Los Paracaidistas Franceses en la Guerra de Indochina (1946-1954)

Deleted member

17-07-2008

Los Paracaidistas Franceses en Dien Bien Phu (parte 02):

2.- “Bréche” y sus muchachos :

Los franceses del estado mayor “Centro-Este”, que por otra parte se confundía con el estado mayor paracaidista, discutían acaloradamente. Bigeard y la mayoría de los comandantes estaban a favor de reemprender la ofensiva.

Algunas de las colinas estaban perdidas, pero otras se podían recuperar. Entre ellas Eliane 1, abandonada el 30 de marzo. Para esta operación hacía falta un batallón. El 1° de abril es lanzado en paracaídas el II/1° RCP (2° Batallón del 1° Regimiento de Cazadores Paracaidistas) de Bréchignac, su comandante.

Este batallón ya había estado antes en Dien Bien Phu, en la operación Castor, en noviembre de 1953, y había sido retirado, y no para descansar, ya que ha participando en muchas otras operaciones desde esa fecha.

El II/1° RCP después de su salto en Dien Bien Phu en noviembre de 1953.

Este era el único batallón del 1° RCP que quedó en Indochina desde 1952. A pesar que llevaba la boina roja, el II/1° RCP era un batallón “boina azul” (boina de cazadores, entre ellos los alpinos). Es decir, que, junto a la Legión, un caso particular, era la única unidad paracaidista esencialmente metropolitana. Por este hecho, reinaba cierta rivalidad entre Bréchignac y Bigeard, el comandante del 6° BPC (Batallón de Paracaidistas Coloniales). Cada uno a su estilo había conseguido “su” batallón.

Bigeard a su manera  efectuó golpes espectaculares, con algo de teatro y mucha agilidad. En el 6° BPC trabajaban como el jefe, con una vivacidad nerviosa y muy fluida.

Por el contrario, el II/1° RCP había adoptado las cualidades y defectos de su jefe. La disciplina era allí más visible, la maniobra más rigurosa. Bréchignac era achaparrado, macizo, indestructible. Su ascendencia campesina le hacía poner un pie después del otro, asegurar una conquista antes de ir en busca de la siguiente. Su batallón era menos brillante, más discreto que el 6° BPC, pero igualmente eficaz. Con poca publicidad este batallón se había ganado el respeto de sus pares, se presentaba sólido, coherente, homogéneo, lo que exactamente se necesitaba en la hondonada.

Es a Bréchignac, a quien Bigeard entregó la “antorcha de los paracaidistas”, cuando partió hacia Dien Bien Phu consiente del abismo al que se le mandaba. Bréchignac, sencillamente, fingió tomar esta “antorcha” que únicamente existía en la imaginación de Bigeard.

También sencillamente se reunió con los otros en la hondonada. Incluso haciendo algo mejor que ellos : inauguró los saltos de noche.

En Hanoi le habían dicho : ¡Es una locura! La pista de aviación está abatida por los viets y tendrá muchas dificultades.

Tranquilo, Bréchignac, se encogió de hombros; sabía que las dificultades no sobrevendrían en el momento de aterrizar...

Antes de partir, el coronel Sauvagnac, que mandaba el grupo aerotransportado del que dependía el 1° RCP, recomendó a los comandantes de compañía : Oriéntense hacia el Sur-Sureste...

Una bonita teoría.

En la realidad durante el trayecto hacia Dien Bien Phu, Langlais cambia los planes. Más que arriesgarse a los azares del largaje y de las pérdidas, tomó la decisión de posar al II/1° RCP directamente sobre el campo cercado, en medio de las trincheras, de las alambradas de púas, de los piquetes de hierro y de los obstáculos de todo tipo que, ya en pleno día, harían lanzar gritos despavoridos a los teóricos del paracaidismo.

El II/1° RCP saltó.

Zona de salto del II/1° RCP en Dien Bien Phu.

La idea era lanzar todo el batallón, pero cuando los aviones que lo transportaban aparecieron sobre el valle antes del amanecer del 1° de abril, el oficial de la fuerza aérea que mandaba la operación se atuvo estrechamente a las normas prescritas para el lanzamiento que sólo pudo descender algo más de una compañía (la 1ª) antes que diera por concluida la misión. Lo mismo sucedería en cuatro días sucesivos, de tal forma que hasta el 6 de abril no se tuvo reunidos a todos los hombres del II/1° RCP, y eso gracias a que Langlais había obligado, ceñudo, al jefe de la fuerza aérea, a que permitiera un lanzamiento disperso por toda el área del campo.

Tanto los paracaidistas del II/1° RCP, como el creciente número de voluntarios que venían a ocupar puestos de especialistas, de los cuales en muchos casos realizaban su primer salto en paracaídas, que fueron lanzados entre el 1 y 6 de abril de 1954, aterrizaron en medio de la lucha porque justo en ese lapso los viets  presionó en su ofensiva sin descanso, mientras los franceses contraatacaban para recuperar posiciones claves.

Pero volvamos al 1° de abril. Ese día, el capitán Marcel Clédic se encontraba en el avión de cabeza. Había repetido las consignas a todos los muchachos y el “Sur-Sureste” era la obsesión de los paracaidistas de la 1ª Compañía. También lo era de los otros.

La oscuridad era total en la hondonada. Durante el descenso, los que se acordaban aproximadamente del eje del avión se olvidaban de todo. Intentaron más bien adivinar dónde se encontraba el suelo.

Los hombres tocaron tierra, no importando dónde, entre unas trincheras silenciosas o agitadas, entre ataque y el contraataque. Estaban completamente perdidos.

Clédic se levantó. Había caído duramente sobre el parapeto de una especie de blocao del que no salía ningún ruido. Se acostumbró a la oscuridad y adivinó a sus pies el zigzag oscuro de un ramal de trinchera. No vio a nadie.

Se preguntó : ¿Dónde estoy?

Se desabrochó a tientas, tomó su carabina que calaba bajo el brazo y decidió esperar a que llegara el día para orientarse y, eventualmente, defender la piel.

No quería pensar en ello, pero al igual que todos los que habían llegado con él, temía vagamente estar en zona viet. A algunos pasos, se reagrupaban unas siluetas. ¿Amigos? ¿Enemigos? Clédic no lo sabía.

Se aplastó contra el suelo y, sin grandes esperanzas, dio una voz a los soldados : ¡Anuncien color!

Le contestó una carcajada : ¡Somos los morteros de la Legión, muchacho!

Clédic suspiró aliviado. Estaba entre amigos. No era el único : a través del campo atrincherado, corrió un inmenso caudal absorbido por los “habitantes” de las trincheras y de las trampas del tránsito. Casi tan deprisa, como un grupo normal, lo que se pudo lanzar del II/1° RCP fue reunido alrededor del PC de Langlais.

Bréchignac apareció en el refugio donde se encontraban los comandantes de las unidades, Botella, del 5° BPVN (Batallón de Paaracaidistas Vietnamitas), Guiraud, del 1° BEP (Batallón Extranjero de Paracaidistas), y Thomas (que acababa de tomar a su cargo el 6° BPC, ya que Bigeard había sido nombrado adjunto de Langlais). No pudieron evitar una carcajada : Bréchignac estaba hecho jirones.

Este murmuró : Me he peleado con unas alambradas.

Langlais le dio la bienvenida y le hizo la pregunta tradicional : ¿El largaje ha estado OK?

Era como un test. Esperaba que las pérdidas no hubieran sido tan grandes, pues en la hondonada quedaban trescientos hombres.

Bréchignac, contesta : Un esguince, eso es todo.

Nadie dijo nada, pero todos pensaron lo mismo : es más que una hazaña. No era un hecho nada corriente, incluso sobre una DZ normal, llana y sin obstáculos.

En pocas palabras, Langlais trazó para el recién llegado el balance de la batalla y expuso sus proyectos. Bréchignac no dijo nada. Escuchó y aprobó.

En medio de esa exposición, crepitó la radio : Huguette 6 acaba de ser atacada.

Huguette era uno de los puntos sensibles : un pequeño punto de apoyo, situado al Noroeste, al final de la pista de aviación. Lo ocupaban cien legionarios del capitán Rastouil. No quedaba nadie para enviar allí, pues los paracaidistas estaban ocupados al Este tapando la brecha de las Elianes.

Bréchignac se inclinó sobre el plan direccional, rasgado por grandes trazos azules y rojos.

Es ahí, dijo Botella del 5° BPVN, señalando con el dedo índice un punto rojo, a un kilómetro del campamento.

Bréchignac dijo : Ok. Voy a enviar a la 1ª Compañía, una estupenda entrada en materia.

Llegó Clédic. Su rostro era cuadrado, sus manos grandes como palas, y su pelo negro y abundante. Frunció sus grandes cejas, al mismo tiempo que escuchaba. Serenamente, dijo : De acuerdo. ¡Allá vamos!

No conocía el terreno. Además, de noche, le era imposible maniobrar adecuadamente. También resultaba peligroso seguir las trincheras que podían conducirle no sabía a dónde. Por lo que salió a descubierto y avanzó, al “cañón”, manteniendo aproximadamente el eje de progresión.

Clédic se acercó y encontró una especie de trinchera que lo condujo a su objetivo : el encañado de la pista de aviación. Era un itinerario demasiado arriesgado para las tropas de contraataque y que nadie tomaba jamás. Por esta razón, milagrosamente, los viet no lo habían vigilado.

Clédic tomó en un segundo una decisión : nada de utilizar subterfugios. No tenía idea de lo que ocurría, lo único que sabía era que los viets estaban allí.

Ordenó : Primera sección a la derecha, segunda a la izquierda, tercera al centro. Adelante y  límpienme todo esto...

Hacia las seis de la mañana, justo antes del amanecer, el general viet al mando de la División 312, se da cuenta que su asunto no avanzaba según el plan previsto. Algo o alguien había intervenido y sembraba confusión. Hizo intervenir entonces a su último batallón, hasta el momento en reserva.

Clédic aguantó el golpe. Fue duro, pero por suerte ya empezaba a clarear y pudo entonces darse cuenta de la situación y del terreno. Llamó a la artillería por radio y, sin conocer los códigos ni las posiciones de las piezas, reguló el tiro.

Ante esto los viets se replegaron lentamente, primero en orden. Iban atravesando en sentido contrario a la brecha de alambradas.

Clédic barreó, literalmente : ¡Al asalto!

Sus hombres salieron de las trincheras y se lanzaron hacia los supervivientes viets. Secciones enteras de enemigos, al encontrar la salida ocupada, echaron a correr por los ramales de las trincheras bajo los disparos de los 105.

A las diez de la mañana, Clédic se vio obligado a llamar a sus hombres que perseguían a los viets fuera del alcance de la protección de los cañones.

El II/1° RCP en Dien Bien Phu. Fecha abril de 1954.

Cuando volvieron, los que, al igual que el general Cogny en Hanoi, empezaban a creer que “todo estaba perdido”, se preguntaron si no deberían cambiar de punto de vista.

Los muchachos de “Bréche” (clave radial de Bréchignac) tenían un estilo que inspiraba confianza.

Es sin duda lo que hizo que Langlais decidiera emprender la reconquista de Eliane 1.

Fuentes :

Les Paras (E. Bergot).

Dien Bien Phu (J. Keegan).

Continuará..............

Deleted member

17-07-2008

Los Paracaidistas Franceses en Dien Bien Phu (parte 03) :

3.- El paracaidista que podría haber muerto casi diez años antes :

Bretaña, Francia, junio de 1944 :

Yves Prigent, tiene una historia particular. En agosto de 1943 llegó a Inglaterra, procedente de Nueva York, no era más que un desertor de la Marina. Junto con unos amigos, había abandonado su barco, el Montcalm, anclado en Filadelfia. El barco pretendía seguir fiel a Francia y dudaba entre “la disidencia” y el “Mariscal”. Prigent escogió.

Se enroló en los paracaidistas de la Francia Libre. A su llegada sus compañeros le dieron un apoyo que llevó durante mucho tiempo, hasta Dien Bien Phu. Para todos Prigent fue a partir del momento de su llegada el “Grumete” Prigent.

Destinado al 2° RCP (Regimiento de Cazadores Paracaidistas), el 5 de junio de 1944 salta en Bretaña con su jefe, el teniente André Botella, que en Dien Bien Phu estará al mando del 5° BPVN (Batallón de Paracaidistas Vietnamitas). Para esta patrulla como para todas las que saltaron esa misma noche, la misión era preparar el terreno al regimiento, tomar contacto con la resistencia para, juntos, bloquear a los ciento cincuenta mil alemanes  de Bretaña, con el fin de evitar que vayan a aumentar los efectivos que pudieran oponerse al desembarco aliado en Normandía.

Pero la misión se transformó en algo mayor.

Las patrullas de los tenientes Leblond y Botella, que habían sido largados en la noche entre el 5 y 6 de junio, se establecen en el bosque de Duault, en las Costas del Norte, cerca de Guingamp. En el lugar reuniendo a los partisanos, formaron una base que se denominó “Samwest”. El 11 de junio son descubiertos por los alemanes, y al día siguiente son atacados por numerosas tropas, siendo el campo destruido. Que coincidencia Prigent y Botella en un campo fortificado en el medio de la zona enemiga, que pasará diez años después.

Leblond con los pocos hombres que le quedan ilesos, entre ellos el “Grumete” Prigent, logra salir del bosque, y alcanzar en pequeños grupos la base que los tenientes Marianne y Deplant han organizado cerca de Ploërmel, en el pueblo de Saint Marcel.

De nuevo se formó allí otro campo fortificado, llamado Sain Marcel, siguen las coincidencias otro campo fortificado más, y bastante más grande que “Samwest”. Llegan más paracaidistas SAS y más partisanos. Los alemanes atacaron el 18 de junio, con el apoyo de blindados. Aunque los paracaidistas se defendieron, al final fueron sobrepasados y tuvieron que retirarse, haciendo explotar antes los explosivos y las municiones. Cuando llegan los alemanes sólo quedaban allí una treintena de paracaidistas y partisanos heridos, entre ellos el “Grumete” Prigent, los que son tomados prisioneros.

El 19 de junio Prigent y el resto de los prisioneros, fue llevado ante los edificios de una granja. Allí, un pelotón de fusilamiento dispara con ametralladoras contra ellos.

En un último movimiento reflejo, Prigent se tiró al suelo antes de que le alcanzase la ráfaga mortífera. Luego, de noche, después de conseguir salir del montón de cadáveres  bajo los que estaba enterrado, surge justo debajo de las narices de un centinela enemigo.

Había conseguido conservar el “Colt”. Bastó una bala. El centinela alemán cae, sin un grito. Entonces, Prigent, echó a correr, sin saber en que dirección, sólo escuchando los gritos de los otros alemanes, siempre recto hacia delante. Corrió casi desnudo, a través del bosque, sin preocuparse de las espinas que laceraban su cuerpo y golpeaban la profunda herida que tenía en el hombro. Corrió casi como un demente recto hacia delante, como si huyese del infierno, únicamente guiado por un reflejo primitivo, salvaje, no quería morir. Por lo menos, no así. Sólo tenía dieciocho años.

Para ver más sobre lo anterior, recomiendo leer :

https://mundosgm.com/smf/index.php?topic=3089.0

Dien Bien Phu, Indochina, abril de 1954 :

Eliane 1 fue perdida por los franceses el 30 de marzo y luego recuperada el 31 de marzo a las 15:00 y vuelta a abandonar el mismo día cerca de las 18:00 por orden de coronel Langlais, debido a la falta de refuerzos no lanzados en paracaídas, por lo que fue recobrada por el enemigo.

