La Royal Navy en tiempos de Nelson

Topp

04-10-2010

Y yo - impasible el ademán - sigo con la marina a vela, aunque me tachen de romántico

A título de anécdota os contaré algunas curiosidades de la marina inglesa de principios del siglo XIX, justo en tiempos de Nelson.

¿Cómo se formaba un oficial de la Royal Navy?

Para abrir boca empezaremos con el grado más bajo desde el que empezaban los aspirantes a oficiales: el de guardiamarina.

¿De donde venían, qué necesitaban para su estancia en el buque y como era su estancia en él?

Imaginemos el caso de un muchacho que decide embarcar y desea hacer carrera en la Armada. Normalmente eran de clase acomodada (muchos de ellos hijos de un oficial naval), aunque algún marinero joven distinguido a los ojos de su capitán podía acceder a ese escalón. Dado que embarcaban normalmente a una edad comprendida entre los 11-14 años y más jóvenes incluso, la mayoría carecía de estudios superiores y su preparación académica se limitaba a una ortografía y caligrafía elemental, las cuatro reglas, latín y griego. Pero pocos podían ofrecer a su capitán lo que más apreciaba: una suficiente preparación en matemáticas y álgebra. Algunos de éstos capitanes pagaban de su bolsillo un profesor que embarcaba para completar la formación de los guardiamarinas, pero de estos, pocos.

Por ello, la familia del futuro guardiamarina procuraba encontrar un capitán que quisiera llevarlo a bordo (requisito principal para su ingreso) y que además se preocupase por su educación. Era habitual entre los capitanes de navío favorecerse mutuamente llevando los hijos de sus compañeros, sentándoles plaza de guardiamarinas mucho antes de embarcar siquiera (algo prohibido y muy perseguido) con objeto de conseguirles una antigüedad ficticia.

No tengo que decir que para ser aceptado su familia debía proporcionar una paga suficiente al aspirante en función a la importancia del buque en el que iba a embarcar. Cincuenta libras (de la época) anuales no era una cifra rara para un guardiamarina destinado en un navío de primera clase.

Y ya tenemos a nuestro flamante aspirante a guardiamarina a punto de embarcar para iniciar su carrera como futuro oficial naval. Su mayor ilusión sería lucir el preciado gallardete de almirante si tiene la suerte de no cruzar la cabeza en la trayectoria de una bala de cañón o le respeta la fiebre amarilla, el dengue o la sífilis.

Como a esas edades se le supone al aspirante el hambre de lobo y digestión de hiena necesaria para el consumo de las provisiones de a bordo tras varios meses de travesía sin apenas tocar tierra, sube entre aprensivo e ilusionado al que será su modo de vida en adelante. Detrás de él, un marinero porta el baúl con su equipaje y todo lo puede necesitar en adelante.

¿Pero que contiene ese baúl?

Como mínimo debe contener:

  • 1 Casaca de uniforme de buena factura y mejor tejido

  • 1 Casaca de faena

  • 1 Capa

  • 1 Sobretodo y un capote

  • 3 Pares de pantalones blancos de dril y tres chalecos

  • 3 Pantalones de algodón y tres chalecos de lana basta

  • 2 Sombreros redondos con lazo dorado y escarapela

  • 1 Sombrero de dos puntas (bicornio) con lazo dorado y escarapela

  • 1 Gorra

  • Espadín, cuchillo o daga y cinto

  • 18 Camisas de lino con chorreras

  • 12 Camisas de calicó (derivado del algodón)

  • 3 Pañuelos negros de seda

  • 12 Pañuelos de bolsillo

  • 12 Pares de medias marrones de algodón

  • 6 pares de medias blancas de algodón

  • 2 Pares de zapatos resistentes y 2 pares de zapatos ligeros

  • 1 Par de botas hessianas

  • 6 Toallas y 3 pares de sábanas y fundas de almohadas

  • Un colchón, 3 mantas y un cubrecama

  • Un juego de peines y cepillos para la ropa

  • Un juego de cepillos para el calzado y 6-12 botes de betún

  • Un juego de cepillos y polvos para los dientes

  • Un juego de útiles para afeitarse (navaja, brocha y jabón)

  • Una jofaina y una taza de peltre

  • Un cubierto completo en plata (cuchara, cucharilla, tenedor y cuchillo)

  • 1 Navaja de bolsillo y un cortaplumas

  • Algunas raciones de comida: carne en conserva, sopa deshidratada, té verde, etc

  • Un pequeño botiquín con: sales de Epsom, bálsamo de Friar y polvos de James

  • Un paquete de “Trapos para las heridas”

  • Un Cuadrante y un pequeño catalejo día/noche

  • Un cuaderno y diario, con papel y útiles de escritura

  • Un ejemplar de Elements of Navigation de John Robinson

  • Un ejemplar de The Requisite Tables and Nautical Almanac

  • La Biblia y devocionario

  • Un baúl resistente, con un cajón y dos bandejas interiores, amén de un buen candado

En caso de embarcarse para algún puerto extranjero debe incluir un traje más de tela más ligera y más ropa de lino.

