17-10-2006
Línea Maginot y Vallo Alpino
Después de la Primera Guerra Mundial, los países europeos quedaron traumatizados por el gran número de muertos que causó la guerra de posiciones, teniendo en cuenta que no hubo bombardeos aéreos de importancia y que sólo se circunscribieron a acciones tácticas y de poca envergadura. Las tres grandes potencias europeas Francia, Alemania de Italia sabían que el Tratado de Versalles era sólo una tregua y que tarde o temprano el conflicto volvería a comenzar.
La Línea Maginot
Francia en especial, continuó considerando que su enemiga Alemania podía repetir la guerra y quiso tomar medidas preventivas, pero no lo hizo mejorando su preparación militar con nuevas tácticas y estrategias, sino asumiendo que una próxima guerra sería igual a la que recién había terminado, aunque con armamento más sofisticado.
Luego de profundas discusiones los altos mandos militares llegaron a la conclusión que creando una barrera a lo largo de la frontera con Alemania, una especie de Muralla China armada, sería suficiente para impedir una nueva invasión con grandes ejércitos equipados con armas automáticas.
Se crearían para el efecto, una línea de defensa a lo largo de la frontera alemana que fue bautizada con el nombre de Línea Maginot. El establecimiento de la línea no significaban la adopción de un sistema defensivo totalmente estático, sino que permitiría el traslado de tropas para compensar la inferioridad numérica, contando con las ventajas de la defensa estática, pretendiendo encausar los ataques enemigos para poder al menos detenerlos.
Como la mayoría de los altos jefes militares franceses eran sexagenarios o más, el criterio del Mariscal Joffre se impuso ante las propuestas de los más jóvenes Paul Reynaud y Charles DeGaulle impulsores del desarrollo de la aviación y de los vehículos blindados. Joffre obtuvo el apoyo del respetable Mariscal Petain y por su parte André Maginot convenció al gobierno de construir las defensas fortificadas por él propuestas. Maginot era también un veterano de la Primera Guerra Mundial, Ministro de Guerra desde 1928 hasta 1932 y un convencido de que esa guerra no se habría librado si su línea fortificada hubiera existido en 1918.
La línea de fortificaciones de 400 Km. de extensión, desde el Rin hasta Bélgica, no cruzaba el Bosque de las Ardenas, porque los mandos franceses lo consideraban inexpugnable e imposible que un ejército cruzara por él y porque Francia y Bélgica habían firmado una alianza militar en 1920 que le autorizaba a los franceses a desplegar sus fuerzas en territorio belga, en caso de agresión por parte de un tercer país.
Cuando los belgas deshicieron el tratado en 1936, declarándose neutrales, los franceses se vieron obligados a extender sus defensas lo largo de la frontera belga, pero esa línea no tenía los mismos parámetros de seguridad que el resto de la Línea Maginot, en especial si se le comparaba con la existente en los alrededores de Metz, Lauter y Alsacia.
Las obras se empezaron en 1930 a un costo de tres mil millones de francos. La Línea Maginot contaba con tres zonas con tres tipos de obras. La primera zona de avanzada contaba con una red fija de puestos de observación y de contención, obstáculos antitanque, alambradas, ametralladoras y piezas contra carro, todo con acceso subterráneo.
La segunda zona consistía en fortificaciones para asegurar una línea continua de obstáculos, para evitar infiltraciones. Los fuertes fueron construidos para mimetizarlos con el paisaje, pues las cúpulas de acero de 50 cm. de espesor apenas sobresalían del terreno, armadas de cañones de medio y grueso calibre, torretas con periscopios, pozos de los que emergían ametralladoras y cañones de pequeño calibre, todo ello circundado por profundas zanjas con alambradas, trincheras y obstáculos anticarro.
En el subsuelo, entre murallas de cemento de 3 a 4 metros de espesor, se encontraban las instalaciones para alojar l personal, enfermerías, almacenes, centrales eléctricas y telefónicas, ascensores e instalaciones de ventilación y calefacción. La tercera zona defensiva estaba constituida por 108 fortificaciones de aún mayor tamaño y complejidad, construidas cada 15 Km., armadas con cañones de grueso calibre, cañones y armas destinadas a la defensa cercana. Una red de trenes subterráneos comunicaban todo el sistema a través de 100 Km. de galerías para permitir el traslado de armas, municiones y personal de un lugar a otro según las necesidades.
Vallo Alpino
Los italianos también decidieron construir su propia línea de defensa que partía de Ventimiglia hasta Fiume sin tocar la frontera con Suiza. Las defensas del conocido como Vallo Alpino constaba de tres zonas: la llamada "zona de seguridad" era una serie de fortificaciones de primera línea (Operas) cuyo objetivo era evitar un ataque por sorpresa.
La "zona de resistencia", era una segunda serie de "operas" compuesta de fortalezas capaces de resistir un asedio por largo tiempo. Esta segunda zona comprendía fortalezas interconectadas por medio de túneles. El acceso a está línea se impedía mediante una serie de obstáculos anticarro fijos y pasivos, para retardar el avance enemigo y permitir que fuera batida por la artillería de las fortalezas, desde donde se podía realizar un ataque de infantería.
