La Legión Checa en Rusia (1914-1920)

Dan Daly

14-02-2010

Checos, eslovacos y el Imperio Austro-Húngaro

Desde el siglo XVI, checos y eslovacos eran gobernados desde Viena por los Habsburgo. Pese a ello, la identidad de estos pueblos pervivió al mantenerse sus idiomas y sus tradiciones. En la primera mitad del siglo XIX una hola de nacionalismo recorrió Europa, sustentada en la idea de que, independientemente del estado al que pertenezcan, los pueblos se asientan sobre su idioma y sus características culturales. En 1848 los checos se alzaron contra sus gobernantes, como lo hicieron otros pueblos europeos, sólo para ser aplastados por la fuerza de las armas. Sin embargo, a pesar del absolutismo de Francisco José de Habsburgo, la decadencia y debilidad de su imperio le empujaron en 1867 a establecer el Imperio Austro-Húngaro, uniendo dentro del imperio a dos reinos: Austria (que gobernaría a los checos) y Hungría (que haría lo mismo con los eslovacos). En este contexto, el nacionalismo checo no dejó de crecer.

A finales del XIX los contactos entre checos y eslovacos se intensificaron, especialmente en círculos intelectuales y universitarios. La figura más destacada era el profesor Tomas Masaryk, fundador del Partido Progresista Checo y diputado en el parlamento. Otras dos figuras fundamentales en futuros acontecimientos serían el profesor Edvard Benes (propagandista de la idea de que checos y eslovacos constituían la misma etnia) y Milan Stefanik (filósofo y astrónomo, propagandista a nivel internacional de la idea de una nación checoslovaca). No obstante, el nacionalismo checoslovaco era básicamente checo. El Reino de Austria era reaccionario pero no totalitario, por lo que no impidió en la práctica el auge nacionalista en las industriales Bohemia y Moravia. La situación era distinta en Eslovaquia, región agrícola y más atrasada, donde los húngaros controlaban más férreamente cualquier movimiento nacionalista. No es por tanto de extrañar que en la posterior Legión Checa menos del 10 % de los legioarios fueran eslovacos.

Con el estallido de la guerra en 1914, los nacionalistas checoslovacos comprendieron enseguida que si querían una nación propia debían de unirse a la Entente y hacer un esfuerzo de guerra sustancial que contribuyera a la victoria de ésta para que sus aspiraciones fueran internacionalmente reconocidas.

Dan Daly

14-02-2010

Nace un ejército

En 1914 unos 70.000 checoslovacos vivían en el Imperio Ruso, la mayoría en Kiev y en Volhynia (Ucrania Occidental). Poco después de iniciarse la guerra un consejo checo de Kiev solicitó a Nicolás II permiso para formar una unidad militar propia para combatir a austro-húngaros y alemanes. La unidad fue formada el 14 de agosto en Kiev y constaba inicialmente de 720 hombres que formaron un batallón, nominalmente mandado por el capitán Lotoki, y constando inicialmente de tres compañías (y posteriormente una cuarta) mandadas por oficiales rusos. Tras unos dos meses de entrenamiento, el mando pasó al capitán ruso Sozentovich. El 28 de septiembre, fiesta de S. Wenceslao (patrón de Bohemia), el batallón recibió su bandera de combate en Kiev; ésta tenía en un lado los tres colores rusos, mientras que el otro lado era blanca y roja con la corona de S. Wenceslao en el centro. Más tarde se añadieron en las esquinas los cuatro escudos de armas del antiguo Reino de Bohemia: Bohemia, Eslovaquia, Moravia y Silesia.

Formando parte del Tercer Ejército del general Radko-Dimitriev y actuando en el sector de los Cárpatos, el batallón fue empleado en misiones de reconocimiento y propaganda sobre los regimientos checoslovacos del Ejército de Austria-Hungría, intentando convencer a sus compatriotas de que desertaran y cambiaran de bando, pues al menos 1 de cada 7 soldados austro-húngaros era checo. A pesar de todo, las deserciones en masa fueron escasas. Las dos más importantes tuvieron lugar el 3 de abril de 1915, cuando el 28º Regimiento de Infantería desertó casi al completo, y en mayo, cuando el 8º hizo lo mismo.

