El ocultismo aleman

Moisin-Nagant

21-03-2006

La llegada al poder del partido nazi fue atribuida a las prácticas ocultistas; el propio  Adolf Hitler estaba fascinado por las «artes oscuras». ¿Cómo y por qué se produjo esta extraña asociación?

Muchos han visto en su decisión de invertir el símbolo -se trataba de una svástica orientada hacia la izquierda- una indicación de sus siniestras tendencias. Por su culpa, la svástica, símbolo de buena suerte, se transformó en la encarnación del mal.

La svástica se transformó en la insignia oficial del partido Nazi en los años veinte. Dibujada sobre un círculo blanco con fondo rojo, era un símbolo llamativo que, para Hitler, representaba todos los ideales del movimiento nacionalista.

Cuando los médicos militares rusos examinaron los restos carbonizados de Hitler en el bunker de Berlín en mayo de 1945, hicieron un curioso descubrimiento: Hitler era monorquídico; es decir, sólo tenía un testículo.

Resulta extraño que esta particularidad no hubiera sido objeto, por lo menos, de rumores, tratándose de un personaje tan público. Pero todavía es más curioso que este defecto, probablemente congénito, guardara una relación directa con el interés que el Führer siempre sintió por las ciencias ocultas, y a la vez con su bien conocida obsesión por la música de Wagner.

Efectivamente, según el doctor Walter Stein -cuyas observaciones a partir de sus conversaciones personales con Hitler en Viena constituyeron la base de Spear of Destiny (La lanza del destino) de Trevor Ravenscroft- Hitler sentía ya en 1912 una verdadera pasión por la música de Wagner, particularmente por Parsifal, que exaltaba a los caballeros teutónicos y a la raza aria. Hitler descubrió pronto la fuente en la que se había inspirado Wagner: la poesía medieval de Wolfram von Eschenbach. De hecho, el doctor Stein le conoció gracias a que compró un ejemplar del Parsival de Eschenbach que primero había pertenecido al joven Hitler. El doctor Stein quedó impresionado por la minuciosidad de las notas al margen y por el patológico odio racial que demostraban. Entre ellas aparecían numerosas referencias al personaje de Klingsor, que al parecer se inspiraba en un notorio tirano del siglo IX, el duque Landolfo II de Capua.

La patológica ambición de poder de Landolfo le había llevado al estudio de las artes mágicas, y por esa razón fue excomulgado en 875. Pero existía un detalle que debe haber facilitado la identificación de Hitler con el Führer del siglo IX: al parecer, Landolfo había sido parcial o totalmente castrado, ya que Eschenbach lo describía como «el hombre que era liso entre las piernas».

Sabemos que Hitler fue muy influenciable en su juventud, y que asimilaba con facilidad las ideas de quienes le impresionaban, como Wagner y Nietzsche. La manía de poder de Landolfo y su desgraciada similaridad anatómica con él debieron de impresionar al joven Adolf, y existen razones para suponer que lo mismo sucedió con la magia negra. Otra fuente, además, nos proporciona una indicación clara de que Hitler se fijó en los símbolos mágicos desde el comienzo de su carrera política.

Mucho antes de que Guido von List adoptara la svástica como emblema de su movimiento neopagano a fines del siglo XIX, en Alemania la cruz gamada constituyó un símbolo de buena suerte, de vida y de energía.

A lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, los círculos pseudointelectuales alemanes anduvieron obsesionados por un movimiento compuesto de rituales paganos e ideas acerca de la pureza nórdica, inventado por un hombre llamado Guido von List. Nacido en 1848, era hijo de un rico comerciante en artículos de piel y botas altas -detalle profético- y renunció a su catolicismo cuando tenía catorce años, jurando solemnemente que un día construiría un templo en honor de Woden (también llamado Odín), dios de la guerra en la mitología escandinava.

Alrededor de 1870, Von List contaba ya con un importante grupo de seguidores, dedicados a observar las fiestas «paganas» en los solsticios y equinoccios. En 1875 obtuvieron publicidad adorando al Sol bajo la figura de Baldur, el dios nórdico muerto en una batalla, que resucitó luego. El rito se celebró en lo alto de una colina cercana a Viena, y terminó cuando Von List enterró ocho botellas de vino, cuidadosamente colocadas para formar una svástica.

