Europa durante 20 años(1918-1938)

Caesar

17-04-2006

Luego de finalizada la Primera Guerra Mundial, los vencedores, ingleses y franceses, impusieron en Versalles humillantes condiciones a los alemanes. Debían entregar a Francia exorbitantes cantidades de dinero, desmilitarizar Renania, ceder Dantzig y Silesia a Polonia, y los Sudetes a Checoslovaquia. También se prohibía a su ejército poseer más de 10 divisiones, 100.000 hombres, artillería pesada, tanques, aviones y Estado Mayor. Además, el Tratado creó dos nuevas naciones: Polonia y Checoslovaquia, y separó Austria de Hungría.

El objetivo de Versalles era que la “Gran Guerra” nunca se volviera a repetir. Con una Alemania reducida a la impotencia se esperaba lograrlo. Pero no fue así. Alemania, aunque atravesaba una grave crisis financiera, estaba intacta. Su ejército, el “Reichswehr”, deseaba ansiosamente vengar la vergüenza de Versalles. La U.R.S.S. ya no era un aliado incondicional de las democracias occidentales, y estaba dispuesta a aliarse indistintamente con los alemanes o los franco-británicos, según le conviniera.

Mientras tanto, en los primeros días de la paz, en una cervecería de Munich, un grupo de jóvenes se reúne para crear un partido más: el Partido Obrero Alemán. Uno de sus creadores es un cabo austríaco sin mucha personalidad: Adolf Hitler, que en una Alemania devastada por la crisis económica y la inflación, sabe abrirse camino. En poco tiempo, el Partido Obrero Alemán se transformará en el Nacional - socialista, o Nazi.

Pero Hitler ambiciona más que eso. Quiere vengar la vergüenza de Versalles y devolver a Alemania su “espacio vital”, que le arrebató el Tratado, y para lograr su objetivo necesita el poder. En 1923 se lleva a cabo el fallido “putsch” de Munich. Hitler va a la cárcel, y en ella dicta a Rudolf Hess, uno de sus más íntimos colaboradores, su autobiografía, Mein Kampf (Mi Lucha), que llegará a convertirse en la Biblia del nazismo.

Al salir de prisión, Hitler reorganiza su Partido, y crea sus propias milicias, las S.A. y las S.S., para “apretar” a sus enemigos y atacar a los comunistas y los judíos.

Entre tanto, el poder del nacional - socialismo va creciendo. En 1930 ya tiene 107 diputados en el Reichstag, y tres años más tarde, el 30 de enero de 1933, el anciano presidente Hindenburg nombra Canciller al joven Hitler. Un mes más tarde, el Reichstag arde. Hitler acusa del incendio a los comunistas, y se otorga plenos poderes. Instaura en Alemania un régimen totalitario fascista anticomunista y antijudío. El Führer, como se le llama, hace trizas el Tratado de Versalles. Promulga el Servicio Militar obligatorio; aumenta el tamaño del Ejército a 500.000 hombres; crea una fuerza aérea, la Luftwaffe, que pondrá bajo el mando de su amigo y colaborador Hermann Göering. Hace, además, caso a los jóvenes oficiales que, como Lutz, Guderian y von Thoma, preconizan el desarrollo del arma blindada, y crea las temibles Panzerdivisionen (Divisiones blindadas), que tantos éxitos tendrán en posteriores campañas. Renania es remilitarizada en 1936, y para ese entonces ya ha abandonado la débil Sociedad de las Naciones.

Entre tanto, las potencias occidentales (Francia y Gran Bretaña) salen de un espantoso letargo. Durante la posguerra Francia a construido la formidable Línea Maginot, impresionante muralla de hormigón extendida a lo largo de la frontera francoalemana. Sin embargo, este formidable obstáculo defensivo no guarnece el bosque de las Ardenas, que se cree impracticable para los ejércitos modernos. Este factor sellará la suerte de Francia en mayo de 1940.

