16-08-2006
El día 26 de Abril de 1937 se produjo en la localidad vasca de Gernika lo que bien podría llamarse “otro día de la infamia” . Día de la infamia porque por primera vez se utilizó un bombardeo masivo como guerra psicológica. No es que no hubiera victimas mortales, por supuesto que las hubo, pero el bombardeo fue utilizado con fines políticos y psicológicos como más tarde se explicará. Lo que hay que aclarar es el motivo por el que “el bombardeo de Gernika” tiene lugar en un artículo que explica la Segunda Guerra Mundial; no obstante, Hermann Goering, mariscal de la Luftwaffe, dijo algo en los juicios de Nuremberg que puede aclararlo sin necesidad de más argumentos: "la guerra civil española dio una oportunidad de poner a prueba a mi joven fuerza aérea, así como para que mis hombres adquirieran experiencia" (sic). Hay algo más: el bombardeo de Gernika sería repetido muchas veces en otras ciudades a lo largo de la Segunda Guerra Mundial.
A las cuatro y media de la tarde comenzó el horror para los habitantes de Gernika y para los soldados republicanos que se refugiaban allí del avance rebelde. Oficialmente, el objetivo del bombardeo era la voladura de un puente: extraño, ya que el puente quedó absolutamente intacto, igual que una fábrica de armas de la zona; también quedó en pie la Casa de Juntas de Gernika, así como el famoso Árbol de Gernika, símbolo ancestral del pueblo vasco. El resto la ciudad sufrió el poder destructor de las bombas alemanas.
Bombas incendiarias alemanas
A la izquierda, el arbol de Gernika. A la derecha, un gravado del mismo árbol
El bombardeo de Gernika fue obra de la llamada “Legión Cóndor”, batallón de la Luftwaffe que participó en diversos ataques aéreos durante la Guerra Civil. Parace ser que el ataque fue perpetrado por cuarenta y dos aviones Heinkel He 111, Dornier, Junkers y Messerschmitt; se cree que también participaron algunos aviones italianos. Durante tres horas los aviones lanzaron un buen número de bombas de 550lb en el casco urbano de la ciudad. El ataque fue totalmente indiscriminado, de hecho los pilotos acabaron bombardeando a ciegas debido a una columna de humo negro que tapaba toda la ciudad. Además, los civiles y soldados que huían por las carreteras fueron ametrallados por los aviones de la Legión Cóndor. Wolfram von Richthofen, teniente coronel, estaba al mando ese día.
La ciudad tras el bombardeo
El número de muertos en el bombardeo de Gernika es otro de los datos politizados: los alemanes favorecieron la exageración de las cifras, porque participaban en su propia “guerra fría” con los ingleses. Desde las ciento veinte victimas mortales hasta las diez mil, el número oscila fácilmente: fuentes más realistas estiman que el número de muertos debió ser de unos mil quinientos. Se sabe que días antes del bombardeo un piloto alemán fue derribado y linchado en Bilbao. Si esa fue la causa del ensañamiento de los pilotos alemanes, es justo decir que fue desproporcionado.
Así quedó la iglesia tras el bombardeo
A las siete y media de la tarde, al acabar el bombardeo, Gernika ardía por los cuatros costados: los enemigos de la República acusaron de ello a los republicanos, afirmando que ellos mismos habían quemado la ciudad en su política de tierra quemada, y que los bomberos bilbaínos intervinieron tarde en el incendio, postergándolo hasta el día siguiente. Corresponsales extranjeros, no obstante, fueron testigos de la devastación.
El cinturón de hierro
El bombardeo de Gernika tuvo tres objetivos fundamentales: acabar con la resistencia vasca mediante el medio y el horror; mostrar a Alemania como una potencia militar a tener muy en cuenta; y practicar los métodos de guerra que luego serían utilizados por la máquina de guerra alemana. En cualquier caso, es evidente que los sucesos de aquel día fueron un claro ejemplo de lo que vendría en 1939, y que costaría la vida, en seis años, a más de sesenta millones de personas.
El Gernika de Picasso
Fuentes empleadas:
http://www.sbhac.net/Republica/Imagenes/Guernica/EspecialGuernica.htm