La Guerra de Crimea

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24-11-2017

Leyendo algunos articulos sobre antiguas batallas ,encontre uno  que me parecio de sumo interes ya que el echo en si ademas de la trascendencia politico militar que tuvo al intervenir las mas grandes potencias de europa, ademas fue la primera gran guerra moderna.

Consideraciones iniciales

Hacia mitad del siglo XIX, el decadente Imperio Otomano  amenazaba con  disgregarse, la Rusia Imperial no podía dejar pasar la oportunidad de extenderse hacia el Mediterráneo, absorbiendo territorios del  viejo imperio,  pero su  control de la zona pondría en peligro las rutas inglesas hacia sus territorios coloniales y, Francia tampoco estaba dispuesta a dejar crecer al gran oso Ruso.

A mediados del siglo XIX el Imperio Otomano se encontraba en clara decadencia. Lejos quedaban aquellos días del siglo XVI en que las tropas del Sultán, habían conseguido llegar hasta las mismas puertas de Viena y había obligado a toda Europa a olvidar en parte sus disputas internas para hacer frente a la amenaza. Tres siglos después, sin embargo, los otomanos intentaban en vano reorganizar su imperio que agonizaba, a semejanza de las potencias europeas, a la sazón en plena revolución industrial.

Los restos de un imperio turco disgregado  eran una pieza pmportante para las ansias expansionistas de todas las potencias en auge de la época. Por otra parte, a las naciones europeas, sobre todo a los ingleses, les interesaba la existencia del Imperio Otomano a modo de estado tapón (como lo había sido en su día el Imperio Bizantino, destruido por los propios turcos)para evitar la expansión de los intereses rusos hacia Oriente Medio y la India, lo cual pondría en peligro el floreciente comercio inglés en Asia.

En otro orden de cosas, el Zar temía por su parte la floreciente corriente de los nacionalismos, alentada por Francia, y que podría llegar a extenderse hasta los territorios turcos en los Balcanes, Rusia deseaba extender su influencia hacia aquella zona, pero Nicolás I era consciente que cualquier movimiento directo en tal dirección sería rápidamente replicado por las potencias europeas.

Por ello, había pensado camuflar la anexión de la zona por medio de una especie de tratado internacional que dejase al Imperio Otomano como estado títere bajo su supervisión, siendo así los propios rusos los encargados de velar por los intereses de sus competidores en la región.

Era evidente que tal solución no iba a ser del gusto del resto de Europa. A la vista de los hechos expuestos, era evidente que el statu quo en la zona del Mediterráneo oriental y el mar Negro iba a saltar por los aires en breve. El detonante de la crisis fue, como tantas otras veces, una disputa religiosa, en éste caso relacionada con los Santos Lugares, por aquel entonces bajo gobierno otomano y donde desde hacía un tiempo se venían produciendo roces entre confesión católica y la ortodoxa.

En 1853, cuando la situación interna del Imperio Otomano se estaba tornando crítica, el Sultán decidió a favor de los franceses en ésta disputa. Esto sirvió de excusa al “indignado” Zar para presionar a los turcos para que permitiesen a Rusia empezar a hurgar en los Balcanes.

Previamente, Nicolás I había enviado a Londres una comisión diplomática encargada de negociar el reparto de los territorios bajo control otomano, garantizando a los ingleses el control de Egipto y Creta. Sin embargo, el Primer Ministro británico opinaba que era preferible que Turquía siguiese existiendo como estado tapón de la zona de Oriente Medio.

Por tanto, ahora ya se oponían a los intentos rusos de extender sus influencias los franceses, los ingleses y también los austriacos, que no veían de buen grado la idea que los rusos se instalasen cómodamente en su frontera este, en la zona de la desembocadura de Danubio.La tensión internacional aumentó y se empezó a amenazar a Rusia con el envío de una flota al mar Negro si no desistía en sus pretensiones expansionistas.

El Zar, aprovechando la cuestión de los Santos Lugares, mandó al príncipe Menchikov, almirante de la Flota Rusa en la reserva, a Turquía al mando de una delegación que "debía amenazar con la destrucción de Constantinopla y la ocupación de los estrechos",Francia e Inglaterra instaron al Sultán Abdul Mejid a que no cediera a las presiones rusas, y tras la negativa del Sultán a las peticiones rusas, Menchikov abandonó Constantinopla en Mayo. Nicolás I perdió la paciencia y pasó, como diría Clausewitz, a “continuar su política exterior por otros medios”.

