Los comienzos de la Guerra Submarina.

josmar

21-09-2008

Con anterioridad al comienzo de la IGM,  el  criterio imperante, entre Políticos, y Altos Mandos de la Flota Británica, con respecto a la importancia y efectividad del arma submarina, era el de un inequívoco escepticismo, pero pronto los hechos, trágicos por cierto, les forzaron a cambiar de opinión, como veremos a continuación:

                                                                                   

                                                                                  Otto Weddigen. Comandante del Submarino U-9

                                                                                                                                    …//…

  “Nosotros, nos hicimos a la mar, el 20 de Septiembre ( de 1914), y al adentrarnos en el Mar del Norte, nos encontramos con un fuerte oleaje proveniente del Oeste.  El viento, su compañero habitual, no se hizo esperar.

  La orden que nos había sido entregada en sobre sellado decía así: “ Se situarán en las inmediaciones del barco-faro de West-Hinder  y atacarán a todo navío de guerra ó de transporte enemigo que navegue  por esa zona.” Así pues, nosotros debíamos obstaculizar el transporte del ejercito ingles hacia Belgica. Pesada misión para un barco a petróleo, la de quedarse durante mucho tiempo ,cerca del puerto de Ostende , donde desembarcarían, creíamos, los ingleses. Las noches, apenas serian suficientes para recargar los acumuladores, y no se podría hacer  frente a una fuerte reacción del enemigo.

  El 21 de Septiembre, divisamos el faro de Ijmuiden y el resplandor luminoso de Scheveningen que destacaba  nítidamente en la oscuridad del cielo. Nosotros queríamos quedarnos allí a pasar la noche, y continuar nuestro crucero al dia siguiente, más allá del barco-faro de La Meuse. El mar seguía estando muy agitado, y a nosotros nos era imposible inmovilizarnos sobre el fondo, para poder disfrutar de un poco de calma durante la noche.  A pesar  de que habíamos medido a la sonda, una treintena de metros, el U-9  era sacudido de tal manera, que para evitar averias , ó vías de agua causadas por los choques, volvimos lo más rápidamente posible a la superficie.

  Más, por segunda vez en esta noche, nos vimos en la necesidad de sumergirnos, al divisar las luces de unos barcos, que nos parecieron destructores ingleses. Así pues, el Comandante Weddigen, decidió navegar sumergidos el resto de la noche. Ello nos permitió dormir tranquilos durante algunas horas, ya que el mal tiempo de los últimos días, nos tenia extenuados, y eso  que nuestro crucero no había hecho más que comenzar…

  Durante la navegación sumergida, el submarino se mantenía a una profundidad suficiente para no ser em-bestido por los barcos de superficie de gran calado. Para economizar energía, se redujo la velocidad lo más posible, pero sin que ello pudiera impedir la posible respuesta del barco a la acción de las barras de inmersión.

  Cuando emergimos, en la mañana del dia ( que pasaría a ser memorable ) 22 de Septiembre, nos llevamos una buena sorpresa: el cielo estaba claro; la visibilidad era excelente y la mar mucho menos agitada, aunque todavía movida.  Nos encontrábamos a 22 millas O.N.O de Scheveningen.  A las 5 h.45, hora de Europa Central, poco antes de salir el sol, soltamos lastre, poniendo inmediatamente los motores de petróleo en marcha, para recargar los acumuladores, que nos habían estado suministrando energía durante la noche.