El “Grumete” Prigent ha fue nombrado adjunto el 1° de abril, pero este ascenso no lo ha conmovido de sobremanera. Le habían dado a elegir entre preparar  un pelotón de alumnos oficiales o ser ascendido. Pero él no había querido abandonar a sus compañeros. 

Prigent mandaba una sección de “pimpims”, es decir antiguos viets, o antiguos PIM (prisioneros internos militares), o nuevos paracaidistas. “Actúo como adulto”, decía él mismo con aire jovial y una sonrisa pícara bajo un bigote a lo “RAF”, herencia de las SAS.

El “Grumete” y sus amigos eran  casi una leyenda en el seno del 6° BPC (Batallón de Paracaidistas Coloniales). Estos amigos eran dos sargentos : Balliste y Gosse. Uno de ellos era bajito, delgado y seco, con rostro de asceta como le gustaban a Bigeard. El segundo era un “pied noir” ( francés de Argelia) de Oran, con ese rostro demasiado regular, demasiado de “romano decadente”, propio de los hombres del Mediterráneo. Balliste tenía veintiocho años, y Gosse veinte.

Los tres valían por una compañía, sobre todo cuando los “pimpims” entraban en juerga.

La llegada en primer lugar del II/1° RCP (2° Batallón del 1° Regimiento de Cazadores Paracaidistas), entre el 1° y 6 de abril, es lo que sin duda decide a Langlais a emprender la reconquista de Eliane 1. La posterior llegada de una compañía del 2° BEP (Batallón Extranjero de Paracaidistas), el 9 de abril, sólo alentó más este hecho.

El comandante Liesenfeld, al mando del 2° BEP en Dien Bien Phu.

Salto del 2° BEP en Dien Bien Phu. Abril de 1954.

En un principio pensaba en utilizar como elemento de punta de lanza a los hombres del II/1° RCP, más fresco y cuyas compañías contaban con el pleno de los efectivos. Pero Bigeard, que tenía miedo de que le birlaran este asunto en el que tenía gran interés, presenta otro plan, diciéndole : Utilice a “Bréche” si lo desea. Pero después como elemento de relevo. Yo me comprometo a recuperar Eliane 1 con dos compañías. Las conozco y respondo por los oficiales que las mandan : Lepage (1ª Compañía) y Trapp (2ª Compañía). Conseguirán el objetivo...... Una vez echo esto, el resto es para el II/1° RCP.

Langlais titubeó y lo consultó con de Castries. Este, que sentía debilidad por el penacho de Bigeard, aprobó el plan.

El día “J”, fue fijado para el 10 de abril. Para esta operación, de la que dependía la supervivencia del campo atrincherado, toda la artillería se puso a las órdenes de los paracaidistas, así como toda la aviación, la cuál se ocuparía del objetivo al amanecer.

Bigeard se instaló lo más cerca posible, en la colina perpendicular, a unos cien metros de allí, donde disponía de perspectiva directa. A su alrededor, como una mesa de director de orquesta, el montón de aparatos de radio.

Todo empezó a las 05:30, con una intensa preparación de artillería que puso en movimiento todo lo que Dien Bien Phu poseía como cañones.

Son las 06:00.

El director de orquesta (Bigeard), ordena : ¡Alto el fuego!

Trapp se encuentra preparado en su base de partida, en la cual recibe la instrucción : Hervé (clave de Trapp) de Bruno (clave de Bigeard), su turno. Respondiendo : Recibido......

La voz de Trapp no tembló. Era alto, tan alto como Bigeard, pero seco y huesudo. Sus hombres lo llamaban la “araña”. Esbozaba una media sonrisa con el borde de los labios, medio socarrona, medio cómplice. Habían días en que se le mataría a causa de esa sonrisa. Pero esa mañana, le contestan otras sonrisas. Todos los paracaidistas de la compañía (100 hombres aproximadamente), crispados sobre sus armas, sabían lo que tenían que hacer. Algunos, que sabían que iba a ser duro, no quitaban los ojos de su jefe, con una mirada que quiere ser optimista, pero que reflejaba algo de inquietud. Este, con un guiño, dio la orden :  ¡Adelante!

Se lanzaron tres hombres hacia delante, el primer equipo de ruptura del dispositivo viet. El que siempre tiene mayor trabajo. Balliste, Gosse, su adjunto, y Kerkérian, el kurdo de tez morena, antiguo guerrero de Irak a las órdenes del “general” Barzani. Un duro a quien nada asustaba.

Corrieron, escalaron los flancos de Eliane 1 y llegaron a las primeras trincheras. Los viets, acosados por la artillería, tardaron en reaccionar.

“Adelante, adelante”, repetía Balliste. El cuidado de perfeccionar la limpieza lo dejó a los otros. Lo único que contaba para él era llegar al centro nervioso de la colina, al PC viet. Se encontró frente a él al cabo de media hora, después de un combate que se fue haciendo más y más duro a medida que se efectuaba la infiltración. En segunda línea, se habían rehecho los viets. Resistían, pero no atacaban.

Balliste no llegó al PC. A las 08:30, le alcanza una bala en plena frente, justo al pie del blocao. Gosse yace un poco más lejos. Una granada lo hirió en las piernas y otra le explotó en el rostro. Se quedó ciego.

Pero la sección Samalens estaba ahí, detrás de Balliste. Llegó con fuerza apartando los últimos obstáculos. Delante de ella, como punta de lanza, los tres mejores vietnamitas del 6° BPC : Tho, un alto tonkinés de rostro angelical, Diem, llamado “con vit” (el pato), por su peculiar forma de andar, y Viet-Viet, un cabo seco y arrugado como una pasa, a quien nunca molestó su nombre. Son los primeros en entrar donde se encuentra el comandante enemigo. Asombrado al ver a unos “compatriotas”, fue apresado sin reaccionar.

Trapp ordenó : Colóquense en defensiva, el contraataque no tardará en llegar.

En un momento, las trincheras cambiaron de mano, los ramales de dirección. El dispositivo empezó a girar hacia el Este. La reacción viet fue violenta, pero olía a despecho e ira. Los contraataques improvisados empezaron mal. Eran apresurados y torpes. Además, el tiro de batería al mando de Bigeard, que se encontraba al corriente de todo gracias a la escucha de los aparatos de radio de sus secciones, causó grandes estragos.

El “Grumete” Prigent se encontraba a la izquierda de la compañía Trapp. Junto con sus “pimpims” que aguantaron los golpes sin dificultades. Incluso se dieron el lujo de replicar a los enemigos lanzando órdenes, las cuales, alocados los bô dôï, obedecieron algunas veces.

Hacia el mediodía, Lepage, después de haberse abierto camino por la derecha, llegó también a su objetivo. Y allí avisó al jefe : Bruno de Lepage, estamos sobre nuestros objetivos......

Bigeard respiró aliviado. No había subestimado a sus hombres y entregó Eliane 1, reconquistada, a Bréchignac y su II/1° RCP, que fue a ocuparla.

Los “amigos” del 6° BPC, durante la operación “Hirondelle” : de izquierda a derecha, el sargento primero Balliste, el sargento Gosse y el adjunto Prigent, todos muertos en Dien Bien Phu y el cabo Cazeneuve, que será uno de los pocos supervivientes de la 2ª Compañía del teniente Trapp. Foto sacada durante la operación “Hirondelle”, el 17 de julio de 1953.

El relevo fue organizado hacia las 16:00. Las dos compañías del 6° BPC descendieron de regreso con sus muertos y heridos. Balliste en primer lugar.

Detrás, el “Grumete” Prigent, que también murió de una bala en la cabeza, al igual que su compañero.

Gosse sobrevivió únicamente algunas horas, ya que el convoy de heridos de que formaba parte cayó bajo un tiroteo viet al pie de Eliane 1.

**Actualmente, un monumento conmemorativo lleva grabado el nombre de los héroes y mártires de la Resistencia, que murieron en Sain Marcel en junio de 1944.

Un hombre falta a la llamada : Yves Prigent, el “Grumete”. Murió el 10 de abril de 1954 en Dien Bien Phu, al otro lado del mundo, casi diez años después de haber sido fusilado en Sain Marcel.**

Fuentes :

Les Paras (E. Bergot).

Dien Bien Phu (J. Keegan).

Continuará..............

Deleted member

17-07-2008

Los Paracaidistas Franceses en Dien Bien Phu (parte 04):

4.- La canción de los “bawouan”, uno de los hitos más impactantes de los paracaidistas en Dien Bien Phu :

Hacia las 16:00 de ese 10 de abril de 1954, la 1ª y 2ª compañías del II/1° RCP (2° Batallón del 1° Regimiento de Cazadores Paracaidistas) al mando de los capitanes Charles y Minaud relevaron a las unidades del 6° BPC (Batallón de Paracaidistas Coloniales), que habían retomado Eliane 1. A las 18:45 los viets empezaron un fuerte tiro de artillería,  y poco después de 3 batallones viets con todos sus miembros se lanzaron tiene el asalto de Eliane 1, hacia las 22:00 el puesto estaba a punto de caer, las dos compañías del II/1° RCP perdieron el 50 % de sus efectivos, algunas de sus secciones desaparecieron completamente. Bigeard envió a dos compañías del 1° BEP (Batallón Extranjero de Paracaidistas) de los capitanes Martín y Brandon, de refuerzo, los que avanzaron lentamente sobre la sitiada Eliane 1 con los restos de las compañías del II/1° RCP luchando. A las 00:45, Giap envió otro batallón sobre el puesto y Bigeard en respuesta envió la segunda oleada, la 2ª Compañía del capitán Pham Van Phu y la 3ª Compañía del capitán Guilleminot del 5° BPVN (Batallón de Paracaidistas Vietnamitas), los “bawouan”, para apoyar al 1° BEP.

Pero retrocedamos algunos meses. El 5° BPVN, había participado en la operación "Castor", quedándose en la hondonada hasta pasado mediados de diciembre.

El 14 de marzo de 1954, volvieron a saltar en Dien Bien Phu, como refuerzo.

Paracaidistas vietnamitas en un acto de condecoración, después de la operación Castor. Fecha diciembre de 1953.

El día 15 de marzo ya tenían su primera misión. Se trataba de un contraataque contra Gabrielle que había caído el día anterior.

Una fuerza mixta, constituida por una compañía del 1° BEP, y por el recientemente llegado 5° BPVN, encabezada por siete tanques M-24 Chafee del 1° RCC (Regimiento de Cazadores a Caballo), se pusieron en marcha en la oscuridad, para invertir la situación.

En su avance hacia Gabrielle, esta columna de refresco fue intensamente hostigada y en un punto ya fuera del perímetro, de no haber sido por los carros de combate, habría quedado clavada al terreno y destruida. Aún así, tres compañías del 5° BPVN se vieron totalmente detenidas por el shock y la sorpresa que les provocaron los viets. Pero los legionarios y los carros presionaron fuertemente y, con las primeras luces del alba, pusieron pie en la colina de Gabrielle.

El mayor André Botella, ese argelino de Blinda, ese “Pied Noire” (pie negro, sobrenombre de los franceses o hijos de colonos franceses nacidos en Argelia), ese mismo veterano de los paracaidistas franceses SAS en Bretaña en 1944, que desde aquella época era llamado “Pie de Alu”, en recuerdo de su herida en Bretaña, que estaba al mando del batallón, no se desesperó, pero tuvo que hacer algunos cambios. Botella era un caso especial. Varios oficiales de carrera y de complemento del 5° BPVN tuvieron que ser destituidos en razón de que se les consideró casi como un acto de cobardía, su actuación durante el contraataque en Gabrielle, y enviados a trabajar casi como peones.

Paracaidistas vietnamitas en Dien Bien Phu. Fecha marzo 1954.

Pero el batallón estaba bastante desmoralizado. Nuevamente flaqueó en el ataque viet contra Eliane 1 y 2 del 30 y 31 de marzo, pero Botella y sus “bawouan” pronto tuvieron la ocasión de resarsirse.

Por esta razón, los paracaidistas de la Legión despreciaban a los pequeños vietnamitas del 5° BPVN, los “bawouan”, como se les llamaba con algo de condescendencia.

Paracaidistas vietnamitas en Dien Bien Phu. Fecha abril de 1954.

Pero volvamos a ese 10 de abril de 1954.

Primero los pequeños “bawouan” miraron como se puso en marcha la primera ola de asalto, compuesta por las dos compañías del 1° BEP de la Legión. Esta ola escaló la colina bajo un fuego del infierno y al llegar a la mitad de la pendiente se puso a entonar, grave y marcialmente, el himno de los paracaidistas de la Legión :

**“Contra Viets, contra el enemigo,

Por todas partes dónde el combate avisa,

Soldado de Francia, soldados del país,

Subiremos hacia las líneas.”

“Ya pueden llover granadas y escombros,

Nuestra victoria tendrá un estallido mayor.”**

Subyugados, los viets, que aguantaron a duras penas, flaquearon y retrocedieron, pero no lo suficiente. Se dio la orden de ataque a la segunda ola de asalto, las dos compañías del 5°, la que no fue para nada superflua.

En ese momento, el comandante de la compañía de cabeza, con voz estentórea, ordenó : ¡Bayoneta al cañón!

Los “bawouan” obedecieron  y se lanzaron hacia delante. Pero ocurre algo que sólo se sabe por los testimonios de los legionarios.

A los “bawouan” les faltaba una canción y las que conocen hablan únicamente de amor, de flores y del cultivo de arroz. Canciones bucólicas, sin relación alguna con la muerte que estaban a punto de afrontar.

Entonces, simplemente, los pequeños vietnamitas del 5°, se lanzan al asalto cantando La Marseillaise, subiendo a fuego sobre Eliane 1.

Y, enfrente, los viets, que habían reconocido a los “fantoches” de que les hablaba la propaganda, retroceden asombrados primero, estupefactos luego, y asustados finalmente.

Para estar a la altura de las circunstancias, los “bawouan” se llenaron de honor llegando los primeros a la cima de la colina.

Hacia las dos de la mañana los viets se retiran, desmoralizados. Una veintena de ellos hasta se rinde a los legionarios.

Al amanecer, Bigeard compromete sobre este puesto la 7ª Compañía del capitán Lecour-Grandmaison del 2° BEP que estaba en reserva en Dominique 3 para participar en la limpieza de las zanjas. Más de 400 cadáveres viets yacen sobre Eliane 1, de las dos compañías del II/1° RCP, una deja de existir, el 1° BEP y el 5° BPVN perdieron a una centena de hombres. Estas unidades recuperaron y retuvieron Eliane 1 y van a quedarse en el puesto veinte días y veinte noches. Cada una de las compañías del 2° BEP y del II/1° RCP pasará por Eliane 1, por turnos de 48 horas, se harán desangrar allí y será rehecha por otra que vendrá en su lugar, ya que el enemigo volvió royendo y lentamente gastando los defensores porque Giap no quiso más estos asaltos frontales que diezmaban a sus divisiones.

Fuentes :

Les Paras (E. Bergot).

Dien Bien Phu (J. Keegan).

Continuará..............

Deleted member

17-07-2008

Los Paracaidistas Franceses en Dien Bien Phu (parte 05):

5.- “Usted es un “Para”, ya se las arreglará para que le maten” :

La terminación de todos los ataques generales y la impresión de haber recobrado algo, contribuyó poderosamente a restaurar la moral francesa dentro del campo atrincherado y a mantener la fe en alguna especie de victoria final. Fortaleció también mucho su espíritu el inquebrantable apoyo de las escuadrillas, especialmente las del portaaviones Arromanches, las que corrían más riesgos que las del Armée de l’Air.