Una vez a bordo y tras presentarse a su capitán, es llevado a la camareta de los guardiamarinas, una cueva insalubre, apestosa, húmeda y triste, situada en lo más hondo del barco. La luz brilla por su ausencia, la ventilación es inexistente y la comodidad, nula.

Al ser aspirante a guardiamarina, su nombre es inscrito en el rol de la tripulación como voluntario de primera clase, paje o marinero de primera clase en función de las vacantes. Sin embargo está exento de abrillantar las botas del capitán ni desempeñar tareas propias de la marinería, y es llamado “joven caballero”. Durante este período dejará de marearse, aprenderá a moverse entre la jarcia con agilidad y subir a las cofas con rapidez. Aparte de esto, un marinero veterano será el encargado de enseñarle los trucos propios del oficio: coser, hacer nudos, etc.

Hasta pasado un par de años no ascenderá a guardiamarina y vestirá el uniforme de éstos: casaca azul con vivo blanco en el cuello, calzones blancos y sombrero bicornio para las grandes ocasiones. Para diario utilizará casaca azul, pantalones azules o blancos, sombrero y espadín o cuchillo al cinto. No sería raro que se hubiera procurado y usase en alta mar unos recios pantalones marineros de lona nº 8 hechos por el velero de a bordo.

Ya tiene acceso al alcázar, sacrosanto coto privado de la oficialidad. Y allí pasará los siguientes seis años aprendiendo los rudimentos de la profesión, tanto en el aparejo como en cubierta. El profesor completará su formación en matemáticas y navegación y sus avances serán supervisados y completados casi a diario por el capitán mediante el seguimiento de sus diarios. Debe esmerarse porque durante ese período puede ser despedido o desembarcado en cualquier momento por decisión del capitán, aunque esto no era habitual. Tampoco eran normales los castigos físicos (al contrario de la tripulación) inflingidos a los guardiamarinas y pajes, aunque algunos capitanes con fama de crueles recurrían a él. Para ello solía emplearse la vara en el trasero por parte del propio capitán (solo él podía hacerlo). Subir al tope y pasar varias horas arriba era la forma de castigo más lógica y empleada por los capitanes.

Concluidos estos seis años, su capitán le ha extendido los certificados pertinentes de competencia y buen comportamiento. Ya solo tiene que coger sus diarios y enseñar un documento que acredite que ha cumplido veinte años ante la Oficina de la Armada para solicitar examinarse del ascenso al empleo de Teniente.

Pero esa es otra historia.

Fuentes:

  • Hombres de Mar y Guerra (Patrick O´Brien)

  • Serie Jack Aubrey & Maturin (Patrick O´Brien)

  • Serie Horatio Hornblower (Cecil Scott Forrester)

  • Serie Richard Bolitho (Alexander Kent)

  • Nelson's Navy (Philip Haythornthwaite)

  • Nelson's Sailors (Gregory Fremont-Barnes)

  • Nelson's Officers and Midshipmen (Gregory Fremont-Barnes)

Saludos.

Moisin-Nagant

04-10-2010

Muy interesante Topp, siempre me ha causado curiosidad todo lo relacionado a los barcos de vela.

Al leer Guardiamarina en seguida me vinieron los recuerdos de Horatio Hornblower, me alegro de encontrarlo entre tus fuentes. 

gaffer

04-10-2010

Era habitual entre los capitanes de navío favorecerse mutuamente llevando los hijos de sus compañeros, sentándoles plaza de guardiamarinas mucho antes de embarcar siquiera (algo prohibido y muy perseguido) con objeto de conseguirles una antigüedad ficticia.

¡¡Vaya!! veo que eas cosas no son sólo de hoy , sino que ya vienen de muy atrás ...en muchos ambitos. . ''Tramposuelos''

Concluidos estos seis años, su capitán le ha extendido los certificados pertinentes de competencia y buen comportamiento. Ya solo tiene que coger sus diarios y enseñar un documento que acredite que ha cumplido veinte años ante la Oficina de la Armada para solicitar examinarse del ascenso al empleo de Teniente. Pero esa es otra historia.