  Era mi turno de guardia, y yo observaba el horizonte, mientras el Comandante Weddigen y nuestro Ingeniero Schön, desentumecián las piernas sobre el puente, y se llenaban los pulmones de aire fresco. Observé con disgusto, que el humo blanco de los motores, era muy escandaloso. El podía hacer visible al U-9, desde muy lejos, por la buena visibilidad de este día, además de hacer complicado nuestro servicio de guardia. Por ello, me puse a navegar en zig-zag, a pequeña velocidad, para poder observar, evitando las molestias del humo. A parte de algunos pesqueros holandeses, que se dedicaban, muy lejos de nosotros, a sus ocupaciones habituales, no había nadie a la vista. Más de pronto, en la dirección del barco-faro de La Meuse, ví aparecer en mis binoculares, sobre la línea del horizonte, la flecha de un mástil largo y delgado. Tenía todo el aire de un mástil de navío de guerra. ¿ Acaso nos encontrábamos en presencia del primero de los adversarios que nos reservaba la guerra…?... Percibiendo el rastro de humo que íbamos dejando, no tuve ninguna duda. Hice parar los motores, y previne al Comandante, que acababa de descender para desayunar. El llegó inmediatamente a la torre, y dió la orden de sumergirse. Pronto el mar se cerró sobre nosotros.

  A pesar de la marejada, el U-9 se colocó fácilmente a profundidad de ataque.

  Yo estaba en el puesto de mando, detrás del Comandante, y me encargaba de que, de tiempo en tiempo, se izase el periscopio, para que él observase. Nuestra impaciencia se trocó en alegre emoción, cuando Weddigen gritó : “ ¡¡ Son tres pequeños cruceros de cuatro chimeneas..!! “

  Pero…¿ no nos encontraríamos, por azar, en presencia de alguno de los nuestros…?  No. Era imposible.

  Pedí permiso al Comandante, que asintió, para acudir al compartimento de los tubos lanzatorpedos de proa para hacer preparar y armar los torpedos de reserva. Después de dar las últimas recomendaciones y consejos a mi equipo, (perfectamente entrenado) de los tubos de proa, volví rápidamente al puesto de mando. El Comandante, emocionado y alegre, me dijo mientras me daba palmadas en la espalda…” Son tres cruceros ingleses del tipo Birminghan…”…nos miramos, y yo le respondí:  …“ ¡ Venguemos al U-15 ¡ “. Los ingleses, en efecto, habían anunciado, hacía poco, que el “Birminghan”, había abordado y hundido al U-15, y esta pérdida, nuestra Armada, aún no se la había hecho pagar a la Marina inglesa.

  A partir de ese momento, la actividad a bordo, fue frenética.

  Ante la próximidad del enemigo, no sacábamos el periscopio, más que algunos segundos, porque su estela de espuma, nos podía delatar. Pero todos nosotros, nos preguntábamos si el U-9 no emergería al momento de salida del torpedo, y que efecto tendría , sobre el submarino , la explosión del torpedo al golpear su objetivo. El primer torpedo cargado, lanzado por un submarino en inmersión, había sido poco tiempo atrás, por el U-21, contra el “Pathfinder”. Aunque a 1200 metros de distancia, el submarino, había sido, al parecer, fuertemente sacudido. La opinión general, era, que a una distancia inferior a 500 metros se podían esperar, averias en la proa, é incluso en las barras de inmersión.

Weddigen tomó como objetivo el crucero del medio, y dio orden  de tener los tubos prestos a lanzar. Yo le respondí que todos los tubos estaban listos, y él preguntó ¿Qué tubo piensa utilizar?.” Tubo 1 de proa”, fué mi respuesta.

Yo destapé enseguida la tapa de seguridad del botón eléctrico de disparo del tubo uno, y puse el pulgar sobre él para pulsarlo en cuanto la orden fuera dada. Con la mano izquierda, yo hacía funcionar la manecilla del motor que servía para hacer subir o bajar el periscopio.

Poco antes de ordenar “Fuego”, el comandante gritó en el puesto de mando:”En cuanto se lanze el torpedo, descender a 15 metros y mantenerse. Nosotros estamos pegados al enemigo”

A las 7 h. 20,  ordenó: “Izad periscopio! Tubo 1 , atención” Todo él estaba tenso, mientras cada uno de nosotros contaba los segundos.