Dien Bien Phu siguió luchando por espacio de casi un mes más, con los paracaidistas en la primera línea, con el ejemplo personal de varios jefes, Langlais y Bigeard especialmente, pero también de los otros jefes de paracaidistas Tourret del 8° Choc (Grupo de Paracaidistas de Choque), Guiraud del 1° BEP (Batallón Extranjero de Paracaidistas) y Bréchignac  del II/1° RCP (2° Batallón del 1° Regimiento de Cazadores Paracaidistas), y también de otros como Vadot (Legión extranjera) y Chenel (cuyos Thais se habían esfumado de la batalla), que animaban a quienes mantenían contacto con ellos, como era el caso del grueso de la guarnición “combatiente”, en el curso de las visitas diarias de estos hombres de estos hombres a sus unidades. Pero se necesitaban refuerzos.

Fuera de la hondonada, sin embargo, la moral francesa se hallaba deprimida y las intenciones francesas resultaban confusas. Cogny y Navarre sabían con una certidumbre felizmente negada a quienes se hallaban en Dien Bien Phu, cuán poco restaba de las fuerzas de las fuerzas disponibles con lo que pudiera invertirse el giro de los acontecimientos. Existía en reserva un buen batallón aerotransportado, el 1° BPC (Batallón de Paracaidistas Coloniales); otro recientemente creado, el 7° BPC, no había arribado todavía a Indochina.

Este único batallón disponible, el único con que contaba Cogny, había sido retenido tanto tiempo por él, que dejó pasar el momento en que su intervención podría haber sido útil. Ahora se resolvía a lanzarlo a la batalla.

El 1° de mayo, después de muchas vacilaciones y de “discutir” con general Cogny y el coronel Langlais, el general Navarre, principal comandante en Indochina, finalmente aceptó enviar a otro batallón a Dien Bien Phu. El 1° BPC (Batallón de Paracaidistas Coloniales), al mando del capitán De Bazin de Bezons se puso en alerta en Hanoï. Asombrosamente no hubo ningún efectivo que faltó cuando se echaron a andar los planes, y aunque la situación del campo sitiado era obvia. Incluso hubo un enfermos, que “se escaparon” del hospital, u otros que pusieron encima de sus viajes de repatriación, la voluntad  de la unidad, de estar “con sus brotes”.

Durante la noche del 2 al 3 de mayo de 1954, la 2ª Compañía del capitán Edme fue lanzada en la cada vez más reducida superficie del campo. Su llegada serviría para reemplazar al prácticamente perdido II/1° RCP, pero no serviría para compensar las múltiples pérdidas sufridas por los demás batallones, además se dudaba acerca de la llegada de otros refuerzos. Después de aterrizar, la 2ª Compañía del 1° BPC se fue enviada a Eliane 2, donde relevaron progresivamente I/13ª  DBLE (1° Batallón de la 13ª  Semi-Brigada de la Legión Extranjera) del comandante Robert Coutant.

El capitán Edme al mando de la 2ª Compañía del 1° BPC.

El sargento Collard de la 2ª Compañía del 1° BPC.

Durante la noche siguiente, fue lanzada la 3ª Compañía, al mando del capitán Jean Pouget. Pouget, hasta muy recientemente ayudante de campo del general Navarre, y que dejó voluntariamente su cómoda posición para saltar en Dien Bien Phu, a petición propia cuando supo que su antigua unidad sería enviada allí.

En la noche de del 4 al 5 de mayo, la 4ª Compañía del 1° BPC (capitán Tréhiou) fue lanzada. Tréhiou se ofreció voluntariamente a ser lanzado en paracaídas en el Dien Bien Phu,  aunque tenía un tobillo fracturado, el que sostuvo firmemente con un yeso.

En la noche del 6 al 7 de mayo, en Eliane 2 los soldados eran mandados por Pouget. A través de los géisers podía ver como se concentró para el asalto uno de los batallones comunistas y, tras pedir una contrapartida de los siete obuses franceses que todavía permanecían activos, contempló como sus granadas los dispersaban con fuertes ventajas. Pero aquel era sólo un respiro momentáneo.

El asalto, precedido por una intensa barrera de fuego, se tornó ahora general. En cada punto del perímetro, la infantería comunista presionaba hacia las alambradas francesas. Los cuerpos de los muertos servían para que cruzaran las alambradas los que llegaban detrás. En un torrente de mensajes enviados a Langlais y a Bigeard, todos los puestos avanzados señalaban que se habían producido penetraciones : Eliane 10 y 4, defendidos por los restos del 5° BPVN (Batallón de Paracaidistas Vietnamitas) y del propio 6° BPC de Bigeard, sufrieron la penetración alrededor de las diez de la noche y Claudine 5, defendido por una compañía del I/2° REI (1° Batallón del 2° Regimiento Extranjero de Infantería), fue invadido al mismo tiempo. Sin embargo, por increíble que parezca, estas guarniciones  modestas y tremendamente acosadas, todavía pudieron encontrar fuerzas y ánimos para contraatacar y, para, lo que resulta aún más increíble, rechazar al enemigo abrumadoramente  más fuerte que tenían ante sí. Los escasos restos de tres compañías de la Legión Extranjera, cuya dotación apenas superaba el centenar de hombres, contraatacaron en Claudine 5 a las diez y media y arrebataron el puesto a un regimiento viet, integrado por 3.000 hombres, en cuyas manos acababa de caer la posición.

Pero la aritmética de la batalla actuaba inexorablemente en contra de los franceses. Los aviones de transporte sobrevolaban la zona con la esperanza de lanzar la otra compañía del 1° BPC (la 1ª del teniente Faussurier), que todavía no estaba en Dien Bien Phu, pero, aunque hubieran logrado su propósito no podrían haber alterado el equilibrio en un ápice. En combates de una terrorífica ferocidad los franceses perdían cada hora más del equivalente de una compañía. Hacia las once de la noche, sin que se hubiera experimentado interrupción alguna, toda una compañía desapareció en Eliane 2, entre una verdadera erupción de tierra. Los zapadores del 98° Regimiento viet habían hecho estallar una mina.

Más ni siquiera eso acabó con la resistencia en Eliane 2. Si los jefes viet hubieran estudiado la historia de la guerra de minas, habrían sabido que, para aprovechar su efecto, resultaba vital que el ataque se hubiera producido casi al mismo tiempo que la detonación. En Eliane, los viet, cometieron el mismo error que el Ejército de la Unión en Petersburg en 1864 y que los británicos en Hawthorn Redoubt en 1916. Contando con la desorganización total de las defensas, retrasaron su avance para asestar un golpe concentrado. La pausa dio a los supervivientes su oportunidad, que no dejaron de aprovechar, de guarnecerse en los bordes del cráter abierto. Cuando aparecieron las oleadas de los infantes comunistas, resueltos a acabar con la resistencia, los franceses abrieron un fuego mortífero contra sus filas. Horas más tarde aún resistían, y Pouget fue verdaderamente capaz de contraatacar en su ayuda.

Para consolidar este éxito, Pouget necesitaba refuerzos. Pero también los precisaban todos los demás jefes de unidades de la fortaleza. Vadot actuando como jefe adjunto del Estado Mayor en el Cuartel General, explicó a Pouget que no había nada que enviar, y cerró su mensaje con palabras que resumen la “filosofía Para” : Usted es un paracaidista, ya se las arreglará para que le maten.

Alrededor de las cuatro de la mañana de aquel 7 de mayo de 1954, en un intercambio de granadas, en su última trinchera todavía no ocupada, Pouget se sumió en la inconsciencia.

Pouget escribió el hecho más menos de la siguiente forma :

“Estuve en Dien Bien Phu entre el 3 y el 7 de mayo. La memoria que guardo es un bloque de tiempo. No había día o noche. Nunca dormí. No recuerdo comer. A las cuatro de la mañana había una calma. Eramos 35 a la izquierda en mi puesto, con una ametralladora y algunas granadas a la izquierda de la posición. Por la radio, dije : “No puedes enviarme refuerzos…para salir”. Él dijo : “¿Dónde quisieras que los consiga?. Sabes que no hay nada a la izquierda”. Y terminó diciendo muy simplemente : “Usted es un paracaidista, ya se las arreglará para que le maten”. Construimos una barricada con los cadáveres en la entrada puesto, ya que no teníamos ninguna bolsa de arena, y esperamos. Y vimos las sombras el venir uno por uno, el Viet-minh. Decidí lanzar mi granada y nos conseguí inmediatamente el fuego de vuelta. Una de mis impresiones pasadas era sentir la pared de los cadáveres que temblaban bajo explosión del fuego. Entonces una granada debe haber golpeado mi casco porque la red fue quemada y el casco abolló. Los cascos americanos son muy sólidos. Perdí el sentido y cuando vine en  mí, desde una máscara de un cirujano, escuche una voz : “Eres un prisionero del Ejército de la República Democrática de Vietnam”.”

Años más tarde, Pouget, se haría famoso durante la guerra de Argelia, particularmente para su papel durante la sublevación en Argel el 13 de mayo de 1958. Después de dejar al ejército, se destacará  como periodista y escritor.

Poco después del amanecer, le tocó el turno al resto de los paracaidistas en los demás blocaos de Eliane. Bréchignac y Botella mantuvieron en sus enlaces de radio con el Cuartel General, un constante comentario acerca del avance de los viets. Alrededor de las nueve, “interrumpido por los disparos audibles de los últimos defensores y por los gritos de los heridos”, aquellos dos esforzados militares se despidieron de Bigeard. Pocos segundos más tarde cayeron en manos de los comunistas.

Casi al mismo tiempo, se pierde Eliane 10 la posición pasada al lado este del río Nam Youm, sostenido por el “restos de restos” de 6° BPC (teniente Trapp), así como Claudine 5, en el flanco occidental, sostenido por 2ª Compañía del I/2° REI (capitán Schmitz).

Se acabó el tiempo. Después de una despedida con Hanoi, el Cuartel General deja de combatir. De Castries y otros oficiales, sabiendo las “ganas” que le tenían los viets,  por el asunto de Tu Lé y otros más, le recomendaron a Bigeard que se cambiara su uniforme de paracaidista por otro, a lo que él se negó rotundamente.

El 7 de mayo de 1954 a las dieciséis horas treinta minutos, cuando los viets entraron por fin al campo cercado e hicieron salir a los supervivientes, casi no encontraron hombres con el uniforme camuflado.

Ellos no habían levantado los brazos. Habían sido cogidos las noches anteriores en sus trincheras, sobre los puntos de apoyo. Vencidos, pero no sometidos.

Siete batallones de paracaidistas quedaron sepultados en Dien Bien Phu. Merecen ser mencionados :

El 1° y 2° Batallón Extranjero de Paracaidistas.

El 1° y 6° Batallón de Paracaidistas Coloniales.

El 8° Grupo de Paracaidistas de Choque.

El II/1° Regimiento de Cazadores Paracaidistas.

El 5° Batallón de Paracaidistas Vietnamitas.

A los que hay que añadir a la 1ª Compañía Extranjera de Morteros Pesados Paracaidista y los dos hospitales de campaña paracaidista.

Además de todos los refuerzos, paracaidistas o no, diplomados o no, que saltaron a la hondonada. Para nada quizás, únicamente por las ganas de estar con los “amigos”.

Embarque de voluntarios a bordo de un Dakota. Fecha abril de 1954.

Voluntarios de la Legión Extranjera, que fueron lanzados en Dien Bien Phu, muchos de ellos, sin entrenamiento paracaidista, y lanzados con todo el equipo. Fecha abril de 1954.

Citación a la orden de la división para un legionario del I/3 REI (1° Batallón del 3° Regimiento Extranjero de Infantería) que fue voluntario para ser lanzado el 30 de abril de 1954 sobre el campo atrincherado de Dien Bien Phu sin entrenamiento paracaidista.

Fin de Paracaidistas Franceses en Dien Bien Phu.

Después de leer todas mis entregas de este tema, hay algunas cosas que me gustaría puntualizar.

En Dien Bien Phu  se hicieron alrededor de 11.000 prisioneros de los que se liberaron no más de 3.500.

Cerca de  7.000 prisioneros de Dien Bien Phu fallecieron en espacio de mas o menos 4 meses. Esa tasa de mortalidad rebasa la de los campos de exterminio nazis.

Las causas fueron varias, pero se puede indicar que los prisioneros del campo atrincherado efectuaron una marcha forzada de varios cientos de kilómetros entre Dien Bien Phu y los campos de concentración situados cerca de la frontera con China en el alto Tonkín. Durante esa marcha la mayoría de los heridos eran abatidos en cuanto no podían marchar más.

Una vez en los campos la poca y mala comida y las enfermedades tropicales pudieron con miles de soldados.

Los Viets no eran especialmente sádicos pero consideraban que era mejor guardar la comida y los medicamentos para sus soldados (que continuaban la guerra).

Lo mismo había ocurrido con los muchos otros prisioneros que habían sido prisioneros desde 1946 en Indochina.

Esa tragedia fue ocultada a la opinión publica mundial por varias razones :

  • Las tropas francesas estaban constituidas por personal de las colonias o por extranjeros (aunque la mayoría de los legionarios franceses murieron combatiendo).

  • La opinión publica estaba preocupada por otros problemas en esa época de postguerra mundial.

  • Los medios de comunicación franceses pertenecían a una progresía de tendencia izquerdista (Le Monde, Liberation) que se declaraban abiertamente pro Viets (la mayoría de sus dirigentes como Ho Chi Min o Giap habían estudiado en la Sorbona).

Pero esta situación, unida a un sentimiento del desprecio del que habían sido objeto por parte del poder político, marcaron a muchos de los oficiales y suboficiales que habían combatido en Indochina, especialmente los de paracaidistas y los de la Legión Extranjera.

 

La historia de la Guerra de Indochina está marcada por el heroísmo de las tropas en contraposición con los Políticos y un Alto Mando a veces inepto

La amargura con que el Ejército Francés se alejó de Indochina fue muy diferente de la que había envenenado su propia estima después de 1940. Nadie, ni siquiera el Viet-minh, puso en tela de juicio el honor o el valor del ejército. Había luchado bien y valientemente durante mucho más tiempo de lo que sus jefes políticos tenían derecho a esperar; había combatido sin quejarse; había peleado solo. Lo que irritaba al ejército no era, por eso, haber perdido una guerra una vez más. Era que hubiese tratado durante tanto tiempo de ganar una guerra por los caminos erróneos, los mismos que EEUU cometería años más tarde. Dien Bien Phu, en un cierto sentido, fue una dramática ampliación de una estrategia fundamentalmente equivocada : un intento de vencer según normas occidentales, en especial las reglas de la batalla “decisiva”, a un enemigo que jugaba un juego diferente. Cuando muchos de los oficiales se dieron cuenta del verdadero “juego”, chocaron siempre con un Alto Mando partidario de esas “otras” estrategias, las equivocadas, o de un poder político  que siempre imponía lo que era correcto o incorrecto para llevar adelante esta guerra de guerrillas como tal.

