Pero sigue sin gustarme el hecho de tratar a los judíos como una etnia religiosa sin patria, porque seguro que había judíos tan polacos como un católico de Cracovia, o tan ucranianos como un ortodoxo de Kiev. Cuestión de principios.
Es que el problema no está en cómo se sintieran ellos sino en cómo los vemos nosotros, porque finalmente las explicaciones son para nosotros. Por eso la asociación de gentilicios con religiones no siempre es incorrecta per se. Hay casos en que está plenamente justificada, otros en cambio no.
En el caso de la Polonia de antes de la SGM la asociación polaco = católico, o la aclaración judío-polaco, está ampliamente justificada. La Segunda República Polaca (1918-1939) era tal amasijo de localismos-nacionales que en servicio de una explicación metódica y racional es necesario identificarlas por sus respectivos gentilicios y culturas, y la religión es un hecho cultural determinante. Y eso no tiene nada que ver con el tema de los principios.
El asunto de las minorías era el tema fundamental del proyecto nacional polaco:
Segunda República Polaca (1918-1939)
El trato a las minorías no-polacas se convirtió en un asunto de intenso debate entre los líderes polacos. En un mismo momento se enfrentaron dos teorías sobre la política que se debía acometer: una aproximación más tolerante y posiblemente menos asimilacionista que era abogada por Józef Piłsudski, cuyo proyecto de crear una federación Międzymorze con otros estados fallidos tras la Guerra Polaco-Soviética, se enfrentó con la estrategia finalmente prevalecedora abogada por Roman Dmowski (ministro de asuntos exteriores) y Stanisław Grabski (ministro de religión y educación). Dmowski y Grabski veian la solución del problema de las minorías en la imposición de los valores polacos (la lengua polaca y la iglesia católica) a las minorías para alcanzar la asimilación nacional que los haría polacos en la siguiente generación
Stanisław Grabski, ministro polaco para la religión y la educación pública en 1923 y entre 1925 y 1926, escribió que Polonia debe preservarse como un estado de gente polaca. Si fuera un estado de polacos, judíos, alemanes, rusinos, bielorrusos, lituanos, rusos, perdería otra vez su independencia; … es imposible hacer una nación de aquéllas que no tienen 'autoidentificación nacional', que se llaman a sí mismos 'locales' (tutejszy). Grabski también dijo que el objetivo de las políticas polacas debería de ser la transformación de la Mancomunidad en un territorio étnico polaco. http://es.wikipedia.org/wiki/Polonizaci%C3%B3n#Segunda_Rep.C3.BAblica_Polaca_.281918-1939.29
Como se ve en esto de la “pureza polaca” Dmowski y Grabski no andaban muy alejados de las tesis de Hitler, pero desde la versión lingüística-cultural (católica), y no desde el biologismo alemán.
E insisto en que exponer estos hechos no está en contradicción con ningún principio.
Saludos.