-“¡Tubo 1, Fuego. ¡ ¡Bajar el periscopio…¡”

Yo apoyé al mismo tiempo, el pulgar sobre el botón eléctrico, mientras gritaba delante del tubo portavoz del compartimento de proa :” Tubo 1, Fuego…”,  en tanto que con la mano izquierda activaba la manecilla del periscopio para hacerlo bajar. ¿ Que sucedió ? Al pulsar el botón de disparo, yo me esperaba el fin inmediato, porque yo también en mi mente había exagerado los efectos de un torpedo lanzado a tan corta distancia del blanco. Yo miraba maquinalmente los manómetros de profundidad, para ver si eramos lanzados a la superficie, y me aferraba con las dos manos al periscopio. Como se puede ver, todavía era un debutante muy excitado.

De repente, oímos un golpe sordo en la lejanía, seguido de un estruendo sonoro. ¿ Se había dado en el blanco ?. Al fin gritamos “Hurra..”. En el interior del submarino, y en el puesto de mando, el mismo grito salía espontanemente  de nuestras gragantas, a pesar de que no podíamos ver nada, puesto que, estábamos a 15 metros de profundidad, con el periscopio bajado.

Todo esto pasó en menos tiempo de lo que cuesta contarlo, porque estábamos a 500 metros del crucero, y la detonación resuena 31 segundos después de la orden de Fuego. Este es el tiempo que había empleado el torpedo para alcanzar el objetivo, y el ruido de la explosión para llegar a nosotros.Despues que comprobamos que nuestro barco estaba intacto, y que los hombres de las barras dominaban la estabilidad del mismo, Weddigen dio la orden de remontar a profundidad de ataque, para ver lo que ocurría en el crucero torpedeado. Eché una rápida ojeada por el periscopio al primer  adversario; la popa estaba sumergida, un espeso humo blanco se escapaba por las cuatro chimeneas, el espolón estaba fuera del agua, y se estaban bajando embarcaciones al mar. El crucero- era el “Aboukir”- el primero en la lista de la flota puesta por el Almirantazgo ingles-dio pronto fuertemente a la banda, desapareciendo entre remolinos, y arrastrando con él la mayor parte de su equipaje, formado por, aproximadamente 900 hombres.

Crucero Acorazado HMS Aboukir

                                                                                                                            ...//...

josmar

21-09-2008

Nuevamente volví al compartimento de proa, ocupándome de hacer recargar un torpedo en el tubo 1. Esta operación se hizo  rápidamente, como en un ejercicio. Cuando la culata del tubo 1 de proa quedó cerrada, yo regresé  rápidamente a lo alto,é informé: “Tubo 1 recargado y listo…!” Weddigen  tenía pensado el ataque al segundo adversario. Yo pude dar un rápido vistazo por el periscopio, percibiendo el crucero, que estaba parado. Se estaban  poniendo embarcaciones en el agua;  mientras se hacían ,desde el puente, señales con banderas. En el asta, ondeaba, al sol de la mañana, el pabellón de guera ingles. Los cañones, estaban apuntando en abanico, y se veian a su lado, los sirvientes, con sus trajes blancos. Si nosotros emergíamos en ese momento, nuestra suerte estaba echada. Volviendome, desde el periscopio, le dije al Comandante: “No son pequeños cruceros, más bien son cruceros acorazados. El barco tiene torres dobles. Estoy completamente seguro”.  Weddigen no lo creía así,  pero, sin embargo, decidió lanzar esta vez, dos torpedos: “ Así, si es un crucero acorazado, estaremos más seguros de hundirlo”. El recomendó a los hombres de las barras de inmersión, que se esforzaran para evitar el emerger, y, en el momento de lanzamiento, no tomar  “punto negativo”. A las 7 h. 55, treinta y cinco minutos después del torpedeamiento del primer crucero, yo envié, uno tras otro, siguiendo las órdenes de Weddigen, los dos torpedos de proa.

  “¡ Bajar periscopio..!”.  Descendimos a 15 metros, y el Comandante ordenó hacer marcha atrás con una helice. Extrañado, le pregunté la razón de esta maniobra. …”es el caso, que podríamos estar en el centro de ellos…”me respondió. En esos momentos, escuchamos dos detonaciones: los dos torpedos, habían alcanzado su objetivo .  La distancia era de aproximadamente 300 metros.  Bajo la acción de una de las hélices en marcha atrás, nosotros describimos  un gran círculo, que nos alejó del “Hogue”, no sin que nuestro perisco- pio casi rozara su costado.

