Testimonios de tanquistas alemanes en la Batalla de Berlín

Ignaz Woll

27-09-2014

SS-Oberscharführer Karl-Heinz Turk

"Había sobrevivido a encarnizados combates, primero en Rusia, más tarde, en el Óder, y ahora, estaba en Berlín. El sSS-Pz.Abt.503 aún contaba con 6 blindados en aquel momento. Mi Königstiger y el de Diers entraron en acción diversas veces en la zona entre  Spittelmarkt y la Wallstraße, destruyendo numerosos tanques enemigos al otro lado del Spree. Más tarde, Diers fue ordenado que apoyara a la defensa en las proximidades del Tiergarten. Decidí transladar mi Königstiger hacia la Hausvogteiplatz, junto a la vieja sede del Reichsbank. Poco más tarde, recibí ordenes de retroceder en dirección de la Potsdamer Platz. Allí, fui una vez más recolocado, esta vez en el Anhalter Bahnhof, para paralizar un ataque venidero del Ejército Rojo en aquella zona de defensa. Debo indicar que era una zona especialmente difícil para maniobrar, ya que estaba totalmente plagada de ruinas.

No pudimos alcanzar la estación a causa de un severo fuego anti-tanque y de los disparos de los carros de combate soviéticos que acechaban desde los alrededores. Ordené a mi conductor que retrocediera, mientras mi tirador creaba una cortina de humo. Alcanzábamos la Prinz-Albrecht-Straße poco después. Pudimos emboscar a un puñado de tanques, bloqueando la zona. A pesar de ello, a causa de la infantería del Ejército Rojo, teníamos que mantener las dos ametralladoras en acción por mucho tiempo. A causa de eso, empezamos a tener problemas con las MG-34 "Panzerlauf".  Durante la noche, pudimos atisbar con facilidad los ruidos de los motores de una gran formación acorazada soviética, por lo que no tuvimos ninguna duda de que el Ejército Rojo iniciaría un gran ataque por la mañana.

Y así fue. Disparando todas sus armas mientras avanzaban, los blindados pudieron, de alguna manera, apartar los blindados destruidos el día anterior por nuestro mismo Königstiger y avanzar con éxito a través de la calle. Disparábamos a todo lo que se ponía delante nuestro, causando verdadero pavor en las líneas enemigas. Sin embargo, una serie de certeros disparos enemigos hicieron blanco en nuestro blindado. Después de 1 hora de encarnizado combate, los soviéticos decidieron retirarse. Desafortunadamente, al término de los combates, nuestro Königstiger tenía su oruga derecha destruida, por lo que no podíamos movernos."

Ignaz Woll

28-09-2014

Continúo con el relato de Turk...

"Después de una breve discusión con la tripulación, decidí ir yo mismo hasta el Tiergarten, para poder contactar con la Instandsetzung-Zug  (el pelotón de recuperación y reparación de blindados), para, con la ayuda de un Bergepanther, poder reemplazar la oruga de mi Königstiger. Una vez allí, me percaté de que sólo quedaba un único carro de reparaciones, pero por suerte para mí, estaba al mando del SS-Unterscharführer Piller, mi antiguo artillero. Con la colaboración de mi propia tripulación, y bajo fuego de artillería, pudimos emplazar una nueva oruga. Una vez aptos para el combate, tuvimos que explicar por radio al SS-Sturmbannführer Herzig, comandante del s.SS-Pz. Abt. 503, porque nos habíamos ausentado del combate por cerca de 3 horas. Se me fue dada la orden de defender la Potsdamer Platz, así que tuve que transitar una vez más, a bordo del Königstiger por las calles ruinosas, avanzando sobre casas derruidas. Una vez en la plaza, posicioné el blindado junto al murillo de la salida del metro.  Desde allí, destruimos un par de carros soviéticos, mientras las ametralladoras frenaban en seco los intentos de los infantes del Ejército Rojo de flanquearnos y atacarnos por la espalda.

