Planeando para la guerra: El Eejército rojo y la catástrofe de 1941

TITUS20050

13-05-2008

Si bien no soy un ferviente admirador de la URSS y sus fuerzas armadas, siempre trato de leer todo lo que se publica en forma seria sobre el papel de las mismas en la WWII.

Hace un tiempo encontre en una revista de defensa un articulo en ingles muy interesante escrito por una investigadora de temas militares ,la señora Cynthia A. Roberts que recogio material en la Rusia actual despues de la desclasificacion de miles de documentos de la epoca de la WWII.Este articulo tiene una extension de 33

paginas , por lo que hice un resumen y su traduccion con la ayuda de mi hijo que tipeo las varias paginas del mismo.

Es muy interesente su lectura pues confirma en cierta forma todo lo que se publico en el post sobre las puergas en la Union Sovietica y, los conceptos arcaicos que sostubieron los diversos paises europeos sobre estrategia y tecnica militar,espero que les guste.

PLANEANDO PARA LA GUERRA: EL EJÉRCITO ROJO Y LA CATÁSTROFE DE 1941

Cuando el Ejército Alemán atacó a la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, Stalin y las fuerzas armadas soviéticas estaban asombrados por el golpe. El dictador soviético pasó a aislamiento auto‐impuesto y el Ejército Rojo comenzó su precipitada retirada hacia el interior de Rusia. Pero a diferencia de Stalin, que antes de la invasión había pensado que Hitler todavía podía ser apaciguado, los altos oficiales militares habían esperado la invasión e intentaron prepararse para ella. Pero fueron completamente sorprendidos por el impacto aplastante del asalto. El Mariscal Georgii K. Zhukov, que había presionado a Stalin en varias ocasiones para alertar y reforzar el ejército, no obstante recordó el impacto del ataque alemán cuando anotó que “ni el comisario de defensa, ni yo mismo, ni mis predecesores B. M. Shaposhnikov y K. A. Meretskov, ni el Estado Mayor General pensaron que el enemigo podría concentrar tal masa de...fuerzas y emplearla en el primer día...”. Significativamente, Zhukov estaba en absoluto dispuesto a culpar a Stalin enteramente de la debacle del 22 de junio de 1941 a pesar de la negativa del dic‐tador a alertar al Ejército Rojo. El mariscal soviético reconoció que la consecución de la sorpresa de Alemania en el 22 de junio asumió una importancia crítica porque el Ejército Rojo había fracasado en anticiparse al poder atacante del ejército alemán: “Este fue el factor principal que determinó nuestras bajas en el período inicial de la guerra”.

La admisión de Zhukov refleja un importante enigma sobre la planificación de guerra soviética en vísperas de la Operación Barbarroja, cuya importancia no pudo ser completamente evaluada hasta la reciente apertura de los archivos rusos. Este enigma concierne a la peligrosa desconexión que existía antes del comienzo de la guerra entre la estrategia política y la doctrina operacional militar soviéticas. Desde por lo menos 1940, la política alemana de Stalin requirió que la Unión Soviética mantuviera una pos‐tura no provocativa hacia el Tercer Reich para eliminar cualquier pretexto para una invasión. El Ejército Rojo, por consiguiente, no podía ya esperar una temprana y secreta movilización contra un inminente ataque alemán, anulando una supuesta planifica‐ción central y de mucho tiempo. No obstante, en vísperas de la guerra la mayoría de las fuerzas militares soviéticas mejor entrenadas y equipadas estaban desplegadas en una postura ofensiva a lo largo de una frontera de 1.800 kilómetros que les dejaba peligro‐samente expuestas a un ataque y cerco alemanes.

