Mons. 1914, la ultima batalla del Ejercito Profesional Británico (BEF)

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09-04-2010

Agosto de 1914. La Fuerza expedicionaria británica en Francia ha llegado hace unos pocos días a los puertos del Canal. En ese tiempo, las tropas alemanas han avanzado a través de Bélgica que a pesar de su férrea resistencia no ha podido contener su avance. El ejército francés ha invadido Alsacia, en manos alemanas desde 1870, y se encuentra en trance de ser desalojado al punto de partida tras un decidido contraataque.

La BEF ha traspasado la frontera belga deteniéndose en el pequeño pueblo de Mons donde aguarda en perfecto orden de batalla. Las fuerzas británicas eran pequeñas en comparación con las movilizadas por los demás contendientes. Apenas 6 divisiones de infantería más 1 división y 2 brigadas de caballería y un

destacamento de tropas auxiliares, en total 160000 hombres.

El ejército alemán en Bélgica al que se enfrentaron, el I Ejército, estaba bajo el mando del general Alexander von Kluck y había sido reforzado por los grandes obuses Skoda de asalto austriacos de calibre 305 mm, en régimen de préstamo, junto con los Krupp de 420 mm (Gran Berta). Las grandes fortalezas belgas de hierro y ladrillo como Lieja y Namur sucumbieron ante el peso de sus enormes proyectiles.

El ejército belga continuaba luchando en retirada. Donde había fallado la piedra, deberían resistir los experimentados profesionales británicos. Con apenas un día de consolidación de posiciones los británicos se dispusieron a rechazar al invasor de sus aliados.

La elección de Mons como campo de batalla se debía tan sólo a que era el punto más avanzado alcanzado por las tropas de French en el momento del choque con el enemigo. Un claro caso de cómo los acontecimientos pueden en determinadas ocasiones triunfar sobre toda consideración estratégica.

Se suponía que el V ejército francés de Lanrezac cubría su flanco derecho. Ambos ejércitos se habían metido sin saberlo, entre las pinzas del amplio avance alemán, quedando como un saliente entre los ejércitos alemanes. El V ejército francés no pudo forzar la penetración en las líneas del III ejército y no fue capaz de cruzar el Sambre. Las tropas supervivientes belgas se replegaban hacia Francia. El auxilio llegaba demasiado tarde y no había más opción que la retirada.

A Mons habían llegado cuatro divisiones de la BEF, los cuerpos I  al mando de Haig y II al mando del generales Smith-Dorrien , en Mons se desplegaron las divisiones 1ª, 2ª, 3ª y 5ª y como refuerzos en La Cateau las 6ª Div. 4ª Div.

La BEF (British Expeditionary Force; fuerza expedicionaria británica) luchó con enorme valentía y una admirable eficacia en la relación bajas propias / enemigas. En 12 horas de acción, fallecieron 1600 soldados de todos los rangos de los 40000 aproximados de las tropas del II Corps (BEF). básicamente debida a la altamente costosa estrategia alemana de asalto en forma de oleadas humanas, que avanzaban en masa, y a la eficacia de los ametralladores y artilleros británicos.

Fue también uno de los últimos enfrentamientos en los cuales las piezas de artillería abrieron fuego unas sobre otras de modo directo, es decir en contacto visual. Para entender el enfrentamiento artillero citemos las características del cañón Standard de la BEF en estas fechas:

El cañón de 18 Libras (18 Pdr en terminología británica) es descendiente directo de las enseñanzas obtenidas en la guerra de los Boers, donde los "Long Tom" rebeldes, superiores en alcance causaron una profunda impresión en los mandos británicos.

En servicio desde 1904, poseía un calibre de 83,8 mm, un alcance de algo más de 8 kms. y medio y un sector de tiro vertical de 5 a +16º. El arco horizontal, como en la mayoría de las piezas de la época apenas barría 8º.

Estaba encuadrado en lo que se conocía como artillería de campaña, es decir piezas de artillería relativamente ligeras destinadas al apoyo directo y defensa de las fuerzas propias. Inadecuadas para bombardeos de preparación o batidas de trincheras.

Cañon de 75 mm disparando en el frente

                       

Shrapnel Mk1 para cañones de 155 mm

                                           

Su contraparte alemana resultó ser una mezcla de los muy abundantes cañones de campaña M96 nA (77mm) de menos de 8 km de alcance y su versión modernizada FK16 que incorporaba importantes mejoras: la granada pasaba de una de metralla de 6,85 kg a una de Alto Explosivo de 7,20 y, aunque el tiro horizontal se reducía a la mitad (4º), el tiro vertical se duplicaba (-10º a +40º frente a -13º a +15º). Esto conllevaba un aumento del alcance de casi 2 kms. (9,1 kms).

Mortero Aleman de 76mm  (7.6cm Leichte Minenwerfer)

                             

                              Despliegue aliado y avance alemán

                       

Obús Skoda de 305 mm

                             

Por otro lado, los obuses austriacos pesados de 305 mm se desplazaban fácilmente

por carretera y, si bien precisaban de más tiempo para su instalación y su cadencia de tiro no bajaba de un disparo cada 6 minutos, los daños producidos por sus obuses de 810 kg devastaban grandes extensiones. Pero lo más importante, su alcance rondaba los 12

Kms.

El hecho de que la BEF se detuviera a consolidar sus posiciones pudo dar tiempo a colocar alguna de estas piezas en posición aunque es un hecho que no se ha  podido constatar para poder asegurarlo con certeza.

