10-06-2011
El Teniente Hein Bauver se había escondido con su sección de Carros de combate en un pueblo ubicado varios kilómetros al sur de Olpe, una pequeña ciudad en el Ruhr, exhaustos pronto cayeron en un sueño profundo, unas horas después Bauver despertó en el piso de arriba al escuchar voces desconocidas que venían desde la calle, levantándose de la cama quedo boquiabierto al ver una columna de soldados estadounidenses que inspeccionaban su enorme Panther, era obvio que habían saqueado la pertenecías que Bauver guardaba en la torreta, había cartas, fotografías tiradas por el suelo y se habían repartido las raciones de alimento que había escondido en el compartimento de munición, Bauver asombrado pensó en despertar a su tripulación, pero oyo voces dentro de la residencia, dio media vuelta buscando un escondite, los enemigos eran numerosos. Al final un soldado americano saco una granada de su equipo de campaña y la lanzo por la escotilla, hizo explosión con un ruido sordo y salió una columna de humo del interior del Panther, la columna de americanos continuo su avance y la calle quedo vacia
Por la ventana veía su tanque a pocos metros, el humo se había disipado, de pronto volvió a distinguir voces lejanas que se aproximaban, tenia que actuar con rapidez.
Abrio la puerta, repto hacia el carro de combate, trepo por el chasís arrastrándose para no ser visto por los soldados que cada vez los tenia mas cerca, se deslizo cabeza abajo hasta llegar al asiento del acompañante, procurando no hacer ruido cerro la trampilla de acero. De repente se dio cuenta que los americanos se encaramaban de nuevo al Panther, oyo a un soldado gritar a su espalda, el soldado inspecciono el interior y luego lo abandono, el corazón a punto de explotar, los demás soldados se congregaron alrededor del carro, fumando y charlando. A través de la ranura del conductor observo que mas soldados llegaban y se apoyaban en el enorme chasis, la cosa se ponía interesante.
Nerviosisimo Bauver metió la llave de contacto en la ranura, giro la llave, piso el acelerador y pulso el botón de arranque, el rugido del motor de 500 caballos petardeaba y cobraba vida. Los americanos quedaron enmudecidos, Bauver metió una marcha, los soldados reacionaron con rapidez y Bauver descubrió que solo podía andan con la primera marcha, oía el tableteo de las armas y el sonido de los impactos, piso el acelerador a fondo entre los chirridos del sobreesfuerzo del motor, escucho una explosión sorda, supo que había sido alcanzado por un arma de gran calibre, pero el Panther seguía su curso, Bauver distinguía el olor de la gasolina y pintura ardiendo.
Increiblemente el carro logro abandonar el centro del pueblo y dirigirse a las afueras a pesar de los quejidos de la transmisión, al final veía por la ranura lo que podía ser una señal, no había banderas blancas en las ventanas, señal que los aliados no habían llegado allí, de repente volvió a escuchar un impacto muy fuerte, la explosión no fue ensordecedora, el ruido de un proyectil pesado, lo envolvió una ola de calor, Bauver notaba que iba a perder la conciencia, hizo un ultimo esfuerzo por incorporarse, se retorció por el hueco y salió a la libertad. A 150 metros, un oficial había observado toda la escena con sus prismaticos, horrorizado se sio cuenta que el disparo había salido de la posición antitanque ocupada por jóvenes artilleros sin experiencia alemanes, Bauver vivo pero con graves quemaduras en manos y cara fue rescatado por soldados alemanes, durante su rescate los americanos no hicieron ni un solo disparo.
Un saludo compañeros.