El talante Ejército Francés de 1954 difería también del de 1940 en el hecho de que su amargura no era estéril ni de carácter autodestructivo. Al contrario, esta amargura demostró ser el ingrediente fundamental en un proceso de revalorización y cambio. Recién salido de Indochina, el ejército se vio requerido para enfrentarse a una nueva guerra de liberación nacional sobre un terreno mucho más familiar y más favorable, Argelia. Aquí, bajo la tutela de los hombres que habían aprendido por dura experiencia las lecciones de la “guerra revolucionaria”, y en algunos casos de los adoctrinadores comunistas del Viet-minh, se estableció un programa de contra, concebido para traer irrevocablemente a los aldeanos hacia el bando francés. Tanto éxito tuvo este programa que, aunque el Gobierno no pudo evitar comprometer en el conflicto a las masas de reemplazos metropolitanos, el Ejército de Liberación Nacional de Argelia nunca fue capaz de elevar la pugna al nivel de grandes unidades y hubo que limitarse a soñar con infligir un nuevo Dien Bien Phu a los franceses. Desde luego, que si se aplicaran exclusivamente los criterios militares de victoria, el Ejército Francés, hacia 1960, había ganado indiscutiblemente la Guerra de Argelia. El violento ultraje que sintieron los regimientos de paracaidistas y de la Legión Extranjera al conocer la decisión del general De Gaulle de tratar con los jefes nacionalistas, debe ser entendido en este contexto. Y no cabe sorprenderse hallar muchos de los nombres, que ustedes ya han leído en el transcurso de mis entregas en este tema : Chateu-Jobert,  Romain-Desfossés, Trinquier, Saint-Marc, Guiraud, Brechignac, Tourret y Botella, y de varios otros héroes de la Guerra de Indochina y Dien Bien Phu, entre los implicados para frustar esta decisión, especialmente en el putsch de 1961.

Su conspiración, aunque en su núcleo hubiese hombres más viejos y más poderosos, fracasó y, retrospectivamente, parecía condenada al fracaso. Pero esta afirmación podría ser utilizada como un epitafio para todo lo que el Ejército Francés intentó durante los veinte años que ahora desechamos como la “era de la descolonización”. Porque ni en Argelia ni en Indochina, disfrutó siquiera el ejército de cualquiera de las condiciones previas “objetivas” del éxito, o sea la superioridad decisiva en número, una segura información o un total apoyo popular. Obligado a operar en ambientes que eran por definición hostiles, nunca consiguió el estímulo compensador de un unánime apoyo nacional a lo que estaba tratando de realizar. Consiente de su aislamiento moral llegó a convencerse de que el respaldo del pueblo contaba menos que la propia opinión del ejército sobre si mismo. Su voluntad última de confrontación con la voluntad del pueblo, personificado en De Gaulle, reveló que ese convencimiento era una ilusión y determinó una derrota de sus aspiraciones políticas tan completa como la derrota que tuvo la estrategia que había tenido en Dien Bien Phu.

Pero no todo es malo y derrota, ya que esto significó a la vez, que el Ejército Francés, y en especial sus paracaidistas, se hubieran transformado, gracias a ello, en una de las fuerzas armadas más profesionales y de mejor calidad en todo nuestro planeta.......y quizás por qué no decirlo......en la mejor.

Paracaidista del 17° RGP (Regiment de Genie Parachutiste-Regimiento de Ingenieros Paracaidistas) en Afganistán en el año 2001.

Queda una entrega más.

Fuente :

Dien Bien Phu (J. Keegan).

Saludos.

Deleted member

18-07-2008

Llegando al fin de este trabajo, no puedo terminar mi exposición sin dejar de mencionar a esos paracaidistas franceses que realizaron la  “guerra en las sombras” en la Guerra de Indochina.

El GCMA (Groupement de Commandos Mixtes Aéroportés-Agrupación de Comandos Mixtos Aerotransportados) :

1.- Objetivos, formación  e inicios del GCMA :

En febrero de 1950, el SDECE (Service de Communication Extérieure et Contre-espionnage-Servicio de Comunicación Exterior y Contraespionaje) decide la colocación de un Servicio Acción en Indochina creando una central : la DCD (Direction Centrale de Documentation-Dirección Central de Documentación) al mando del coronel Gracieux.

En mayo de 1950, el Servicio Acción crea el GCMA bajo la dependencia los las TAP (Tropas Aerotransportadas) a las órdenes del Coronel Grall, fundando una escuela de formación y entrenamiento en  Ty Wan (bajo el mando del capitán Saint Jacques).

Todos los cuadros asignados al GCMA provienen de los paracaidistas inter-armas (es decir de los de La Legión, de los Coloniales y de los Metropolitanos), aunque la gran mayoría proviene del 11° Choc (Grupo de Paracaidistas de Choque, basado en Francia).

En septiembre de 1951, al mando del coronel Godard, el GCMA se instala su base de salida en la isla de Cu Laore, con un campo de aviación y una flotilla de transporte. Desde aquí el GCMA cubría toda Indochina : Nor Vietnam, Laos, Sur Vietnam y Camboya, Annam Central y sus Planicies. El Estado mayor se instala en Saïgon.

Las misiones que le son asignadas comprenden :

  • Información de inteligencia y acciones sobre la retaguardia del enemigo.

  • Guerrillas y contra guerrillas.

  • Infiltración e incursiones de penetración a larga distancia.

  • Acciones psicológicas y organizaciones de guerrilleros.

  • Reunión de pueblos en zona enemiga y su constitución en unidades de auto defensa.

  • Sabotaje.

El GCMA también formó equipos de exploradores (tipo Pathfinders). Fue usado para el reconocimiento de los objetivos y la preparación de las operaciones anfibios y aerotransportadas.

Una misión permanente de enlace norteamericana de 2 observadores, residía cerca del Estado Mayor del GCMA, que mantenía también enlaces muy estrechos con 22° Batallón S.A.S Británico en Malasia.

Se estima que el total de efectivos Europeos usados por las GCMA fue de :

Oficiales : 80

Suboficiales : 214

Hombres de Tropa : 163.

Por el GCMA pasaron mas de 20.000 montañeses, aunque algunas fuentes indican cifras un poco mayores.

Varias bases fueron puestas en terreno :

a) País Thaï :

  • Lai Chau (base principal) al mando del teniente coronel Bole du Chaumont.

  • Nghia Lo al mando del teniente Hans (ribera del río Rojo) que será tomado prisionero y fallecerá por efectos de la tortura en noviembre de 1952 con sargento Muet que fue gravemente herido y el sargento Schoepf que también fue encarcelado. Este grupo cubrió la retirada de la guarnición de Nghia Lo, que después fue salvada por el 6° BPC (Batallón de Paracaidistas Coloniales) en octubre de 1952, historia que ya relatamos anteriormente.

  • Than Uyen al mando del teniente Castagnoni y los sargentos Bourdon y Baudoin (en la región Cha Pa Lao Kay).

b) Rivera del Delta de Tonkín :

  • Tien Yen al mando del teniente Dabezies y luego al mando del capitán Banhiot (en la zona costanera, RC 4 y la frontera con China). Banhiot era un veterano, que fue un activo miembro de la resistencia en Francia durante la Segunda Guerra Mundial, que desertó en Indochina sin ninguna explicación, y nunca volvió a ser visto.

  • Phuc Yen al mando del teniente Borcard, actuando en la región Phu To con los guerrilleros de los grupos “Potiron” e “Ibiscus” y en Hadong (desde el país Mong hasta la frontera de Annam) con los guerrilleros de los grupos “Tabac” y “Sangsue”.

  • Luc Nam al mando del capitán Hernandez (en la región de Dinh Lap Loc y Binh Lang Song fronteriza con China y la RC 4).

c) Annam :

  • Isla de Hong Me al mando del capitán Bichelot (en la costa de Thanh Hoa).

  • Isla de Cu Lao Re al mando del capitán Preboste y luego al mando del teniente Leger (en la costa de Lien Khu V).

  • Kontum al mando del capitán Hentic y luego al mando del teniente Thebault (con las tribus Hrés).

2.- Principales Grupos Guerrilleros :

Se dispuso el establecimiento de grupos guerrilleros compuestos de las minorías étnicas hostiles al Viet-minh, para lo cuál, los responsables y el personal fueron formados en la escuela de Ty Wan.

a) Guerrilleros de la Región Alta :

En octubre de 1950, se forma el grupo “Chocolat” dirigido por Cho Quang Lo, jefe de una compañía de partisanos “Man”, y que fue asesinado en junio de 1952 por los chinos, cuando la 302ª División China pasó la frontera para aniquilarlos. Francia “ignoró el incidente”.  Este grupo disponía de 2.500 hombres con 2.000 armas.

En septiembre de 1952, se forma el grupo “Cardamone” dirigido por el teniente Ly Seo Nung para servir junto a los franceses.

b) Guerrilleros del País Thaï :

En diciembre de 1952, los grupos de la zona son organizados por el capitán Hebert con algunos suboficiales entre los que estuvieron el sargento primero Chatel y sargento Maljean en medio de la zona en que habitaban las tribus de Méos :

  • Grupo “Aiglon” en Muong-Lam (región de Cotonh) al mando del sargento Maljean y después al mando del sargento Ansidei.

  • Grupo “Colibri” (sector Thuan Chau) al mando del sargento primero Chatel, el que será capturado y colgado.

  • Grupo “Calamar” (en el macizo de Long He) al mando del sargento Schneider, el que también será colgado.

En agosto de 1953, estos tres grupos de guerrilleros contaban con cerca de 3.500 hombres en armas.

c) Guerrilleros del Noreste de Laos :

En noviembre de 1952, es formado el agrupamiento “Malo-Servan” por el capitán Desfarges, el teniente Brehier y 9 suboficiales, así como 10 operadores de radio vietnamitas, todos lanzados en paracaídas en la zona. Touby Ly Phong, jefe de los Méos da su apoyo con 1.000 hombres que pasan a formar el grupo “Servan”, en el norte de Sem Neua. Al mismo tiempo, el grupo “Malo”, se establece en la Planicie de Traninh con 8 guerrilleros y 3 comandos de intervención a las órdenes del teniente Mesnier, luego del capitán De Bazin de Bezons entre febrero y noviembre de 1953, el que deja el cargo al serle encomendado el mando del 1° BPC (Batallón de Paracaidistas Coloniales), transfiriendo el mando del capitán Sassi, el que establecerá su base en Khang Khay donde creará un centro de instrucción para sus guerrilleros.

En esta foto el capitán De Bazins (que en 1954 tendrá al mando el 1° BPC cuando fue lanzado en Dien Bien Phu), condecora a un guerrillero en 1951.

Capitán Jean Sassi y el joven capitán Vang Pao, del GCMA, en 1954.

En abril de 1954, se forma el grupo “Sangsue”, al mando del teniente Geronimi (en la región de Kena Bong), el que es incluido en el dispositivo “Malo-Servan”, llegando el agrupamiento a contar con cerca de 4.000 guerrilleros bien armados.

En ese mismo mes, el capitán Marson con Capitán Mournier forman los grupos “Alfa” y “Banane” y más en el norte el grupo “Gamma”.

3.- Historia, operaciones y otros antecedentes (parte 01) :

Tal como ya indicamos, el GCMA fue creando en mayo de 1950, y su mando se le confió al teniente coronel Grall, entrando en acción inmediatamente, al mismo tiempo que es organizado y sacando de sus experiencias, su doctrina de empleo.

En Annam, en el curso de una parada en un pueblo de la región Hauts Plateaux, legionarios y guerrilleros vietnamitas asisten a una misa católica celebrada por un capellán militar, bajo la mirada de los “montañeses”. Foto sacada en 1950.

La mayoría de los cuadros eran suministrados por el 11° Choc.

El 11° Choc,  en la década del 1950 y 1960, era entre los paracaidistas, objeto de broma y curiosidad a la vez. Nunca durante las guerras de Indochina y Argelia, esta unidad había abandonado, como cuerpo constituido, sus cuarteles de Perpignan o de Montlouis. La primera vez que esto ocurrió fue en Noviembre de 1956, cuando se lanzó doscientos (dos “centenas”) de sus efectivos en el Canal de Suez, en la operación Anglo-Francesa para retomar en control del canal contra los egipcios.

Pero volviendo al 11° Choc, se sabe que muy por el contrario, que ha proporcionado parte importante de los mandos de las misiones “especiales” de las GCMA, tanto en Indochina,  como posteriormente las realizadas en Argelia.

Los paracaidistas del 11° Choc, tenían una sonrisa de entendidos, una forma extraña de actuar. A veces llevaban gafas negras, haciendo ver que ya no conocían a los compañeros; cuando ocurría esto, quería decir que estaban “de misión”. Se murmuraba en aquella época a este respecto que en Perpignan se formaban más agentes secretos que honrados paracaidistas.

Pero volvamos al GCMA.

En 1951, fue el coronel Godard, jefe en ese entonces del GCMA, quien tuvo a su cargo la normalización de algunas experiencias locales realizadas por hombres aislados que, desde 1947-1949, habían formado algunas unidades de partisanos en las montañas del centro.

Totalmente integrados a la población, incluso en ocasiones se casaron con nativas, por lo que valía la pena ampliar la experiencia.

En la Segunda Guerra Mundial, los británicos del SOE y los americanos del OSS habían usado guerrilleros guiados por ellos en acciones detrás de las líneas en los territorios ocupados por los japoneses en el Sudeste Asiático, especialmente en Birmania.

Para ver más sobre lo anterior, recomiendo leer :

https://mundosgm.com/smf/index.php?topic=3745.0

Recordemos además que ya en 1945, en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial y los primeros días de la reconquista francesa de sus colonias en el Sudesde Asiático, se habían formado unidades guerrilleras y de partisanos guiadas por oficiales franceses.

Para ver más sobre lo anterior, recomiendo leer :

https://mundosgm.com/smf/index.php?topic=3089.15

En 1947, la Semi-Brigada de Paracaidistas SAS (DB SAS) había formado los Comandos Hoa-Hao.

Instructores de la DB SAS y Comandos Hoa-Hao, en 1947.

El capitán Hoa-Hao, en 1947.

Totalmente integrados a la población, incluso en ocasiones casados con nativas, estos hombres aislados habían obtenido tan buenos resultados, que valía la pena ampliar su experiencia.

Del mismo modo en 1951 se habían formado unidades de comandos mixtos, como los “Comandos Nord Vietnam”, de los cuales el más famoso fue el Comando Nord-Vietnam N° 24, al mando del jefe adjunto Vandenberghe, que fue el que recuperó el cuerpo de Bernard de Lattre en Ninh Binh el 29 y 30 de mayo de 1951.

El suboficial Vandenberghe, el jefe del Comando Nord-Vietnam N° 24 (“Comando Vandenberghe”" o “Tigres Negros”) analiza a sus hombres y hace rectificar las posturas. Con el fin de sembrar la confusión en el enemigo, el comando es vestido como una unidad por bô-dôï (soldados regulares del Viêt-minh): uniforme negro y casco “latanier” con insignia Viêt-minh. Además de la carabina US M1, las sub-ametralladoras Thompson M 1928 A1 (específicas de este comando) aseguran volumen y potencia de fuego. Foto sacada en julio de 1951.

Pero estas unidades basaban su accionar en la infiltración, las incursiones, la búsqueda de información y el sabotaje, nunca al nivel del GCMA, de “ser lanzados en paracaídas y actuar solamente dentro de territorios ocupados y con abastecimiento aéreo”, como lo habían hecho muchas unidades aliadas, especialmente en Birmania durante la Segunda Guerra Mundial.

