Japón: La alimentación del soldado japonés en combate

Lenz Guderian

13-05-2017

Buenísimo. Para Leer con calma y aprender mas sobre esta guerra tan especial. Las condiciones climaticas en Africa modificaron todo. Las armas, la intendencia. Y los alimentos se ve tambien. Me imagino que todo se descomponia mas rapido. Lo bueno es que ahorraban gas al freir los huevos en la lámina de los vehiculos  https://k30.kn3.net/taringa/2/5/6/9/9/0/48/panzer_arg/B00.gif

TITUS20050

19-05-2017

En esta párte nos toca hablar del ejército americano ya que fue el que más investigo que darles de comer en combate a sus tropas.

ESTADOS UNIDOS  ENTRA EN LA GUERRA

Estados Unidos de Norteamérica es probablemente el país que más se ha preocupado en materia de alimentación  militar no solo desde el punto de vista de la provisión adecuada de comida para sus tropas, sino en su constante investigación y desarrollo de nuevos alimentos aptos para los distintos cuerpos militares en diferentes situaciones de combate. Esto se hace patente sobre todo a partir de la Segunda Guerra Mundial y se prolonga hasta nuestros días.

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Últimos soldados españoles en Cuba año 1898**

                                         

El 14 de junio de 1775 el primer Congreso Continental  crea el Ejército Continental a las órdenes de George Washington para enfrentar a los británicos que habían incursionado en Massachussets, regulando las raciones y contenido, modalidad que se prolongará más allá de los ocho años que duró la lucha por la independencia.

Estas  raciones conocidas como Ración de Guarnición (Garrison Ration) se componía de : “Una libra (453, 6 gr.) de carne de vaca o 3/4 libras de cerdo o una libra de pescados por día, una libra de pan o de harina por día.

Tres pintas (2.25 l) de guisantes o de habas por semana o vegetales equivalentes a un dólar por el celemín (4,5 l) para los guisantes o las habas. Una pinta (0.75 l) de leche por hombre por día, ½  pinta de arroz  o una pinta de la comida india (alimentos a base de maíz) por hombre por semana, un cuarto de galón de cerveza spruce, (Cerveza fabricada por la melaza fermentada y otros azúcares con el exudado de una especie de abeto y a veces con la malta.) o de sidra, por hombre por día, o nueve galones de mollasses (melaza) para una  compañía de cien hombres.

En 1856, Gail Borden Jr. inventa la leche condensada que sería solicitada en grandes cantidades por el ejército de la Unión durante la guerra de secesión (1861-1865) en la que se enfrentaron los estados del norte con los estados esclavistas del sur.

Durante este período de la guerra civil, surgió un producto enlatado a base de carne de cerdo y frijoles producidos por Gilber Van Camp (En la actualidad los productos Van Camp´s pertenecen a ConAgra Foods) que originalmente envasaba frutas y verduras para su propia tienda de comestibles en Indianápolis.

Van Camp, que había sido hojalatero y por lo tanto tenía gran experiencia en materia de enlatados, logró un contrato con el ejército de la Unión para abastecer a sus tropas con judías enlatadas. En 1863 el ejército del norte incorporó la patata en la ración de combate en una proporción de 30 libras para cien raciones, y hacia finales del siglo XIX cuando comienza el enfrentamiento contra España por la posesión de Cuba.

El problema de la alimentación se torno difícil debido a las grandes distancias que separaban a los EE.UU. de las tropas combatientes en particular, las que peleaban en Filipinas,  haciendo muy dificultosa la provisión de alimentos que por otra parte, debido a los bajos estándares de fabricación de las conservas, muchas veces se consumían en mal estado provocando más muertes por intoxicación que por los combates.

El problema logístico fue una constante en todos los tiempos razón por la que  muchos ejércitos estuvieran mal alimentados a pesar del esfuerzo por mejorar sus raciones. En 1902 el ejército estableció la primera escuela de cocineros militares  y en el mismo año, la marina publicó un manual con 100 recetas de cocina.

Dado el avance en los estudios sobre nutrición hacia principios del siglo XX, las raciones incorporaron  proteínas, grasas e hidratos de carbono para llegar a 4000 kilocalorías diarias durante la Primera Guerra Mundial en la que sin embargo, había una ausencia de vitaminas por falta de verduras frescas y frutas.