EMPIEZA LA GUERRA

El primer paso estratégico del Zar tras la movilización de sus fuerzas fue enviar tropas a los principados de Danubio, Moldavia y Valaquia (aproximadamente en lo que hoy en día es Rumania) "para proteger la religión ortodoxa", en realidad, de lo que se trataba era de forzar la consecución de las ambiciones expansionistas del Zar por la fuerza, al fin y al cabo,no se esperaba que hubiera resistencia inmediata, salvo quizá por parte de Austria.

Efectivamente, las tropas de éste país se desplazaron a su frontera oriental de forma preventiva, pero la situación se complicó, un mes antes la flota británica del Mediterráneo, fondeada en Malta, se había hecho a la mar en previsión de una acción rusa de éste tipo y se había situado a la defensiva en los Dardanelos.

Allí se le había unido otra flota de bandera francesa, sin embargo, antes de tomar decisiones sobre cómo frenar a los rusos era preciso deliberar con los demás grandes poderes europeos.Representantes del Reino Unido, Francia, Austria y Prusia se reunieron en Viena para intentar alcanzar un acuerdo, que si bien fue aceptado por el Zar, fue rechazado por el Sultán, quien opinaba, y no sin razón, que el tratado era demasiado ambiguo y que antes o después el Zar retomaría sus ambiciones imperialistas.

En efecto, Nicolás se hartó en seguida de la negociación y se negó a aceptar cualquier tipo de modificación del tratado, tras el fracaso de estas negociaciones, Turquía pasó a declarar la guerra a Rusia:100000 hombres del Sultán cruzaron el Danubio y se prepararon para el combate contra los rusos.

Durante los primeros días de Noviembre las tropas otomanas rechazaron varios ataques rusos en la zona del Danubio; tras ello, el avance de ambas fuerzas quedo detenido en las orillas del río Danubio, en éste momento no parecía que los turcos fueran a tener graves problemas para lidiar con Rusia, pero a finales de Noviembre la situación cambió dramáticamente a causa de una confrontación naval en el mar Negro. Una escuadra turca de vigilancia, compuesta únicamente por fragatas, (el embajador británico recomendó erróneamente a los turcos no enviar navíos más potentes) fue atacada en la bahía de Sinope por una poderosa flota rusa que incluía seis buques de línea, dos fragatas y tres vapores.

Los turcos sólo tenían siete anticuadas fragatas para enfrentarse a la potente armada rusa, el almirante ruso Nakhimov desplegó sus naves en dos columnas y lanzó un ataque acorta distancia, los cañones de los buques rusos, armados con las nuevas granadas explosivas de tipo paixhans, destrozaron literalmente a las fragatas turcas.

Las granadas explosivas causaban estragos en los cascos de madera, la batalla de Sinope marcó el fin de los barcos de guerra  de madera a vapor y de los viejos cañones de bala sólida. Sólo una pequeña fragata a vapor consiguió huir y volver a Constantinopla a principios de Diciembre para informar a los aliados de la catástrofe.

La pérdida del control de la costa del mar Negro por parte de Turquía suponía que ahora Rusia podía abastecer cómodamente a su ejército del Danubio por mar, por no hablar del peligro que suponían los ataques de la flota rusa, la situación de los otomanos se había vuelto muy complicada tras el hundimiento de sus naves.

Fuentes: The Crimean War (Essential Histories) by John Sweetman. Osprey military publishing, Russian Army of the Crimean War 1854-56 (Men-at-Arms); The British Army of the Crimea (Men-at-Arms).

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20-12-2017

La Zona del mar Muerto al comienzo de l guerra de Crimea

La ofensiva rusa en Moldavia y Valaquia queda detenida por los turcos en el Danubio, quedando el avance ruso estancado. Los aliados, tras la derrota turca en Sinope, envían tropas a la región que se reagrupan en las cercanías de Varna, para emprender viaje finalmente a la península de Crimea.