Volviendo al tema de la integración, se debe recordar que el 80 % del territorio laosiano, el 30 % del territorio camboyano y el 60 % del territorio vietnamita estaba ocupado por la población “Moi” (descendiente del reinado de Champa, instalado en la península indochinesa, doce siglos antes de la invasión), comprenderemos el por qué el mando francés hizo algunos esfuerzos por conquistarla. En estos territorios, el Viet-minh era tan extranjero como los franceses. Más incluso, ya que eran considerados como invasores, los “colonialistas”, lo que fue aprovechado por franceses. Quizá en los años 2000 lo anterior, no sea totalmente válido.

De esta forma, en esta zona, fueron lanzados en paracaídas algunos equipos europeos, generalmente compuestos de un oficial, un suboficial y un radiotelegrafista, pero a veces podía ser solamente el oficial y el suboficial con el radiotelegrafista, con la misión de reclutar a “unos cien”, es decir, una compañía de guerreros locales, con el fin de hacer que el país interior fuese peligroso para el Viet-minh.   

Hay que indicar que los grupos de guerrilleros fueron organizados en “centenas”, al igual que el 11° Choc, ya que en la mayoría de las unidades de paracaidistas las compañías llegaban a 150 hombres.

EEUU abasteció el material radio y del armamento, el que fue muy dispar, lo que provocó un gran problema de aprovisionamiento en municiones.

La mayoría de las veces, la acogida hecha a estos paracaidista europeos fue favorable y, salvo contadas excepciones, el mando del GCMA, no tuvo prácticamente ningún problema en el momento de reclutar, instruir y conducir al combate a los guerrilleros, hasta con escopetas de mala calidad, ya que nunca se les confió armamento moderno.

En general, los habitantes de las tribus que habitaban las montañas siempre habían mantenido una relación de suspicacia con los vietnamitas, sus enemigos tradicionales, y aunque fuese difícil de creer, de gran lealtad al régimen colonial francés, especialmente los Thai, los cuales fueron fáciles de reclutar

También consiguieron los franceses el apoyo de las comunidades Meo, Muong, y Nung, que vivían en las mismas zonas que los Thai. En cambio otra importante tribu, los Tho, dieron su apoyo al Viet-minh desde el comienzo. Su región, el Viet-bac, se convirtió en una importante base de resistencia y en trampolín para los ataques de las fuerzas Viets.

Es necesario imaginar las condiciones de vida de estos guerrilleros.  A diferencia de los comandos ingleses o americanos, que habían actuado en la Segunda Guerra Mundial, algunos de los cuales eran enviados a la retaguardia después de la misión, para los jefes del GCMA sólo existía una regla : aguantar y continuar hasta que termine la guerra, o hasta que una herida, o la muerte, lo dejara fuera de combate.

Por otra parte, las heridas eran la obsesión de estos hombres abandonados de la mano de Dios. Demasiado alejados para ser evacuados, sabían que el más mínimo “siete” significaba la muerte.....¡Y que muerte!

En el plan estratégico, los comando no tuvieron casi nunca misiones primordiales,  ni consiguieron victorias rimbombantes que mereciesen los honores de los comunicados, pero su oscuro y a veces sucio trabajo, permitió que el mando estuviese constantemente informado sobre el enemigo (el asunto de Lang Son entre otros, cosa que ya hemos relatado,  fue posible únicamente gracias a la presencia de elementos del GCMA en la Región Media, lo mismo que seis meses más tarde la reconquista de Dien Bien Phu). Presentó, así mismo, la indiscutible ventaja de obligar al adversario a ocupar militarmente unas regiones que creía conquistadas.

Testigo es este informe, dirigido en 1956 por el jefe del batallón regional 700 de la región de Phong Tho :  “Los imperialistas franceses han conseguido dejar detrás de ellos  a unos agentes suyos que nos crean grandes problemas. En principio no eran más que un puñado, pero actualmente el movimiento de revuelta contra las instituciones de la República Democrática ha ganado en movilidad y amplitud. Hoy día, podemos evaluar el número de estos enemigos en unos dos mil poco más menos. Este movimiento empieza a crearnos muchas dificultades y nos vemos obligados a consagrar fuerzas importantes en la limpieza de las regiones en las que se producen estas infiltraciones...”

Para las GCMA, este informe vale más que todas las menciones del mundo...

En 1954 el GCMA tenía unos efectivos del orden de 15.000 hombres y recibían 300 toneladas de abastecimientos al mes por vía aérea. En el alto mando francés se discutió mucho sobre estas unidades, alegando que consumían unos recursos de los que no se disponía en abundancia, como el suministro aéreo. Pero resultaron útiles para fijar a las fuerzas enemigas.

Lamentablemente, el GCMA, al igual que las otras unidades de comandos mixtos, fue formado demasiado tarde, frente a un mando hostil hacia los métodos no convencionales, que veían en su personal más bien a aventureros, que eran envidiados a pesar de todo, pero con una incomprensión total. El mismo SDECE en metrópoli, no apoyó lo suficiente al GCMA,  acusándolo a menudo de “desviacionismo”.

Continuará..............

Deleted member

18-07-2008

El GCMA (Groupement de Commandos Mixtes Aéroportés-Agrupación de Comandos Mixtos Aerotransportados) (parte 02) :

3.- Historia, operaciones y otros antecedentes (parte 02) :

Veamos algo más en concreto de sus operaciones.

En el curso del año 1952, se hicieron más de 30 desembarcos explotando las informaciones obtenidas y más de 15 desembarcos con combate, provocando golpes extremadamente sensibles al potencial humano y económico de los rebeldes.

Una joven mujer del GCMA, apenas más grande que su arma.

En el curso de las operaciones “Luna Park”, el 25 de abril, “Ardoise”, el 30 de mayo, “Automate”, el 2 de junio, “Brouillard”, el 7 de agosto, “Avantage”, el 10 de agosto, “Bicyclette”, el 15 de agosto, y “Cabestan”, el 19 de septiembre, contra el Ejército del Viet-minh en Tonkín y Annam, matan a 511 rebeldes, hacen 504 presos, recuperan o destruyen 111 fusiles, 4 ametralladoras, 4 fusiles ametralladores, 11 metralletas, 614 juncos de los que 187 están adaptados para alta mar, 553 sampanes, 25 vagones ferroviarios, 2 camiones, 8 puentes, 2 túneles y 30 toneladas de municiones de diversos tipos y más de 400 toneladas de abastecimiento.

Miembro del GCMA a caballo. Porta una metralleta inglesa Sten.

Además, su acción contra las tropas irregulares del Viet-minh, les permiten matar a 800 rebeldes y en recuperar más de 500 fusiles.

En octubre de 1952, el 8° BPC se transforma en el 8° Choc, para ser puesto a disposición del GCMA pero, el general Gilles, poco favorable por estos métodos, recuperó la unidad para las TAP en 1953.

En noviembre de 1952, grupos del GCMA, participaron en la operación “Marion” contra Phu To y Phu Doan, en Tonkín, la operación aerotransportada más grande de la Guerra de Indochina aparte de la operación “Castor”, de noviembre de 1953.

Un francotirador del GCMA.

El GCMA llevó la lucha sobre todos los frentes y campos, los militares, políticos y económicos, buscaron información, crearon, armaron y abastecieron a los grupos guerrilleros, lanzaron en paracaídas a sus agentes, pusieron a la disposición de los comandantes de territorio a sus guías, sus comandos y sus partisanos.

Afirmaron su eficacia en 1952 y hasta principios de 1953, y era raro que alguna operación, sobre cualquier teatro, no hubiera sido hecha sin su participación.

En diciembre de 1952, las GCMA se transforman en los GMI (Groupements Mixtes de l'Indochine-Agrupamientos Mixtos de Indochina), dejando definitivamente su dependencia de las TAP, y pasando a las órdenes del comandante Trinquier, con comandante Bonnigal como jefe del Estado Mayor. Aunque no se crea, esta transformación se debió a temas relacionados con los costos, ya que de esta forma el personal de estas unidades, no recibirían el llamado sueldo del aire, que era un dinero extra que recibían las tropas aerotransportadas “por saltar”.

El coronel Trinquier, uno de los responsables de los GCMA. Esta foto fue sacada cuando comandaba el 3° RPC (Regimiento de Paracaidistas Coloniales), después de reemplazar al coronel Bigeard, en Argelia en 1958.

Brillantemente se distinguieron de nuevo en el curso del año 1953 bajo el impulso del comandante Trinquier.

Después de haber lanzado en paracaídas, en febrero de 1953, equipos en misiones especiales sobre la orilla norte del Río Rojo en el corazón de la zona rebelde, su acción se extendió a Phong To a Than Uyen (Nor Vietnam), llegando así a constituir un grupo guerrillero de más de 2.000 hombres que controlaba toda la región, a pesar de la oposición de las tropas regionales del Viet-minh, a quienes infligió pérdidas muy severas.

Jóvenes miembros del GCMA antes de una operación, portando sus paracaídas.

En abril de 1953, el grupo guerrillero “Méo-Lao” de Traninh (en el Norte de Laos) recuperó a 18 oficiales, 45 suboficiales, 20 hombres europeos de tropa, y a 3 oficiales, 6 suboficiales y 100 hombres nativos de tropa, de la columna que se retiraba de Sam Neua, salvándolos así de la cautividad.

Formado en mayo de 1953, en la región de Muong Lam-Tuan Chau (Nor Vietnam) un grupo guerrillero de más de 2.400 hombres que, por su actividad, permitió la evacuación aérea Na San, en excelentes condiciones, en agosto de 1953.

El grupo, agobiado por seis batallones del Viet-Minh, al cual infligió pérdidas muy grandes, se replegó al macizo montañoso de Pakouan, en noviembre de 1953, contribuyendo a la desorganización de un regimiento de la 316ª División del Viet-Minh.

Miembros del GCMA de las tribus Hmong.

A fines de septiembre de 1953, el Estado Mayor de Hanoï, decide intentar una acción espectacular, para crear algún tipo de diversión, en vista a sus futuras acciones en Dien Bien Phu, para lo cual el 3 de octubre de 1953, seiscientos guerrilleros Thais y Meos del GCMA realizaron un ataque devastador sobre el centro de suministros del Viet-minh en Lao Kay, junto a la frontera China, además de dstruir el puente de conexión con China. Apoyados por Paracaidistas y bombarderos B-26, lo repitieron en Coc Leu, base gemela de la anterior.

Los comandos del GCMA asisten a una preparación sobre una maqueta que representa la región de Lao-Kay, Coc Leu y Ho Keou. La operación consiste en volar un puente que une la región con China.

Pham Duc Long, comandante de la operación.

Zona de operación.

El puente de Lao Kay.

Los comandos del GMI (GCMA), durante 1953, participaron en la preparación y en ejecución de numerosas operaciones de desembarco sobre las costas del Centro y el Norte Vietnam, recogiendo valiosa información y ejecutando misiones de sabotaje y de destrucción.

A fines de 1953, el conjunto de los hombres que componían las GMI (GCMA) se estimaba en 25.000. Se encontraban principalmente en los confines de Laos, en la Región Alta (de Lai Chau a Phong Saly). Estaban infiltrados a lo largo de la cordillera anamita y ocupaban incluso ciudades como Lao Kay, al final de la famosa RC 4.

El GMI (GCMA), provocó al Viet-minh, durante el año 1953, cerca de 1.000 muertos, 1.200 heridos y 500 prisioneros. Recuperó o destruyó numeroso armamento, entre los que están 670 fusiles, 30 toneladas de municiones, 4 locomotoras y 20 vagones ferroviarios, 4 camiones, 3 puentes, 100 toneladas de abastecimiento, 600 sampanes o juncos de alta mar.

Cuando los franceses llevaron a cabo la operación “Castor”, para la toma de la hondonada de Diên Biên Phu, en noviembre de 1953, elementos del GMI (GCMA), ya estaban en tierra cuando los batallones de paracaidistas estaban descendiendo, y muchos fueron recibidos por ellos, los que se unieron a la batalla.

Lo anterior se debía especialmente a que Diên Biên Phu se hallaba sólo algunos kilómetros al sur de Lai Chau.

Lai Chau era la “capital” de los montañeses Thai, quienes se mostraban sólidamente francófilos y cuya lealtad se hallaba fortalecida por la presencia de soldados franceses del GMI (GCMA) entre ellos. Lai Chau era la llave de defensa de Laos, y se hallaba desde hacía meses asediada y hostigada por el Viet-minh, era una verdadera “espina” en su territorio. Una de las condicionantes del ataque a Diên Biên Phu, fue el desahogo de Lai Chau y de su zona aledaña. Inclusive, se  podría haber elegido Lai Chau en vez de Diên Biên Phu, pero Lai Chau se hallaba lejos de la carretera principal que llevaba a Laos y era difícil de abastecer por aire. Para esta operación los suministros por aire eran primordiales, por lo que el valle de Diên Biên Phu era más satisfactorio, ya que si bien estaba ubicada algunos kilómetros más al sur, era el valle más amplio de la frontera con Laos y estaba ubicado a poca distancia de la ruta natural entre el Viet-bac (reducto del Viet-minh) y Luang Prabang, además que en este valle existía una antigua pista de aterrizaje francesa. 

De esta forma cuando el valle de Diên Biên Phu fue tomado en la operación “Castor”, Lai Chau fue evacuada, y una de las ideas era que los grupos guerrilleros se establecieran en las zonas de alrededor del “erizo” de Diên Biên Phu o simplemente que se agregaran a las fuerzas de defensa. 

En el momento de la evacuación del puesto de Laï Chau, los primeros guerrilleros Thaïs (GCMA) de esa guarnición llegan con sus mulas al valle de Diên Biên Phu, situado a 70 kilómetros al sur. Foto sacada el 23 de Noviembre de 1953.

En el momento de la evacuación del puesto de Laï Chau, otros guerrilleros Thaïs (GCMA) de esa guarnición llegan al valle de Diên Biên Phu. Foto sacada el 23 de Noviembre de 1953.

Un guerrillero Thaï (GCMA) herido es evacuado por paracaidistas del 8° Choc (Grupo de Paracaidistas de Choque) en un helicóptero Sikorsky S-55 H-19. Foto sacada el 25 de Noviembre de 1953.

En la evacuación general, en los primeros días de diciembre de 1953, 20 compañías Thais del GCMA de 110 hombres cada una, fueron prácticamente aniquiladas en la retirada de Lai Chau, muy pocos supervivientes lograron llegar a Diên Biên Phu. Esto provocó que los guerrilleros supervivientes se dispersaran en grupos pequeños para entablar algún tipo de combate

Durante la batalla de Diên Biên Phu, las fuerzas del GCMA actuaron de forma destacada contra las líneas de suministros del Viet-minh, que se extendía durante mas de 800 kilómetros, desde Lang Song, pero no lograron cortarla, si en cambio la que provenía de Lai Chau.

En la época de la batalla de Diên Biên Phu, el Viet-minh tenía a 24 batallones de sus fuerzas ocupados en acosar a los GCMA.

En Diên Biên Phu lucharon un total de 2.575 Thais.

En abril de 1954, el GCMA actúan en la operación “Cóndor” que debía permitir aliviar a Diên Biên Phu bloqueando 12 batallones del Viet-minh, haciendo llegar una columna de refuerzo por tierra.

La Fuerza indígena en esta operación estaba compuesta por 300 hombres del grupo GCMA “Alfa” en el norte de Laos, 650 del grupo GCMA “Gamma” al oeste de Muong Te, ya en Vietnam, y otros tres grupos situados entre el río Nam Ou y Diên Biên Phu con nombres clave “Raisin”, “Banane” y “Palmier”.