Este enigma se vislumbra incluso mayor dado que el Ejército Rojo no solamente estaba vulnerablemente desplegado en junio de 1941; sino que también era peligrosa‐mente débil. La purga de las fuerzas armadas, que comenzó en 1937, había consumido la gran mayoría de oficiales superiores y abrió enormes huecos entre las filas de los oficiales experimentados de medio grado. Este golpe atroz llegó entre el caos creado por un vasto programa de rápida expansión militar que dejó a la mayoría del Ejército Rojo pobremente entrenado y debilitado. La deprimente actuación del Ejército Rojo en la Guerra de Invierno contra Finlandia en 1939‐1940 había proporcionado una prueba terrible de que una estrategia ofensiva efectiva estaba más allá de su capacidad. Como también el fracaso de los líderes militares para desarrollar una doctrina de armas com‐binadas viable sobre el papel o en campaña. No obstante, el Ejército Rojo mantuvo la postura de una poderosa y ágil organización en junio de 1941, esperando lanzar rápidas y poderosas contraofensivas contra una fuerza de invasión alemana. Cuando la Wehrmacht atacó, la acometida de la Guerra Relámpago o destruyó a estas fuerzas vulnerables donde resistieron o los empujó en una retirada desorganizada.

¿Porqué había permanecido el Estado Mayor General comprometido a esta pos‐tura auto‐derrotista y fracasó en presionar por una defensa estratégica –la respuesta militar más apropiada para el doble requerimiento de satisfacer la política de apaciguamiento de Stalin mientras se preparaba para contrarrestar a la Guerra Relámpago? Aún más fundamental, en el sistema totalitario soviético, donde el poder de Stalin era absoluto, ¿Cómo pudo la doctrina soviética quedar tan desastrosamente desconectada de acertados cálculos estratégicos y los grandes objetivos políticos de Moscú?

Este artículo, que recurre a documentos de archivo previamente sin explotar, sostiene que los irreflexivamente ambiciosos planes de guerra del Ejército Rojo estaban basados en un concepto profundamente erróneo del período inicial de la guerra que seriamente subestimaba el potencial militar que Alemania podía concentrar en un asalto sobre la URSS mientras sobreestimaba grandemente las propias posibilidades del Ejército Rojo. La suposición central de la planificación del Ejército Rojo mantenía que un intervalo de aproximadamente dos semanas separaría el comienzo de las hostilidades y el choque de las fuerzas principales de los antagonistas. Así, los planificadores de guerra soviéticos esperaban que la Wehrmacht sería capaz de atacar con solamente parte de sus fuerzas y de que el Ejército Rojo sería capaz de absorber este golpe inicial y montar poderosas contraofensivas mientras rápidamente movilizaba a sus fuerzas principales. Aunque las victorias relámpago alemanas en el Oeste en 1940 y las constreñidas condiciones impuestas por la política alemana de Stalin sugirieron fuertemente que las expectativas soviéticas de cómo se desarrollaría la guerra eran ahora completamente irreales, las fuerzas armadas soviéticas nunca cuestionaron sistemáticamente las suposiciones de la planificación que apoyaban su empleo para el despliegue avanzado o la rápida asunción de la contraofensiva en el caso de un ataque enemigo.

Los sorprendentes errores en el paradigma soviético del período inicial de la guerra no fueron principalmente debidos a la incompleta información o la incertidumbre. Más bien, la ideología organizativa del Ejército Rojo, que emergió en la década de 1920, fuertemente predisponía a las fuerzas armadas soviéticas a favorecer el despliegue avanzado y adoptar una estrategia ofensiva. Lo hizo fusionando preceptos sobre la revolucionaria capacidad ofensiva del Ejército Rojo con las ambiciosas ideas de reformadores militares sobre el empleo de poderosas fuerzas aéreas y mecanizadas en las regiones fronterizas para desorganizar la movilización del enemigo y el despliegue de sus ejércitos principales y ganar tiempo para que las fuerzas soviéticas reúna efectivos suficientes para asestar poderosos contragolpes. Estas preferencias se desarrollaron con el tiempo en dogma, bloqueando el aprendizaje organizativo y la seria consideración de una postura estratégica defensiva. A comienzos de la década de 1930 era un artículo de fe que si la Unión Soviética era atacada, el Ejército Rojo no entregaría “ni una pul‐gada” del territorio al agresor. Este mandato sacrosanto y el objetivo enlazado de trans‐ferir rápidamente la guerra al territorio enemigo estaban firmemente arraigadas en la conceptualización de las fuerzas armadas del período inicial de la guerra.