La derrota turca en Sinope supuso la implicación final en la guerra de Inglaterra, donde tras recibirse la información del ataque ruso con las consideradas "infames" granadas explosivas (pero que, como tantas otras armas consideradas innobles, se acabaría imponiendo en poco tiempo) se levantó un ola de simpatía hacia Turquía.

LOS PODERES EUROPEOS INTERVIENEN

La opinión pública británica clamaba por una respuesta ante lo que se suponía una agresión injustificada a Turquía, en la que la intervención inglesa no había hecho hasta el momento nada más que "dejar desamparada a Turquía ante los imbéciles rusos". Desde todos los medios se exigía una respuesta agresiva hacia Rusia, mientras se hacían continuas alusiones al ultraje sufrido por el honor nacional.

Finalmente, el 3 de Febrero la armada conjunta anglo-francesa ,que había estado a la defensiva cerca de los Dardanelos hasta aquel instante, penetró en aguas del Mar Negro con permiso del gobierno turco. A continuación se envió una misiva a San Petersburgo en la que se anunciaba que, cualquier posterior ataque naval a Turquía sería respondido por la fuerza, y se exigía al Zar que la flota rusa regresara a su amarradero de Sebastopol.

Al poco, se envió otra nota que exigía la retirada de las fuerzas rusas de los principados del Danubio, no se recibió ninguna respuesta. Para cuando se declaró formalmente la guerra, el 28 de Marzo, las primeras tropas británicas  desplazadas a la zona del Mar Negro ya habían zarpado de puerto, mientras oficiales franceses e ingleses se dedicaban a inspeccionar las defensas turcas en Constantinopla, aún con todo, no se había renunciado totalmente a una resolución pacífica del conflicto{

Los representantes de los cuatro poderes europeos continuaban con las negociaciones, pero tras las declaraciones de guerra de Francia e Inglaterra y la posterior alianza de ambas naciones en pro de la defensa de Turquía, se abandonaron los contactos.

Cuando el Zar replicó a las declaraciones de guerra, lo hizo argumentando que su único objetivo era "defender la fe", por lo visto, ninguna de las partes implicadas estaba carente de justificación moral ante su pueblo.

Ahora tocaba a ingleses y franceses decidir cómo abordar la campaña, se iba a tratar de una guerra extraña, librada a miles de kilómetros de sus países, sobre suelo extraño; la primera de gran envergadura desde las campañas de Bonaparte.

Poco antes de declararse a guerra, Sir James Graham, a la sazón Primer Lord del Almirantazgo, hizo notar que la clave de la futura guerra sería el puerto de Sebastopol, situado en la península de Crimea y fondeadero de la flota rusa del mar Negro.

Para asegurar el control de los estrechos y del mar interior sería preciso eliminar la amenaza que suponía ésta plaza, pero Sebastopol estaba muy bien defendida, gracias a su complicada orografía y a unas muy fuertes y extensas edificaciones defensivas;  por tanto, un ataque naval directo sería muy arriesgado.

Sería preciso un ataque combinado por mar y tierra, por medio de tropas desembarcadas en la cercanía que se encargaran de asediar la ciudad por tierra.

LAS FUERZAS ENFRENTADAS

El mando de las fuerzas británicas destinadas a la empresa se puso en manos del Teniente General Lord Raglan, un veterano de las guerras napoleónicas (había sido ayudante del duque de Wellington) y por tanto ya algo mayor por aquel entonces. Se trataba de un hombre con bastante don de gentes, lo cual sería un requisito crucial para una campaña en la que tendría que tratar con los mandos de las fuerzas de las demás naciones aliadas, que no obedecerían a ningún mando conjunto. Intentar coordinar las fuerzas aliadas implicadas en la campaña iba a requerir tanta diplomacia como habilidad estratégica y táctica.

Raglan no pudo elegir personalmente a sus comandantes de división y brigada. De las 5 divisiones de infantería asignadas a la expedición,4 fueron comandadas por generales veteranos, pero una fue asignada a un pariente de la Reina, el Duque de Cambridge, con escasos talentos militares.

Por aquella época era muy común que aristócratas sin aptitudes tácticas alcanzaran (por no decir compraran) cargos militares,lo cual sería catastrófico a la hora de la batalla, como veremos posteriormente.