Sin embargo cabe destacar que el uso de esta artillería precisaba de una clara línea visual (por su forma de disparo en tiro tenso) a las posiciones enemigas, no siempre disponible. El I Corps de Haig (BEF) apenas tuvo 40 bajas en todo el día. Las brigadas de caballería menos aún. Más de la mitad de las bajas se cebaron en el 4º Batallón de infantería Middlesex (400 bajas) y en el Segundo batallón Real de Irlandeses (más de 300).

Finalmente ante el riesgo de envolvimiento por la cercanía del III Ejército alemán se emprendió la retirada. Realmente fue una desbandada. El caos informativo era total. Tan pronto una unidad se detenía a descansar llegaban noticias de proximidad del enemigo o, los mismos germanos hacían acto de presencia.

Tres días después, el 26 de Agosto, cansados de huir, y bajo iniciativa propia del Comandante del II Corps, el general Sir Horace Smith-Dorrien, se detuvo en las proximidades de Le Cateau y presentó combate a los alemanes para dar tiempo a la reorganización de las líneas.

Sus tres divisiones sufrieron 7812 bajas y perdieron 38 piezas de artillería. Esta decisión acabaría por costarle el cargo pero, sin duda alguna salvó a la BEF. La batalla en Le Cateau tuvo lugar en campo abierto con todas las tropas expuestas al fuego directo de la artillería. Los hombres de la Artillería Real, con sus cañones de campaña demostraron gran valor al avanzar al galope con sus cureñas y municiones por campo abierto para lograr posiciones de tiro efectivas.

Su heroísmo sólo fue comparable a su enorme número de bajas. Al finalizar el enfrentamiento y según testigos presénciales, el campo estaba cuajado de carros ardiendo, piezas destruidas y caballerizas y hombres muertos.

La acción permitió que cientos de soldados británicos evitasen el cautiverio alcanzando sus propias líneas, a menudo hambrientos, exhaustos y desarmados. Los heridos y el cuerpo médico no tuvieron tanta suerte y, tras un periodo de estabilización de los más graves y preparación de infraestructuras fueron deportados a Alemania hasta un futuro intercambio de prisioneros ó sospechosos de espionaje u otros oficiales cautivos

en manos del enemigo.

La retirada continuó hasta llegar al Marne donde, debido a la pérdida de empuje de las fuerzas alemanas por la invasión rusa de Prusia Oriental se sentaron las bases de la guerra de Trincheras.

El plan Schlieffen había supuesto una concentración total de las fuerzas alemanas en el ala derecha del ataque para alcanzar rápidamente el Somme y cruzando el Sena tomar París desde la retaguardia. Sería injusto echar la culpa, como a menudo se ha hecho, del estancamiento al comandante alemán, el general Helmut von Moltke. Las circunstancias del mando a menudo se ven influenciadas por otros factores más allá de los militares.

Básicamente, el plan alemán perdió fuerza debido a dos factores. Por causa del primero, la invasión francesa de Alsacia, von Moltke se vio ante la disyuntiva de permitir al enemigo entrar en tierra alemana y abandonar a la población civil dejando además una peligrosa vía abierta hacia el interior del país. Destinando tropas a la contraofensiva, no sólo logró una victoria militar sino política. Quizás lo único criticable sea que enviase tantas y no se contentara con una acción de contención.

El segundo factor, ya citado, fue la amenaza rusa. Esta respuesta volvía a ponerle en la misma situación de abandonar a la población de Prusia Oriental y el camino casi libre al mismo Berlín. Las tropas retiradas para el Este demostraron ser vitales ya que lograron quebrar la moral rusa, los cuales en adelante enfocarían sus esfuerzos contra los más débiles austriacos.

Se puede decir por tanto, que esta segunda decisión, forzosa o no, fue de gran provecho para Alemania. La guerra estaba prácticamente ganada en el Este pero a precio de estancarla en el Oeste. ¿Tenía otras opciones von Moltke?¿Se asustaba con facilidad por los acontecimientos?¿Quién decidía realmente la postura a tomar? Muy probablemente nunca se sepa ya.

El Ejército Francés, el más poderoso del mundo, según ciertos círculos de la época estaba perdiendo la moral ante los acontecimientos pero aún conservaba París: el corazón de la Nación, y no cedería mientras se viese amenazado, con todos los medios a su alcance.

La BEF había sufrido muchas bajas en combate y otros no habían podido escapar al cautiverio durante los frenéticos días que siguieron a Mons. Los restos de la BEF aún formarían el núcleo del ejército británico pero era claro que se necesitaban más unidades, más equipo, más munición y sobre todo más hombres.

Habían luchado hasta el límite. Ahora era el turno de los soldados de Lord Kitchener provenientes del reclutamiento militar de guerra, soldados con muy poca instruccion militar que formaron el grueso de las divisiones britanicas en suelo europeo y que aprendieron a luchar directamente en el frente de batalla.

Fuentes: Revista Delaguerra (Ignacio Del Hoyo)

              Mons 1914. The Western Front Association (Lecture given in 1990, John

              Terraine)

              Malcolm Brown. The Imperial War Museum Bookof the Western Front.

              Pan Books & Imperial War

              Circulo Militar-Biblioteca del Oficial-La Guerra mundial 1914-1918 por el

              Archivo del Estado Aleman – Buenos Aires 1926

              Guerre delle Nazioni 1914-1918-Fratelli Treves, Milan Italia 19

josmar

10-04-2010

  Un aporte más, para ir conociendo a fondo, la complejidad de la IGM...Buén trabajo, Titus...

TITUS20050

12-04-2010

Gracias Josmar, la WWI si que es compleja de entender y mas dificil de entender aun las ideas sobre las tecnicas de conduccion de los ejercitos , ya que para las generaciones actuales lo ocurrido en las guerras posteriores resultan mas faciles debido al creciente uso de la tecnologia ,cosa que no sucedio en  la WWI.

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