Romano Mussolini, el hijo del dictador nos habla de su padre

Deleted member

30-06-2006

Pues nada camaradas, como prometí aquí está, el material más directo que se puede obtener de Benito Mussolini... dedicado para mi camarada Caesar. ;)

De los cinco hijos de Benito Mussolini con doña Ráchele Guida, tan sólo queda uno con vida. Se trata de Romano, el cuarto vástago de la pareja. Este hombre, pianista de Jazz de profesión, tiene hoy 79 años y es la única persona que todavía puede ofrecer un testimonio del líder fascista visto desde dentro. Romano tenía 18 años cuando Mussolini fue ejecutado, así que conserva recuerdos importantes de la que fue una época crucial en la historia de Italia. Aunque, todo hay que decirlo, la semblanza que hace del Duce y del fascismo está marcada por su afecto absolutorio de hijo, como se pone de relieve en esta entrevista concedida en Roma a “La Aventura de la Historia”.

P-. A los 60 años de la muerte de su padre, ¿cuál es el recuerda más vivo que conserva de  él?

R-. Lo primero que le debo dejar muy claro es que siempre he sentido un profundo afecto por mi padre, así como por mi madre y hermanos. Nunca, durante toda mi vida, he albergado malos pensamientos entorno a él: siempre le he amado y respetado. Además, fue buenísimo con nosotros. Ayer mismo escuchaba en un programa de televisión que, en la época en que era niño, la mayoría de los padres italianos no comía con sus hijos. Sin embargo, mi padre siempre se sentó a la mesa con nosotros, incluso cuando aun teníamos 3 o 4 años. Y comer con él era interesantísimo y divertido. Hablábamos de deportes, de cine, de actualidad, por desgracia poquísimo de política, mucho de historia... Mi padre era una fuente inagotable de anécdotas históricas, por lo que siempre resultaba un placer escucharle. La cosa para mi más increíble, lo que más me asombraba, era ver como la gente enloquecía ante mi padre, tanto que me daba hasta miedo.

El maestro Romano

P-. Sin embargo, en abril de 1945 Benito Mussolini fue fusilado por un grupo de partisanos junto a su amante Clara Petacci, siendo exhibidos sus cadáveres públicamente en Milán. ¿Cómo vivió usted la noticia de su muerte?

R-. Al igual que mi madre, me enteré de la muerte por el periódico. Por un titular que ocupaba toda la portada de una edición especial de L´Unita y decía: “Mussolini ha sido ajusticiado”. Fue una impresión terrible. Todos nosotros pensábamos que iba a ocurrir una tragedia, porque la situación era lo que era. Pero enterarnos así de una cosa tan espantosa... En L´Unita estaba también el elenco de todos aquellos ministros que habían sido asesinados, por que la verdad es que aquello fue una auténtica matanza, en la que fueron fusilados sin proceso alguno, incluido Luigi Gatti, secretario particular de mi padre. Jamás he podido poner el pie en la plaza Loreto de Milán, donde fueron colgados mi padre y la Petacci. El Mal Absoluto, el Mal con mayúsculas, estuvo allí. Y piense que mi hermano, mi hermana Anna María, mi madre y yo también habríamos sido fusilados si hubiéramos cogido, como pensábamos hacer, la maldita carretera de Dongo. Nos salvamos de milagro: por que la carretera estaba cortada y tuvimos que permanecer en Como.

P-. ¿Se podría haber salvado su padre de aquella muerte?

R-. Claro. Gatti y mi hermano Vittorio tenían preparado un hidroavión que le habría llevado a España, donde contaba con el apoyo del Generalísimo Franco y desde donde se habría trasladado a Sudamérica. Según el plan, al llegar el hidroavión a la costa española, algunos empleados de la esposa de Gatti – que era española y poseía una gran finca agrícola en el centro del país – hubieran trasladado a mi padre en automóvil a un lugar seguro... Pero mi padre no quería abandonar Italia. Mi hermano Vittorio se planteó sacarlo del país por la fuerza: cogerlo, narcotizarlo y meterle en el avión rumbo a España. Pero realmente habría sido terrible obligarle a hacer algo en contra de su voluntad.