Me dá que por ahí también aparecerá alguna ''trampilla''  

Muy interesante Topp , a mi en particular me causa admiración lo de estas gentes que se embarcaban en esos ''cascarones'' a ''suerte o verdad''. Hace poco (no sé si publicarlo) ,leí un articulo sobre la narración de un medico embarcado, describiendo el escorbuto en los marineros afectados. Es un relato crudo y que sobrecoje   .

saludos

Topp

04-10-2010

Ya solo tiene que coger sus diarios y enseñar un documento que acredite que ha cumplido veinte años ante la Oficina de la Armada para solicitar examinarse del ascenso al empleo de Teniente Me dá que por ahí también aparecerá alguna ''trampilla''

Ya puedes asegurarlo. No eran raros los tenientes con 17 años y se dieron casos de tenientes de 15 años.

describiendo el escorbuto en los marineros afectados

Moratones, caída del pelo y dientes, cansancio ...

¿Porqué crees que la RN inventó el grog? Precisamente para que tomaran zumo de limón, aunque fuera con el ron.

Saludos.

gilfi

04-10-2010

Interesante artìculo Herr Topp esperemos que contunue la historia con el examen para teniente.-

saludos

Stephen Maturin

05-10-2010

-  Otra misión de los guardiamarinas era medir cada día al llegar el mediodía la altura del sol en el horizonte mediante el sextante y calcular la posición del buque,  el capitán o el piloto miraban los resultados y daban el visto bueno,  era una practica necesaria para los futuros oficiales pues el buen hacer de la misma solo se consigue con mucha practica, el manejar el sextante en una plataforma en movimiento no siempre es facil y los calculos en una época se realizaban con tablas tambien requería experiencia para su manejo.  Los guardiamarinas normalmente eran los encargados de manejar la corredera y ejercian de patron de las pequeñas embarcaciones auxiliares,  no solo eran comedores de "ratas" alimento este que mas de una vez degustaban por necesidad.

-  Antes de llegar al cargo de Comodoro, he tenido que pasar un camino paralero al descrito con las salvedades que da el paso del tiempo, los modernos barcos y las maniobras mas sencillas, pero he limpiado cubiertas, pasado largas noches de guardia con lluvia frio o calor, subidas al palo, me ha tocado hacer de topo, he cambiado la vela de proa en medio de un temporal mientras la olas te rompen en el pecho, calculado la situación por estima y con la alegría de ver que los cálculos son buenos y llegas al destino,  el ver los destellos del faro en el horizonte que te confirman que el rumbo era correcto en medio de una lluviosa noche es una satisfacción,  la vida en la mar es dura, te pide mucho pero también te lo da, si esto es ahora en el siglo XXI  lo era mucho mas en el XVIII y XIX.

Cruzando el golfo de Tarantano rumbo a punta Stilo con temporal de F8

Topp

05-10-2010

También los guardiamarinas estaban al mando de la dotación de un cañón (o varios) en caso de combate. Logicamente las baterías estaban al mando de tenientes de navío.

no solo eran comedores de "ratas", alimento este que mas de una vez degustaban por necesidad

Las también llamadas "polillas blancas" eran buscadas por todos los rincones de las bodegas y sollados cuando las existencias de las provisiones llegaban a su fin o las que quedaban estaban en malas condiciones. No era raro que la carne de vacuno salada que guardaban en barriles se estropease debido al largo tiempo que llevaban almacenadas (algunos barriles habían conocido varios cruces del Atlántico). Igualmente, la galleta de mar después de algunos meses guardada era pasto de gorgojos y adquiría la dureza de la madera. Se dieron casos de barriles de galletas suministrada por los almacenes de la armada que llevaban almacenadas hasta cincuenta años. Podéis imaginaros lo que sería comer aquello.

Habitualmente esta galleta era servida por la intendencia de la marina, pero en ocasiones también podía prepararse a bordo.

¿Queréis saber como se hacía?

La preparación de las galletas de barco era un proceso sofisticado que exigía varias categorías de trabajadores especializados, que se conocían como quemadores, maestros, conductores, enrolladores y ayudantes.