El primero de mayo, comenzamos a estar terriblemente faltos de munición. Para informarme personalmente de la situación, bajé a la estación de U-Bahn. Para mi sorpresa, estaba plagada de civiles.  Entre el gentío, pude distinguir a un oficial del Heer, un Hauptmann, al que imploré que me informase acerca del frente. En realidad, como el mismo me confesó, el oficial no era más que un mensajero, que se había agenciado un abrigo de oficial para poder soportar las inclemencias del tiempo. Sin embargo, fue capaz de darme toda la información que necesitaba, y me pude enterar del suicidio de Adolf Hitler. Y gracias a él, supe que un pelotón de ingenieros de combate de las Waffen-SS estaba posicionada en los alrededores. Al ir a buscarlos, pude ver que habían sido reforzados con numerosos "Hitlerjugend" y hombres de la "Volksturm". Les dije a estos últimos que regresasen a sus casas, legando sus "Panzerfaust" a los SS. Con una gran sonrisa, los abuelos y los niños abandonaron la Potsdamer Platz.

Por la tarde, los soviéticos bombardearon con gran magnitud la zona. Un puñado de proyectiles impactó a muy corta distancia del Königstiger, pero sólo uno logró alcanzarlo. Después del impacto, el motor estaba dañado, y la torreta no se podía mover. Sin embargo, todavía podíamos movernos. Por la noche, decidimos intentar romper el cerco del Ejército Rojo y escapar hacia el oeste. Junto a los ingenieros de combate, avanzamos hasta la Wilhelmstraße, hasta la Cancillería del Reich, donde los Waffen-SS pudieron agenciarse un Sd.Kfz. 251 y nosotros, algo de gasolina. Cuando rodábamos a través de la Friedrichstraße, no pudimos darnos cuenta de un gran cráter, y, aunque el semioruga logró esquivarlo en el último momento, nuestro Königstiger cayó, y no pudimos recuperarlo de ningún modo, así que mi tripulación y yo lo destruimos.

Continuando por las calles colindantes por la Friedrichstraße, guiados por un Waffen-SSberlinés, alcanzamos el Weidendammer Brücke. Donde intentaríamos romper el cerco y huir hacia el lado americano. Cerca de medianoche, un Tiger de la "Nordland" avanzó sobre el puente. Una enorme masa de soldados y civiles, corrían a través del puente al mismo tiempo. Poco después, los soviéticos comenzaron a hacer fuego sin ningún miramiento, matando a civiles y a simples soldados. Recuerdo perfectamente que un oficial de la Luftwaffe saltó desde el puente, decidido a nadar por el Spree para alcanzar la otra orilla. Nuestro pequeño grupo alcanzó la otra orilla sin ninguna baja. Durante un día completo, nos escondimos en una antigua fábrica abandonada, donde pudimos lograr ropas de los obreros extranjeros que habían abandonado al oír la llegada del Ejército Rojo. Nos despedimos y cada uno de nosotros escogió su propio camino. Yo fui capaz de alcanzar Frohnau (a 25 kilómetros al norte de Berlín) sin ningún problema, y desde allí, después de ser registrado y preguntado dos veces por soldados soviéticos, alcancé Kornhaus, a las orillas del Elba. Y desde allí, pude andar hasta Leuna, donde me entregé a los americanos, después de 4 semanas de huir de los aliados."

Karl-Heinz Turk, al mando de su Königstiger, en la defensa de la Potsdamer Platz

http://worldwartwozone.com/forums/index.php?/topic/6273-tiger-ii-power-on-the-prowl/page-3

peiper

28-09-2014

Muy interesante la historia lo que más me sorprende es que sabiendo que estaban ya derrotados y con una superioridad numérica muy grande aún eran capazes de plantarles cara y darles mucho dolores de cabeza a los rusos

josmar

28-09-2014

¡¡ Toda una hazaña...!!...Buen relato, Ignaz...

mister xixon

28-09-2014

Entretenido y muy ameno en su lectura

saludos

Aguar

28-09-2014

Muy interesante la historia lo que más me sorprende es que sabiendo que estaban ya derrotados y con una superioridad numérica muy grande aún eran capazes de plantarles cara y darles mucho dolores de cabeza a los rusos

Además, tuvieron mucha suerte al poder escapar de los rusos.

Saludos 

P.D. Buen trabajo Ignaz 

peiper

01-10-2014

Sí pero muchos se rindieron a los aliados y fueron entregados a los rusos

Ignaz Woll

01-10-2014

SS-Unterscharführer Georg Diers

(Tripulación del Königstiger número 314: Conductor, Willi Kenkel; operador de radio/ametralladora, Bodo Hansen; cargador, Alex Sommer; tirador, Wolf-Diether Kothe, comandante, Georg Diers)

19 de abril, 1945: Después de retirarnos de las Colinas de Seelow, nos posicionamos en los alrededores del pueblecito de Buckow, a medio camino entre Müncheberg y Strausberg. Atacamos a una columna soviética, cosechando 13 victorias en 9 minutos. Un JS 122 nos alcanzó en la torreta, y la oruga derecha fue también alcanzada. Tuvimos que retirarnos de la acción para reparar el tanque.