Justo como los franceses habían visto a la Wehrmacht aplastar a Polonia y con‐cluyeron que eso nunca les ocurriría, también el Estado Mayor General y el liderazgo militar soviéticos percibieron pocas lecciones útiles de la derrota de Francia por Ale‐mania. Como los franceses, el Ejército Rojo estaba casado con un concepto de guerra que tendía a excluir el análisis sistemático, reduciendo así la probabilidad de que me‐didas efectivas para contrarrestar la Guerra Relámpago fueran adaptadas. Pero al rete‐ner el erróneo concepto, el Ejército Rojo sobreestimaba su capacidad con consecuencias casi fatales para montar una exitosa defensa avanzada de la frontera soviética y luego lanzar rápidas contraofensivas en el remolino mortal creado por la Guerra Re‐lámpago.

Este argumento demanda cuestionar las tradicionales explicaciones de las causas del desastre de junio de 1941 que se centran abrumadoramente sobre Stalin y el sistema totalitario soviético. También desafía la caracterización de las fuerzas armadas en regímenes totalitarios y en algunos autoritarios como simplemente el brazo del par‐tido o del liderazgo político.

Esto no niega que Stalin frecuentemente y a menudo desastrosamente interviniera en asuntos militares, desde sus brutales purgas del cuerpo de oficiales y numero‐sos y abruptos cambios en el liderazgo del Estado Mayor General hasta su errónea de‐cisión de alterar los planes de guerra soviéticos y mover hacia el sur la esperada localización del Schwerpunkt de una ofensiva alemana. En vísperas de la guerra, el dictador soviético también presagió el espíritu ofensivo y comportamiento del Ejército Rojo, incluso cuando insistió en una postura estrictamente no provocativa hacia el Tercer Reich para eliminar cualquier pretexto para una invasión alemana.

No obstante, el prejuicio ofensivo del Ejército Rojo precedió al ascenso al poder de Stalin. Además, sobrevivió a la construcción del totalitarismo stalinista porque el Ejército Rojo ejerció una importante influencia sobre el lado operacional de la doctrina militar. Aunque esta influencia derivaba en parte del profesionalismo militar y de la pericia técnica, aún más fue en el trabajo, dada la frecuencia con la cual el estado totalitario suprimía e invalida la competencia profesional a pesar de los altos costes de tal comportamiento.

Una explicación más satisfactoria de la durabilidad de la influencia del Ejército Rojo sobre la doctrina reconoce que incluso en un sistema totalitario el poder es a veces difuso desde el centro político a los actores burocráticos tales como las fuerzas arma‐das. Aunque el centro eventualmente tratará de reimponer completos controles políticos, durante estas fases de relajación las preferencias de las fuerzas armadas pueden convertirse en dogma y ser arraigadas en una ideología organizativa que es lo bastante fuerte para sobrevivir a la reducción por el liderazgo político. Esta capacidad residual e preferencias organizativas o ideología ayuda a explicar el despliegue adelantado del Ejército Rojo en vísperas de la guerra y su expectativa peligrosamente poco realista de que absorbería un asalto alemán y haría una rápida transición a contraofensivas efectivas.

Conclusión.

A pesar de las flagrantes equivocaciones de Stalin en vísperas de la guerra, el grado del desastre del 22 de junio de 1941 no puede ser explicado solamente por el fracaso de Stalin en escuchar los avisos de la inminente invasión. El Ejército Rojo también puso en peligro la seguridad soviética. Durante los años formativos del Ejército Rojo los cálculos racionales y los intereses organizativos se unieron a creencias ideológicas para producir una ideología organizativa que le predispuso hacia la ofensiva. Este prejuicio fue a su vez dogmatizado, bloqueando el aprendizaje organizativo. A comienzos de la década de 1930 era un artículo de fe, puesto en funcionamiento en los planes de guerra soviéticos, que si la Unión Soviética era atacada el Ejército Rojo no cedería “ni una pulgada” de territorio soviético al agresor.

Esta meta y el objetivo complementario de transferir la guerra a territorio ene‐migo reforzaron la suposición central de planificación del Ejército Rojo de que un in‐tervalo de tiempo significativo separaría el inicio de las hostilidades y el enfrentamiento de las fuerzas principales de los beligerantes. Aunque las victorias alemanas en el Oeste en 1940 desafiaron la validez de este paradigma, el Ejército Rojo continuó sosteniendo que la Guerra Relámpago no podía ser efectiva contra la Unión Soviética. Casa‐do a una defectuosa conceptualización del período inicial de guerra, el Ejército Rojo evitó cualquier revaloración de los valores y preferencias claves.