Además de la Línea Maginot, Francia e Inglaterra han hecho poco y nada. Sus ejércitos, a diferencia de la moderna Wehrmacht, están dotados de armas caducas. Sus stocks de municiones provienen de la otra guerra. Por toda aviación disponen de pocos aparatos, viejos. Sólo la R.A.F. (Royal Air Force: Real Fuerza Aérea) británica puede enfrentar a la Luftwaffe. Al ser democracias, estos países no se pueden rearmar a costa del pueblo, como sucede en Alemania, Italia y la U.R.S.S.

Alemanes e italianos usan la Guerra Civil Española como campo de prueba de las futuras campañas que habrían de llevar a cabo en Europa. Apoyan a Franco con armas y hombres. Por su parte, la U.R.S.S. ayuda a los republicanos. Los italianos, además, invaden Etiopía con facilidad, y se anexionan Albania. Son echados de la Sociedad de las Naciones, pero a Mussolini no le importa mucho. En Asia, Japón también sigue una política expansionista: se aprovecha de la debilidad del régimen de Chang Kai-Chek en China para conquistar Manchuria e instalar un estado títere, el Manchukuo. También ellos son expulsados de la Sociedad de las Naciones.

Sin embargo, Hitler sabe que su Wehrmacht no está aún en condiciones de combatir. Necesita tiempo para completar su rearme, y por eso proclama a bombo y platillo que sólo quiere vivir en paz con sus vecinos. Esto es fácilmente apreciable en los Juegos Olímpicos de Berlín, en 1936.

Pero él también se aprovecha de la debilidad de las potencias occidentales. Desde su llegada al poder acaricia el proyecto del “Anschluss”, la unión de Austria y Alemania. Reemplaza a sus generales más escépticos que no quieren correr el riesgo de una guerra y nombra a militares dóciles: Brauchitsch, Keitel, Jodl. Al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores pone a un hombre de su plena confianza: Joachim von Ribbentrop, que había copiado a su Führer esa expresión de seguridad sin límites que era su arma diplomática más eficaz, y, además, “aquel proceder que consistía en aburrir al interlocutor con interminables discursos que no dejaban lugar a preguntas ni a interrupciones, y que hacían, por consiguiente, muy difícil toda discusión”

En febrero de 1938, Hitler invita al Canciller austríaco, Schuschnigg, a su residencia, y le exige concesiones exorbitantes, que transformarían a Austria en protectorado alemán. En caso de negativa, irá a la guerra. Schuschnigg se somete, y permite a los nazis formar parte del gobierno.

Pero el Führer no está conforme, y en marzo entrega a Austria un ultimátum. Schuschnigg renuncia, y su sucesor, Seyss - Inquart, fanático partidario del “Anschluss” invita a los alemanes a ir a Viena a “restablecer el orden”. El 10 de abril se lleva a cabo un plebiscito puramente formal: el 99,7% de los habitantes aprueba la unión con Alemania. Los que se oponen ya parten hacia los campos de concentración junto con los comunistas y los judíos. Hitler a incorporado al Reich siete millones de habitantes sin disparar un tiro, sin perder un solo hombre.

Fuente:artículo periódico "El mundo"

Caesar

17-04-2006

a República Checoslovaca fue creada en uno de los tantos tratados de paz posteriores a la Primera Guerra Mundial, y fue, hasta su desmembramiento en 1938, el país más próspero, democrático y progresista de Europa Central.

Sin embargo, Checoslovaquia tuvo, desde un comienzo, grandes problemas internos, al estar compuesta por minorías. En efecto, en el país habitaban 3.250.000 alemanes de los Sudetes, 2.500.000 eslovacos, 1.000.000 de húngaros y 500.000 rutenos.

Estas minorías deseaban pertenecer a sus “Madres Patrias”, y, aunque su situación era mucho mejor que las de las minorías de Europa Occidental y los E.U.A., reclamaban más autonomía.

Dentro de esas minorías se destacaban los alemanes de los Sudetes, la minoría más numerosa; tenían una situación relativamente próspera, y, hasta la llegada de Adolf Hitler al poder, no había ningún movimiento serio para formular sus reivindicaciones, pero en 1933 Konrad Heinlein empezó a instigar a sus compatriotas de los Sudetes, de los que la mayoría se convirtió al nacionalsocialismo.