20 de abril, 1945: Somos enviados a Hönow, a la compañía de reparaciones, para poder reemplazar la oruga. Una vez allí, los mecánicos me informan de que algunas ópticas también han sufrido daños.

21 de abril, 1945: El Ejército Rojo rompe nuestras líneas. Somos obligados, bajo un pesado fuego de artillería, a retirarnos hacia Berlín, pasado por Marzahn, Hellesdorf, y Lichtenberg, donde tenemos que pasar a remolcar un Tiger I hasta Tempelhof, donde está la fábrica de acero de Krupp & Druckemöller. Finalmente, volvemos hacia el este para posicionarnos en Biesdorf.

22 de abril: La posición es abandonada a la mañana siguiente. Vamos hacia el sur, hacia Köpenick, en nuestro camino hacia Neukölln. Mientras cruzabamos un puente sobre el canal Treptow, avistamos un tanque soviético. Aunque sólo podíamos ver una parte de él, mi tirador realizó un inmejorable tiro, alcanzándolo y destruyéndolo de un sólo tiro. Con este, mi tripulación y yo hemos cosechado 49 blindados. Al fin, alcanzamos Neukölln. El "Spieß", el SS-Oberscharführer Taube, nos da nuestras raciones. Mientras el Königstiger es reamunicionado, yo voy hasta el edificio del Juzgado de Neukölln, donde han emplazado el cuartel general del s.SS-Pz. Abt. 503. Allí, se me son dadas las órdenes de defender la Richardstraße, la Hertzbergstraße y la Richardplatz. Ponemos en marcha el blindado y nos dirijimos hacia los objetivos a defender. Por la tarde, nos es comunicado por la radio que la "Bahnhof Köpenick" ha sido tomada al Ejército Rojo.

peiper

02-10-2014

Buenos relatos ignaz tengo curiosidad por saber de donde sacas los relatos por sí es algún libro qe pueda comprar

Ignaz Woll

03-10-2014

Prosigo con el relato de Diers...

25 de abril: La batalla por Neukölln ha comenzado. Los soviéticos han intentado varias veces avanzar con el apoyo de sus blindados por la Hertzbergstraße y la Zwiestädter Straße, pero en todas y en cada una de las ocasiones les hemos frenado. Sin embargo, nosotros también hemos sufrido pérdidas. Un Königstiger se convirtió en el blanco de todo un grupo de blindados soviéticos. A pesar de destruir a un buen número de ellos, los proyectiles enemigos lograron inmovilizar al carro de combate alemán, y alcanzarle en una torreta, provocando que empezarse a arder. La tripulación pudo escapar, pero el comandante fue herido cuando salía de su blindado por metralla, perdiendo un ojo. Sus compañeros le evacuaron hasta la retaguardia, donde fue dejado a un lado de la carretera mientras no dejaba de emanar sangre. Más tarde, fue trasladado a un hospital militar. Con el apoyo de tropas de la "Nordland", lanzamos un contraataque a través de la Berliner Straße , donde las tropas del Ejército Rojo habían roto nuestras defensas. Destruimos 3 tanques mientras la infantería avanzaba. Cuando la resistencia enemiga finalizó, hacia el final de la tarde,se nos fue dada la órden de regresar a la Hertieplatz, donde recibiría nuevas órdenes por parte de mi nuevo oficial al mando, un berlinés.

26 de abril: Durante la noche, Neukölln fue sede de un severo bombardeo por parte de los "Órganos de Stalin", donde nuestro blindado fue atacado. Yo mismo fui herido en un brazo. Cambiamos de posición, nos trasladamos a la Hermannplatz. Tenemos órdenes de replegarnos hacia el norte, hasta la Potsdamer Platz.. En el camino, tenemos que destruir dos blindados para continuar con la retirada. A pesar de tener el Königstiger dañado, logramos replegarnos hasta la plaza. Después de un agotador trayecto, dejo a mi tripulación sola, reamunicionándose, para ir por mi cuenta al un puesto de socorro cerca del Anhalter Bahnhof. Allí, se me son tratadas las heridas, y sin más dilación, vuelvo a mi tanque para pasar la noche.