Cada una de las cinco divisiones de infantería británicas comprendía dos brigadas de tres batallones, unos 4.000 soldados por división, por otra parte, la División de Caballería (comandada por Lord Lucan) comprendía una brigada ligera (mandada por Lord Cárdigan, cuñado de Lucan) y otra pesada (comandada por el general Scarlett), cada una con unos 1,000  jinetes y formada por 5 regimientos.

El apoyo artillero consistía en piezas de 6 y 9 libras,agrupadas en dos baterías por división, además de algunas piezas de asedio más pesadas y los propios cañones montados por la flota británica. Los franceses, comandados por el mariscal St. Arnaud, mandaron cuatro divisiones, unos 27.000 hombres, pero sin presencia de caballería.

Turquía, por su parte, envió 7.000 infantes, vinculados al mando francés, mientras el grueso de las fuerzas otomanas permanecía a la defensiva en los Balcanes en previsión de un posible ataque ruso en aquella zona. A primera vista se podría pensar que los rusos, al ser una única nación, contaban con la ventaja de un mando unificado.

No era así: los rusos tenían dos comandantes para las fuerzas estacionadas en la región Crimen: el príncipe Menchikov, que comandaba la zona norte, y el general Komutov, que se encargaba de la zona del mar de Azov y la península de Kerch.

Los rusos pensaban que el desembarco en Crimea iba a ser tan sólo una maniobra de distracción para obligar a los rusos a alejarse de los Balcanes.

Así pues, tras el refuerzo ruso (Menchikov pidió hombres a Komutov cuando se produjo el desembarco aliado en Crimea) y la reorganización de las defensas de Sebastopol, ambos bandos contaban con un contingente de unos 60.000 hombres cada uno.

El 22 de Abril se produjo una refriega naval en Odesa, donde los buques aliados que habían ido a evacuar a los cónsules británico y francés bombardearon la plaza durante diez horas, destrozando las instalaciones militares de la ciudad y matando a más de mil civiles.

Soldado Ingles de Infantería

Caballería rusa de la guardia imperial

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19-01-2018

Tras examinar la zona, se decidió desembarcar al grueso de las fuerzas en las cercanías de la ciudad a partir del día siguiente, las operaciones de desembarco llevaron hasta el día 18, ya que el mal tiempo dificultó el desembarco de más de 60.000 efectivos.

Los rusos recibieron al poco tiempo informes de los aliados en la zona y se prepararon para la defensa de la península. El 19 comenzó la marcha aliada hacia Sebastopol. Aún habría que cruzar cuatro ríos para alcanzar la ciudad-fortaleza, sin contar con la inevitable oposición rusa, franceses y turcos marchaban pegados a la costa, mientras que los ingleses protegían el flanco izquierdo de la formación.

El mismo día 19 se llegó hasta el río Bulganek, donde los aliados se encontraron con las primeras tropas rusas, una unidad de cosacos, mientras avanzaban cautelosamente para investigar, los jinetes ingleses descubrieron que había sido preparada una emboscada por la infantería del Zar consiguieron retirarse hábilmente sin sufrir daños. La primera confrontación en territorio ruso no había pasado de una simple escaramuza.

LA BATALLA DE ALMA

La marcha continuó el día siguiente, Raglan había recibido informes de que los rusos se estaban reuniendo tras el río Alma (el segundo, tras el Bulganek en la marcha hacia Sebastopol) para contener el avance enemigo.

El lado derecho del río, por el que llegaban los aliados, bajaba en suave pendiente hasta el río, pero en la ribera izquierda, donde esperaban los rusos, el terreno era abrupto y elevado, dominando el terreno del lado norte.

Los rusos habían reunido en el Alma dos divisiones de infantería completas y una brigada de otra, una brigada de húsares y dos regimientos de caballería cosaca, aparte de cuatro batallones más de infantería, uno de rifles, uno naval y otro de ingenieros. En total, 42 batallones de infantería, 16 escuadrones de caballería ligera y 11 de cosacos, además de 84 cañones. Una fuerza notable, cuanto menos en número, para defender una posición muy ventajosa.