Una vez medidas las cantidades justas de harina y agua, y echadas en la artesa, llegaba el conductor, que con sus fornidos brazos golpeaba, aporreaba, levantaba y volteaba la mezcla hasta que tomaba la consistencia de una masa... Luego venía el enrollador, que después de colocar la masa encima de una plataforma, se subía en uno de los extremos de un rodillo, llamado palo de corte. El enrollador, cabalgando sobre este rodillo, lo hacía saltar de una forma un poco ridícula, dándole a la masa un tratamiento que era una mezcla de golpearla y enrollaría. El sistema resultaba poco higiénico, pues en el proceso la masa se toqueteaba bastante.

A continuación, la masa aplastada, formando una capa delgada, se cortaba en lonchas con unos cuchillos enormes. Éstas, a su vez, se volvían a cortar en forma de pequeños cuadraditos, y cada cuadradito se trabajaba manualmente para darle la forma redonda de una galleta. Las galletas se marcaban, se punzaban, y se introducían con destreza en la boca del horno por medio de una pala que las iba distribuyendo por el interior de éste. La tarea de lanzar las galletas para que cayesen en el lugar preciso, se convirtió en una habilidad muy apreciada.

La galleta, una vez terminada, era dura como una piedra, y producía agujetas en las mandíbulas de cualquiera que no fuese un gorgojo galletero. Mientras permanecían en espera de ser empaquetadas, o cuando se abrían a bordo del barco, las atacaba normalmente una especie de mosca que ponía sus huevos en ellas, y con el paso del tiempo nacían las larvas. Los marineros veteranos solían golpear las galletas contra la mesa antes de comerlas, con la esperanza de que saliesen los gorgojos y se marchasen, pero éstos no siempre los complacían.

No es de extrañar que una buena rata adquiriese precios que llegaban a 4 chelines en tiempo de penurias.

Os dejo una imagen de como podía ser la camareta de guardiamarinas.

Saludos.

Moisin-Nagant

05-10-2010

¿Había algún numero especifico de guardiamarinas o subían los que el capitán quería?

Topp

05-10-2010

Los que el capitán considerase necesario para el correcto mantenimiento del servicio a bordo.

En ocasiones, para cubrir las bajas en combate, tocaba tierra en algún puerto militar para reclutar algún candidato apropiado si lo había o ascendía a un determinado marinero de primera joven y con los conocimientos necesarios para cubrir la baja.

Igualmente, en caso de bajas entre la oficialidad, éstos ascendían al empleo superior (2º tte. a 1º tte., 3º tte. a 2º tte., etc) y el guardiamarina más antiguo u otro más señalado era nombrado oficial provisional con todos los derechos y deberes inherentes al empleo.

Eso sí, ese status no era definitivo y debía examinarse como cualquier otro guardiamarina para el ascenso definitivo a oficial. Con la salvedad, además, de que si suspendía dicho examen volvía a ser de inmediato un guardiamarina raso.

Saludos.

josmar

05-10-2010

. Fuentes:

  • Hombres de Mar y Guerra (Patrick O´Brien)
  • Serie Jack Aubrey & Maturin (Patrick O´Brien)
  • Serie Horatio Hornblower (Cecil Scott Forrester)
  • Serie Richard Bolitho (Alexander Kent)
  • Nelson's Navy (Philip Haythornthwaite)
  • Nelson's Sailors (Gregory Fremont-Barnes)
  • Nelson's Officers and Midshipmen (Gregory Fremont-Barnes)

¡¡¡...Vaya lujo de fuentes....!!! Hay una "fortuna" enterrada en ellas......

Felicidades, Jefe. Un gran trabajo sobre una clase sufrida, la de guardiamarina...

Topp

05-10-2010

Ya lo creo Josmar, son unos libros imprescindibles para entender la dura vida de los marinos de aquella época.

Los cuatro primeros son de amena y fácil lectura, pero los tres siguientes (de Osprey) se me hacen más farragosos con mi muy elemental conocimiento de ese idioma pagano. Y gracias a Dios que tienen los esquemas e ilustraciones suficientes para no perderse

Saludos.

gilfi

07-10-2010

Muy buen ar´`iculo reitero lo he disfrutado y nos da una idea muy cercana a lo que pasaba en la epoca...

saludos

Heinz von Westernhagen

07-10-2010

Lo mismo digo...

Una lectura entretenida, amena y que además descubre un mundo desconocido para muchos de nosotros...

¿habrá más partes?...

Topp

07-10-2010

¿habrá más partes?

Puedes jurarlo.

Saludos.

gilfi

08-10-2010

Excelente esperamos avidos las demas partes.-

Saludos

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