17-03-2007
Recorriendo articulos que uno guarda encontre este sobre la participacion de este tanque en la Guera Chaco Paraguaya que saque de una publicacion de un foro de Argentina ,espero que sea de utilidad y les guste
Antecedentes históricos
La Guerra del Chaco (1932-1935) fue una guerra entre Bolivia y Paraguay por el control de la región del Gran Chaco. El objeto del litigio era el territorio del Gran Chaco, que se suponía rico en yacimientos de petróleo. Sobre el papel, el pretexto era la pretensión boliviana de tener un puerto en el río Paraguay para ganar así un acceso al océano Atlántico, pero la realidad subyacente era la lucha de intereses petroleros entre la Standard Oil, norteamericana, y la Royal Dutch Shell, empresa angloholandesa, por ello los Estados Unidos procuraban ayuda militar y financiera a Paraguay, mientras que Gran Bretaña apoyaba a Bolivia.
Las hostilidades comenzaron en junio de 1932, y no cesaron hasta la concertación de un protocolo de paz el 12 de junio de 1935. En 1938 se firmó un tratado de paz y amistad en virtud del cual Paraguay ganaba 120.000 kilómetros cuadrados de territorio. El precio que hubo que pagar en vidas humanas fue alto: en números redondos, se contaron 65.000 bajas del lado boliviano y 35.000 del paraguayo. Cabe aclarar que gran parte de las bajas bolivianas fue por deshidratación.
Paraguay, que en ese momento era una de las naciones más pobres del planeta, apenas podía equipar a su ejército con armas de mano, no tenía aviones ni artillería, y era impensable algo tan exótico como tanques o aviones avanzados. Bolivia, por otra parte, tenía créditos considerablemente mejores al exterior y se podía permitir tales lujos. Por lo tanto fue Bolivia la que dominó los cielos sobre el Gran Chaco, y fue a esta nación a la que le tocó el dudoso honor de ser el primer (y hasta hoy el único) país sudamericano en utilizar tanques en batalla en una guerra abierta declarada contra otra nación en suelo sudamericano.
Los tanques ligeros Vickers
La serie de tanques “Vickers ligeros” fue una de las más exitosas en la generación anterior a la Segunda Guerra Mundial. Desempeñaron un importante papel de enseñanza de los tanquistas del ejército soviético y en manos de las tropas del Kuomintang, en China y Birmania. Los ligeros de Vickers seguían siendo un vehículo eficaz de combate en 1942, cuando eran operados por tripulantes experimentados y por equipos bien enseñados, especialmente en su versión soviética, que era probablemente la más potente y la versión más numerosa de los tanques ligeros Vickers.
Por lo tanto es sorprendente descubrir que este vehículo eminentemente acertado era inadecuado para el servicio en el ejército británico. Esto no sorprendió probablemente a Vickers, que había desarrollado el vehículo como una iniciativa privada y que no tenía ninguna ilusión sobre la apertura mental de los tradicionalistas que determinaron el equipamiento del ejército Británico antes de la guerra.
Los tanques ligeros de Vickers fueron pensados sobre todo para la exportación, en lo que se convirtió en un éxito demoledor. Los operadores más importantes incluyeron a la Unión Soviética, Polonia, Bulgaria, Turquía, China nacionalista, Finlandia y un gran número de países más pequeños que compraron cantidades limitadas.
Estos ejemplares tenían un innovador sistema de suspensión compuesto por conjuntos de bogies con pequeñas ruedas al que se denominó “suspensión Vickers”, sistema que fue adoptado y copiado por varios países. Este era un buen sistema para bajas velocidades pero no para altas, por su mantenimiento.