Crucero Acorazado HMS Hogue.

  A por el tercero, ahora. El último torpedo fue alojado en un tubo de proa, quedándonos solo,  dos torpedos a popa, para lanzar. Una ligera distensión, bien natural, sustituyó, en el puente de mando, a la tensión nerviosa. Por el tubo portavoz, se escuchó al Segundo contramaestre , preguntar :” Comandante ¿Cuánto tiempo vá a durar esto..?”  Y al Ingeniero añadir, “ Habrá que salir pronto, pues los acumuladores están casi descargados…” Y era cierto, habíamos estado navegando sumergidos toda la noche, y cuando apenas habíamos  comenzado la recarga, nos habíamos visto obligados a sumergirnos de nuevo. Y no podíamos olvidar, que para poner en marcha los motores a petróleo, para el regreso, necesitábamos 800 amperios.

  Pero Weddigen, no cedió, y maniobró para atacar al tercer crucero. Toda la tragedia que ocurría en la superficie, los hombres intentando salvar la nave, los botes volcados, y los restos a los cuales se aferraban los desgraciados…nos emocionaba dolorosamente. Así, en el puesto de mando, nos esforzábamos en no ceder a los sentimientos humanitarios, respondiendo con invectivas contra los ingleses, que habían conseguido que Europa, estuviera en contra nuestra,  y que el Japón, nos atacara por la espalda.

  A 8 h. 20- justo una hora después del  lanzamiento del primer torpedo- el U-9 lanzó los dos torpedos de popa.  Tras un largo rato en silencio, nos mirábamos decepcionados. “Fallamos…” De pronto, nos llego una sorda detonación: uno de los torpedos había perdido el blanco; suponíamos que,  desde el navío, habían divisado la estela, y habrían puesto las maquinas  “a toda velocidad”..pero…

  Entusiasmados, gritamos “Hurra..”  Nosotros éramos, esta vez, incontestablemente, los vencedores. No volvimos a los 15 metros, para poder observar por el periscopio a nuestra víctima, que no parecía, a primera vista, acusar el golpe…

  Weddigen decide lanzarle nuestro último torpedo, para acabar con el Crucero. Se lanzó a 8 h. 35, y al alcanzar el costado del “ Cressy “, hizo brotar una alta columna de humo negro, seguida de una inmensa y blanca catarata de agua. Esta vez, el golpe era el fin. De pronto, el drama se convirtió en tragedia. El gigante con sus cuatro chimeneas, se inclinó lenta, pero irremediablemente, sobre babor. Nosotros vimos, racimos humanos escalar, como negras tropas de hormigas, sobre el costado, primero, y luego sobre la inmensa quilla, antes de desaparecer entre las olas. ¡ Triste espectáculo para un marino ¡

                                                                                                                    ...//...

josmar

21-09-2008

Crucero Acorazado HMS Cressy.

  Nuestra misión estaba cumplida; debíamos volver  casa lo más rápidamente posible.  Careciamos de torpedos, y la energía que contábamos, solo permitiría una inmersión de corta duración. Nos dirigimos pues, directos al norte para salir de esta zona de restos, y no emergimos, hasta 20 minutos después. Durante este tiempo , el Comandante permitió a un grupo del equipaje, observar por el periscopio, el fin del último crucero.

  Después de haber vaciado los tanques de lastre, a las 8 h. 50, no se divisaba ninguna traza del enemigo; el mar se había cerrado sobre los tres cruceros. La mañana estaba radiante, y el oleaje había disminuido. Se pusieron en marcha los cuatro motores, y regresé a la guardia, pues el 2º contramaestre, estaba agotado.  Por otra parte, aún me sentía nervioso, y no quería descender al interior. Yo estaba seguro, que, después del torpedeamiento del primer crucero, los ingleses habrían llamado por T.S.F. a los destructores de La  Tamise, que podían aparecer de un momento  otro.

