04-04-2013
Hola, foreros!!...
El fenómeno “Kamikaze”, tanto por la palabra como por las imágenes que nos vienen a la cabeza nada más escucharla, no podemos negar que es típicamente japonés. Una definición, sin entrar mucho en detalles, puede ser la de una persona que ofrece su vida deliberadamente para la consecución de un objetivo, en defensa de sus creencias. Salvando la pequeña diferencia de que en Japón los Kamikazes fueron considerados desde su creación como héroes nacionales, asociándolos incluso a cierto tipo de ritos (se llegaron a consagrar en santuarios pertenecientes a la religión oficial), uno puede pararse a pensar a qué se le puede llamar de verdad Kamikaze.
Ya la palabra en sí es un equívoco. Los traductores norteamericanos la confundieron y así quedaría para siempre en la memoria de la gente. Los japoneses denominaban de otra forma a sus voluntarios, ya fueran a morir en la tierra, en el mar o en el aire, aunque al oir “Kamikaze” siempre nos imaginemos a un avión dirigiéndose en picado contra un buque. Efectivamente, desde antiguo hubo hombres en el mundo que en un momento de desesperación o al verse sin recursos, acosados, heridos... o simplemente sabiendo que iban a morir en breve, prefirieron llevarse por delante a unos cuantos enemigos, antes que rendirse o no cumplir la misión encomendada. Otra cosa ya son las unidades especiales de voluntarios que sabían perfectamente en donde ingresaban, con la única finalidad de efectuar una misión sin retorno y sabiendo que deberían de morir en el intento. En esto, Japón se llevó la palma con su Grupo Especial de Ataque Shinpu, el de los pilotos suicidas. Sin despreciar a las cargas “banzai”, los infantes destructores de carros japoneses, los torpedos tripulados o las lanchas explosivas Shinyo. Bagajes de su tradición cultural del Seppuku, el honor y todas esas cosas...
Pero...¿Japón fue el único país que tuvo unidades especiales suicidas?...y sólo voy a referirme a las aéreas. 
Hmmm...veamos. Tendremos también que hacernos una pequeña pregunta, para distinguir lo que es una misión suicida de la que no lo es. Una misión en la que el protagonista tiene pocas posibilidades de salir con vida...(digamos, sobre un 5%)...¿Es suicida o simplemente “arriesgada”?...Yo creo que lo tengo claro... Pero la cosa tiene más trasfondo.
Los japoneses ya hacían un juramento en la escuela en el que se prestaban a defender a su país y a su emperador. Ese juramento podía ampliarse ofreciendo incluso la propia vida para ello. En la “mili” y debido a una serie de circunstancias, ese juramento final fue hecho por centenares de pilotos japoneses. ¿Hubo algún otro país en el que se efectuara algo parecido?...y la respuesta a esa pregunta es sí. Alemania. Y la unidad especial, el Escuadrón Leónidas.
Y alguien me dirá...”...¡Para, para, Heinz!...¿Y lo que pasó el 7 de Abril de 1945 en el Frente Occidental en Europa?...¿No es de pilotos suicidas?...¡Y no era el escuadrón Leónidas”. Y claro, yo me devanaré los sesos buscando y buscando qué demonios pasó en el día de marras, hasta que encuentre lo de los 13 (otras fuentes, depende de quién cuente la historia, hablan de 8 ó 22) bombarderos estadounidenses derribados por los BF-109 del Sonderkommando Elbe, siguiendo la técnica "Taran" (que por cierto, significa embestir en polaco, ruso y búlgaro), y por lo tanto, no se puede considerar suicida. Y además, fijaros en lo que os comenté del juramento...una cosa es arriesgarse en algo de lo que sabes vas a tener pocas posibilidades de salir vivo, pero que se puede salir, y otra afirmar que sabes perfectamente que vas a perder la vida en el intento y que lo asumes por escrito.
Es por eso que vamos a eliminar de vez las maniobras de Ramming o Tarán, efectuadas por pilotos de muchos países a lo largo de la historia de la aviación de combate. ¿Que qué son esas maniobras?...bueno...pues pueden definirse como una aproximación con tu propio aparato a la montura del enemigo, con el fin de quitártelo de en medio embistiéndolo o intentando destrozar con tu hélice ciertas estructuras vitales del contrario. Es evidente que las posibilidades de salir con vida en un ataque de este tipo son escasas, pero también es evidente que éstas se han dado, por lo que no se puede considerar algo verdaderamente suicida.