Una tercera zona llamada "Zona de Formación" servía para concentrar las tropas al momento de iniciarse la movilización y tenían a su disposición los medios necesarios para responder la agresión enemiga, iniciando un ataque masivo.
La "zona de seguridad" tenía dos tipos de estructuras. La de tipo A consistía en grandes construcciones excavadas en la roca y reforzadas con al menos tres metros de concreto armado, que tenían cuando menos cinco puestos interconectados por medio de túneles. Las estructuras no tenían comodidades ni estaban equipadas con montacargas para las granadas de la artillería aunque las piezas estuvieran en un nivel elevado.
Como protección contra las armas químicas las galerías poseían compuertas dobles que separaban los diferentes compartimentos los cuales podían ser aislados en caso de un ataque de esa naturaleza. El sistema contaba también con puestos de observación para la dirección de tiro protegidos con cúpulas metálicas y blindajes. El alto costo de estas fortalezas limitó su número.
Las construcciones de tipo B, eran menos sofisticadas pero fueron diseñadas con las mismas medidas de seguridad. Su dotación era reducida acorde con las dimensiones de las construcciones y sus facilidades más reducidas también. Su distribución era difusa a lo largo del Vallo Alpino.
Las construcciones de tipo C, eran mucho más simples y tenían sólo dos puestos de ametralladoras o un puesto antitanque. Para la protección de estas fortificaciones las estructuras tenían paredes o techo de dos metros de concreto armado y eran las menos numerosas de las tres.
Sólo las construcciones de tipo A estaban equipadas con alguna protección de acero o blindaje metálico para acorazar los puestos de observación o los emplazamientos de artillería.
Los contingentes de defensa los constituían elementos de la Guardia de Frontera un cuerpo creado y entrenado específicamente para servir en el Vallo Alpino. En oposición a la Línea Maginot y Sigfrido, las armas de la Guardia de Frontera eran las normales de la infantería equipadas con morteros y lanzallamas en los puestos fijos o móviles y las piezas de artillería de gran calibre databan de la Primera Guerra Mundial. Algunos puestos fueron equipados con dispositivos para el lanzamiento de gas mostaza (Iprite, usado por los alemanes en Ypres durante la Primera Guerra Mundial).
Conclusiones
Toda la inversion que efectuaron Francia con la formidable linea Maginot , Italia con la linea
Vallo Alpino fueron recursos que ambos paises podrian haber empleado en reformar y modernizar sus ejercito.
Alemania para no perder capacidad de defensa frente a Francia se dedico a la construccion por orden de Hitler de la Westwall (linea Sigfrido), otro enorme esfuerzo que quito a los alemanes gran cantidad de recursos en materiales , hombres y hierro , acero etc. que luego necesitarian para atender a la creciente reposicion de equipos generado por curso de la guerra.
Italia nunca recibio ningun ataque en lazona de la linea Vallo Alpino pues estaba dirigida a repeler ataque de Alemania y por consiguiente abandono las fortificaciones recuperando la artilleria y armamento pesado, asi como las tropas encargadas de la defensa de la linea dejando solamente pequeños destacamentos.Aun hoy se pueden ver los fortines abandonados por los italianos en los Alpes.
Francia sufrio el gran fracaso de la defensa estatica pues los tanques alemanes flanquearon la linea y siguieron su marcha triunfante.
Alemania fue la unica que pudo poner a prueva la linea Sigfrido Las defensas se quedaron sin ser probadas, hasta cuando los Aliados lanzaron su llamada Ofensiva del Sarre, que se inició poco después de la declaración de guerra con gran despliegue publicitario y titulares de "gran victoria", pero que no fue tal porque los franceses ocuparon una zona que previamente había sido desocupada por los alemanes al no tener ningún valor, ni táctico ni estratégico
Incapaces de atacar la Línea Siegfried con posibilidades de éxito, los franceses sólo optaron por atrincherarse y esperar. El combate se limitó a tímidos intentos que no pusieron a prueba las defensas porque la infantería francesa resultaba diezmada sólo por efecto de las minas. Los que no eran presas de las minas eran diezmados con las ametralladoras. Los ataques aéreos no hicieron tampoco ningún daño.
Los giros que dio la guerra, hicieron que el programa finalmente fuera cancelado y sólo se reanudó en 1944, cuando ya la suerte de Alemania estaba sellada. Los búnkeres no terminados fueron destruidos y el resto desmantelado. Los grandes cañones navales fueron trasladados a la costa al construir la Muralla Atlántica, primero como apoyo para la planificada invasión de Inglaterra y luego para detener la invasión aliada en las costas del canal, que tampoco tuvo mayor efecto sobre la invasión de las fuerzas Aliadas.
De haberse concluido la Westwall, dotada con los 250 mil soldados que Alemania perdió en la Batalla del Bulga, esas defensas habrían sido, si no inexpugnables, al menos hubieran impedido el rápido avance anglo-americano.