La batalla

La zona más cercana a la desembocadura del Alma presentaba un desnivel bastante pronunciado, por lo que Menchikov, pensando que los aliados no intentarían asaltarla, emplazó tan sólo un batallón y media batería de cañones en la localidad de Ukul, un kilómetro al sur.

El cometido principal en que la difícil orografía detendría a los aliados en ésta zona, por lo que desplegó el grueso de sus tropas en Almatamek y Burliuk, más hacía el este, los viñedos al norte del río habían sido despejados para eliminar cualquier posible cobertura y dejar un campo de tiro despejado.

Sin embargo, los rusos contaban con muy pocos rifles en sus batallones de infantería, estando equipados casi todos los hombres con viejos mosquetes, imprecisos y de corto alcance, ello significaba que tenían un rango de disparo más corto que sus oponentes, equipados en buen número con rifles del tipo minié.

El plan de Menchikov consistía en aguantar a los aliados unas tres semanas, en espera de la llegada de refuerzos, los rusos confiaban en la victoria, pero en el lado derecho, 37.000 franceses y turcos, junto al mar, y 26.000 ingleses, tierra adentro, aguardaban ansiosos a cruzar el río.A las 11:00 de la mañana los aliados detuvieron su avance mientras los franceses de la 2ª División atacaban por los barrancos de la desembocadura, la zona que Menchikov había dejado menos protegida, con el fin de atraer la atención del enemigo.

A la una de la tarde habían conseguido subir las escarpaduras, en contra de la opinión de Menchikov, y tomar las ruinas de una fortaleza tártara allí situada a esa misma hora, los británicos retomaron el avance en su zona durante media hora más y volvieron a detenerse, en espera de que los franceses consolidaran su posición al norte de Ulkul.

Ahora quedaban al alcance del fuego de artillería ruso, esperaron durante hora y media, pero los franceses no conseguían dominar la situación al norte de Ulkul, al no poder subir por las escarpaduras la artillería necesaria para apoyar el avance de la infantería, como requería su doctrina de ataque.

Los ingleses estaban empezando a sufrir bajas por el efecto del bombardeo impune al que estaban siendo sometidos, así que se les ordenó avanzar a las 3:00 de la tarde.

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09-02-2018

Raglan y su Estado Mayor cruzaron el Alma en la zona de Burliuk, dándose cuenta de que la zona era idónea para enfilar al enemigo, pidió que unidades de la 2ª División se reunieran con él en aquel punto.

Mientras, unidades de la División Ligera habían conseguido cruzar y atacar un fuerte enemigo, tan sólo para que poco después se les diera por error la orden de retirarse, a las 3:30 la 1ª División inglesa cruzaba el río para reunirse con la División Ligera, reconquistando las posiciones de las que los británicos se habían retirado poco antes.

Finalmente, a las 4:30 los franceses consiguieron hacerse con la zona al norte de Ulkul: la batalla estaba ganada para los aliados, a los rusos sólo les restaba retirarse.

Lord Lucan quiso mandar a su Brigada Ligera en pos de los rusos, pero la amenaza de la caballería cosaca y de húsares estaba aún presente, así que se desistió en la persecución. Se dejó a la artillería de cohetes la tarea de hacer huir a los rusos.

El balance de la batalla: unas 1.500 bajas británicas, 1.200 francesas y más de 5.000 rusas, la victoria del Alma fue crucial para los aliados; si hubiesen sido contenidos aquí el resto de la campaña se hubiera visto muy comprometida.

La derrota de Menchikov fue imperdonable, jamás debió dejarse desalojar de aquella posición.

CONTINÚA LA MARCHA

Hasta tres días después de la batalla no continuó la marcha hacia Sebastopol. El 23 los aliados retornaron la marcha sin tener todavía claro cómo se iba a abordar el asedio de la fortaleza, pero la demora tras la batalla de Alma había concedido tiempo a los rusos para organizar la defensa de la ciudad.

Existían dos opciones de ataque: o bien un asedio frontal desde el norte sumado a un ataque naval o bien un rodeo y atacar la plaza desde el sur, de todos modos, aún restaban dos ríos por cruzar,  el Katcha y el Belbec, además del Chernaya si se iba a emprender un ataque por el sur.