27 de abril: Pronto en la mañana, cruzamos la Potsdamer Platz para recolocarnos en la U Stadtmitte, y desde allí, nos movemos hasta la Lindenstraße, por donde continuamos hasta la Belle-Alliance-Platz.

28 de abril: El Ejército Rojo ataca la Luisenstädtische Kirche, al este, entre Sebastianstraße y la Alte Jacobstraße, sin éxito.

29 de abril: Nos dirigimos hacia la Potsdamer Platz. Posicionamos el Königstiger a la izquierda del blindado del SS-OberscharführerTurk. Los ivanes atacaron la posición con gran fiereza durante horas. Turk y yo podemos frenar un ataque acorazado soviético, mientras las ametralladoras de nuestros tanques frenan a la infantería. Junto a mi tripulación, destruimos a un JS-122 y a varios T-34. Los bolcheviques no vuelven a atacar.

30 de abril: Nos es ordenado que nos traslademos al Reichstag, mientras Turk continúa con la defensa de la Potsdamer Platz. El área que rodea al edificio esta repleta de cráteres, entre los que podemos divisar los cascos quemados de numerosos T-34. Nos posicionamos en una esquina del Reichstag, donde preparo a la tripulación en caso de un posible ataque. Poco más tarde del mediodía, los soviéticos atacan. Disparando con todo lo que teníamos, conseguimos frenar el avance, añadiendo unos cuantos tanques más a la cuenta.

1 de mayo: Continuamos defendiendo aquella zona, que comprende, además del Reichstag y sus inmediaciones, la Puerta de Brandemburgo y la carretera hacia la Siegessäule. Para proteger a los heridos en la Casa de la Ópera Kroll, lanzamos un pequeño contraataque, junto a un grupo de infantes, para hacer retroceder a los soldados soviéticos de la zona. Sin embargo, el Ejército Rojo ataca la zona con gran violencia, y consigue aproximarse de gran manera hacia el Reichstag. Sin casi munición, nos retiramos hacia el Ministerio del Aire para ser re-amunicionados. Allí, fui informado de que debía tomar parte en un intento de romper el cerco junto a otros 5 tanques. Avanzamos hacia la Friedrichstraße, y allí, pudimos observar, asombrados, la gran cantidad de soldados que había, en caminones, semiorugas o incluso a pie. Rodamos hacia el norte, hacia el Weidendammer Brücke. Un grupo de soldados de las Waffen-SS se me acercaron y me pidieron montarse en la trasera del Königstiger, cosa que permití. Una vez cruzado el puente, cruzamos hacia la izquierda, hacia la Ziegelstraße, donde fuimos emboscados. Un fuego infernal de armas pequeñas y granadas masacró a nuestros pasajeros, mientras mi conductor aceleraba al máximo para escapar de aquella trampa. Un poco más tarde, nos encontramos con un joven SS-Untersturmführer en una calle, y le dejamos que se encaramase a la torreta.  Acto seguido, nos comunicó a gritos cómo salir de allí y dirigirnos a una zona tranquila. Mientras tanto, mi operador de radio comunicaba nuestra situación. Cansados y tristes, se nos fue trasmitida la orden de destruir nuestro blindado. Con las lágrimas en los ojos, cumplimos la órden, y destruimos el Königstiger que nunca nos había fallado. La guerra había terminado para mí y para mi tripulación. No tenía sentido continuar luchando, arriesgando nuestras vidas, cuando apenas quedaban horas para la capitulación.

Georg Diers al mando de su Königstiger defendiendo el Reichstag

http://worldwartwozone.com/forums/index.php?/topic/6273-tiger-ii-power-on-the-prowl/page-3

http://planetarmor.com/forums/showthread.php?t=1448

josmar

03-10-2014

  Asombra ver la sencillez y naturalidad con que relata la tragedia y hecatombe que está viviendo y que le rodea.....

gaffer

03-10-2014

Buen trabajo Ignaz, adaptar la traducción del inglés al español no es nada fácil en según que detalles. Un cordial saludo

Ignaz Woll

01-07-2016

El Königstiger del SS-Unterscharführer Georg Diers (numeral "314"), en la Anhalter Banhof, en los últimos días de abril de 1945. Obra de Steve Noon.

Panzerargentino

01-07-2016

Buenos relatos como siempre Ignaz, truculenta batalla. 

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