Siempre hubo en Rusia más voluntarios dispuestos a unirse a las unidades checas que unidades a las que unirse. La razón estaba probablemente en que al régimen de Nicolás II no le interesaba impulsar los “ejércitos nacionales” en un estado tan multiétnico como el Imperio Ruso. Con todo, en enero de 1915 se empezó a formar un segundo batallón a base de prisioneros y desertores checoslovacos capturados por el Tercer Ejército.

El 2 de febrero de 1916 se formó el Regimiento de Fusileros Checoslovaco y en mayo había tantos hombres dispuestos a unirse que se pudo formar con prisioneros sacados de toda Rusia la 1ª Brigada de Fusileros Checoslovacos (unos 7.500 hombres en total), con el 1º Regimiento “Jan Hus” y el 2º Regimiento “Jorge de Podebrad”. La caída de los Romanov y la llegada de la república a Rusia no pareció afectar mucho a los checos: en marzo de 1917 la brigada pudo forma un tercer regimiento, el 3º Regimiento de Fusileros “Jan Zizka”, formado en gran parte con hombres que habían luchado junto a los serbios.

En mayo de 1917 Masaryk fue ratificado por la Entente como líder de todos los checoslovacos y en junio la Brigada Checoslovaca (mandada primero por el ruso Trojanov y posteriormente por Mamontov) se dirigió al Frente Sudoeste para unirse al 11º Ejército y dispuesta a tomar parte en la ofensiva de verano rusa. Los rusos atacaron en julio en dirección a Lvov con los ejércitos 7º, 8º y 11º. La brigada combatió el 2 de julio en Zborov sobrepasando tres líneas defensivas y llegando al sudoeste de la ciudad tras sufrir 900 bajas, pero el hundimiento de las tropas de sus flancos les forzó a retirarse tras capturar 20 cañones y 4.200 prisioneros, buena parte de ellos checoslovacos de los regimientos 35º y 75º.

A falta de otras tropas, el gobierno republicano ruso impulsó la formación de nuevas unidades. Primero un cuarto regimiento, y el 23 de agosto se formó oficialmente la 1ª División y muy poco después la 2ª División, con lo que a finales de septiembre se formó el Cuerpo de Ejército Checoslovaco, con unos 40.000 hombres, que además de tener los ocho regimientos de infantería de las divisiones disponía de dos regimientos más de reserva, un batallón de asalto, unidades de caballería y morteros y dos brigadas de artillería.

Dan Daly

14-02-2010

Una neutralidad imposible

Pero la llegada de la Revolución Bolchevique en noviembre (calendario occidental) dejó al Cuerpo Checo en una situación de desconcierto. La Rusia que habían conocido había desaparecido y el futuro resultaba incierto. Desde París, Masaryk estableció la neutralidad de los checoslovacos respecto de los asuntos internos de Rusia, pero Masaryk y los suyos habían contraído unos compromisos con sus aliados y se habían trazado unos objetivos que iban a hacer imposible esa neutralidad. Además, tampoco los distintos bandos del conflicto interno ruso iban a permitir que los checoslovacos permanecieran al margen.

El 20 de noviembre de 1917 se proclamó la República Popular de Ucrania. En ese momento, la 2ª División se encontraba en Kiev y no tardaron en producirse en la ciudad las primeras escaramuzas entre bolcheviques y legionarios. Los políticos y militares checoslovacos tenían claro que los bolcheviques habían contribuido de manera decisiva a la descomposición del Ejército Ruso y que la llamada de éstos a una paz separada con los Imperios Centrales a cualquier precio suponía una traición al resto de naciones de la Entente, por lo que cualquier acuerdo o alianza con los rojos perjudicaría sin duda la causa de una futura nación checoslovaca. La Legión Checa estaba, por tanto, destinada a enfrentarse con los bolcheviques. Cuando en diciembre el general Alexeiev hizo un llamamiento para la creación de un ejército para luchar contra los bolcheviques, varios cientos de checoslovacos respondieron a la llamada. Lo cierto es que, en este momento, con 40.000 hombres en armas, el Cuerpo Checo podía haber marchado hacia Moscú y aplastado la Revolución, pero los líderes checos estaban más pendientes de cómo sacar a sus fuerzas de Rusia para continuar luchando contra los Imperios Centrales que de decidir el destino de los rusos.