La svástica siempre fue un símbolo de la buena suerte, desde los tiempos más antiguos y en numerosas naciones; ha sido hallada en objetos chinos, mongoles e indoamericanos, aunque jamás, curiosamente, entre los pueblos semitas (judíos y árabes). Los antiguos griegos la empleaban para decorar objetos de cerámica, y los arquitectos medievales como friso decorativo en vidrieras. Asimismo, figura entre los motivos de decoración más antiguos de la misteriosa raza vasca. Su nombre en inglés antiguo, fylfot, significa fill foot (rellena pies) ya que era un artefacto que se usaba para «rellenar el pie» de las ventanas.

La palabra svástica (o svastika) proviene del sánscrito su asti, que significa, traducido literalmente, «bueno es». De hecho la svástica, con sus brazos «suspendidos» como si el conjunto girara en el sentido de las agujas del reloj, simbolizaba el Sol, los poderes benéficos de la luz.

En los años veinte, cuando el movimiento Nacionalsocialista daba sus primeros pasos, Hitler pidió que se prepararan dibujos de un símbolo fácilmente reconocible, equivalente a la hoz y el martillo de los comunistas. Friedrich Krohn, dentista de Sternberg que era también ocultista, sugirió una svástica sobre un disco blanco en un fondo rojo. El rojo simbolizaba la sangre y el ideal social; el blanco el nacionalismo y la pureza de la raza, mientras que la svástica representaría la «lucha por la victoria del ario».

Imagen ampliable con detalles

Hitler quedó encantado, salvo por un detalle: la tradicional svástica orientada hacia la derecha debía ser invertida para formar lo que el escritor Francis King denomina «una evocación del mal, la degeneración espiritual y la magia negra».

El doctor Krohn comprendió muy bien la intención de Hitler al cambiar el antiguo símbolo, ya que era socio de la Germanenorden -Orden Germana- que, con la Sociedad Thule, se había apropiado de la organización demasiado amateur de Von List, donde ésta se había quedado en los años anteriores a la primera guerra mundial. Ambas sociedades -que finalmente se volvieron prácticamente intercambiables tanto en las ideas como en los socios- se componían al principio de oficiales y profesionales alemanes convencidos de que existía una gran conspiración internacional judía, respaldada por prácticas ocultistas. Para luchar contra esto, crearon su propia masonería nórdica, basada en el ocultismo, adornada por elaborados rituales, túnicas, cascos vikingos y espadas. Lo que es más importante, la Sociedad Thule -que tomó su nombre de la fabulosa tierra de Ultima Thule, una especie de paraíso terrenal- comenzó a reclutar nuevos miembros en las clases bajas y diseminó materiales antisemitas en sus varios periódicos, uno de los cuales, el Völkischer Beobachter, terminó por convertirse en el periódico oficial del partido nazi.

No hay duda de que Hitler, tanto en sus épocas de pobreza en Viena como después, cuando se transformó en el líder del partido Nazi en los años veinte y treinta, sentía fascinación por algunas teorías ocultistas marginales. Una de ellas era la extravagante «teoría del hielo», un complicado conjunto de ideas propagadas por un ingeniero austríaco llamado Hanns Hörbiger (1860-1931). Éste afirmaba que los planetas habían sido creados por la colisión de estrellas como el Sol con grandes masas de hielo. Hörbiger sostenía que su sistema le permitía predecir el tiempo con exactitud. Algunos escritores ocultistas, sobre todo Pauwels y Bergier en El retorno de los brujos, han sostenido que fueron los pronósticos de Hörbiger los que determinaron la desastrosa campaña rusa de Hitler.

Más tarde, Hitler se obsesionó con la posibilidad de hacer oscilar un péndulo sobre un mapa para encontrar objetos ocultos. La idea fue presentada a sus ayudantes por un arquitecto llamado Ludwig Straniak, otro oculista aficionado. Straniak demostró ante oficiales de la armada alemana su aparente habilidad para localizar naves en el mar, haciendo oscilar un péndulo sobre una carta del almirantazgo. Quedaron muy impresionados cuando «encontró» al acorazado de bolsillo Prinz Eugen, que en aquel momento estaba cumpliendo una misión secreta.

                            Los «Magos Negros»

Aunque no creía en el ocultismo, percibió la fascinación que el tema ejercía sobre el Führer, y la utilizó como arma psicológica para fomentar el ideario nazi en el pueblo alemán.