La operación “Cóndor” incluía el empleo de las unidades del GCMA en acciones diversivas, para permitir que la columna francesa avanzase hacia la cercada guarnción. Sin embargo la columna llegó al río Nam Ou sólo cuatro días antes de la caída de la base francesa y totalmente debilitada para seguir avanzando. El grupo “Palmier” y el grupo “Banane” junto con el 5° Batallón de Cazadores Laosianos se retiraron.

En mayo de 1954, miembros del GCMA que participaron en la operación “Cóndor”, recuperan a 76 de los supervivientes de Diên Biên Phu, en algún lugar de la selva del valle de Nam Ou. Algunos de los evadidos, supervivientes de emboscadas, se unieron a los comandos que los habían encontrado y salvado, sorprendidos con la facilidad con la que se desplazaban y defendían las zonas

Miembros de los GCMA de las tribus Hmong, después de un lanzamiento de armas en paracaídas, en 1954.

El 14 de julio de 1954, más de dos meses después de la caída de Diên Biên Phu, el general Salan, comandante en jefe en Indochina, presidía en la pista de aviación de Lao Kay una toma de armas delante de seiscientos guerrilleros del GCMA, fue sin duda la última vez que se izara la bandera francesa en Vietnam del Norte, a cuatrocientos kilómetros de Hanoï, a veinte kilómetros de la frontera de la China Roja. 

En julio de 1954, el GMI es “congelado”, como programa.

El cese del fuego del 20 de Julio de 1954 llevó consigo la finalización de las operaciones, de lo que se vieron beneficiadas las GCMA. Poco antes, por radio, el comandante francés había ordenado a los cuadros europeos que se dirigiesen a las líneas amigas. Algunos obedecieron y llegaron al sur del paralelo 17°, con sus hombres armas y equipaje. Fue éste el caso de algunas tribus Rhadé y Sedang que encontraron en el lado de Pleiku una seguridad relativa y una forma de vida parecida a la que habían conocido.

En otros casos fueron aviones, que lanzaban octavillas, en las que se podía leer : “La paz está firmada. Diríjanse a la zona francesa al sur del 17° paralelo...”

Otros no pudieron volver. Simplemente porque se encontraban demasiado al Norte y la presencia de los viets constituía una barrera entre ellos y las líneas francesas.

Se sabe del sargento Friche, que después de un largo viaje a pie y muchas peripecias,  llegó con aspecto “harapiento” a la misión francesa en Laos, enterándose de que había sido dado por muerto, y más aún tuvo que convencerlos de que estaba vivo y no muerto. Este paracaidista francés, después de su largo recorrido, después de seis meses, llegó a la vista del Mekong. De puesto en puesto, fue contando su aventura. Primero a los laosianos incrédulos, aunque sensibles ante el hecho de que hablaba el dialecto del sur. A continuación a los vietnamitas desconfiados : ¡Lo tomaron por espía ruso!

Tuvo sobre todo grandes dificultades para escapar a los gendarmes franceses. Ellos lo acusaban precisamente de ser un desertor. Ya podía contar una y otra vez su odisea y expresar su identidad, que se limitaban a encogerse de hombros, esgrimiendo el argumento principal :

  • El nombre que da usted, corresponde a un sargento que fue herido y dado por desaparecido en Laos, en Julio de 1954.

  • ¡Soy yo! – replicaba.

  • No. No se puede a la vez estar dado por desaparecido y presente...., insistían una y otra vez los franceses.

En octubre de 1954, fecha de su disolución, el GMI manejaba cerca de 20.000 hombres armados, con 71 oficiales, 219 suboficiales y hombres franceses de tropa.

A partir de esta fecha, los grupos guerrilleros, son abandonados por el Alto Mando, absolutamente indiferente, y serán entregados a su suerte. Más parte serán aniquilados a pesar de los esfuerzos de los miembros del  GMI para salvar al máximo la situación. Más tarde los americanos también cometerán el mismo error.

Esta tragedia, de estas poblaciones indochinas, abandonadas por el Alto Mando, desgraciadamente se repetirá y acentuará en Argelia, años más tarde.

Algunos jefes guerrilleros no pudieron resolverse a abandonar a sus hombres. Se quedaron junto a ellos y decidieron compartir su suerte. Hacia finales del mes de abril de 1956, es decir, dos años después del término de los combates – los encargados de los aparatos de radio que todavía quedaban en Vietnam del Sur captaron, con lagrimas en los ojos, el último mensaje de los supervivientes de estas GCMA, perdidos y sitiados en algún lugar del Norte :

  • ¡Pandilla de cerdos! ¡Ayudadnos! ¡Ayudadnos! Por lo menos lanzadnos  en paracaídas municiones para reventar luchando y no dejadnos matar como perros...

Unicamente un cuadro completo de las GCMA consiguió volver completo :  el teniente C..... (el autor de cuál tomé estas notas no indica su nombre), que defendía el valle de Nam Na, a pocos kilómetros de la frontera de Yuma. En espacio de un año, recorrió a pie cerca de ochocientos kilómetros, de tribu “amiga” en tribu “amiga” , protegido únicamente por su cualidad de francés : la fidelidad de las poblaciones montañesas era algo más que una palabra.

Los Comunistas declararon haber dado muerte a 183 miembros de los GCMA, capturado a 300, otros 4.366 se habrían rendido voluntariamente entre julio de 1954 y abril de 1956,aunque su destino fue del todo incierto. De sus mandos franceses nunca mas se supo, ni los Vietnamitas dieron explicaciones.

Aunque parezca increíble, nueve años después de la partida de los franceses, algunas GCMA, no solamente resistieron, sino que pasaron a la ofensiva. En la región de Ha Giang (en la carretera 41, que en otro tiempo, había conducido hasta Na San y Dien Bien Phu) los convoyes eran atacados “por unos bandidos”, hasta tal punto que los periódicos de Hanoi recomendaban a los automovilistas que circulasen en grupo. Por otra parte, el Quan Doi Nham Dan, órgano oficial del partido comunista vietnamita, señalaba que en dos meses, las “tropas que operaban en la región del río Rojo (región media) habían conseguido matar con grandes dificultades a 183 “enemigos” y capturar 300 “soldados”, obteniendo además la rendición de 4.336 montañeses y recuperado 3.796 armas.“

Naturalmente, los pocos europeos que se habían quedado en las guerrillas, hacía tiempo que habían desaparecido. Pero su ejemplo había servido para forjar la moral de estos “minoritarios”. Además, a pesar de que las acciones que realizaron no pueden, a falta de ejemplos, figurar en el Gran Libro de Oro de los Paracaidistas, ¿quién puede mejor que ellos testimoniar las cualidades paracaidistas?

Seguramente, se han reunido, en el paraíso de los héroes, con sus antepasados de Bretaña, Holanda y Diên Biên Phu.

Fuentes :

Les Paras (E. Bergot).

Dien Bien Phu (J. Keegan).

Histoire des Parachutistes Français (P. Gaujac).

Fuentes en Línea :

http://www.quiosegagne.asso.fr

http://demibrigadesas.ifrance.com/

Paracaidistas Franceses...........Por el Honor de la Boina Roja.

Fin de Paracaidistas Franceses en Indochina.

Bueno amigos, espero que este pequeño paseo por la Historia de la Guerra de Indochina, junto a los “Paras”,  les haya gustado, pido las excusas por lo largo de mi exposición y por el tiempo que me permití darme para terminarlo, varios meses, y además, por otra parte, no puedo llegar hasta el fin sin antes agradecer a todos los que me motivaron a continuar y completarlo.

Y como siempre un saludo afectuoso desde Chile.

Fug

26-07-2008

Desde luego, bien podias escribir un libro, muy completo he interesante.  Saludos.

Deleted member

13-04-2009

El siguiente es uno de los temas más escalofriantes y crudos que me ha tocado escribir. Pido las disculpas del caso, pero la historia y la realidad han sido así.

Del mismo modo este tema que a continuación les entregaré me servirá para agregar más información a este tema de Los Paracaidistas Franceses en Indochina, y al mismo tiempo hacer un homenaje a unos hombres que iban a la guerra, muchas veces a salvar vidas más que a combatir. Esos soldados que la mayor parte de les veces no estaban dotados de armas, sino que de vendas, gasas, alcohol, morfina y tantas otras cosas. Y que su gran enemigo era la muerte misma.

Valga entonces mi homenaje a los Servicios Sanitarios, y en este caso específico a los Servicios Sanitarios de los Paracaidistas Franceses.

Los Hospitales de Campaña Paracaidistas Franceses en Diên-Biên-Phu (parte 01) :

Como información preliminar me gustaría indicar como era la estructura de los Servicios Sanitarios de los Paracaidistas Franceses en Indochina.

El teniente-médico Dumetz de la Semibrigada de Paracaidistas SAS en Indochina en 1946.

Cada batallón disponía de uno o dos oficiales médicos, con estudios universitarios en medicina. Cada compañía, eran cuatro por batallón (de 150 hombres cada una), disponía de un encargado médico general, regularmente un enfermero, con estudios universitarios en ello. Cada sección, eran tres por cada compañía (de 50 hombres cada una), disponía de un “médico”, que era simplemente un soldado paramédico que había tenido cierta preparación en el servicio mismo, o algunas veces preparación universitaria anterior en enfermería.

En octubre de 1951 capitán-médico Chataigneau, del 2° BEP (Batallón Extranjero de Paracaidistas), gravemente herido en los combates de Nghia-Lo, es llevado en camilla por legionarios (armados de fusiles MAS 36 CR 39) hacia el puesto de Giai-Ho para su evacuación médica.

Ahora los batallones se agrupaban en los llamados Grupos Aerotransportados (que en Indochina eran dos, el GAP 1 y el GAP 2), que agrupaban a tres o cuatro batallones cada uno, dependiendo del caso. Cada Grupo Aerotransportado tenía un Hospital de Campaña Paracaidista. o ACP (en francés Antennes Chirurgicales Parachutistes). El ACP 3, al mando del teniente-médico Louis Résillot, pertenecía al GAP 1 y el ACP 5, al mando del capitán-médico Ernest Hantz, pertenecía al GAP 2. En Diên-Biên-Phu, se formó un tercero el ACP 6, al mando del capitán-médico Jean Vidal, en base a miembros de los otros ACPs y de refuerzos lanzados en paracaídas. Cada ACP disponía de una cierta implementación y estructura, y de los médicos y enfermeros necesarios, para una condición normal de funcionamiento, la que obviamente no era Diên-Biên-Phu. Ellos podían enfrentar los heridos más graves y realizar algunas de las intervenciones quirúrgicas necesarias para asegurar su supervivencia.

En Diên-Biên-Phu, además, existían otros dos Hospitales de Campaña, los que en el transcurso de la batalla se fusionaron, formando uno sólo. Estos eran los Hospitales de Campaña Móviles o ACM (en francés Antennes Chirurgicales Moviles). El ACM 29 al mando del comandante-médico Paul Grauwin y el ACM 24 al mando del teniente-médico Jacques Gindrey. Como coordinador de los ACM estaba el capitán-médico Le Damany, que anteriormente era el médico jefe de las unidades de la  13ª DBLE (Semibrigada de la Legión Extranjera).

En febrero de 1952, una evacuación sanitaria de un herido del 10° BPCP (Batallón Paracaidistas de Cazadores a Pie) en un helicóptero Hiller M360, pilotado por el comandante Bartier, durante los combates llevados a cabo por el 10° BPCP en la región norte de Thaï Binh.

El 17 de julio de 1953, hacia las 8 de la mañana, el teniente Rivier, el médico-jefe del 6° BPC observa su unidad en pleno de lanzamiento (al norte de Lang Son), a lo largo de la RC 4, durante la operación “Hirondelle”. Esta operación tuvo como objetivo destruir los depósitos de materiales y de armas, situados cerca de la ciudad, ocupada como punto de distribución de la ayuda de la República Popular de China al Viêt-minh desde octubre de 1950.

Durante la operación “Hirondelle”, el 17 de julio de 1953, durante el repliegue en la RC 4, un paracaidista vietnamita del 8° Choc, que fue atendido por el famoso “golpe de bambú”, causado por el calor (40°), repone sus fuerzas un instante. Su papeleta medica, al cuello de su chaqueta camuflada, indica que ha sido asistido por el teniente De Carfort, médico-jefe del batallón.

En septiembre de 1953, en el curso de la operación “Brochet”, heridos del 2° BEP (Batallón Extranjero de Paracaidistas) son evacuados por un helicóptero Hiller 360.

En septiembre de 1953, el teniente-médico Patrice de Carfort del 8° Choc (Grupo de Paracaidistas de Choque) con un herido, en el momento de la operación “Brochet”, el 30 de septiembre de 1953. Esta es una fotografía mítica de los médicos militares franceses en Indochina.

Con lo anterior claro me permitiré entregar a continuación las memorias de uno de los miembros de estos Hospitales de Campaña Paracaidistas en la batalla de Diên-Biên-Phu.

“Recuerdo aquel marzo de 1954, como una luz macilenta inundaba esa trinchera de Diên-Biên-Phu.

Me había ido a Indochina, desbordante de entusiasmo y de coraje. Para este lejana aventura, había dejado a mi familia y mis amigos y como todos mis amigos, había aportado mi sentido del deber. Había que defender el honor de Francia pero también, por supuesto, confirmar mi reputación de luchador..... En Asia, yo creía sinceramente que contribuiría a cortar la inexorable expansión marxista.

Atención de un paracaidista herido en Diên-Biên-Phu. 

Embriagado por el ruido de las explosiones y de las ráfagas de las armas automáticas, estúpido de cansancio y por las noches el sueño, la lluvia, el lodo viscoso es allí, palpitando en la acción de los combates, siendo afligido por mi impotencia, angustiado pero sin embargo bien decidido contener al agresor Viet, agazapado como yo, invisible, en la sombra de las trincheras próximas. Una granada de un mortero de 60 mm. explota y el combatiente se desploma.....

Ningún grito, un inconsciente velo negro y un cuerpo acurrucado. Me deslizo en el charco innoble de lodo enrojecido de la trinchera. A mi lado, mi amigo de combate yace, con la cara arrancada.

Bajo una barrera de fuego terrorífica, los últimos supervivientes de la compañía, despavoridos, se repliegan pisoteando los cuerpos, entre los que hay algunos que todavía se mueven, o simplemente a otros, les arrastran sin contemplaciones relevándose, hay que intentar todo para sacar a un amigo de una muerte cierta...... Gestos magníficos y heroicos de solidaridad, prueba admirable de esta fraternidad entre hombres poco acostumbrados a revelar sus sentimientos y su corazón. Todos estos actos consumados, por cierto inconscientemente, con el miedo en el vientre, y con un solo fin, alcanzar ese banderín que muestra una Cruz Roja, que marca el puesto de socorro del sector.

El teniente-médico Patrice de Carfort del 8° Choc (Grupo de Paracaidistas de Choque) atendiendo heridos de la unidad en Diên-Biên-Phu.

En esta trinchera todavía cubierta por los disparos de los Viets, amontonamos estos pobres andrajosos. La evacuación hacia el Hospital de Campaña es imposible, el cerco es prácticamente total

En todos los casos escuchamos de ellos sonidos angustiosos, pero lo más difícil es reparar cuelas de estos  heridos están en peligro de muerte inminente.....

  • Tapar una herida de pecho abierta y asfixiante por una cura oclusiva.....