P-. ¿Por qué no quiso salvarse?

R-. Porque pensaba que aun podía llegar a la Valtellina y convertir el lugar en su último fortín. Fueron muchos los errores y equivocaciones que mi padre cometió en los últimos momentos, eso es algo que yo no discuto. Pero también es verdad que, a posteriori siempre resulta más fácil ver la solución de los problemas. ¿Por qué Julio Cesar fue sin su escolta al Senado el día que fue asesinado? ¿Por qué mi padre no quiso tomar el hidroavión que lo habría llevado a España? Para mi esta es una de las grandezas de la historia: que hay cosas que jamás se podrán entender por completo.

P-. ¿Su padre no era consciente de que Hitler y él ya habían perdido la guerra?

R-. Naturalmente. Mi padre era un hombre de palabra. Y nosotros teníamos un compromiso con Alemania y Japón que mantuvimos hasta el último momento, aun a sabiendas de que las cosas no marchaban. Mi padre no era de los que faltaban a su palabra. Sin duda, y dado que aún había tiempo para ello, habría tratado de convencer a los alemanes de firmar una paz separada si no hubiesen ocurrido los sucesos del 9 de septiembre del 43 (fecha en la que ya depuesto Mussolini, el Gobierno italiano firmó su rendición incondicional ante los Aliados). Piense que mi padre hizo todo lo posible por evitar la invasión de Polonia y la guerra. Aunque también es verdad que, en aquel entonces Alemania parecía invencible. Piense que era una de las naciones más potentes del mundo, mientras que sólo unos años antes, en 1933, era un país con una inflación salvaje.

Otra de Romano

P-. ¿Cómo era la relación de su padre con Clara Petacci?

R-. A excepción tal vez de mi madre, ninguna mujer tuvo nunca una influencia directa sobre mi padre. Como tantísimos hombres a lo largo de la historia, mi padre tuvo muchas amantes y esta fue una de ellas. Pero su relación no fue tan fuerte ni importante como algunos han intentado pintarla. Yo, por supuesto, respeto mucho a Petacci, por que al fin y al cabo dio la vida por mi padre y estuvo con él hasta el último momento, fue capaz de afrontar la muerte ante un pelotón de fusilamiento en nombre de la pasión que sentía por él. Pero, desde el punto de vista político, jamás ejerció una influencia sobre él, ni ella ni ninguna mujer, lo que es posible que fuera un error, por que las mujeres tienen muchas veces un sexto sentido. Y mi padre, desde luego, carecía de este sexto sentido: era un hombre que se fiaba de los demás. Es algo que siempre he admirado de él: nunca hablaba mal de nadie, e incluso trataba de excusar a los que se portaban mal con él. Era un hombre muy generoso, algo que reconocieron hasta sus adversarios. Sólo hay que ver que durante el régimen fascista los muertos fueron poquísimos. Y si de mi padre hubiera dependido no hubiera muerto nadie. No era un tipo vengativo.

P-. ¿Cómo se vivió en su casa la noticia del derrocamiento político de su padre, obligado a dimitir y arrestado tras retirarle su confianza el Gran Consejo del Fascismo, el 25 de julio de 1943?

R-. Yo no era capaz de entender cómo en aquel momento terrible de la guerra mi padre podía dimitir. En mi ingenuidad, me parecía una traición. Sobre todo, por que sabía cómo era mi padre: se podrá decir lo que se quiera de él, pero era un hombre íntegro, un hombre sin doblez ni engaño. Algo que queda probado por el hecho de que no ocurriera nada la noche de la famosa reunión del Gran Consejo Fascista.

P-.¿A qué se refiere?