La llegada del Tratado de Brest-Litovsk en marzo de 1918 convertía a Ucrania en territorio hostil para los checoslovacos. Rodeados de bolcheviques, alemanes o austro-húngaros, el Cuerpo Checo tenía que salir de Ucrania a toda prisa. Había dos puertos por donde salir: hacia el norte, en el Mar Blanco, estaba Arkángel, y hacia el este, en el Pacífico, estaba Vladivostok. La decisión de escoger entre uno y otro dependía no sólo de la capacidad de transporte de los aliados, de la seguridad de las vías de navegación y de los puertos, sino también de la situación política y militar que la Legión encontrara en su camino en una situación de guerra civil y caos político. Dado que en diciembre Masaryk había acordado con sus aliados el envío de la Legión Checa a Francia para continuar la guerra, alemanes y austro-húngaros presionaron a los bolcheviques para que desarmaran a los legionarios. Los bolcheviques no estaban en disposición de enojar a los Imperios Centrales, así que decidieron aceptar la decisión.

El coronel Husak, con 1.100 hombres, consiguió llegar a Arkángel y salir de Rusia (serían los primeros legionarios en poder hacerlo), pero esta ruta hacia el norte pronto se hizo impracticable, por lo que se decidió finalmente concentrarse primero en Penza, viajar hacia el este y salir por Vladivostok rumbo a los Estados Unidos, y de allí a Europa. Eran 9.600 km de viaje por Rusia, 8.800 de ellos en el Transiberiano, pero no es que fuera la mejor opción, es que era la única. La 1ª División aún estaba en el frente, por lo que debía ir hacia Kiev y luego a Bachmach para llegar a Penza. Elementos de la 2ª (el 6º Regimiento) tendrían que mantener la estación de Bachmach hasta que la 1ª hubiera pasado. Pero los austro-alemanes no estaban dispuestos a permitirlo, y tres columnas (desde Minsk, Kiev y Piriatin) iban a intentar detenerles. La lucha entre los Guardias Rojos y los nacionalistas ucranianos lo iba a complicar todo aún más, pero dado que los nacionalistas ucranianos y los austro-alemanes se habían convertido en aliados, los bolcheviques locales de Bachmach y los hombres del 6º Regimiento llegaron a una especie de acuerdo de “vive y deja vivir”. Pero el 10 de marzo de 1918 los alemanes llegaron a los alrededores de la estación y comenzó la lucha; tras combatir a bayonetazos durante varios días la perseguida 1ª División pudo pasar y seguir hacia el este, antes de que el grueso de las fuerzas enemigas llegase el día 15.

Dan Daly

14-02-2010

Guerra a los bolcheviques

Según el acuerdo pactado entre los checos y los bolcheviques para su evacuación, cada tren transportaría 600 hombres con 168 fusiles y una ametralladora, el resto del armamento debería quedarse en Penza. Sin embargo una duda asaltó a los checos: en ese momento habían unos 450.000 prisioneros alemanes y austro-húngaros liberados que estaban viajando hacia el oeste por las mismas vías que los checoslovacos empleaban para viajar hacia el este, y dado que los bolcheviques y los Imperios Centrales eran casi aliados, ¿cuántos de estos 450.000 hombres podían resultar hostiles, es decir, comportarse como combatientes contra la Legión Checa? Con los Guardias Rojos exigiendo la entrega de armas en cada estación, ¿corrían el riesgo los checos de quedar desarmados frente al enemigo?

El 14 de mayo en la estación de Chelyabinsk un tren cargado de ex-prisioneros austro-húngaros que iba hacia el oeste se paró junto a otro tren de legionarios que iba en sentido contrario. Los gritos, insultos y amenazas entre unos y otros no se hicieron esperar. En un momento dado, un ex-prisionero (parece que un húngaro) lanzó un trozo de metal hacia los checos que impactó en el cuerpo de un legionario, hiriéndolo de gravedad. Los legionarios se lanzaron contra los austro-húngaros y mataron al imprudente lanzador. Los bolcheviques arrestaron a varios checoslovacos, y luego éstos fueron hacia los rojos y liberaron a sus compañeros. El jefe bolchevique local telegrafió a Moscú y señaló que se trataba de una rebelión total de la Legión Checa. Días después, el Comisario para la Guerra León Trotsky, ordenó el desarme total de la Legión y el fusilamiento de los que se negaran a entregar sus armas. El mensaje fue interceptado por el Consejo Nacional Checoslovaco, por lo que no se extrañaron de que los Guardias Rojos atacaran a los legionarios poco después en Marianovka, Zlatoust, Irkutsk y Krasnoyarsk. La guerra entre la Legión y los bolcheviques había comenzado.