Pero a pesar de la imagen pacifista y de neutralidad que proyectó  Estados Unidos años más tarde, lo cierto es que siguió preparándose para la guerra porque su expansión nómica se había extendido por todo el mundo y sus inversiones corrían serio peligro ante el avance del nacionalsocialismo, el fascismo italiano, el comunismo de la Unión Soviética y el expansionismo japonés sobre Indochina.

Continua

josmar

21-05-2017

                         

TITUS20050

12-07-2017

Debo pedir disculpas por la demora en continuar publicando este tema de suma importancia para la conduccion de los paises beligerantes de sus tropas en combate, no pude antes debido a unos recurrentes problemas de salud que me impiden dedicar tiempo a la conclusion de estos temas.

Las raciones de Ejercito Americano  (continuacion)

En 1936 se inauguró un centro de investigación y desarrollo (Quartermaster Subsistence Research and Development Laboratory) para dotar a las fuerzas armadas de los alimentos necesarios en guarniciones y combates, que a lo largo de la  Segunda Guerra Mundial sufrirán permanentes modificaciones para adaptarse  a las distintas circunstancias que la experiencia permitió recoger a lo largo del conflicto.

En los primeros cinco años el laboratorio diseñó las  raciones C, D y modificó las raciones A y B siendo la ración K, la última en incorporarse a la dieta de todas las fuerzas armadas estadounidenses e imitada  por otros ejércitos.

La Ración A era una variante de la antigua Ración de Guarnición que  estaba compuesta básicamente con un 70% de productos frescos (carnes y vegetales) para ser servidos calientes en tanto que la Ración B era similar a la A pero compuesta de productos envasados.

De aquella Ración de Emergencia empleada en la Primera Guerra Mundial, deriva la Ración de Campo D (Field Ration D) propuesta para el regimiento de caballería en el año 1932, la que debía contener una barra de chocolate amargo de 12 onzas (340 gr.), mantequilla de cacahuetes y azúcar. Pero hubo de quedar sin efecto dado que el alto contenido de azúcares provocaba demasiada sed.

Sin embargo este experimento sirvió para que en 1937 se volviera sobre el tema del chocolate como fuente nutricional imprescindible en la Ración D y que luego tuviera tanta aceptación

La denominada ración C fue objeto de largos ensayos por parte del SR & DL (Quartermaster Subsistence Research and Development Laboratory) cuyo primer director, el Mayor W Mc Reynolds, era partidario de elaborar una ración que tuviera las mismas características de la alimentación cotidiana del hombre medio americano.

En 1939 se había propuesto una lista de 10 preparaciones a base de carne enlatada en envases cúbicos con tres comidas diarias para tener una alimentación más variada,  pero el objetivo fue demasiado pretencioso y como tecnológicamente no estaban preparados para abarcar todo el proyecto, los menús quedaron limitados a tres, carne con frijoles, carne con guisado de  verduras y carne con picadillo de verduras.

En 1940 fue testada esta Ración C cuyos resultados fueron desalentadores ya que se la encontró incomoda en sus envases, carente de variedad y demasiados frijoles aunque desde el punto de vista nutricional, cubría con todas las exigencias.

Como consecuencia de este informe se modificó el envase de 16 onzas (453 gr.) y se estandarizó al tamaño de 12 onzas (340 gr.); se redujo la cantidad de galletas y se aumentó la cantidad de café con el agregado además, de caramelos duros y de chocolate.

En agosto de 1941 se adquirieron 1.500.000 raciones que tenían como finalidad cubrir las necesidades de los soldados en aquellos lugares donde las cocinas de campo no podían llegar.

Ración de combate K

                                             

Al  ingresar a la Segunda Guerra Mundial, el ejército norteamericano destinó la ración D como de emergencia y suplemento alimentario de otras raciones y la Ración C destinada a la alimentación diaria cuando las fuentes de suministro habituales estuvieran bloqueadas.

Sin embargo, particularmente la Ración C, fue modificada constantemente a medida que las condiciones en los distintos ámbitos de lucha  iban cambiando experimentándose en sus contenidos, envasado, peso, transportabilidad e incluso tratando de hacerla lo más agradable posible al paladar, ya que el soldado en la vida civil siempre estuvo acostumbrado a una buena comida.