Había un gran número de variantes de los Vickers ligeros, pero los utilizados por los bolivianos fueron únicamente los Mk.A y Mk.B, que difieren solamente en el tipo de torreta que montaron. El Mk.A era con torretas gemelas y armado con ametralladoras. Las torrecillas fueron montadas lado a lado y cada torreta cubría 120° a cada lado del eje longitudinal de los tanques con su ametralladora pesada Vickers refrigerada por agua. El Mk.B era un tanque armado con cañón, colocado en una única torreta. Estaba armado con un cañón corto de baja velocidad de 47mm y una ametralladora coaxial, aparentemente una Vickers LMG de una variante que tenía su cañón embutido en una pesada protección.
La torreta era un diseño cilíndrico tosco que tenía una sección horizontal circular y una sección vertical trapezoidal. Esta torreta contenía a solamente dos miembros del equipo, el comandante y un artillero, que también oficiaba de cargador. Los tanques ligeros de Vickers eran máquinas militares bien fabricadas, pero mientras que su chasis era de un diseño excelente, el diseño de la superestructura y de la torreta era algo tosco.
Esto condujo a dos de sus operadores más importantes, Polonia y la Unión Soviética, a tomarse el trabajo de rediseñar extensivamente el Mk.A y especialmente el Mk.B. Estos esfuerzos implicaron el rediseño de parte superior del casco y especialmente el reemplazo de las torrecillas cilíndricas por un diseño más moderno y eficiente. Los polacos también rediseñaron la parte posterior del casco.
Polonia y la Unión Soviética también rearmaron al Mk.B (T-26 en el servicio soviético, 7TP en el polaco) para dotarlo de un cañón largo de alta velocidad capaz de disparar proyectiles AP (perforantes) y HE (alto explosivos), que hicieron de la variante Mk.B un vehículo útil como vehículo antitanque y de apoyo cercano.
Los primeros blindados del Ejército boliviano
En preparación para la guerra próxima con Paraguay, Bolivia firmó un monstruoso (para los estándares contemporáneos) acuerdo de 3 millones de libras esterlinas con la corporación inglesa de armamentos Vickers en 1926. Aunque este acuerdo fue reducido posteriormente a solamente £1.25 millones, todavía incluía una pequeña cantidad de tanques y tanquetas.
No hay pruebas de esto, pero probablemente había originalmente más tanques en la lista que fueron víctimas de la reducción en el reparto de Vickers para maximizar la cantidad de artillería, de ametralladoras y de aviones que podrían ser adquiridos. De lo que fue pedido originalmente es un hecho que a los bolivianos les hicieron entrega de tres tanques y dos tanquetas.
Los tanques eran uno del tipo A de doble torreta con ametralladoras, matrícula de fábrica VAE532, y dos unidades del tipo Mk.B, armados con un cañón de 47 mm., números de matrícula VAE446 y VAE447. Mientras que las dos tanquetas eran Carden Lloyd, aparentemente de la variante Mk.IV, prácticamente similares a las compradas por el ejército canadiense para entrenamiento.
Estos vehículos fueron los primeros tanques operados por el ejército boliviano, y es natural que fueran comprados tan pocos puesto que los bolivianos no estaban seguros de la utilidad de los blindados en su montañoso país. Hay informes de que también hubo tanques franceses Renault FT-17 en Bolivia, y de allí han salido especulaciones de que éstos pudieron haber tomado parte en la Guerra del Chaco, pero casi con seguridad son falsos.
Historial de combate
El Ejército boliviano tenía una gran cantidad de instructores alemanes, que formaban parte de las misiones promovidas por el Ejército alemán para eludir las cláusulas del tratado de Versalles. Además de los alemanes, al ejército boliviano se unieron varios oficiales chilenos, y posteriormente una misión militar checoslovaca.
Los integrantes de las dotaciones de blindados eran voluntarios, y su instrucción duraba 8 semanas. Se formaron dos dotaciones para cada vehículo, pero ante la gran cantidad de bajas, hubo que adiestrar más personal. El conocimiento del historial de combate de los tanques bolivianos en esta guerra es lamentablemente limitado.