El 29 de junio de 1918, el general Dieterichs, un ruso que servían con la Legión, capturó el puerto de Vladivostok y a mediados del mes siguiente los regimientos 5º y 8º aseguraron la costa del Pacífico, apoyados por las fuerzas de los atamanes Semenov y Kalmykov.

Los generales checos Syvory (el tuerto) y Cecek.

Mientras, en el otro extremo de la línea ferroviaria, estaba el “grupo de Penza” al mando del general Cecek. Éste tenía al este al “grupo de Chelyabinsk” del general Syvory. Ambos grupos tenían los cuatro regimientos de la 1ª División y eran responsables de consolidar las posiciones de la Legión en el Volga y los montes Urales. El 29 de mayo, Cecek arrolló a los bolcheviques de Penza y recuperó de esta forma gran parte del material que los rojos habían incautado previamente a los checos. A principios de junio se tomaron a los bolcheviques Syzran, Samara, Orenburg y Ufa. En la mayoría de los distintos combates los checos estaban en inferioridad numérica pero a la ofensiva, con el enemigo posicionado en precarias defensas en las afueras de las ciudades (cerca de las estaciones de ferrocarril con frecuencia). Una táctica frecuente de los checos consistía en empujar con una máquina uno o dos vagones con explosivos, o bien cortar la vía de alguna manera, lo que impedía actuar a los trenes blindados enemigos, entonces con movimientos de flanco se rodeaba la posición, se cortaban las vías a retaguardia de los bolcheviques y comenzaba entonces una reducción de las defensas enemigas, culminando el ataque con una carga a la bayoneta. Así fueron cayendo los bastiones de resistencia bolchevique en Siberia, como Marinsk u Omsk, a veces con la ayuda de unidades de caballería rusas, como en la toma de Krasnoyarsk, donde se luchó una de las batallas más importantes. A principios de julio la Legión había consolidado sus posiciones desde el Volga a Irkutsk, conquistando un territorio inmenso, más que ninguna otra potencia militar en la Gran Guerra.

Dan Daly

14-02-2010

Los túneles del Baikal

Pero miles de Guardias Rojos habían escapado de Irkutsk y habían tomado posiciones al sudeste del lago Baikal. En esta zona el ferrocarril transcurría en gran parte por túneles. El bloqueo o destrucción de uno de esos túneles paralizaría el viaje hacia el este quizá de forma definitiva, y los bolcheviques eran muy capaces de hacerlo pues la propia estación del Baikal ya había sido destruida y se habían preparado cargas de demolición en diversos puntos de la línea férrea.

Las operaciones empezaron el 14 de julio y duraron un mes, llevando el peso de la operación la misma fuerza ruso-checa que había tomado Krasnoyarsk. Fuerzas checas al mando de Rudolph Gajda se enfrentaron al enemigo directamente por la costa mientras la caballería rusa de Barnaul y los cosacos del coronel Trofimov daban un rodeo por el sur. El 1º Batallón de Asalto Checo hizo el mismo movimiento que los rusos, pero más cerca del enemigo, para así tomar el terreno encima de los túneles. Mientras, las fuerzas del “señor de la guerra” Semenov habían venido del este y se habían posicionado cerca de Verkhne Udinsk, detrás de los Guardias Rojos.

El comandante rojo estaba ante un problema: volar los túneles impediría su propia marcha (o huída) hacia el oeste, forzándole o bien a luchar hacia el este para unirse a las fuerzas rojas que estaban en el río Ussuri, o bien lanzarse a los bosques e intentar sobrevivir y luchar como partisanos. Finalmente, ante el avance de la Legión, decidió volar el túnel cerca de Sludanka. Pero el daño resultó menor del esperado y los ingenieros checos hicieron el túnel viable en pocas semanas.

Derrotados los bolcheviques y asegurada la línea férrea (túneles incluidos) la Legión celebró el 1 de septiembre el contacto entre los grupos del este y el grupo de Vladivostok, con la posesión de un territorio que iba del Volga al Pacífico. 259 trenes estaban preparados para la evacuación. Pero los aliados de los checos tenían otras ideas.

Dan Daly

14-02-2010

No se vuelve a casa

En lugar de enviarlos al Frente Occidental en Francia, los aliados pidieron a la Legión la reconstrucción del Frente Oriental contra los Imperios Centrales. Para ello la Legión debía de evitar que cientos de miles de prisioneros de los Imperios Centrales regresaran a casa para reincorporarse a la lucha con sus ejércitos. Además, en julio los aliados habían empezado a desembarcar en Siberia para ayudar a los blancos a derrotar a los bolcheviques.