  Para engañar al enemigo,  puse rumbo al Nord-Oeste, hasta que tuvimos a la vista las costas de Holanda, cambiando entonces a Nord-Este. Hasta el mediodía, no fue avistado el primer destructor, que se desplazaba a gran velocidad, en dirección a Terschelling, sin que se percatara de nuestra presencia, al navegar tan próximos  a la costa, y semi- sumergidos.Despues de haber navegado durante un rato semi-sumergidos, regresamos  totalmente a la superficie. Cosa curiosa, a pesar de la excelente visibilidad, no se podía ver, más que la proa y la pasarela de los destructores, que iban desapareciendo en el horizonte, hacia el Norte. Estos falsos hermanos, iban a tal velocidad, que la popa estaba oculta por las turbulencias ocasionadas por las helices, lo que hacía que a esta gran distancia, solo se distinguiera el gallardete de proa, sobresalir sobre el agua. Nosotros estábamos encantados de verlos navegar a tal velocidad, porque pronto se perdían de vista.

  Poco a poco, los nervios se iban calmando, y el ánimo volvió. Sin embargo, aunque aún no nos habíamos dado cuenta exacta de la importancia de los hechos vividos, al reunirnos para la comida, en la cámara de oficiales, brindamos con las tres copas de plata, que me había visto obligado a traer a bordo, como consecuencia de nuestra  precipitada salida de Kiel.

  Fuí relevado de la guardia a las 18 h. 30, por el 2º contramaestre, al que le dije, mostrándole el horizonte oscurecido por un chubasco que venía hacia nosotros, la posibilidad de que por allí apareciesen los destructores en su regreso a la base. Descendí para acostarme en mi litera, pero no conseguía conciliar el sueño. De pronto, un grito sonó en todo el submarino: ¡¡A los puestos de inmersión…!! (el submarino carecía de sistemas de alarma) y cada uno acudió a su puesto. Como aún estábamos un poco nerviosos,y  no esperábamos  esta alarma, la maniobra no fue correcta por la precipitación. El 2º contramaestre, que fué el último en entrar, dijo mientras cerraba la escotilla : “El destructor está tras nosotros…”

El Comandante Weddigen, hizo abrir los tanques centrales de lastre, lo que hizo hundir de golpe al U-9, que fue a chocar de popa contra el fondo del mar. El golpe fue violento, pero estábamos fuera de peligro. Devolvimos las cosas a su lugar, poniendo en orden el submarino, y nos remontamos lenta y prudentemente, para poder observar por el periscopio; vimos cruzar, a corta distancia, el destructor. Pero ¿ qué podíamos hacer ¿ No teníamos torpedos, ni tampoco podíamos navegar sumergidos mucho tiempo. Los acumuladores, no estaban suficientemente cargados. Además, estábamos exhaustos. Decidimos pasar la noche en el fondo, y posamos allí, delicadamente esta vez,  al U-9.La situación, podría volverse crítica, si a la mañana siguiente, el destructor continuara impidiéndonos salir a la superficie. Todavía, durante algún tiempo, estuvimos oyendo el  zumbido de las hélices del enemigo.

  El 23 de Septiembre, al alba, el periscopio del U-9, trazó una delgada estela de espuma, sobre la superficie del mar, liso como un espejo, y miró a su alrededor. Nada a la vista. Un día esplendido se anunciaba. A  las 5 h, 35, el puesto de mando y la superestructura emergieron, y los cuatro motores se pusieron en marcha, rea- nudando nuestro regreso a la base, a la velocidad de 12 nudos. Levantamos los mástiles de T.S.F. y soldamos los cables de la antena, arrancados por el mal tiempo de los últimos días, poniéndonos rápidamente en comunicación con el crucero de vigilancia, en la desembocadura del Ems, el “Arkona”.  ( Nuestra estación de T.S.F., no era lo suficientemente potente, como para poder comunicarnos con el “Hamburg” atracado en el Jade)  y enviando el siguiente mensaje:

“ El U-9, ha enviado al fondo, con seis torpedos, el 22 de Septiembre, entre las 6 y las 9 horas, en el cuadrado 117 a, número que hay que añadir: 6, tres barcos de guerra ingleses,  probablemente cruceros-acorazados de la 3ª escuadra.”

