12-11-2009
[size=14pt]Introducción[/size]
La composición del blindaje de los tanques alemanes varió a lo largo de la guerra. A continuación se muestran distintas tablas con la composición de las planchas de blindaje según su espesor y la fábrica encargada de hacerlas. Hay un documento que indica que el acero fundido resiste un 20% menos que el acero homogéneo laminado,[1] sin embargo, hay informes y pruebas realizadas sobre tanques Panther y Tiger I que demuestran que no es cierto.[2]
Contenido
* 1 Análisis sobre la supuesta falta de materiales
* 2 Blindaje en el Tiger I
o 2.1 Blindaje Krupp
o 2.2 Blindaje de D.H.H.V.
o 2.3 Estandarización para todos los proveedores
o 2.4 Análisis británico
* 3 Blindaje del Tiger II
* 4 Análisis de Varios Tanques Panther
o 4.1 Análisis Soviético
o 4.2 Análisis Americano-Británico
* 5 Blindajes Defectuosos
* 6 Referencias
o 6.1 Notas
o 6.2 Véase También
[size=14pt]Análisis sobre la supuesta falta de materiales[/size]
Algunos historiadores argumentan que los blindajes alemanes empeoraron su calidad debido a diversos factores. Thomas L. Jentz afirma que no hay documentos alemanes que indiquen el uso de blindajes substándares,[3] pero en ningún momento se fija en la información foránea. El tungsteno (wolframio) deja de entrar en Alemania en 1943[4], así como el molibdeno procedente de Noruega fue detenido a causa de bombardeos en la mina de Knaben, sólo pudieron recibir las existencias de Finlandia y Japón hasta su finalización.[5]. Esto produjo, según Steven J. Zaloga, que en 1943 se redujese el porcentaje de molibdeno de las planchas más gruesas desde el 0,55% usado en 1943, a un 0,25% a mediados de 1944 y a un 0% en 1945.[5] Además, Alemania perdió el control de las minas soviéticas de manganeso, sufriendo también una falta de este material (usado ampliamente en las soldaduras).[5] A todo esto se le unio el uso de aceros con un alto contenido en carbono que a su vez provocaban una soldadura más difícil, lo cual se complicaba más al tener que usar mano de obra forzada para estos trabajos.[5]
Albert Speer cita en octubre de 1944, que o se empieza a fabricar menos tanques, o éstos deben tener un blindaje más fino, porque la falta de cromo no permite seguir trabajando al mismo ritmo.[6]
Aparte de la supuesta falta de materiales, hay pruebas del uso de mano de obra inexperta, como por ejemplo en la fábrica Wegmann Waggonfabrik A.G., Kassel, donde soldaban las torres de los Tiger II. Una torre tenía que estar lista en 6-7 días, pero se demoraban entre 10-12 días, explicando que es debido al uso de mano de obra extranjera.[7] Además, la propia empresa citaba que debido al trabajo realizado, les era imposible llevar un control de calidad extricto.[7]
El conjunto de estas consecuencias devaluó la calidad del acero alemán entre un 10-20% y creó que la mitad de los Panthers tuvieran un blindaje defectuoso (según algunos historiadores),[5] produciendo grietas y trozos de blindaje de menos al ser impactado.
Ante la falta de informes alemanes que confirmen los hechos del descenso de la calidad del acero alemán, hay 3 documentos que avalan estos hechos. En el primero, que está datado del 10 de Octubre de 1943 y redactado por el 503º Batallón Pesado Panzer, se cita que los cañones de asalto soviéticos (haciendo referencia al SU-122 y al SU-152) causaban fracturas en el blindaje frontal y laterales, aun habiendo sido disparados desde distancias de 1500 m.[1] También se cita que el cañón americano de 57 mm (similar al 6 libras británico) podía penetrar al Tiger I desde 800 m y hasta los 1000 m en los laterales y parte trasera.[1] Sin embargo, si tenemos en cuenta que el blindaje de los Tiger I se hacían 3 meses antes de su ensamblaje, los citados por el 503º Batallón Pesado Panzer tuvieron que ser creados en 1942 (al menos el blindaje).
Otro informe datado del 30 de Septiembre de 1943 por el comandante del 506º Batallón Pesado Panzer citaba que el T-34 y los anticarros de 76,2 mm podían penetrar al Tiger I frontalmente desde los 500 m y lateralmente desde los 1500 m.[1] Basándonos en informes anteriores y en las tablas de penetración soviéticas, desde esas distancias es imposible conseguir una penetración contra un blindaje bien constituido. Cabe resaltar, que esas distancias coinciden con las que vienen en el Tigerfibel (manual del Tiger I).
Hauptmann von Villebois, comandante de la 10ª Compañía, también cita como su Tiger I fue impactado por cañones de asalto sobre chasis montados en el casco del T-34, perdiendo trozos de blindaje, uno de dos manos de ancho, así como otros grandes desperfectos en los equipos.[1]