Mientras, desde principios de julio, los regimientos 5º y 8º de la Legión estaban combatiendo contra el Ejército Rojo en Jabarovsk y en el río Ussuri, junto a las fuerzas del atamán Kalmykov, operaciones que durarían un mes y a cuyo final se sumarían tropas japonesas y británicas.

A principios de agosto se pudo formar una 3ª División, que incluía cuatro nuevos regimientos de fusileros y dos de caballería (uno de ellos se formaría en octubre). Posteriormente, de febrero a mayo de 1919, se reorganizará y potenciará la artillería con un regimiento de artillería de campaña por división, además de tres batallones de artillería pesada.

En el oeste, y gracias a los éxitos militares de la Legión, los distintos grupos blancos habían establecido 19 gobiernos distintos, siendo el más importante y teniendo como capital Samara el llamado “Comité de Miembros de la Asamblea Constituyente” (KOMUCH), un gobierno moderado dedicado a combatir tanto a los Imperios Centrales como a los bolcheviques. Los checos entrenaron desde julio a septiembre a sus fuerzas (unos 30.000 hombres), conocidas como “Ejército Popular”, una fuerza escasa de material y sin entrenamiento militar previo. El general Syvory estaba al mando en este frente, Cecek mandaba la 1ª División y Gajda (llegado en septiembre) la 2ª.

Rudolph Gajda

El 14 de julio, fuerzas combinadas checo-rusas (incluyendo cosacos de los Urales y Orenburg) tomaron Stavropol, Simbirsk el 22 de julio y Kazán el 7 de agosto, apoderándose aquí de las reservas de oro del zar que los bolcheviques habian trasladado en mayo: un fabuloso tesoro de 670 millones de rublos en oro (unos 25.000.000.000 de dólares actuales). Pero en septiembre la contraofensiva del Ejército Rojo arrolló a los checo-rusos que no hicieron entonces más que retroceder. Samara, la capital del KOMUCH cayó en octubre, cuando sus 9.000 defensores fueron derrotados por 25.000 bolcheviques. Rápidamente se formó un nuevo gobierno blanco con capital en Omsk, llamado “el Directorio”.

Dan Daly

14-02-2010

Cambios dentro y fuera de Rusia

Fuera de Rusia se produjeron sucesos importantes. El 28 de octubre se proclamó la República Checoslovaca y dos semanas después se produjo el armisticio del 11 de noviembre. Dentro de Rusia también se produjeron cambios importantes: el 18 de noviembre el almirante Kolchak dio un golpe en el Directorio y asumió el cargo de “Supremo Dirigente de Todas las Rusias”. Parece que Rudolph Gajda había amenazado al Directorio con usar sus tropas si éste se oponía al golpe de Kolchak; Kolchak y Gajda se unieron y éste último fue designado comandante del Ejército Siberiano.

El almirante Kolchak

Pero conforme avanzaba el año 1919 la moral de los legionarios empezó a decaer; la mayoría quería regresar de una vez a su patria y se sentían peones en un juego que no les concernía, además casi todos se daban cuenta de que la causa de los rusos blancos estaba casi perdida. Salvo Kolchak, ningún líder blanco infundía confianza. En enero la Legión empezó a retirarse de los Urales de acuerdo con sus aliados y a posicionarse a lo largo de las vías de comunicaciones siberianas. La Legión pasó el invierno combatiendo contra los partisanos rojos, cuya fuerza se estimaba en decenas de miles de hombres, todo ello bajo unas condiciones ambientales terribles en las que muchos perdieron por congelación dedos, manos, orejas o pies.

La actividad partisana roja se incrementó de forma importante a finales de la primavera de 1919. Los mayores combates se produjeron entre Marinsk y Nizhny-Udinsk, donde en la profundidad de los bosques los legionarios llegaron a enfrentarse con grupos de hasta 7.000 partisanos. En mayo, toda la 3ª División tuvo que ser enviada al sur, hacia la frontera mongola, en persecución de grandes grupos partisanos.

La gran ofensiva de Kolchak hacia el Volga en la primavera de 1919 fracasó, y en julio los ejércitos blancos habían perdido los Urales. Kolchak cesó a Gajda y en otoño el Ejército Rojo amenazaba Omsk. En octubre Masaryk consiguió por fin el visto bueno de los aliados para la evacuación de los checos y su vuelta a casa.

