Barbarroja: un ataque por sorpresa

Nonsei

29-02-2008

No estoy seguro de la cifra total, pero creo que tres cuartas partes del ejército soviético estaban en las regiones occidentales de la URSS.

Fug

02-03-2008

Wobst, una fuerza de "defensa" de casi cuatro milliones de hombre fué, és y siempre será desmesurada. 

Hombre Kurt, que 2/3 de las tropas sovieticas estuvieran en el oeste, es decir, donde viven el 80 % de la poblacion, con una guerra en europa, es bastante logico, aparte de que esperara o no la invasion. Porque aparte del riesgo japones, no habia otras zonas peligrosas.

y recordar, que 3 divisiones rusas equivalen a 2 alemanas. (12000/18000 hombres).

Tambien esta divisiones no estaban en la frontera, si no en vastante profundidad, la URSS era muy grande, y pueden parecer mas cerca.

Dejando esto aparte, lo de los informes y el poco caso supuestamente hecho a estos por Stalin es estraño.  Tambien Stalin sabia que los occidentales estaban deseando que estallara la guerra entre Alemania y la URSS, sobre todo inglaterra, pero los demas igual, era la forma mas sencilla de eliminar dos naciones.

Kurt Meyer

02-03-2008

La relación de lo numero de hombres por división poco importa. Lo que és importante si és lo numero de hombres. Además lo "sistema defensivo" sovietico tenia más de 20.000 tanques...mira que la "maquina de guerra" alemana tenia poco más de 3.000 tanques para la Barbarossa.

Tambien esta divisiones no estaban en la frontera, si no en vastante profundidad, la URSS era muy grande, y pueden parecer mas cerca.

No, estaban si cerca de la nueva frontera germano-sovietica.

Fug

02-03-2008

Pues si se habla de que tenian 20,000 carros, la mayoria desperdigados, muchos obsoletos y muchos muy eficazes, aunque no se utilizaran eficazmente. Pero de esto no hablamos aqui.

Si tenian mas tropas, pero hacia ya años que el numero de tropas sovieticas era altisimo. No creo que esto fuera algo anormal.

Saludos.

Aunque esto podiamos seguir en Los planes de invasion ... u otro lugar.

Nonsei

29-04-2008

Me faltó por mencionar uno de los avisos más sorprendentes que recibió Stalin sobre las intenciones de Hitler. Sorprendente por el origen de la información, el mismísimo embajador alemán en Moscú, el conde Von der Schulenburg. Según Antony Beevor en su libro sobre Stalingrado:

Schulenburg, un diplomático de la vieja escuela, que creía en el aforismo de Bismarck de que Alemania nunca debería entrar en guerra con Rusia, tenía buenas razones para sorprenderse de la ignorancia del Kremlin (cuando fue llamado por Molotov el 21 de junio para que diese explicaciones sobre los movimientos alemanes). Más de dos semanas antes había invitado a Dekanozov, entonces de regreso a Moscú, a una comida privada y le advirtió de los planes de Hitler. Era evidente que el viejo conde se sentía libre de toda lealtad hacia el régimen nazi después de que el Führer le hubiera mentido descaradamente, asegurándole no esconder ningún designio contra Rusia. Pero Dekanozov, estupefacto ante tal revelación, inmediatamente sospechó una treta. Stalin, que reaccionó de la misma manera, estalló ante el Politburó: «¡La desinformación ha llegado ahora hasta las embajadas!». Estaba seguro de que la mayoría de advertencias habían sido «Angliyskaya provokatsiya» (parte de una trama de Winston Churchill, el archienemigo de la Unión Soviética, para que se iniciara una guerra entre Rusia y Alemania). Desde la fuga de Hess a Escocia, la conspiración se había hecho aún más complicada en su mente.

Nonsei

23-03-2009

En El Stalin desconocido, un libro muy recomendable escrito por los hermanos Zhores y Roy Medvedev, he encontrado una explicación a la llamativa respuesta que dio Stalin a uno de los informes de inteligencia que avisaban del ataque alemán, y que yo cité al comienzo del tema:

En el libro Una guerra de exterminio: Hitler contra Stalin, de Laurence Rees, se cuenta la respuesta de Stalin cuando leyó un documento que le remitían sus servicios secretos avisando del inminente ataque alemán. El documento tenía fecha del 16 de junio de 1941, y estaba firmado por V. N. Merkúlov, comisario del pueblo para la Defensa Estatal. El texto era el siguiente: <<Un informante infiltrado en el cuartel general de la Aviación alemana ha comunicado lo siguiente: 1. Alemania ha culminado todos los preparativos bélicos necesarios para acometer un asalto armado contra la URSS, por lo que debemos esperar ser objeto de ataque en cualquier momento ... En el Ministerio de Economía se dice que, durante una reunión de todos los especialistas en planificación económica celebrada para tratar de los territorios “ocupados” de la URSS, Rosenberg pronunció un discurso en el que aseguraba que “la idea misma de la Unión Soviética debe quedar borrada del mapa”>>. En la primera página, Stalin escribió: <<Camarada Merkúlov, puedes decir a tu “informante” que abandone su puesto en el estado mayor de la fuerza aérea alemana y se vaya con su puta madre. Lo suyo es más bien labor de desinformación>>.

Pues resulta que según el libro citado Stalin tenía razón. Otras obras reproducen la airada respuesta de Stalin, pero no se explica el contenido completo del informe en cuestión. Había sido redactado por Amaiak Kobulov, residente de la inteligencia soviética en Berlín, cuyo único mérito al parecer era ser amigo de Beria. Era un informe mal redactado, lleno de datos inútiles, que sólo tenía una información precisa: los primeros objetivos de la aviación alemana iban a ser la central eléctrica Svir-3, las fábricas de aviones de Moscú y los talleres de reparación de automóviles. Stalin estaba acostumbrado a leer informes de inteligencia y sabía distinguir perfectamente los que contenían información realmente útil de los que no eran más que palabrería de relleno. En este caso no hacía falta ser un genio: la central Svir-3 era un objetivo sin ninguna importancia estratégica, Moscú quedaba fuera del radio de alcance de la aviación alemana, y había cientos de objetivos mucho más importantes que los talleres de reparación de coches.

El libro niega en parte la ceguera de Stalin ante los preparativos alemanes para la invasión y los avisos de sus servicios de inteligencia. Es cierto que hasta el último momento confió en poder evitar la guerra, pero era consciente de que se estaba preparando el ataque. La noche del 21 de junio el Kremlin envió a las unidades militares de los distritos fronterizos occidentales una orden para que se pusiesen en estado de alerta máxima y esperasen un ataque alemán en las horas siguientes. Se dio orden de dispersar la aviación y apagar las luces de las ciudades y los objetivos militares. Eso fue unas horas antes del ataque, pero ya el 13 de junio se dio orden a los cuarteles generales del distrito militar de Kiev (los soviéticos esperaban que el foco principal del ataque alemán iba a ser en el sur, en Ucrania) de situarse lo más cerca posible de la frontera, y de mover todas las divisiones hacia el oeste, de noche y en secreto. Sin embargo la fecha de cumplimiento de la orden era el 1 de julio. El 19 de junio se dio orden de camuflar los aeródromos, también con fecha de ejecución 1 de julio. Eran órdenes de Timoshenko y Zhukov, pero aprobadas por Stalin.

josmar

23-03-2009

Gracias por la información, y, como no, por la recomendación del libro...

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