El mismo día 23 Menchikov tomó la decisión de hundir varias naves en la entrada del puerto de Sebastopol para impedir la irrupción de buques de guerra en la rada y comenzó a reunir una fuerza de 30.000 hombres en las cercanías del Chernaya, tierra adentro, de forma que amenazara el flanco del avance aliado previsto.

El 24, los aliados se enteraron del bloqueo del puerto y de que una fuerza rusa impedía el cruce del Belbec, ante tal perspectiva, unida a las poderosas defensas que poseía Sebastopol en su zona norte, se optó por un asalto desde el sur.

Así pues, dejando atrás una división inglesa y una unidad de dragones, los aliados comenzaron una marcha para rodear Sebastopol por el este, el día 26 se vadeaba el último río, el Cherkaya, en las cercanías de la localidad costera de Balaclava.

COMIENZA EL ASEDIO

El 27, los aliados se desplegaron en las tierras altas al sur de Sebastopol; los franceses a la derecha y los ingleses a la izquierda, dominando la llanura de Balaclava. Los franceses pusieron a su s 3ª y 4ª divisiones en línea deasedio, mientras dejaban en la reserva a la 1ª y la 2ª. Los británicos desplegaron a su 3ª División, a la 4ª y finalmente a la 2ª protegiendo su extremo derecho, con la 1ª División como apoyo.

Un grupo de baluartes defensivos construidos al sur de Sebastopol servía a los soldados rusos para atrincherarse en defensa de la ciudad, apoyados por el fuego de largo alcance de los barcos que quedaban sin hundir en Sebastopol.

Estas piezas eran bastante menos numerosas de lo que los aliados temían, tan solo 23 cañones, por su parte, ni los ingleses ni los franceses estaban dispuestos a emprender ningún asalto sin una preparación previa de su propia artillería, por lo que la flota inglesa desembarcó unos 2.000 infantes de marina con cañones medios y pesados. 2 kilómetros separaban a los aliados de las fortificaciones de defensa rusa construidas en las afueras de la ciudad, y por ello cualquier asalto sin cañoneo previo hubiese resultado suicida.

Cuando los preparativos hubieron terminado tuvo lugar el primer ataque a la cuidad, el 17 de Octubre, se desarrolló un intercambio de salvas de artillería con las primeras luces; el contrafuego artillero ruso causó estragos entre las piezas aliadas. El apoyo de las piezas navales se produjo demasiado tarde, al mediodía, y con escaso efecto, dejando claro que el fuego de los buques iba a servir más bien de poco en el asedio.

Los ingleses consiguieron abrir brecha para un ataque, pero los franceses se quedaron atascados y no consiguieron avanzar,  si los franceses no lograban progresar los flancos ingleses quedarían al descubierto, por lo que Raglan decidió no continuar el ataque y replegarse, concediendo a los rusos la oportunidad de reparar y reorganizar los baluartes atacados.

LA BATALLA DE BALACLAVA

Por otra parte, pese a los intentos aliados de penetración en los trabajos defensivos de Sebastopol , la propia situación del campamento aliado cerca de Balaclava era bastante comprometida, dado que la única defensa de retaguardia de las tropas aliadas era una serie de baluartes artillados aúnen desarrollo.

Los efectivos rusos que habían sido enviados a flanquear a los aliados semanas atrás estaban haciendo intentos de penetración en ésta línea de reductos, que dividía el valle al norte de Balaclava en dos, estando situados en los altos de Woronzoff, a lo largo de la línea del ferrocarril que unía Yalta con Sebastopol.

Existía riesgo para los reductos y las posiciones aliadas en la llanura si los rusos conseguían cruzar el Cherkaya y su acueducto paralelo, situados al noreste de la llanura y de la propia Balaclava, los seis reductos, dos de ellos aún a medio construir y equipados con algunas piezas de artillería, estaban guarnecidos por 1.500 tropas turcas (las escasas tropas turcas presente estaban siendo destinadas a tares secundarias) y piezas de artillería de diversos calibres, en los cuatro ya terminados había un oficial de artillería británico al mando de las piezas.

La batalla de Balaclaba

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24-03-2018

Estrategia aliada para la batalla.