Por otra parte la sustitución de ciertos alimentos ante la escasez provocada por los bloqueos, fue motivo para modificar sobre la marcha los requerimientos nutricionales de las Raciones C, su almacenamiento y transporte marítimo, dado las grandes distancias que había entre las fábricas en EE.UU. y las zonas de combate en Europa y Asia.

La Ración de Combate empleada en la Primera Guerra Mundial pasó a denominarse U.S Army Field Ration C y finalmente  Ration Type C debido a las sucesivas modificaciones que sufriera a lo largo de la guerra, tomando en cuenta la disconformidad de las  tropas con los componentes, palatabilidad y transportabilidad de esta ración. 

Pero a estos inconvenientes debió agregarse las dificultades de producción y provisión de sus ingredientes. Sin embargo todos estos fueron el incentivo para seguir investigando y ensayando nuevas mejoras cuyo resultado final se dio tardíamente sobre la finalización de la Segunda Guerra Mundial.

La Ración C, ración individual para ser consumida en un día, estaba integrada por  tres unidades B (bread-pan), tres unidades M (meat – carne) y un paquete adicional. La unidad M1 estaba compuesta de carne y habas; la M2 de picadillo de carne y vegetales; la unidad M3 era carne y vegetales guisados. La unidad B consistía  de galletas, azúcar y café soluble y más tarde se incorporó zumo en polvo para diluir en agua. Luego de ser testadas en latas de 12, 15 y 16 onzas, se llegó en 1940 a estandarizar la Ración C en 12 onzas.

Continua

josmar

14-07-2017

  Es una alegría el ver que te encuentres mejor, y prosigas tan interesante tema....

  Enhorabuena Titus...

Lenz Guderian

15-07-2017

Buenisimo Por alguna razón  pensaría que los estadounidenses la tuvieron mas fácil . pero ya se ve que tambien pasaron por sus propios problemas. Queda calro que este tema es parte importante de la moral de los soldados 

TITUS20050

31-07-2017

Para dar un final que cubra la alimentación de los principales ejércitos en la WWII no podemos dejar de lado el alimento que usaron los principales ejércitos en sus raciones y, que hasta el presente sigue integrando la dieta de muchos ejércitos modernos, EL CHOCOLATE

HISTORIA DEL CHOCOLATE EN LAS FUERZAS ARMADAS

El chocolate, además de sus propiedades energéticas por el alto contenido en hidratos de carbono y grasas, tiene la propiedad de producir una sensación de bienestar debido a la teobromina, un alcaloide que estimula el sistema nervioso otorgando un beneficio adicional al soldado.

Si profundizamos esta investigación vemos que,  Hernán Cortés que desconocía estas cualidades, pudo comprobar empíricamente sus bondades y se lo hace saber al emperador Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico en una de sus cartas cuando se refiere al cacao como bebida: “Una sola taza fortalece tanto al soldado que puede caminar todo el día sin necesidad de tomar ningún otro alimento”.

Lo cierto es que mucho se ha escrito sobre las propiedades energéticas del chocolate y su historia está desarrollada ampliamente en nuestras  páginas pero en esta oportunidad el tema ha de centrarse en la historia y consumo del chocolate sólido y líquido dentro de las raciones militares como alimento, como fortalecimiento moral para las tropas, y que por su alto valor energético y fácil transportabilidad lo convierten en un excelente producto integrado a la dieta del soldado.

Philippe Suchard uno de los pioneros de la industria chocolatera mundial trató de imponer hacia 1870 un chocolate en polvo de bajo costo en las filas del ejército suizo para que fuera consumido como una nueva modalidad para el desayuno en lugar del té o café, enviando muestras e información a todas las guarniciones  del país para que lo probaran.

Philippe Suchard 

                                                 

                                                                               

No cabe duda que Suchard se anticipó al marketing moderno no solo por la técnica empleada para convencer de las bondades de su  producto sino que además le dio el sugestivo nombre de “Chocoladepatronen” (cartuchos de chocolate).