R-. A que hasta el último momento mi padre habría podido interrumpir la reunión del Gran Consejo, desbloqueado el dispositivo de seguridad que mantenía la puerta cerrada – cuyo botón de control tenía ante él – y haciendo entrar a la Guardia en el salón. Le hubiera bastado apretar un botón para poner fin a la conjura, cosa que hubieran hecho Hitler o Stalin, por ejemplo. Mi padre, sin embargo, permitió que tuviera lugar aquella discusión democrática.

P-. Después de aquella votación, su padre hubo de dimitir y permaneció arrestado hasta que le liberaron los comandos alemanes. Como hijo de Benito Mussolini, ¿ considera que el Gran Consejo traicionó a su padre?

R-. No, no lo considero así. Yo creo que no querían arrinconar a mi padre, por que  aquello la verdad es que no le habría convenido a ninguno. Sabían que no podían hacer nada sin él, pues él era la pieza clave del régimen fascista. Estoy convencido que, después de lo ocurrido, se arrepintieron amargamente del error que cometieron. Lo que siempre he valorado muy positivamente es que no se produjera ningún baño de sangre. Se suicidaron algunos fieles a mi padre, pero no hubo muertos ni represalias. Tras el día 8 de septiembre, sí: aquello se convirtió en una verdadera Guerra Civil.

P-. Su padre fue liberado de su encierro el 12 de septiembre de 1943, en una impresionante operación de comandos ordenada por el propio Hitler. ¿Qué nos puede contar sobre ello?

R-. A partir de la votación del Gran Consejo, del 25 de julio, los alemanes comenzaron a interesarse por el destino de mi padre, que fue peregrinando por diversos encierros: Roma, luego a Ponza, después a La Maddalena, en Cerdeña... Durante todo este tiempo, los alemanes no lo perdieron de vista, pues tenían muy claro que debían liberarlo, como lo hicieron gracias a la operación militar que, verdaderamente, fue de película. De hecho, me sorprende que nadie hasta ahora haya hecho una película de lo que, en mi opinión, fue uno de los sucesos de mayor fantasía política y bélica del último siglo. Mi padre llevaba varios días encerrado en el hotel del Gran Sasso cuando, una tarde, desde la ventana de su habitación, vio como varios planeadores aterrizaban a un centenar de metros. Antes de que tuviera tiempo de preguntarse de dónde venían aquellos aparatos, descendió un grupo de hombres vestidos con el uniforme de las fuerzas alemanas. Y, sin causar ningún muerto, bueno, sólo uno, liberaron a mi padre. Debió de ser algo espectacular. Muchos años después de aquello, y precisamente en Madrid, conocí a Otto Skorzeny, el capitán de las SS que dirigió la operación.

P-. ¿Qué pensaba su padre de Adolf Hitler, que relación mantenían?

R-. Hitler estaba fascinado por la personalidad de mi padre. Eran dos caracteres completamente distintos, pero la suya fue una amistad que duro hasta el fin. Hitler tenía en gran estima a mi padre y mi padre a él. Y yo creo que la historia de Hitler aun debe de ser escrita. Lo siento mucho, pero creo que hablar de él sólo en términos negativos constituye una falsedad histórica. Hitler fue un gran personaje, a pesar de que hizo cosas que ni mi padre ni yo comprendiamos. No entendiamos por ejemplo, que en Alemania hubiese un feroz antisemitismo. Siempre que viajábamos a Alemania nos preguntábamos como era posible que sintieran aquel odio extremo por los hebreos. En Italia, eso no existía.

Romano Mussolini

P-. Permítame recordarle que en Italia había también leyes raciales...

R-. Sí, pero eran leyes aplicadas de una forma muy humana y en las que se ofrecía a los judíos la posibilidad de hacerse católicos. MI oculista de aquella época, por ejemplo, era judío, así como mi dentista. Y mi familia tenía muchos amigos judíos, así que para mi padre era inexplicable la forma en que se les trataba en Alemania.

P-. ¿Cómo era el Benito Mussolini de los últimos tiempos, el de la República de Saló? ¿Era muy distinto del de los años de apogeo del fascismo?