Heinlein viajó a Berlín en 1938 y recibió, el 28 de marzo, las instrucciones de formular peticiones tan exorbitantes ante los checos de modo que jamás fuesen aceptadas. Esto demuestra que la cuestión de los Sudetes fue sólo un pretexto para Hitler, igual que Dantzig un año más tarde, pero los dirigentes de Francia e Inglaterra fueron incapaces de comprender las intenciones del Führer.

Entre el 20 y el 22 de mayo de 1938 el mundo vivió una crisis, pues se creía que un ataque alemán era inminente, y Checoslovaquia comenzó a movilizar. Los diplomáticos francobritánicos adoptaron una dura postura con respecto al Führer, postura que no volverían a repetir: cualquier agresión no provocada a Checoslovaquia sería la guerra.

Hitler, pues, debió ceder informó por medio de von Ribbentrop que no tenía intención de atacar a Checoslovaquia, a la vez que mandaba a preparar el “plan verde” para agredir el país, plan que debería ponerse en práctica el 1 de octubre. Por supuesto, las potencias occidentales desconocían dicho plan, y la noticia de no-agresión a Checoslovaquia fue acogida con alivio.

Pero no todo eran rosas para los alemanes. El 5 de septiembre los líderes sudetes habían obtenido todo lo que reclamaban, que era justamente lo que no querían, y a consecuencia de esto, Heinlein rompió las relaciones con el gobierno checo dos días más tarde, y se refugió en Alemania.

Entre tanto, toda Europa esperaba el discurso de Hitler el 12 de septiembre en Nuremberg. Se esperaba que allí se decidiera si el mundo continuaba en paz o iba a la guerra. Pero el discurso de Hitler, acusador al pueblo checoslovaco y a su presidente, Benes, no fue una declaración de guerra. El Führer se limitó a exigir “justicia” para los alemanes sudetes. Una justicia que, según Heinlein, sólo se resolvería devolviendo los Sudetes al Reich.

Dado que esta solución era aceptada por el gobierno de Londres, el Gabinete francés se reunió el día siguiente, 13, y se decidió a enviar a Chamberlain, Primer Ministro británico, a negociar con Hitler, cosa que se solicitó al Führer por medio de una carta, que fue aceptada, y ambos se reunieron el 15 en Berchtesgaden.

En la reunión, Hitler pidió a Chamberlain que les fueran devueltos a Alemania los territorios de los Sudetes, pero el primer Ministro británico no podía comprometerse sin consultar a su Gabinete y al francés. Entonces, Hitler se comprometió a no iniciar ninguna acción militar antes de una nueva reunión.

Ingleses y franceses conferenciaron el 18, y decidieron entregar a Alemania las zonas de los Sudetes donde la población alemana fuese superior al 50%, y a nadie se le ocurrió consultar a los checos. Mandaron una nota al día siguiente, pero los checos no aceptaron.

Entonces, Francia e Inglaterra mandaron otra nota: en caso de guerra, no apoyarían a los checos, y éstos se debieron rendir. Encima, Polonia y Hungría exigieron la realización de un plebiscito en áreas checoslovacas con población de estos dos países.

Neville Chamberlain y Hitler se volvieron a reunir, esta vez en Godesberg, el 22 de septiembre. Cuando Chamberlain informó al Führer que los Sudetes volverían a Alemania, el dictador exigió que la región fuese abandonada por los checos el 1 de octubre a más tardar. El británico dijo, entonces, que se podría esperar más. Hitler no aceptó, y envió un memorándum junto con un mapa, exigiendo que la región fuese abandonada el 1 de octubre.

El gobierno checo rechazó la propuesta alemana, lo que encolerizó a Hitler, quien dijo que el primero de octubre haría lo que desease con Checoslovaquia. Sin embargo, se dio cuenta que las fuerzas checas igualaban en número a su Wehrmacht, y en caso de conflicto debía enfrentarse a franceses e ingleses. Mandó entonces una carta a Chamberlain proponiendo una nueva negociación, que fue aceptada, y el Primer Ministro británico propuso que mediaran Francia, Italia e Inglaterra. Hitler aceptó.