  • Colocar una venda o una compresa sobre una herida vascular muy hemorrágica.....

  • Enderezar y entablillar, algunas veces en forma sumaria con una estaca o un fusil, y sentir un fuerte estruendo en el muslo o la pierna y un grito, debido al dolor.....

  • Y luego colocar curaciones individuales sobre todas las heridas, aliviar con la morfina, devolver la calma y la comodidad relativa de una de estas camillas, calmarse y tener el ánimo de hacer una de esas papeletas de evacuación posterior, la que se fija sobre el pecho del herido inconsciente, y que permitirá conocer más tarde su nombre, la naturaleza de sus heridas y los cuidados y las medicinas que recibió en la atención de avanzada.

Poco a poco, en la penumbra del puesto de socorro, en medio de las explosiones cercanas y la crepitación incesante de las ametralladoras y de fusiles ametralladores, el color blanco de las curaciones contrasta con el tinte fecal del lodo..... Esperamos.....

El contraataque desesperado en los paracaidistas y la reconquista de la trinchera, hace aflorar un abrazo de los supervivientes de la compañía diezmada. La repliegue de algunas decenas de combatientes, casi despavoridos y resignados se efectúa al amanecer. Con una pantalla de humo, se efectúa un largo desfile de camillas, donde se quejan los heridos traqueteados, en esta carrera hacia el Hospital de Campaña, a través de los cráteres de las explosiones de obús y de las enredadas trincheras a medias derrumbadas.....

Los muertos accesibles han sido cubiertos con algunas apaleadas de tierra en el fondo de la trinchera, una sepultura muy modesta para estos jóvenes de Francia.

Nos zambullimos en la entrada del Hospital de Campaña, mientras se desencadena el tiro de artillería enemiga. Una de las granadas alcanza de frente el grupo electrógeno, provocando una obscuridad casi completa, para realizar la selección quirúrgica.

Heridos esperan su evacuación de uno de los hospitales de campaña de Diên Biên Phu. 

La información entregada por el grupo de las transmisiones, permite descubrir un espectáculo bastante alucinante : una cuarentena de heridos semidesnudos sobre las camillas puestas en el suelo sobre el lodo, una decena de otro menos graves, están en cuclillas contra las paredes.

Algunos PIMs (Prisioneros Internos Militares) son alertados y proceden a su aseo sumario, tomando en cuenta que no es un asunto delicado el suprimir la capa de lodo viscoso que recubre todo : ropas, piel, heridas y transforma el suelo en una verdadera ciénaga.....

La selección quirúrgica hecha por un joven cirujano es un acto capital, porque arrastra a una elección de terribles en consecuencias : el diagnóstico preciso del que la vida del herido depende.....

  • Los moribundos ya comatosos (cerca de 1 herido de 10), con heridas craneales o heridas múltiples muy graves, están por encima de todo recurso quirúrgico, reciben rápidamente una inyección de Morfina para atenuar sus sufrimientos hasta el fin. Algunos todavía conscientes parecen increíblemente resignados; varios antes de su último soplo pronuncian los nombres de seres queridos, piden ser bautizados, pero el capellán bloqueado por un fuego de barrera habría llegado demasiado tarde.

  • Para todos los demás heridos el grado urgencia debe ser descubierto, y no es el menor asunto en tal avalancha de heridos. Quitadas las curaciones primitivas, el cirujano establece el balance de las heridas y el estado del choque.

Simultáneamente con gestos casi automáticos, todo el equipo de enfermeros del Hospital de Campaña comienza su accionar de rodillas alrededor de las camillas, cada uno de siete enfermeros tiene su papel bien definido. Los heridos recibirán pues, sistemáticamente, los sueros antitetánico y antigangrena, los antibióticos, para posteriormente recibir la medicación preoperatoria (Phénergan, Atropina, Dolosal, etc.). El enfermero reanimador vigila pulso, tensión arterial, la respiración; coloca las inyecciones intravenosas, sueros glucosados y salados, plasma, y a veces sangre, la que por desgracia es lanzada en paracaídas de muy pequeñas cantidades. A veces hay que hurgar hasta la raíz del muslo, para descubrir una vena profunda permeable.

Un paracaidista herido es sostenido por dos de sus compañeros que le evacuan hacia el hospital de campaña del campo atrincherado de Diên Biên Phu.

Durante la batalla de Diên Biên Phu, un paracaidista trae al puesto de socorro a un compañero vietnamita herido que tiene afirmado por el cañón su fusil MAS 36/CR 39.

En medio de todos estos preparativos y en medio de la incomodidad más completa, el cirujano confecciona un programa operatorio de acuerdo a la gravedad y de acuerdo a la urgencia de las heridas : las de tórax asfixiantes, las hemorrágicas, y las traumáticas graves, son la prioridad absoluta.

Durante este tiempo, el enfermero instrumentista prepara mesa y las ropas blancas operatoria, además de las ligaduras. Hay que ser económico, recuperar todo lo reusable y que habitualmente se desecha : compresas, curaciones, ligaduras, etc. El esterilizador se pelea con su autoclave calentado con un “primus” (cocinilla) a parafina (kerosene), la que falta, y el grupo electrógeno, que agotado, sucumbirá repetidas veces.

La selección es terminada, la que retrasa posiblemente la gestión operatoria, pero permite la puesta en condición de todos los heridos, los que desfilarán ahora sin interrupción sobre la pequeña mesa de operaciones flexible de nuestro Hospital de Campaña Paracaidista.

¡Sala de operaciones! Un término muy pomposo para designar el túnel recubierto, afortunadamente, de gruesos leños y de un lecho de tierra. Para aportar una aparencia de limpieza y que se acerque en algo que pudiera asemejarse a una sala de operaciones, el techo y las paredes fueron guarnecidos con paracaídas, los que se renovaban de vez en cuando. En efecto, cada explosión cercana rociaba de tierra el sector operatorio y las mesas de instrumentos esterilizados. Esta tierra era detenida en las telas, las que se hinchaban de agua cenagosa, la que chorreaba en estalactitas dando un espectáculo como en una cueva natural. Unos hilos colgados del techo obligaban las gotas a seguir un trayecto más oblicuo, lejos de las zonas operatorias.

Continuará......

Deleted member

13-04-2009

Los Hospitales de Campaña Paracaidistas Franceses en Diên-Biên-Phu (parte 02) :

De esta forma se tenían salas blancas con flujo de aire hiper aséptico, todo en forma improvisada.

El anestesista, que era un enfermero pero también el cocinero, va intentar todo para aportar un poco de comodidad a nuestra intervención quirúrgica.

Los hospitales de campaña de Diên Biên Phu estaban instalados bajo tierra; los heridos recibían allí los primeros auxilios.

La ausencia de aparato de circuito cerrado para un entubado endotraqueal, impone una anestesia por vía intravenosa en el Pentothal. La equipo de éter con una antigua máscara Ombredanne sin oxígeno (ya que el lanzamiento en paracaídas de las botellas de gas comprimido es muy difícil) proporciona sólo una anestesia ligera en la última instancia del despertar, ya que a menudo el herido se mueve. Debemos luchar para vencer el empuje abdominal y para mantener un miembro fracturado durante la desecación del yeso.

Con prioridad, son tratados los heridos de gran urgencia :

  • Cierre de una herida de pecho asfixiante y abierta, después de la colocación de la cura oclusiva, el verdadero “fuelle de fragua” donde brota el pulmón desnudo a través de las costillas fracturadas. Estas heridas son una causa común de muerte por asfixia de los heridos de guerra, pero en Diên-Biên-Phu, la proximidad del puesto de socorro y su rápida evacuación rápida permitían a veces tapar la brecha por medios sumarios antes de la sutura del cirujano, impidiendo la evacuación del aire.

  • Las heridas vasculares necesitarán la ligadura de la arteria o de la vena rota, con todos los riesgos semejantes a los de una extremidad después de amputación secundaria inevitable.

  • Los miembros despedazados, son amputados directamente sobre las camillas, con el anestesista y el cirujano de rodillas. Lo mismo ocurre otros heridos menos graves, cuyas heridas son un poco más leves, las que son cerradas y suturadas, y las pequeñas fracturas son emparejadas a “pelo”, mientras otras curaciones son hechas bajo anestesia..... Todas estas operaciones menores hechas deprisa entre cada “intervención grande”, porque hay que hacer todo rápidamente, muy rápido, y el cirujano es único.

  • Los heridos de abdomen (algunas veces se tienen 7 en 24 horas) recibirán una laparotomía exploratoria para detectar todas las lesiones internas debidas una por bala o un pedazo de granada, incrustados donde no sabemos dónde.

La operación es a veces larga y laboriosa. La hemorragia interna necesita la ligadura de arterias y venas internas, la extirpación del bazo o del riñón o el taponamiento, raramente eficaz, de heridas del hígado. Hay que hacer todo rápidamente para suturar y cerrar las perforaciones múltiples y intestinales.

Hacen falta suturas estancantes, salvo para el intestino, debido a las materias fecales hiper sépticas que tiene en su interior, para esto se confecciona un ano artificial exteriorizando. Esta perforación es lo único capaz de evitar una peritonitis postoperatoria.

El cierre de la pared debe ser sólido y el empuje abdominal debido a una anestesia demasiado ligera impone el uso de hilos sólidos, algunas veces hilos de bronce, ya que esto no es la microcirugía.

Y qué decir de los poliheridos que asocian una herida abdominal o toraco-abdominal con fracturas expuestas de pierna, o una herida mutiladora de la cara con un ojo estallado y una traqueotomía para lesiones graves de la boca o del maxilar inferior, etc.....

A cada instante, otros heridos en espera, imponen una gestión quirúrgica imprevista con toda urgencia, lo que obliga al cirujano a dejar la operación en curso, para socorrer la gravedad de otros heridos nuevos.....

Entre cada transferencia de los heridos sobre la mesa, damos una pequeña cabezada (pequeña siesta) sobre un montón de paracaídas, el anestesista cocinero nos aporta una ración de carne de vacuno sazonada, el arroz y el Nescafé en saquito. El poco aire que entra al enrarecido ambiente del Hospital de Campaña es por ya al llegar la noche no tenemos ninguna noción de la hora y del tiempo.

Durante un tiro de artillería de Viêt-minh, un camión sanitario GMC 6x6 sirve de refugio a soldados, durante de la batalla de Diên Biên Phu.

Heridos son transportados a bordo de un camión en el momento de la batalla de Diên Biên Phu.

Durante la batalla de Diên Biên Phu, heridos esperan su evacuación en un camión sanitario GMC 6x6, cerca de un hospital de campaña del campo atrincherado. 

Al pie de un camión GMC con banderín de la Cruz Roja, heridos de todas las unidades y un camillero esperan la llegada de un avión sanitario Dakota, durante la batalla de Diên Biên Phu.

En la pista de aterrizaje del campo atrincherado de Diên Biên Phu, los camilleros y los heridos leves suben rápidamente a bordo del avión Dakota sanitaria, los soldados más graves con el fin que el avión no se mantenga demasiado tiempo en es lugar y de correr peligro de ser tocado por la artillería del Viêt-minh. En primer plano, una ambulancia Dodge.

Durante la batalla de Diên Biên Phu, heridos son evacuados a bordo de un avión de transporte Dakota sanitaria sobre la pista de aviación del campo atrincherado.

El avión con los heridos se apresta a despegar de Diên Biên Phu.

De noche, el cielo es rayado por balas trazadoras de la DCA los Viets y los relámpagos deslumbrantes de las explosiones de obús sobre una T luminosa balizada, la DZ, que indican que lanzamientos en paracaídas se efectuarán a pesar del tiempo cubierto que precede el monzón. Los Dakota y los Packetts giran sin cesar sobre la hondonada de Diên-Biên-Phu, para largar la carga lo más bajo posible (unos 150 mt.), mientras que luciérnagas deslumbrantes se mezcan alumbrando todo este paisaje de desolación.

Siempre por oleadas llegan otros heridos y hay que, sin embargo, operar a los que esperan desde hace 24 horas : cerrar heridas, sacar objetos incrustados (balas, esquirlas), enucleaciones (extracción de globos oculares), una amputación secundaria o una ligadura de un tronco arterial, una abertura de abceso, reintervención para oclusión, etc., etc., etc.....

Los heridos del cráneo llegan al final, porque para ellos, no se puede hacer gran cosa : lavar la papilla cerebral con suero caliente, quitar las esquirlas óseas compresivas y entrar a recubrir con lo que queda del cuero cabelludo, inundando de antibióticos

En un minuto ocurre una explosión de una granada de obús que había caído en las horas anteriores y estaba sin desactivar, provocando un  golpe sobre la pared de la “sala de selección” con un estruendo ensordecedor..... La pared se derrumba enterrando a un enfermero y varios heridos sobre sus camillas : sacamos a pala toda esta tierra viscosa, para retirar al enfermero reanimador atónito y empezar a trabajar sobre las heridas abiertas y llenas de lodo, de los heridos.....

En los túneles vecinos, donde han sido conducidos, los operados de los días precedentes, se encontraban asombrosamente silenciosos en sus literas metálicas sobrepuestas hasta los leños del techo que gotean agua cenagosa

¡Deberán sin embargo, ceder rápidamente su sitio “privilegiado”! En seguida será ocupado por nuevos recién llegados...... El médico de su batallón a algunas decenas de metros de ahí tomará el relevo del cirujano del Hospital de Campaña, en condiciones todavía más precarias.

A menudo pasó que estos mismos heridos vuelven, después de haber retornado al combate, pero ahora con una nueva herida. Allá, solamente éramos los testigos estupefactos de estos actos de valor inverosímiles impuestos por una resistencia desesperada la fuerza de los Viet. Pero cómo tener una arma en una mano con el otro brazo con una faja, o estar en pie con una enorme herida de muslo o una amputación de pierna y luchar.

Era difícil de quedar insensible en ciertas situaciones trágicas, como la de ese teniente herido casi moribundo, que pide que se asista antes de  él a su ordenanza marroquí herido, al  que llamaba “Luz de la luna”.

O ese legionario de origen alemán, que reconocía haber abandonado a su familia, y que pedía que se le avisara a su mujer en Tubingen.

O ese gran negro senegalés entre los que ambas órbitas habían sido arrancadas por un pedazo de esquirla y cuyos lóbulos anteriores del cerebro colgaban por los ojos y la nariz, y que  hablaba todavía con intermitencia gimiendo, y que  vivirá todavía diez horas aliviado por inyecciones repetidas por Dolosal.....

Y cuántos otros todavía.....

Ya que las ropas blancas de operación, no pueden más ser lavados en el agua sucia sacada del Nam-Youm por los PMIs, esterilizamos estos andrajos hediondos en el autoclave calentada a parafina.

El cirujano privado de blusa opera torso desnudo con un delantal de caucho. Las manos enguantadas de gruesos guantes de caucho se zambullen en el alcohol, para luego pasar a trabajar en la herida o el abdomen lleno de materias fecales sangrientas saliendo de las vísceras rotas.

Las semanas interminables fluyen y los lanzamientos en paracaídas nos abastecen de manera muy irregular. Hay que economizar todo : ligaduras, compresas, curaciones, antibióticos y hasta el alcohol de 90°, Mercurocromo, alcohol yodado, y anestésicos generales, y hacemos cada vez más anestesias locales usando sólo Novocaína.