Dan Daly

14-02-2010

Por fin la evacuación

La causa de los rusos blancos estaba condenada. Kolchak salió de Omsk el 14 de noviembre y la penosa retirada invernal de sus escasas fuerzas fue desastrosa, con las líneas férreas llenas de trenes que no avanzaban, cargados de decenas de miles de refugiados en pleno frío siberiano y con una epidemia de tifus que mató a 40.000 de los refugiados. Kolchak abdicó de su cargo el 4 de enero de 1920 y se acogió a la protección del 6º Regimiento de la Legión en Irkutsk. Pero en la zona operaba el llamado “Centro Político”, una especie de gobierno izquierdista aliado de los bolcheviques, que tenía miles de hombres en armas desde Irkutsk hasta los túneles del Baikal. El Centro exigió la entrega de Kolchak y del oro del zar a cambio del libre paso de los checos por su territorio. Syvory decidió entregar el oro y a Kolchak, que sería ejecutado el 7 de febrero (*). Lo cierto es que la Legión tenía importantes fuerzas con las que oponerse a las del Centro, que probablemente no eran más que milicianos, pero decidieron no hacerlo y pasar libremente hacia el este. El 1 de marzo todos los trenes de los legionarios habían salido de la región de Irkutsk y el 2 de septiembre partió de Vladivostok el último de los barcos con legionarios a bordo.

En total fueron evacuados 56.459 soldados y 11.271 civiles (lo que incluía a unas 1.600 esposas rusas de legionarios) en no menos de 42 buques. Los checoslovacos habían dejado en Rusia a 4.112 compatriotas muertos. El armamento dejado atrás equipará a los independentistas coreanos y a varios “señores de la guerra” chinos.

Muchos ex-legionarios constituyeron la base del nuevo Ejército Checoslovaco. Al menos treinta se convertirían en generales (Gajda, Catloc, Viest, Moravec…) y media docena en ministros. El general Syvory sería con el tiempo primer ministro.

(*) Muchas historias contradictorias han circulado sobre ese oro. No está claro si fueron ocho o diez vagones, pues la cifra varía según las fuentes, y sobre todo no está aclarado del todo si los checos se quedaron con uno de los vagones del oro, aunque muchos opinan que esto último no es más que un mito.

Dan Daly

14-02-2010

Fuentes principales:

“The Russian Civil War 1918-1922”, de Osprey.

“The Czech Legion 1914-20”, de Osprey.

Wikipedia

http://militaryhistory.suite101.com/

Nonsei

14-02-2010

Una gran historia.

El general Gajda, que llegó a ser comandante de los ejércitos de Kolchak, también tuvo una importante carrera política. Fundó el partido fascista checo, y participó en un intento de golpe de estado en 1933. Tras la ocupación alemana en marzo de 1939 pretendió convertirse en el jefe del estado creyendo que tendría el apoyo de los nazis. Sin éxito, lógicamente.

josmar

14-02-2010

Un hecho, que precisamente por ser poco conocido, lo hace resultar más interesante...

Buen aporte, Dan Daly...

gaffer

17-02-2010

Buen aporte, Dan Daly...

Sí estoy de acuerdo  muy bueno , lo desconocia totalmente.

un cordial saludo

Dan Daly

20-02-2010

Una gran historia. El general Gajda, que llegó a ser comandante de los ejércitos de Kolchak, también tuvo una importante carrera política. Fundó el partido fascista checo, y participó en un intento de golpe de estado en 1933. Tras la ocupación alemana en marzo de 1939 pretendió convertirse en el jefe del estado creyendo que tendría el apoyo de los nazis. Sin éxito, lógicamente.

Gajda era un tipo, digamos "particular". De mentalidad aventurera se pasó montando conspiraciones gran parte de su vida. Sobre su colaboración con los nazis hay historias para todos los gustos, algunos dicen que ayudó a escapar a varios miembros de la resistencia, lo que resultaría creíble pues su mentalidad había sido antigermánica toda su vida.

En todo caso acabó muy mal. Cuando lo pillaron los soviéticos lo encerraron , torturaron , le dejaron ciego y sólo lo soltaron cuando estaba hecho una piltrafa y a punto de morir.

Wittmann

23-02-2010

Una gran historia. Felicidades.

Doctor Oskar

23-02-2010

Muy buena historia Daly

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