Posiblemente entraron en acción por primera vez en la batalla del “Kilómetro 7 a Saavedra”. El grupo boliviano de tanques fue enviado a la batalla el 4 de julio de 1933 durante el segundo ataque contra Nanawa, flanqueado por soldados armados con lanzallamas y con apoyo brindado por un avión. El segundo ataque contra Nanawa era parte de una ofensiva importante montada por el comandante general Hans Kundt, del ejército boliviano.
Los tanques eran al parecer una fuente de irritación considerable para los bolivianos. Esto es notable por un número de razones; en primer lugar debido a la dificultad de funcionamiento con eficacia en el terreno difícil del Chaco, lo que hacía que la operación de los tanques fuera un gran logro logístico. En segundo lugar los bolivianos sufrieron de una carencia total de experiencia en operaciones de tanques, y finalmente porque los tanques tuvieron que ser operados con todas las portillas abiertas por el calor que ampollaba el Gran Chaco, que los hacía muy vulnerables.
El Mk.B, con su cañón de 47mm de baja velocidad, era especialmente eficaz, y su equipo pronto comenzó a especializarse en hacer estallar especialmente los nidos de ametralladoras y los bunkers de quebracho paraguayos. Los paraguayos desarrollaron eventualmente una escuadrilla especial de asalto y fueron a la caza de los tanques bolivianos, capturaron dos de ellos y destruyeron el tercero (reportados durante la lucha cerca de Saavedra, en diciembre de 1933). Si las tanquetas de Carden Lloyd también se perdieron en el Chaco es algo que no se puede saber con certeza, dado que no se cuenta con su expediente de servicio o su último destino.
Los bolivianos no dejaron de usar los blindados durante la guerra y los emplearon en varias ocasiones, sobre todo como reserva móvil durante los contraataques paraguayos. Si bien las condiciones para el uso de los blindados eran muy malas, no solamente por el terreno, sino también por el calor, que llegaba a los 40°C a la sombra y que provocaba frecuentes encasquillamientos de las ametralladoras por la dilatación de los cartuchos.
No eran raras tampoco las ocasiones en que estallaban las reservas de munición por el calor, y no se podían tocar las partes metálicas pues quemaban al tacto. Estos blindados disponían de un aparato de radio de dos canales, pero fueron de muy poco uso pues la elevada humedad de la zona los inutilizaba.
Destino final
El destino final de los tanques Vickers bolivianos se ha discutido extensamente. En un cierto punto, según lo descripto arriba, los tanques bolivianos fueron atacados y destruidos o capturados por los paraguayos. Por lo menos uno de los tanques de Vickers fue destruido, se sabe pues hay fotos de los restos destrozados. Los dos restantes tanques Vickers fueron ambos capturados. Uno de los vehículos capturados era un Mk.A con ametralladoras llamado "Ina”, que fue fotografiado con un oficial paraguayo sentado encima de él. Este vehículo fue convertido más adelante en monumento por los paraguayos y sobrevivió hasta los años ’70, cuando fue devuelto de nuevo a Bolivia como prueba de paz y donde luego desaparece su rastro.
El otro tanque boliviano capturado por los paraguayos parece haber sido el Mk.B, lo que significa que los restos de la fotografía mencionada anteriormente han sido del segundo tanque de ametralladoras Mk.A. Se ha rumoreado durante mucho tiempo que un tanque Vickers fue vendido a la república española en 1937 junto con una colección de armas de calibres diversos y algunas piezas de artillería.
Las fuentes difieren sobre si esta compra es un mito o no. En un libro del historiador Gerald Howson afirma que la venta de un tanque Vickers por parte de Paraguay a los Republicanos no es un mito sino un hecho, lo cierto es que a la fecha no hay pruebas que acrediten esto.
Investigación: Juan José Martin
Bibliografía
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Sitio internet www.brushfirewars.org Artículo por Kristjan Runarsson.
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Sitio internet www.mailer.fsu.edu/~akirk/tanks/bolivia/bolivia.html
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Blindados de Argentina, Uruguay y Paraguay, Ricardo Sigal Fogliani.