Estas posiciones suponían toda la infraestructura defensiva de la base de Balaclaba frente a un posible ataque ruso. En las cercanías, al oeste, se encontraban las reservas aliadas no empeñadas en al asedio: la 1ª y 2ª divisiones francesas y la 5ª británica, cerca del campamento de Raglan, situado al norte de la ciudad.

Además, las brigadas Ligera y Pesada de la División de Caballería británica se encontraba también en las cercanías, apoyadas por la artillería hipomóvil vinculada a la División de Caballería. Al noreste, al otro lado del Cherkaya, Menchikov tenía 20.000 hombres, 3.500 jinetes y 78 cañones dispuestos para el ataque. La captura  de Balaclava supondría romper la línea de suministros aliada, lo que podría poner fin al asedio, el 25 de Octubre, al amanecer, el primero de los reductos aliados alzó la bandera que indicaba el avance del enemigo.

El mando de la División de Caballería, que vio el aviso, llegó a la conclusión de que algo serio se les venía encima. Lord Lucan tomó el mando de la Brigada Pesada de Caballería y bajó hacía el valle, como medida de precaución. Mandó a su Artillería hipomóvil a apoyar a los reductos, pero a las 6:00 de la mañana los rusos comenzaron a atacarlos fuertemente y la artillería se vio obligada a retirarse.

Los rusos prosiguieron su avance, tomando los reductos poco a poco, desbordando a los defensores y preparándose para marchar sobre la pequeña localidad de Kadikoi, ya en la llanura de Balaclava.

Raglan, que desde su puesto de mando podía divisar toda la llanura,

era consiente de que lo que los rusos intentaban realmente era que los aliados retirasen tropas del asedio, pero aún con todo puso a su 3ª División en alerta, y mandó avanzar a la 4ª División a la mitad norte del valle y a la 1ª al sur.

Los franceses enviaron al valle dos brigadas de infantería y ocho escuadras de caballería, la caballería pesada inglesa se había desplazado a una posición vulnerable, por lo que Raglan le ordenó colocarse en la zona al oeste de los reductos, dejando desprotegidos los más orientales.

A las 8:00 comenzó la segunda fase de la batalla, más de 2.000 jinetes rusos irrumpieron por el Valle Norte hacia el oeste, y parte de ellos sobrepasaron la línea de los reductos, amenazando la zona al norte de Kadikoi, allí, 700 británicos y unos 1.000 turcos, con la ayuda de algunos cañones, formaban lo que se denominaría "la delgada línea roja".

Pese a ésta irrupción en el Valle Sur, el grueso ruso seguía en el Valle Norte, y  suponía la amenaza más seria. L a s órdenes de R a g l a n decidirían el rumbo de la batalla a partir de éste punto.

Se ordenó a la Brigada P e s a d a acudir en ayuda de "la delgada línea roja", pero para cuando los dragones llegaron los e s c a s o s infantes habían conseguido contener heroicamente (y contra todo pronóstico) el ataque ruso.

Justo entonces comenzaron a irrumpir por los altos de Woronzoff 2.000 jinetes rusos más, la Brigada Pesada, muy inferior en número con sus 300 efectivos, se lanzó a la carga y de forma incomprensible consiguió poner en desbandada a los jinetes rusos.

Los británicos estaban pletóricos tras semejante éxito, pero la alegría no les duraría demasiado, la Brigada Ligera había permanecido inactiva, a la espera de una posible irrupción enemiga, mientras la Brigada Pesada se lanzaba al combate.

R a g l a n, desde su p o s i c i ó n podía ver a una enorme masa de j i n e t es Rusos h u y e n d o, dejando a su propia infantería desguarnecida, era la ocasión perfecta para un contragolpe decisivo.

Así, a las 1 0 : 0 0 hs. Raglan dio orden a la caballería de avanzar en dos frentes, apoyada por la infantería y retomar las alturas de Woronzoff. Lord Lucan supuso que el frente norte hacía referencia a la Brigada Ligera y el sur a la Pesada.

La carga de la Brigada Ligera

Así que la primera unidad se dirigió al Valle Norte y la segunda se quedó a la espera de la infantería en la zona de los reductos, mientras el propio Lucan se situaba al este de los altos de Woronzoff, entre ambas unidades.

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