  Nosotros pensábamos que los navíos hundidos, eran del tipo “Kent”  (9.900 toneladas), pues ellos nos habían parecido pequeños, a través de nuestro periscopio de un solo ocular.

  Cuando nos aproximábamos al Ems, divisamos una espesa nube de humo, ¿ sería un destructor enemigo ? Pues no, era un destructor alemán, que al pasar cerca de nosotros, su dotación, nos gritó tres “Hurras…” en- tusiastas para el U-9. También nos gritaron los nombres de los navíos hundidos, de los que se habían enterado a través de Holanda. Así supimos que habíamos enviado al fondo del mar, a los cruceros acorazados “ Aboukir”,  "Hogue” y “ Cressy”, cuyo desplazamiento total, se acercaba a las 36.000 Toneladas. Eran, a este día, las victimas más importantes de la guerra en el mar.

Submarino U-9

  Proseguimos nuestra ruta, en dirección a Heligoland. A poco de haber sido saludados por un torpedero con el que nos habíamos cruzado, entrábamos en la dársena de submarinos, a las 14 h. con un tiempo magnífico. Todos nuestros compañeros se encontraban en el muelle,  junto con una banda de música. En el puerto, los barcos, habían izado su pabellón, en lo más alto. Tres “ Hurras…” resonaron, provenientes de la zona sudoeste del acantilado, donde estaban reunidas las guarniciones de las fortificaciones.

  Por la tarde, recibimos un telegrama del Jefe Supremo de la Armada, que confería a nuestro Comandante, la Cruz ce Hierro de 1ª y de 2ª clase, y a toda la tripulación, la Cruz de Hierro de 2ª clase.

  Al dia siguiente, se nos hizo en la Jade, una recepción grandiosa. Se había anunciado por T.S.F., nuestra salida hacia Wilhelmshaven, además, nosotros éramos fácilmente reconocibles, por el gran 9 pintado en blanco en la proa de nuestro barco. Todas las tripulaciones de los grandes navíos, y de los torpederos por delante de los cuales pasábamos,  estaban formadas en nuestro honor, gritando los tres “Hurras…”, mientras sonaba la música. Desde el Buque Almirante, se nos hizo seña de acostar, y cumplida, hicimos entrega del diario de a bordo. El Jefe de la Flota, Almirante Friedrich von Ingenohl, nos felicitó y nos otorgó el derecho de llevar pintada una Cruz de Hierro en la superestructura del barco.

                                           

                                                              Tripulación del U-9

                                                                                                    Johannes Spiess

                                                                      2º Oficial del Submarino U-9, en el momento de los hechos.

Fuentes:

Traducción resumida del Cap. IV del libro titulado “Six ans de croisières en sous-marin.”

Autor.- Johannes Spiess.-Lieutenant de vaisseau.-Edit.Payot. Paris. 1929.

Wikipedia.org.

www.submerged.co.uk

Bruno

21-09-2008

Otra fotografia del U-9.

[hr]

Excelente aporte Josmar. 

Balthasar Woll

21-09-2008

Gran trabajo Josmar.

Saludos

josmar

21-09-2008

Gracias a ambos por vuestro apoyo, y a Bruno por la fotografía...

Taylor

28-09-2008

muy bueno josmar me ha gustado vuestro trabajo :D

salupos

MIGUEL WITTMAN

28-09-2008

Buen artículo amigo.

Te saludo.

josmar

30-09-2008

Mis gracias a los dos...

Saludos.

Topp

30-09-2008

Gracias por recordarme uno de mis pasajes favoristos de lectura desde siempre. Tengo el libro de Spiess en los dos formatos publicados desde hace muuuuuuuuucho tiempo y no me canso de leerlo.