R-. La situación era muy diferente. Pero si quiere que le diga la verdad, el periodo de mi padre que más me gusta es el que no he conocido: sus inicios políticos, cuando era un agitador, una especie de anarquista. Y el otro, el último, el de la República de Saló, por que lo veía más humano, estaba más tiempo con nosotros, sobre todo conmigo. Fueron dos años terribles, por que yo ya podía vislumbrar la tragedia que se avecinaba. Sin embargo, en este periodo disfruté mucho de papá: estuvimos mucho tiempo juntos, y yo ya era un adolescente y podiamos hablar más. Pero, incluso en aquellos tiempos difíciles de Saló, siempre vi a mi padre sereno, preocupado por lo que sucedía, por las represalias, pero sereno.

P-. Muchos piensan, sin embargo, que su padre fue un monstruo y un tirano. ¿Qué siente usted al escucharlo?

R-. A lo largo de la historia, no hay nadie que haya tenido el consenso del cien por cien de la población. Ni siquiera Jesucristo, quien para algunos era un enemigo a batir. Mi padre ha sido un personaje bien definido en la Historia, un personaje excepcional que en tan sólo diez o quince años, hizo lo no había hecho nadie antes por Italia en obras públicas, legislación, modernización... Fue mi padre el que sentó las bases de la Italia moderna. Mi padre y el fascismo...

Caesar

30-06-2006

Gracias Karl,me ha gustado mucho.Interesante punto de vista.

Glenn E. Duncan

30-06-2006

hombre,si,en algunos puntos si coincido,pero en otros como leyes raciales muy humanas.... :-\

Deleted member

01-07-2006

6.000 judíos pagaron las leyes raciales de Mussolini... no resulta un número alto en la tabla clasificatoria de asesinos mandatarios... es decir, que en este aspecto Mussolini estaría en 3ª División.

Las leyes raciales resultaban muy benevolentes, en eso debo darle la razón a Romano, a pesar de que igualmente sean injustas.

Glenn E. Duncan

02-07-2006

mmmm,no se haste que punto benevolente,depende con que compares claro,pero no creo que las famiilias de esos 6000 judios opinen lo mismo ;)

Deleted member

03-07-2006

Por supuesto en esto te doy la razón... a pesar de todo, y sin tratar de justificar en absoluto estos hechos lamentables, pero la verdad es que todos los dictadores o hombres importantes han cometido crímenes sin perdón... y te aseguró que elaborando una tabla, no estaría en el top 10 el amigo Benito.

SS SDa

07-07-2006

Amigo Guderian, te falta la bibliografía... Es de la revista "La aventura de la historia". compré hace poco ese numero del deceso de Mussolini.

Saludos

Deleted member

08-07-2006

Karl has colocado dos verdades como un templo, la primera de Romano y la segunda tuya... Pero ambas igual de absolutas:  ;)

Fue mi padre el que sentó las bases de la Italia moderna. Mi padre y el fascismo...

Por supuesto en esto te doy la razón... a pesar de todo, y sin tratar de justificar en absoluto estos hechos lamentables, pero la verdad es que todos los dictadores o hombres importantes han cometido crímenes sin perdón... y te aseguró que elaborando una tabla, no estaría en el top 10 el amigo Benito.

Gustele a quien le guste...  >:(

Por cierto creo que Romano murió hace un par de meses atras...  :'(

[color=Blue]Forza Italia[/color]

Stalingrado!

08-07-2006

Pues lo que entiendo es que Mussolini fue en cierta forma "forzado" a crear esas leyes raciales para de alguna manera reforzar la alianza con hitler. Creo que antes de la creacion del eje esas leyes no existian y todo marchaba bien no?

Deleted member

08-07-2006

Se puede decir así, pero a mi personalmente me parece un punto muy tangencial dentro de esta entrevista y dentro de la historia de Italia.

[color=Blue]Forza Italia[/color]

Deleted member

09-07-2006

Realmente tienes la razón Graf... no sabía nada de la muerte de Romano. :-[ En cuanto a la bibliografía si esta puesta, se cita a la publicación al inicio de la entrevista. ;)

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