Las grandes ampollas de los sueros son demasiado frágiles para soportar el lanzamiento en paracaídas. Por esta razón, en Hanoï, tomaron botellas de champaña “Bière Segi”, vaciaron su contenido y las acondicionaron con los sueros en Hanoï. Se traspasaba con una aguja de la tubería a la cápsula vaciada.....

La sangre falta cada vez más y para restablecer, en forma insuficiente, la masa sanguínea utilizamos el plasma seco y Subtosan.

Le Damany, nuestro médico-jefe del campo atrincherado, hostiga servicio de salud de Hanoï, que acondiciona sin tregua las cajas de medicinas, materiales, camillas, grupos electrógenos, instrumentos, cubiertas y víveres, los que serán largados, la noche siguiente, a gran altitud, pero con la abertura del paracaídas retrasada, ya que la DCA instalado sobre las alturas de la hondonada de Diên-Biên-Phu se ha vuelto demasiado precisa.

Un sargento legionario vacuna a un niño thai en un pueblo del valle de Diên Biên Phu.

El capitán-médico Le Damany vacuna a un niño de pecho thai en un pueblo del valle de Diên Biên Phu.

Después de recuperación en los alambrados y las trincheras, en las barbas de los Viets, los paquetes son despachados en seguida hacia los médicos de avanzada y a los Hospitales de Campaña. A pesar de las pérdidas inévitables, paquetes derribados o capturados por los Viets y simplemente la desaparición de otros, los cuidados jamás han sido interrumpidos.....

Vidal en el 2° BT (Batallón Thai) con el ACP 6 (Hospital de Campaña Paracaidista N° 6) es sobrepasado y se repliega sobre el ACP 5. Vamos a trabajar juntos durante últimos días de la batalla. El ACM (Hospital de Campaña Móvil) del GONO (Grupo Operativo Noroeste, las fuerzas no paracaidistas de Diên-Biên-Phu) con Grauwin y Gindrey a la cabeza, se encuentra próximo al PC de De Castries. El ACP 3 se encuentra aislado en Isabelle con Résillot a la cabeza, el cual como todos los médicos que ejercían esta cirugía de guerra de avanzada, se habían adaptado a pesar de todo a estas condiciones aparentemente desconsoladas.

Durante la batalla de Diên Biên Phu, un helicóptero sanitario Sikorsky S-55 H-19, sobrevuela la colina “Isabelle” del campo atrincherado.

Evacuación de los heridos a bordo de un helicóptero sanitario Sikorsky S-55 H-19, en el momento de la batalla de Diên Biên Phu.

Continuará......

Deleted member

13-04-2009

Los Hospitales de Campaña Paracaidistas Franceses en Diên-Biên-Phu (parte 03) :

La imposibilidad de toda evacuación sobre los hospitales de la retaguardia, imponía un funcionamiento autónomo y prolongado en estos hospitales improvisados de campaña.

El comandante-médico Paul Grauwin, fue uno de esos héroes silenciosos de Diên-Biên-Phu. Una de las imágenes inolvidables y grabadas en mi mente, era ver al doctor Grauwin, operando bajo bombardeo enemigo, vestido únicamente con unos shorts y con su eterno cigarrillo en los labios. Él contará con la inestimable ayuda de Geneviève de Gallard, el “ángel de Diên-Biên-Phu”, que por sus actos heroicos es nombrada legionaria honoraria de 1ª clase y recibe la Cruz de Caballero de la Legión de Honor.

Geneviève de Gallard, enfermera en el ACM y todos nuestros enfermeros, los médicos de las unidades y los cinco cirujanos dispersos, formaban allá equipos dinámicos y entusiastas a pesar del peligro permanente, el cansancio y el embrutecimiento de las semanas sin sueño.

¡En el ACP 5 tratamos cerca de mil heridos en un mes!..... Pero el médico de avanzada, será siempre el eslabón indispensable, bajo la autoridad de Le Damany, médico-jefe del campo atrincherado.

Operación quirúrgica practicada por el comandante-médico Grauwin en el hospital de campaña de Diên Biên Phu.

Operación quirúrgica practicada por el teniente-médico Jacques Gindrey, en el hospital de campaña de Diên Biên Phu.

Por su papel técnico y humano, inspiraba confianza al combatiente al que prestaba asistencia en el mismo corazón de los combates. Aportaba un sostén moral indescriptible. El “Médico” era el refugio extremo en caso de heridas  para los hombres de tropa o los suboficiales y es él quien a menudo recogía las confidencias antes de su último suspiro.

En Diên-Biên-Phu, tenía también entera responsabilidad de los heridos trabajados algunas horas antes.

Atención de los primeros heridos en Diên Biên Phu del II/1° RCP.

El 7 de mayo de 1954. Caída del campo atrincherado de Diên-Biên-Phu.....

Los Viets silenciosos y oscuros llegan a la entrada del Hospital de campaña, en el curso de una operación que me piden interrumpir con rabia al corazón. ¡Di Vé! ¡ Maolen!

La vuelta en la superficie, salimos despavoridos y deslumbrados por la luz de día.

Prisioneros franceses son heridos por minas antipersonales : se les impone la limpieza de minas del campo de aviación con vistas a una evacuación aérea eventual. Estos heridos, pierden extremidades, y los enfermeros-médicos Viets, simplemente les hacen una curación y amarran un “cable eléctrico” en la raíz del miembro, dejándolos así por más de 4 horas.

Bajo tiendas improvisadas con paracaídas, hay que amputar al nivel del muslo con material y medicinas chinas desconocidas. Nuestros Hospitales de Campaña, fueron considerados verdaderos botines de guerra por los Viets.

Todos los heridos desde el fin de los combates fueron sacados de los refugios y es bajo la lluvia esperan su evacuación hipotética.

Totalmente privados de nuestros cuidados, con curaciones horriblemente manchadas, los yesos podridos donde bullen y se mueven gusanos blancos, amputados sin muletas, heridas abiertas sin curaciones y operados del abdomen que vomitan y reclaman un sedante, totalmente descarnados, en andrajos pero sin embargo llenos de esperanza de una liberación próxima y de cuidados en la cama verdadera de hospital.

¡Deberán esperar sin embargo la autorización de Ho-Chi-Min¡ El que por su “clemencia humanitaria” permitirá a estos desgraciados, salir en helicóptero hacia Hanoï y otros lugares, acompañados por Geneviève y por un o dos médicos, a partir del día 18.

Evacuado desde Diên Biên Phu en un avión sanitario DHC-2 Beaver, un herido es transportado sobre una camilla hacia un hospital de campaña, en el aeródromo de Luang Prabang.

Evacuado desde Diên Biên Phu en un avión sanitario DHC-2 Beaver, un herido va a ser trasladado hacia un hospital de campaña situado cerca del aeródromo de Luang Prabang.

Evacuado desde Diên Biên Phu en un helicóptero sanitario Sikorsky S-55 H-19, un herido es transportado sobre una camilla hacia un hospital de campaña, en el aeródromo de Luang Prabang.

Evacuado de Diên Biên Phu, un herido es transportado sobre una camilla hacia un hospital de campaña en el aeródromo de Luang Prabang.

En el aeródromo de Luang Prabang, un herido de Diên Biên Phu es evacuado con destino a Hanoï en un avión de transporte Dakota.

Otros combatientes heridos, después de una emocionante despedida, son separados, sin consideraciones, de sus compañeros y toman el camino de la cautividad para reunirse en los campos de prisioneros  al norte de Indochina en la frontera china.

Los médicos también serán separados de heridos y enfermos de la columna larga de presos. Esta separación trágica nos impedirá aportarles una ayuda y algunos cuidados elementales.

La ausencia de consejos de higiene y de profilaxia de las enfermedades tropicales, explicará la alta mortalidad de la tropa y de los suboficiales en los campos de prisioneros. Y sin embargo, el simple hecho de beber exclusivamente agua hervida, suprimía la casi totalidad de las afectaciones intestinales parasitarias o infecciosas : amibiasis, ascaris, lambliasis, espiroquetosis, etc. También una simple tableta de Nivaquine impedía una crisis mortal de malaria grave.

Los campos de prisioneros franceses en Indochina fueron diezmados por el descuido orgulloso del mando Viet. Su negativa de la asistencia de la Cruz Roja Internacional y la incompetencia total de sus enfermeros-médicos, absolutamente ignorantes, constituían un crimen indigno, que se habría debido denunciar ampliamente a la opinión pública internacional de la época.

Usted deberá sin embargo debe saber que, allá, no soñaban, egoistamente, con salvar su piel sino existía un sentimiento extraordinario de compañerismo y de solidaridad. Comprendemos mejor las hazañas oscuras que han sido cumplidas y que jamás conoceremos.

Muchos de los heridos, de amputados o inválidos, deben la vida al amigo desconocido que no volvió de allí  nunca más.

La enfermera Geneviève de Gallard, después de su salida de Diên-Biên-Phu, arriba a Luang Prabang, el 24 de mayo de 1954.

Estas vivencias, pronto cumplirán 55 años y pertenecía a Diên-Biên-Phu.....”

Lo anterior fue extraído y adaptado del artículo aparecido en el Boletín de Enlace de la Asociación de Veteranos de Diên-Biên-Phu (Amicale des Anciens de Diên-Biên-Phu) de marzo de 2007,  cuyo autor es el capitán-médico Ernst Hantz (al mando del ACP 5).

Continuará......

Deleted member

13-04-2009

Los Hospitales de Campaña Paracaidistas Franceses en Diên-Biên-Phu (parte 04) :

Después de leer lo anterior, les pido que hagan andar su imaginación, y cambien la fecha y el lugar, y obviamente las técnicas, y pongan en lugar de Diên-Biên-Phu a Verdún, Gallipolli, El Alemein, Stalingrado, Leningrado, Normandía, Arnhem, Khe San, Kosovo, Bagdad, Gaza, o cualquier otra batalla y vean como luchaban estos soldados, tanto hombres como mujeres, sin armas, y con el sólo fin de salvar vidas.......

Algunas imágenes de los Servicios Sanitarios a través de la Historia :

El Hospital Scutari en Constantinopla durante la Guerra de Crimea, alrededor de 1855.

Evacuación de heridos durante la Guerra Civil Americana. Aunque los atuendos me parecen extraños, la fuente “Military Medicine” de Jack E. McCallum, indica que ese es el conflicto.

Hospital de campaña del Ejército Prusiano instalado en la Iglesia de Saint Roch durante la Guerra Franco-Prusiana de 1870.

Hospital de Campaña británico durante la Guerra de los Boer en 1900.

Enfermeras voluntarias del Real Cuerpo Médico Británico, atendiendo heridos en una trinchera en 1915.

Evacuación de heridos británicos en la Primera Guerra Mundial.

Hospital de Campaña francés en 1916.

En la Segunda Guerra Mundial se pudieron ver más imágenes.....y de todos los bandos.

Veamos a los alemanes :

Un soldado francés herido de la 102ª División de Fortalezas es auxiliado por un tanquista alemán y por un médico de la Luftwaffe durante la caída de Francia de 1940.

Paracaidistas de los Servicios de Sanidad alemanes recuperan un container con implementos médicos durante la batalla de Creta.

Elementos de los Servicios Sanitarios alemanes en un aeródromo ruso.

Enfermeros alemanes en acción.

Un vehículo alemán de los Servicios Sanitarios del cual no tengo muchos antecedentes.

Veamos a los británicos :

Ambulancia británica abandonada durante la batalla de Creta en 1941.

Puesto de primeros auxilios de la 51ª División Highland en El Alemein en octubre de 1942.

Vista de un Hospital de Campaña aliado en Birmania en 1944.

Heridos ingresando a un Hospital de Campaña de la 1ª División Aerotransportada Británica en la zona de Arnhem en 1944.

También los polacos :

Hospital de Campaña de la 1ª Brigada de Paracaidistas Polacos en Driel en 1944.

Y los franceses :

Camilleras (apodadas Marinettes), del Pelotón de Sanidad del RBFM (Regimiento Blindado de Fusileros de Marina) durante el avance de la unidad en Lorena, en 1944.

Camilleras (apodadas Marinettes), del Pelotón de Sanidad del RBFM (Regimiento Blindado de Fusileros de Marina) durante el avance de la unidad en Lorena, en 1944. Al mando del estandarte de navío femenino Carsignol, la unidad fue equipada de ambulancias Dodge.

Soldados del 1° Ejército Francés vendan a un tirador marroquí herido durante los combates en Fützen, en 1945.

Los Rusos.......:

Elementos de los Servicios de Sanidad rusos en acción.

Los americanos...........:

Hospital de Campaña americano en Sicilia en 1943.

Enfermeros americanos atendiendo heridos en Normandía en 1944.

Marines evacuando heridos en la campaña del Pacífico.

Elementos de los Servicios de Sanidad de los Marines atendiendo a un japonés herido.

Y en la Posguerra.......no solamente los Servicios de Sanidad estuvieron en Indochina :

Cirugía en el 8209° Mobile Army Surgical Hospital (MASH) durante la Guerra de Korea en 1952.

Médico del 13° RDP (Regimiento de Dragones Paracaidistas) francés, atendiendo a un niño cerca de Argel en 1960.

Vista del Hospital de Campaña de Khe San en Vietnam en 1968.

Atención de un ACP francés en Tchad en 1980.

Atención de un herido por médicos del 3 RIMa (Regimiento de Infantería de Marina) francés, en Irak durante la operación “Daguet” en 1991.

Médicos del Ejército Francés en alguna parte de la Ex Yugoslavia en 1991.

Médicos del Ejército Francés, atienden un herido en el Campo de Refugiados de Lukavica, cerca de Sarajevo, en 1997.

El teniente coronel Richard Gonzalez que comandaba los equipos de cirugía y técnicos del 325° Field Surgical Team de EEUU en Afganistán en 2004.

Cuando se hable de los héroes.......no los debemos dejar de lado......ya que quizás muchos de ellos han sido héroes más que ningunos otros.

Vaya mi homenaje a todos ellos...........

Pd. Agradecimientos a Leytekursk por su apoyo fotográfico.

Saludos.

leytekursk

14-04-2009

Un estremecedor testimonio del ejercicio de la medicina en tiempos de guerra. Un gran trabajo Juan Manoel. Felicitaciones...

  Muchos de estos valientes cayeron en combate cumpliendo con su deber. Durante los primeros enfrentamientos en Guadalcanal, los equipos sanitarios americanos intentaron asistir a los japoneses heridos, pero los japoneses esperaban a que se acercara el médico y enseguida hacían estallar una granada. En adelante los americanos remataban inmediatamente a los heridos.  También he visto alguna foto en que soldados alemanes posan delante de una enfermera rusa ahorcada...

                      Un muy justo reconocimiento a una muy noble profesión... la de salvar vidas.

                                                                              Saludos...

                                       

gaffer

14-04-2009

un excelente reportaje ...que hace bueno el dicho de : '' una imagen vale mas que 1.000 palabras''.

los sanitarios y sobre todo medicos aún se lo siguen ''currando'' en cualquier sitio donde hay conflicto y hacen bueno el juaramento hipocratico.

un saludo

josmar

15-04-2009

  Un trabajo impecable, en todos los aspectos, lo que ya es "marca" de la Casa...

  Enhorabuena...

MIGUEL WITTMAN

15-04-2009

Una vez más felicidades JM.

Y te hago una sugerencia, a ver qué te parece.

Haz un tema nuevo con lo que has aportado de los Hospitales de Campaña. Es un aspecto de los conflictos bélicos que se ha tratado muy poco.

Te saludo y felicito.

Haz login o regístrate para participar