EL ESCUADRON LEONIDAS
Allá por finales de 1943, unas ilustres cabezas pensantes proyectaron la creación de un grupo muy peculiar, el Staffel V del KG 200 (la unidad aérea de operaciones especiales) al que llamaron pomposamente Escuadrón Leonidas; usando el nombre del héroe espartano que aguantó durante unos días los ataques de los persas de Jerjes en el desfiladero de las Termópilas.
Esta unidad se diferenciaría de las demás al uso en la Luftwaffe en que estaría compuesta por voluntarios que se dice, se rumorea, estaban obligados a firmar un papelito escrito en los siguientes términos:
“Por la presente solicito voluntariamente ser inscrito en el grupo de suicidas como parte de una bomba planeadora humana. Entiendo perfectamente que el empleo en esta capacidad implica mi propia muerte...”
Después de un tira y afloja bastante denso, el aparato elegido para que estos hombres volaran fue la bomba volante Fieseler Fi-103 reformada, en detrimento del Me 348, lo que hizo que durante un tiempo Himmler tuviera un cabreo monumental y amenazara con dar carpetazo al asunto. Lucha de intereses entre gerifaltes. Pero esto no sucedió, y se encomendó a nuestro viejo conocido Otto Skorzenny el estudiar la viabilidad del proyecto, para lo que contactó con la piloto de pruebas Hanna Reitsch, que sería la encargada de testar los engendros a los que se les conocería con el nombre de Fieseler Fi-103R (R, de Reichemberg). Junto con otro piloto de pruebas, Heinz Kensche, se probaron varios de estos matagorriones en varios vuelos sin el valioso motor instalado, allá por el verano de 1944. El Deutsche Forschungsanstalt für Segelflug (la Escuela Alemana de Vuelo con Planeadores) fue la encargada de producir los prototipos. Abundantes, claro, porque se “estazaron” varios.
Hanna Reitsch
El elevado número de accidentes que sufrieron tanto Hanna como Heinz Kensche, fue algo que perjudicó al proyecto. El comandante de el KG 200, Werner Baumbach dijo en voz alta que qué demonios era eso de unidades suicidas en el seno de la Luftwaffe, dejando bastante clara la opinión que tenía sobre el tema..
Werner Baumbach
Imaginemos una bomba volante Fieseler Fi 103 R y fijémonos en su peculiar diseño...con el pulsoreactor situado a poca distancia de la cabeza del piloto, encima de la cabina. Cabina que era más pequeña y estrecha que la del Fórmula 1 de Fernando Alonso. En los vuelos de pruebas de este “aparatito”, Heinz Kensche consiguió salir una vez dificultosamente del habitáculo y salvar su vida. Si era difícil abandonar el aparato sin el motor en funcionamiento (sólo tenían la carena montada), imaginaros como sería la posibilidad del piloto de salir con vida teniendo a pocos centímetros de la cabeza un pulsoreactor que te absorbería tan intensamente como hace un bebé con un chupete...
Albert Speer hizo suyas las opiniones de Baumbach y las trasladó a Hitler. También dijo que le parecía una pérdida de tiempo utilizar la unidad en el frente Occidental, ya que el peligro venía precisamente por el Oriente...y que era mejor suicidarse contra el “peligro comunista” que contra los otros aliados. Toda una declaración de “principios”.
Por último, la idea del Escuadrón suicida fue desechada por Hitler, reconvirtiéndose a los voluntarios en pilotos de una serie de inventos como los Mistel que...bueno... Por lo menos sólo tenían que transportar un bicho con cientos de kilos de explosivo hasta un objetivo y soltarlo allí, pudiendo regresar a casa después...si les dejaban la antiaérea y los cazas enemigos, claro. Pero esa es otra historia, foreros... 
Un Mistel...
Saludos!!
Sin fiarse de todo lo que pone la Wiki, aquí están las fuentes. Las fotos, sacadas de San Google.
http://en.wikipedia.org/wiki/Leonidas_Squadron
http://es.wikipedia.org/wiki/Fieseler_Fi_103_Reichenberg
http://en.wikipedia.org/wiki/Sonderkommando_Elbe
