de wiki. con pequeños pedacitos de 10 pag. mas.

Wittmann

19-08-2014

Compañero, tu mismo lo dices > pero básicamente es el articulo de wiki

Pues bien, eso no sirve, los trabajos tiene que hacerlos uno mismo, usa la wiki si quieres como fuente de información, pero debes darle forma tu mismo, de otra forma deberá ser borrado. lo siento.

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