Añadir que después del desastre marítimo del 22/9/14, con gran pérdida de navíos y vidas (la mayoría de marineros no sabían nadar), Inglaterra no tomo nota y Weddigen repitió la gesta casi un mes mas tarde, el 15/10/14.

Ese día el U9 atacó a tres cruceros que formaban parte de la Northern Patrol, que operaba en las aguas escocesas de Aberdeen. Durante unas horas el submarino no estuvo en condiciones de ponerse en situación de lanzamiento, dado que los cruceros navegaban en zig zag, variando la velocidad y el rumbo, pero inexplicablemente, el crucero acorazado HMS Hawke se detuvo para transportar el correo a su buque gemelo HMS Endymion y Weddigen no desaprovechó la ocasión. Una vez más le bastó un lanzamiento para echar a pique el Hawke en ocho minutos volviendo a causar grandes pérdidas humanas (500 tripulantes).

Saludos.

Lenz Guderian

01-10-2008

Muy interesante esta historia. Noto que no existen muchas diferencias a otros relatos que he leido referidos a la SGM.

Topp

01-10-2008

Noto que no existen muchas diferencias a otros relatos que he leido referidos a la SGM

Lenz, pero ten en cuenta una cosa muy importante: en la SGM los submarinos formaban parte de un arma ya contrastada, probada y evolucionada. Aparte de que las tácticas instauradas por Alemania causaron una verdadera sangría entre los buques aliados.

En los albores de la PGM, los submarinos eran casi lanchas torpederas que anecdoticamente podían sumergirse. El 80% de los hundimientos se realizaba al cañón o mediante trozos de presa. Los escasos torpedos que llevaban (normalmente los que iban cargados en los tubos y un par de reserva) se guardaban para buques de guerra o de gran porte.

El U9 en concreto iba propulsado por un motor a ... ¡¡¡petróleo!!!. La humareda que producía (lo podéis ver en una de las fotos) era vista a millas de distancia. Estos mismos motores llenaban de humos de combustión el submarino y los casos de intoxicación por monóxido eran frecuentes.

Los timones de profundidad iban movidos a mano por el tripulante más robusto, que tenía que ser relevado periodicamente so pena de caer rendido. Las profundidades que alcanzaban con garantía esos submarinos no alcanzaban más allá de 50-60 m. Por no hablar de las arcaicas tablas de puntería para torpedos (practicamente se disparaba "a ojo" y a no más de 500 m).

Por eso decía que a estos episodios hay que darle más valor que a otros. Era la primera vez que un submarino de esa época se enfrentaba a ese tipo de buques y no se sabía que podía ocurrir.

Por desgracia, Weddigen tentó demasiado la suerte y, ya comandante del U29, fue abordado y hundido por el HMS Dreadnought cuando intentaba ponerse en posición de disparo.

Saludos.

Kurt Meyer

01-10-2008

Que buén trabajo josmar, enhorabuena

Mi granito de arena:

El mapa de la accion del U-9

Un dibujo del fin de lo HMS Aboukir

Lenz Guderian

01-10-2008

Topp, Tales rudimentos de la vida en los submarinos no hacen mas que aumentar nuestro interés. He revisado ya todos los temas del foro "guerra en el mar" mismo que lastimosamente para mi solo cuenta con 3 páginas. En él hay varias historias sobre submarinos, las cuales he leido todas desde hace tiempo. Aprovecho la oportunidad para solicitar como forista vil, que subas (tu y quien se deje) mas relatos vivenciales como éste. Unos cuatro o cinco mínimo.   pensarás, tal vez, que facilmente podemos ubicarlos en la red. Pues en primera no es tan sencillo, y en segunda al conocerlos mejor podrias seleccionar aquellos que sean los mas importantes. Y sí se que me estoy viendo sensacionalista, pero, ¿Que importa?

saludos "jefe"

Kurt, ese dibujo es por su dramatismo y calidad artistica digno de enmarcarse. ¿quien lo hizo?

Topp

01-10-2008

No te preocupes Lenz, ya que te gustan te voy a obsequiar con varios de ellos cuando los rescate de los foros en los que lo publiqué.

Saludos.

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