El Duce, por Italia, Daladier, por Francia, y Chamberlain, por Gran Bretaña, fueron recibidos por Hitler el 29 de septiembre en Munich. Cuando le llegó el turno a Mussolini, declaró haber traído una proposición (Que en realidad había sido escrita por Göering y otros dos funcionarios, aprobada por el Führer, traducida y entregada a Mussolini) que fue aceptada por todos. El acuerdo se firmó el 30, y entregaba los Sudetes a Alemania. Los germanos comenzarían la ocupación el 1 de octubre y la finalizarían el 10.

El acuerdo había obligado a Checoslovaquia a ceder 28.600 km2 a Alemania, con 3.600.000 habitantes (2.800.000 alemanes), donde estaban las fortificaciones más importantes de Europa después de la línea Maginot. Además, Polonia obtuvo1.700 km2 (228.000 hab.) y Hungría, 19.500 km2 y 770.000 habitantes.De sus recursos, Checoslovaquia había perdido:

Carbón:

66%

Lignito:

80%

Productos químicos:

86%

Cemento:

80%

Industrias textiles:

80%

Hierro y acero:

70%

Energía eléctrica:

70%

Madera:

40%

Por lo que muestra esta tabla, Checoslovaquia quedó despedazada de la noche a la mañana; además, hay que agregar que los checos poseían 35 divisiones bien pertrechadas y una eficaz línea defensiva que habría dado que hacer a los alemanes. Por eso no se explica la actitud de Chamberlain y Daladier; el ejército checo habría obligado a Hitler a mantener una guerra en 2 frentes, y esto se hizo más evidente luego del pacto del 23 de agosto de 1939, entre alemanes y rusos.

Sin embargo, tanto en Londres como en París, Daladier y Chamberlain fueron recibidos como vencedores: ellos habían salvado la paz. Pero no comprendieron las intenciones de Hitler: los Sudetes eran sólo un pretexto. Así lo entendió Winston Churchill, quien, con su habitual buen humor, graficó así la situación: “El dictador, amenazándonos con una pistola, ha reclamado, en principio, una libra esterlina. Cuando se le dio, exigió otra, siempre bajo la amenaza de la pistola. Finalmente ha aceptado contentarse con una libra, diecisiete chelines y seis peniques, y el resto en promesas para más adelante”.

Luego del pacto de Munich, Hitler ya se sintió mucho más seguro, y el 15 de marzo de 1939 anexionó Bohemia - Moravia y entró en Praga. Ocho días más tarde anexionó Memel, en Lituania. Asimismo, Eslovaquia pasó a ser un protectorado alemán. Francia e Inglaterra comprendieron demasiado tarde las ambiciones del Hitler, y se negaron en redondo a ceder Dantzig.

Sin embargo, en seis años el Führer había logrado sus objetivos. Había devuelto al Tercer Reich su “espacio vital”, del que habló en Mein Kampf, el que había sido tan vilmente arrebatado a los alemanes. El mapa de Europa había cambiado radicalmente. Pero a partir de entonces, debió pelear; la paz de Europa estaba amenazada.

Deleted member

17-04-2006

Sin embargo, en seis años el Führer había logrado sus objetivos. Había devuelto al Tercer Reich su “espacio vital”, del que habló en Mein Kampf, el que había sido tan vilmente arrebatado a los alemanes. El mapa de Europa había cambiado radicalmente. Pero a partir de entonces, debió pelear; la paz de Europa estaba amenazada.

Perdona que sea quisquilloso camarada ;D, lo que Hitler hizo como bien dices fue vengar la afrenta de Versalles y recuperar lo pérdido con este tratado (a pesar de todo debo recordar que lo pérdido no fue recuperado sino después, durante la guerra, me refiero a Alsacia y Lorena, el condado de Dinamarca cuyo nombre no recuerdo, y el Wathergau polaco), todo lo anexionado, excepto el Memel nunca había pertenecido a Alemania...

El concepto de Espacio Vital o lebensraum se reduce a la ambición geopolítica de los nacionalsocialistas de extender una gran colonización en Rusia que les permitiera dar salida a sus excesos de población y a sus grandes beneficios económicos.