En 1873 su esfuerzo se había concentrado en introducir el chocolate en la guarnición de la región del Gottardo (Gothard) y en 1874 el periódico Schweizer Handels-Courier, publica una nota revelando que el chocolate de Suchard se estaban distribuyendo desde bastante tiempo atrás en los cuarteles de Colombier, Lausanne, Yverdon, Bière, Freiburg y Basilea recibiendo elogiosos comentarios por sus propiedades nutritivas y “fortalecedor estomacal”.

  Entre agosto y septiembre de ese mismo año aparecieron los primeros comentarios sobre este producto y aunque no del todo unánimes, hubo opiniones favorables como la aparecida en el diario Neue Zürcher Zeitung (Nuevo Diario de Zurich): “Esperamos que estos cartuchos que no matan, sean bienvenidos en nuestro  ejército” en tanto que el Luzerner Tagblatt (Periódico de Lucerna) afirma que en los cuarteles  de Bellizona fue testado el chocolate como desayuno a finales de agosto de 1874 y debido a que las tropas no estaban acostumbradas a alimentos tan dulces, no sorprendió que la mitad de los soldados lo hayan desechado por imbebible.

Tres semanas más tarde el mismo periódico comenta que durante unas maniobras militares el consumo de chocolate había dado resultados satisfactorios aunque todavía habían soldados reticentes a consumirlo.

Suchard continuó su propósito de incorporar definitivamente el chocolate en las guarniciones enviando continuamente muestras de sus productos a los oficiales que tenían a su cargo el mando de tropas  y en 1876 les remite una circular donde expone desde su perspectiva los motivos por el cual algunos soldados rechazan el chocolate. “Sabrán seguramente que desde hace  algunos años yo he proporcionado a varios lugares de las milicias suizas el chocolate necesario para el desayuno de las tropas. Una de las principales dificultades a superar [...] consiste en el prejuicio que hace ver al chocolate como una glotonería  o un manjar de mujeres.

Sin embargo, si nos remitimos al artículo  sobre el Chocolate en España veremos que su ingesta a mediados del siglo XVII abarcaba a todas las capas sociales dando un “espectáculo bochornoso de ociosidad al ver al pueblo tomar chocolate a todas horas en las calles” y tildado de “vicio” por la iglesia.

Pero en Suiza a pesar de aquellos prejuicios mencionados por Suchard, hacia 1900 varios ejércitos ya habían adoptado la modalidad de desayunar con chocolate en lugar de café o té lo que por otra parte permitió un gran desarrollo de la industria chocolatera suiza.

Milton Hershey descendiente de una familia alemana que se había radicado en Pensylvania a mediados del siglo XIX hizo su aprendizaje en el mundo de la golosina trabajando desde muy joven junto a maestros en la confección de caramelos. La experiencia adquirida lo animó a intentarlo por su cuenta pero tras varios fracasos y a base de préstamos bancarios (tenía un gran poder de convicción) logró comprar en 1893 en la Exposición Mundial de Chicago, una máquina chocolatera alemana para poner en el mercado norteamericano  al año siguiente una barra de chocolate rellena de praliné  con  el nombre de su nueva empresa: Hershey's Chocolate Company.

En 1908 el suizo Theodor Tobler inventa la famosa barra de chocolate con leche y miel,  Toblerone. Durante el período 1912 -1913 Turquía que ya había tenido un enfrentamiento con Italia el año anterior, se vio envuelta en la guerra de los Balcanes, conflicto armado con Grecia, Bulgaria, Serbia y Montenegro permitiendo que Tobler como otras fábricas de chocolate fueran proveedoras de este alimento para las fuerzas armadas, actividad que se prolongó al estallar la Primera Guerra Mundial.

En 1914 Alemania había desarrollado una gran industria chocolatera  pero su éxito tuvo una vida efímera, ya que el conflicto se había prolongado más de lo previsto, lo que motivó la escasez de materia prima, básicamente como  consecuencia del bloqueo inglés.  La poca que llegaba a través de los países neutrales o de la captura de barcos enemigos provenientes de las zonas de producción, fue destinada íntegramente al ejército a partir de 1916, de manera que el cacao crudo para consumo de la población civil solo era posible obtenerlo a través del contrabando pero además, las fábricas de chocolate fueron reconvertidas para producir materia prima sintética y alimentos básicos. Toda esta situación llevó a que muchas de ellas perdieran  mercados en el extranjero y sus filiales en el exterior fueran expropiadas.

Continua

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