Aunque un paradigma competidor emergió en las filas del Ejército Rojo después de la derrota de Polonia, sus defensores eran demasiados pocos en número para constituir una voz efectiva. Los líderes militares soviéticos continuaron sobreestimaron la capacidad del ejército para lanzar contraofensivas justo como habían fracasado en evaluar objetivamente el poder atacante de la Guerra Relámpago.

Reformadores tales como Tukhachevsky podrían haber tenido un impacto so‐bre algunos resultados militares si no hubiesen sido muertos en las purgas. Pero es cuestionable si hubiesen estado dispuestos o capaces de alterar la orientación ofensiva del Ejército Rojo o su abandono de una defensa estratégica. Ciertamente, ambas de estas posiciones contraproducentes habían sido concebidas por los mismos innovadores.

Fuentes:

Título original, “Planing for war: the Red Army and the catastrophe of 1941”. Original publicado en Europe & Asia Studies, diciembre de 1995 

Autor Cynthia A. Roberts

Moisin-Nagant

13-05-2008

Me he tomado la libertad de poner el titulo en minusculas Titus, espero que no te moleste. 

Fug

14-05-2008

Titus, no he completado la lectura, lo siento, pero cuando se habla de documentos desclasificados, etc, a la vez que se habla de los mismos puntos de vista, que se han hablado siempre desde occidente (y no digo esto con otro objeto, de que comentar que es el que hemos tenido todos, y es el que tenemos, que , como sabemos, podia estar muy alejado de la realidad) ya que esto lo cuentan desde la misma perspectiva, por lo que quizas no sea lo resolutivo que esperamos.  Esto no quiere decir que contradiga o niege nada, simplente es que suena a justificaciones de herrores o correcciones de historiadores de aqui, que como siempre se inventaron la mayoria por motivos politicos (para nuestra desgracia, ya que nos interesa algo mas que esto, el tema militar) a la vez que deambulan entre las distintas teorias sobre "la estupidez de Stalin" hacia almeania, que se contradicen con "el expansionismo sovietico" que amenazaba supuestamente a Alemania, ...

seguiremos con la lectura.  De antemano, gracias por traducir la informacion, siempre es de gran interes nuevos datos, ...

PD;  No es necesario ser admirador ni de la URSS ni del Ejercito Rojo, para hablar de ello (ni estan intrinsecamente ligados), tampoco, es necesario ser demasiado admirador de cualquier otro ejercito para hablar de el, ya que suele ser contrapuducente para uno mismo a la larga.

TITUS20050

14-05-2008

Moisin no me molesta lo importante es el articulo , el titulo es la introduccion.

Fug mira yo despues de mis juveniles experiencias en la guerra , no amo particularmente ningun ejercito ni fuerza armada de ningun pais , solamente me interesa dentro mis modestas posibilidades llegara comprender como se generan los echos que llevaron al mundo a tantas y consecutivas locuras durantes los dos siglos que pasaron

Este articulo me supone que brinda un panorama distinto al que habitualmente nos tienen acostumbrados la propaganda de los paises que participaron en la WWII , ademas se me ocurre que un articulo de 33 paginas publicado en una revista de investigacion historica reconocida es ideal para nuestro foro.

Lamento que el volumen del articulo no pueda ser publicado totalmente pero si quieres y me das un poco de tiempo te lo trato de terminar de traducir y te lo paso a tu correo personal para que lo leas en su totalidad.

josmar

14-05-2008

¡¡ Un gran hallazgo, Titus....!! Aunque no basta leerselo solo una vez, hay que insistir en hacerlo, para comprender la complejidad del tema, y del pensamiento de aquellas personas, y sus actos... Enhorabuena..

TITUS20050

15-05-2008

muchas gracias Josmar , creo que el articulo valia la pena publicarlo como una mirada algo distinta sobre ese periodo

theidiotboy

24-06-2008

Interesante tema.

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