La relación de Hitler con la astrología y la predicción en general se ha debatido mucho. También se ha dicho que poseía poderes precognitivos y que eso le permitió prever la falta de oposición a las invasiones de Austria y Checoslovaquia. Pero el verdadero talento de Hitler era su asombrosa capacidad para juzgar el estado de ánimo político de Europa... y hasta esta intuición lo abandonó cuando decidió invadir Polonia, en 1939.

Josef Goebbels, ministro de propaganda, usó la astrología con inteligencia y cinismo, citando a Nostradamus, por ejemplo, en apoyo de la dominación nazi. Pero el propio Hitler, así como Himmler, jefe de las SS, tomaban en serio a la astrología.

Considerando su interés generalizado por él ocultismo, muchos han sugerido que, en la jerarquía nazi, Hitler y Himmler por lo menos fueron «magos» en un sentido real. Pero quienes lo afirman tendrían que responder a una pregunta. ¿Por qué cuando los nazis llegaron al poder los escritos y las prácticas ocultistas fueron rigurosamente eliminados?

Efectivamente, en 1934 se tomó la primera medida contra las prácticas ocultistas; la policía de Berlín prohibió todas las formas de adivinación del futuro, desde los quiromduticos de feria hasta los astrólogos de sociedad. Era seguro que las órdenes provenían de lo alto, ya que entre los oficiales de policía que las hacían cumplir reinaba una gran confusión en cuanto a las intenciones que las inspiraban. Simultáneamente, requisaban libros «inocentes» y dejaban pasar libros sobre conjuros mágicos y obras similares.

Después vino la supresión de todos los grupos ocultistas, incluidas la Orden Germana y la Sociedad Thule, ante la sorpresa y el disgusto de sus socios. Ambas contaban con muchos miembros nazis, por supuesto, pero ni por eso se hizo una excepción. A Jörg Lanz von Liebenfeis, por ejemplo, cuyos escritos inspiraron buena parte de la mística racial germana, y que se jactaba de haber sido el «gurú» de Hitler y de haberle introducido en los grupos ocultistas, se le advirtió que en el futuro se abstuviera de publicar más obras.

Con la única excepción de «miembros del núcleo del partido», como algunos ayudantes personales de Himmler, los ocultistas de todas clases fueron suprimidos u obligados a esconderse en los países ocupados por Alemania en 1940.

La respuesta a este enigma ha sido señalada por escritores como Francis King y J. H. Brennan. Arguyen que en otros regímenes totalitarios -la China de Mao, por ejemplo, o la Rusia de Stalin- los ocultistas no fueron objeto de una persecución sistemática. Es cierto que Stalin persiguió a masones, cabalistas y grupos similares, pero sólo porque formaban sociedades secretas per se, no a causa de sus actividades «mágicas». En China, aún después de la revolución cultural, videntes y astrólogos eran mal vistos, por supersticiosos, pero no se tomaron medidas graves contra ellos. Eran objeto de burla, no de persecución. Los regímenes autoritarios no parecen temer las prácticas mágicas como tales.

En cambio, la Alemania nazi tenía que liquidar a los ocultistas «independientes» porque así liquidaba a sus rivales, de la misma manera que Stalin tuvo que perseguir a los trotskistas.

Tan sólo sobrevivió un movimiento ocultista en el Tercer Reich, y estaba escondido en lo más profundo de sus meandros. Era dirigido por su mago supremo, Adolfo Hitler, y su acólito Heinrich Himmler; ambos eran poderosos magos negros.


Ya sabemos que no se puede creer todo lo que se lee pero ¿que piensan de esto?

Fuente: http://www.mundoparanormal.com/docs/enigmas/magia_en_las_ss.html

Nonsei

21-03-2006

Muchos han visto en su decisión de invertir el símbolo -se trataba de una svástica orientada hacia la izquierda- una indicación de sus siniestras tendencias. Por su culpa, la svástica, símbolo de buena suerte, se transformó en la encarnación del mal.

Esto me ha llamado siempre la atención. Es algo que se repite en todos estos artículos esotéricos. No sé si es que tengo problemas de orientación, pero yo siempre veo la esvástica nazi orientada hacia la derecha.

Deleted member

21-03-2006

Yo creo que todos esos decires acerca del ocultismo nacionalsocialista tiene más de amarillismo y propaganda sensacionalista que de auténtica fundamentación histórica.