La cuestión de Checoslovaquia no deja de ser peliaguda, es cierto, los dirigentes británicos no estaban preparados para la guerra, en cuanto a Francia, como siempre durante entreguerras fue a remolque de su vecina isleña, ese fue el único motivo por el que como bien dices Checoslovaquia fue despedazada, unido claro está a la lígera confianza que Chamberlain tenía en la buena voluntad de Hitler.

Caesar

17-04-2006

Hitler solo quería lo que pertenecía a Alemania antes de Versalles,una vez tomado,se le opusieron el resto de la alianza,claro está que se necesitaban recursos más allá de sus fronteras y si encima recurrimos a la destrucción del comunismo,...estaba contado que ocurriese de esta forma.

Deleted member

17-04-2006

Pero como ya te digo Caesar, lo pérdido en Versalles no fue recuperado, a excepción del Memel hasta 1940... Austria nunca fue de Alemania, así como los Sudetes y mucho menos Bohemia y Moravia, todos estos eran territorios de la extinta Austrohungría. El concepto del Lebenraum se reducía a Rusia, y así quedo especificado en Mein Kampf como tu dices.

Estaba escrito sin duda lo que ocurrió, como tu dices. En cuanto al concepto de guerra o cruzada contra el comunismo fue un burdo intento por mostrar a los aliados que Europa se unía bajo el mismo ideal, la derrota del comunismo... una consigna que hubiese podido funcionar de maravilla si hubiesen sido capaces los nacionalsocialistas de llevar a cabo otro tipo de políticas en todos los países ocupados... pero esto ya es otra historia.

Caesar

17-04-2006

Un burdo intento,pero magnífica estrategia,...

Deleted member

17-04-2006

El plan era magistral, y bien llevado hubiese podido movilizar grandes masas de población en contra de Rusia, en la misma URSS grandes masas de soldados descontentos y civiles asqueados con el régimen hubiesen desertado, como hizo Vlasov... pero algunos nacionalsocialistas, cuatro cabezas cuadradas que movían mucho, no fueron capaces de impulsar una política para ganar la guerra en los países ocupados... había buenas mentes como la de Rosenberg que abogaban por la colaboración, podría haber aportado muchos beneficios a Alemania a muy corto plazo si de verdad se hubiesen presentado en Rusia como libertadores, pero llevaron a cabo matanzas incomprensibles desde el sentido común y perdieron el apoyo que la población les hubiese brindado gustosa, más tarde ese odio se volvería contra ellos... lo sencillo que hubiese resultado abrir cuatro universidades e iglesias en Ucrania, dar de comer a la gente, incluso hubiese aumentado la baja productividad... demostraron poca inteligencial. Incluso el camarada Stalin revivió a los héroes del zarismo, abrió las iglesias, en esto demostró mucho más maquiavelismo y habilidad política que su homólogo alemán.

Deleted member

17-04-2006

Muy de acuerdo con todo lo que dice Karl, magistrales apreciaciones.

Deleted member

17-04-2006

Vaya, muchas gracias Graf, siempre es un honor recibir tus halagos :-* ;D

Caesar

17-04-2006

Hombre gracias Graf >:(

Deleted member

17-04-2006

¿Pero Caesar porque te has molestado?  :-\

Caesar

17-04-2006

Por nada. :'(

Deleted member

17-04-2006

Pero amigo, no entiendo, estaban teniendo un pequeño debate y me parecio que Karl resaltaba algo que muchas veces pasa desapercibdo y que al menos yo no me había sentado a pensar con lo de las reivindicaciones alemanas. Lo mismo que sus apreciaciones sobre el "espacio vital".

Para nada he querido decir que no me ha gustado tu artículo, si ello es lo que piensas, al contrario me gusta mucho porque desde ya está dando origen a debate, y esos son los mensajes que me gustan. Eso si recuerda poner la fuentes,  ;)

Caesar

17-04-2006

ok Graf.

Deleted member

17-04-2006

Vaya El Mundo, es una buen periódico amigo, por ahora a ver si alguien mueve el debate, parece que no hay mucha discusión.

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