Alemania es un antiguo país con una rica tradición cultural y una espiritualidad profunda, reflejada muchas veces en sus místicos, artistas y filósofos. Antiguas tradiciones paganas sobrevivían en las comunidades agrícolas entreladazas a las costumbres cristianas. El nacionalsocialismo, para enfatizar su política rural de "sangre y suelo" -Boden und Blut- pretendió absorber las viejas costumbres ancestrales en su propio beneficio, lo cual, mezclado a un nacionalismo racista tiñó al movimiento neopagano -anterior al NS e independiente de este- de cierta tendencia de derecha que en principio no tenía. El NS utilizó, pues, al paganismo histórico o modernizado, en su lucha ideolígica contra el cristianismo y el laicismo.

Pero NO se puede calificar al NS como una idelologóa neopagana. Pese a que ciertos círculos nazis, particularmente SS proclamaban su paganismo germánico, en realidad el propio Hitler no sólo se negó a abjurar de su catolicismo natal, sino que aún rechazaba al neopaganismo como una tendencia vana.

Yo creo que la Teosofía y el Darwinismo -ninguno de los cuales era alemán-, influenciaron mucho más a la ideología nazi que propiamente el neopaganismo nativo.

La Teosofía de Madame Blavatski introdujo en Europa el misticismo y la filosofía orientales mezcladas con demoledoras exégesis bíblicas y con numeorsas generalizaciones del evolucionismo. Por otra parte, las teorías de Darwin acerca de la selección natural y la idoneidad del más apto -lo cual venía muy bien con las propuestas aristocráticas nietszchienas- completaron los elementos que necesitó el NS para elaborar su ideología.

En cuanto al ocultismo propiamente dicho -que por otra parte estaba de moda-, entendido como sesiones mediúmicas, predicciones astrológicas, oráculos de diferentes tipos, socieddaes secretas, etc., el  NS jugó con todo ello aunque sin llegar a comprometerse, distanciándose claramente de los partidos polìticos usualmente ateos o agnósticos de su época y prefigurando con ello los movimientos étnicos-político-religiosos posteriores.  

En mi opinión, el NS era proclive a un misticismo naturalista, a cierto fanatismo hacia lo que consideraban "natural", aunque no eran precisamente materialistas. Eran panteístas darwinianos, para los cuales "la naturaleza es también polìtica", y por tanto, adoraban la ciencia especulativa y las aventuras de la imaginación.

Lo demás: toda la parafernalia de bolas de cristal, voces del más allá y personajes conspicuos llevados al cine hollywoodense y a la literatura panfletera francesa de los sesentas, puede ser ahorrado sin temor a pérdidas.

Moisin-Nagant

21-03-2006

Yo creo que todos esos decires acerca del ocultismo nacionalsocialista tiene más de amarillismo y propaganda sensacionalista que de auténtica fundamentación histórica.

Ya somos dos!!!

Caesar

21-03-2006

Se demostró que hay mucha razón de ser en este aspecto de lo ocultismo,un ejemplo que conozco,es la busqueda del Saint Real o el Grial,como quieran llamarlo,indicios en Valencia por poner un ejemplo,una rama de las SS estaba acorde con esta misión,no se si es realmente cierto,pero es lo que leí y tenía bastante información sobre el tema,haber si lo encuentro,...

Deleted member

21-03-2006

Himmler realizó un viaje a Barcelona y viajó personalmente a Montsegur en busca de pruebas para encontrar el Grial.

En mi opinión estas historias son pura palabrería, uniéndome al sentir popular por lo que veo.

Moisin-Nagant

22-03-2006

Himmler realizó un viaje a Barcelona y viajó personalmente a Montsegur en busca de pruebas para encontrar el Grial.

si pero indiana jones desbarato sus planes!!!!!!!! ;)

jajajaja

Caesar

22-03-2006

;D ;D ;D ;D

Deleted member

22-03-2006

Pues a mi me parece mucha tonteria, sobretoda la parte que afirma que su gustó por la música de Wagner deriva de la falta de un testiculo. Pues a mi también me gusta y yo estoy completo...  >:(

Hitler quedó encantado, salvo por un detalle: la tradicional svástica orientada hacia la derecha debía ser invertida para formar lo que el escritor Francis King denomina «una evocación del mal, la degeneración espiritual y la magia negra».

Pura tonrteria, sin palabras. Creo que Sigel ya lo dijo todo muy bien...

Deleted member

22-03-2006

Si, creo que la mejor respuesta es la de Sigel. En cuanto a la música de Wagner, creo que existen compositores mucho mejores como Verdi o Mozart, e incluso Haendel, no se, nunca le encontré el gusto a este hombre de Bayreuth... pero ya se dice que el libro de los gustos no está escrito.

En cambio tengo que reconocer que comparto el gusto de Hitler por Nietzsche. ;D

Nonsei

22-03-2006

Sobre el viaje de Himmler a Monserrat, algo que tenía guardado:

El viaje de Himmler a España fue oficial, era la devolución de una visita a Alemania que había hecho en agosto de 1940 el conde de Mayalde, director general de Seguridad español. Los objetivos que buscaba Himmler: Extender a España la acción de la Gestapo para controlar a los residentes alemanes (más de 30000), tratar el tema de los refugiados republicanos que habían quedado en la Francia ocupada (de los que Franco se desentendía totalmente), y la creación de un servicio conjunto hispano-alemán para operar en América Latina. Pero sobre todo se trataba de preparar el terreno para la cumbre Franco-Hitler que se iba a celebrar poco después, e insistir ante las autoridades españolas en la aspiración principal de Hitler: conseguir paso libre a través de España para las tropas que atacarían Gibraltar.

Himmler tuvo una agenda muy apretada en España, pero ocupada en gran parte en actos culturales. El 19 de octubre llegó a la frontera de Irún. En San Sebastián visitó el Museo de San Telmo y el monte Igueldo. Por la tarde fue a Burgos, donde visitó la catedral. Viajó a Madrid por la noche, y el día 20 por la mañana tuvieron lugar las entrevistas con Serrano Suñer (el "Cuñadísimo" y ministro de asuntos exteriores) y Franco. Por la tarde fue a una corrida de toros a Las Ventas. Visitó la DGS y se entrevistó con Mayalde, y por la noche tuvo una cena de gala ofrecida por las autoridades españolas. El 21 estuvo de turismo: visitó El Escorial y Toledo, y por la noche, de vuelta en Madrid otra cena ofrecida por los residentes alemanes. El 22 se dedicó a visitar museos de Madrid: el del Prado y el Arqueológico, y de nuevo cena de gala, en este caso la de despedida ofrecida por Mayalde. El 23 salió en avión hacia Barcelona. Allí visitó el Pueblo Español y Monserrat, y tras una nueva recepción y cena ofrecida por el ayuntamiento, salió de España antes de que acabase el día. Recibió tratamiento practicamente de jefe de estado. Tuvo todo el tiempo a las personalidades del régimen franquista revoloteando a su alrededor. Allá donde iba salían las autoridades a recibirle (en Valladolid, en el viaje en tren entre Burgos y Madrid, fue el alcalde a presentarle sus respetos a la estación a pesar de que eran altas horas de la madrugada y Himmler estaba obviamente durmiendo y nadie se iba a atrever a despertarlo). En fin, que iba a tener muy difícil hacer de Indiana Jones en Monserrat, aparte de que no se adivina un interés especial en esa visita, cuando hizo otras con bastante menos interés histórico-artístico.

Deleted member

22-03-2006

Estoy de acuerdo contigo Nonsei, pero algo se ha dicho siempre, aun así, creo que estos hombres están por encima de todas estas paparuchas que se han atribuido siempre. Quiero decir, que tenían objetivos menos descabeyados.

Nonsei

22-03-2006

Hombre, en el caso de Himmler en concreto, no estaría seguro. Pero en estos temas siempre se exagera mucho.

Deleted member

22-03-2006

Si bueno, todos sabemos que Himmler se creía la reencarnación de Enrique el pajarero (llevaba todos los años flores a su tumba), tenía el sueño de crear un nuevo Estado borgoñón, esto esta comprobado...

Por cierto, sería interesante que alguien hiciese un artículo sobre el castillo de las SS en Wewelsburhg, siempre he querido conocer un poco más del tema y la verdad es que se bastante poco.

Wittmann

22-03-2006

A quien no le guste Wagner, le recomiendo el prelúdio de Loengrin.

Es la demostración palpable, de que un sere humano puede acercarse a Dios en igualdad de codiciónes, esa música yo la vi en directo, subiendo una montaña con unos amigos, superamos la niebla, y vimos como la misma era destrozada por el sol en el valle del rio Trubia.

En mis oídos sonaba Loengrin. Y lo entendi. :'(,Y fue uno de los momentos más hermosos de mi vida.

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