13-01-2008
_Opera Nazionale Balilla (ONB)._Parte 1 de 2
***La voz italiana balilla es una deformación del nombre de pila Battista; que hace referencia a Giovanni Battista Perrazo, el adolescente que en 1746 inició (con célebre lanzamiento de piedra a un cónsul austriaco) la insurrección de los genoveses contra la ocupación austriaca.
Todavía hoy puede encontrarse una referencia a este personaje mítico en el himno nacional italiano (Il canto degli italiani, más conocido por “Fratelli d´Italia”), cuando dice: “…i bimbi d´Italia / Si chiaman Ba lilla”.***
Fundación y Distribución.
El culto al Duce tuvo una proyección social extraordinaria y como tal, fue parte principal en la obra de adoctrinamiento y encuadramiento sociales emprendida por el fascismo.
Para la integración de los jóvenes, atención prioritaria del régimen, se creó el 3 de abril de 1926 dependiendo del Ministerio de Educación y del Partido la Opera Nazionale Balilla (ONB), en la que en 1937 estaban integrados unos 5 millones de niños y adolescentes de ambos sexos (de los 4 a los 18 años), divididos según edades en Hijos de la Loba, Balillas, Vanguardistas, Pequeñas Italianas y Jóvenes Italianas, cada una de ellas a su vez estructurada en unidades de tipo pseudo-militar (escuadras, centurias, cohortes, legiones) y todas vinculadas mediante juramento de lealtad personal al Duce.
Todo lo que restaba de organizaciones voluntarias juveniles, quedó integrado en la ONB o suprimido, con la excepción de la Acción
Católica, a la que de todos modos se restringió sus ámbitos de actividad.
De los cuatro a los ocho años, los niños pertenecían a los «hijos de la loba>; a los ocho años pasaban a las «Balilla»; a los catorce años eran «Avanguardisti»; finalmente, a los dieciocho años pasaban a las «Juventudes Fascistas».
En 1929 el control de este ente público pasó directamente del PNF al Ministerio de Educación, para explotar a fondo el reclutamiento en la escuela primaria obligatoria
El carnet del PNF, instrumento habitual de facilitamiento de las carreras
profesionales, sobre todo entre los burócratas y quienes aspiraban a empleos públicos y de integración social, fue concedido a partir de 1923 sólo por períodos limitados y de un modo más bien selectivo a las generaciones adultas, sospechosas de inclinación hacia las ya «superadas» mentalidades «liberal» y «bolchevique».
En cambio, desde 1927 el acceso al partido quedó reservado a los jóvenes de veinte años que hubieran recorrido con constancia las organizaciones fascistas en sus diversos niveles: un recorrido del que la mayor parte de los muchachos y muchachas de los medios populares se separaba desde la escuela primaria.
Para ampliar las dimensiones de un partido que a inicios de los años
cuarenta llegó a englobar a la décima parte de la población adulta del país, se optó de modo preferente por los jóvenes.
Opera Nazionale Maternità e Infanzia(ONMI)
En proporción, la aportación de las organizaciones juveniles fue aún más fuerte en el caso de los Fasci femeninos, en los que se integraban muchachas bien adiestradas para asumir sus papeles públicos de visitantes domésticas de la Opera Nazionale Maternità e Infanzia(ONMI), y para prestar servicio voluntario o profesional en estructuras asistenciales o educativas.
Giovinezza fue el himno oficial del partido, que se ejecutaba en cada concentración y se repetía habitualmente en los noticieros cinematográficos, transmisiones radiofónicas y conciertos, incluso más que la Marcia reale (el himno nacional), a la que se adjuntaba en cada acto oficial.
Aparentemente se trataba de mostrar a la nación y al mundo un régimen que era expresión de juventud.
Así, el régimen promovió medidas para incitar a la nupcialidad, y una insistente propaganda para aumentar la natalidad de las familias, con el fin de demostrar que la nación era joven, fértil y en ascenso demográfico.
Mistica Juvenil.
La «mística juvenil»sirvió para demostrar la implicación de la nación en un futuro prometedor, en contraste con los escasamente prolíficos regímenes liberales como las «decrépitas y corruptas» Francia e Inglaterra, representadas en la propaganda de los movimientos fascistas europeos como potencias en declive.
En 1934 se produjo una ampliación de su actividad a los niños de 6 años,
y se insistió aún más en la implicación de las niñas, de forma separada y vistiendo una camisa blanca en lugar de una negra, en desfiles y actividades deportivas.
Finalizada a los diez años la escuela obligatoria, sin embargo, incluso en
las ciudades constituían una minoría los jóvenes de origen popular que mantenían su afiliación, si bien ésta marcaba a menudo, para los menores y para sus familias, la diferencia entre integración y marginalidad
.
Los niños de familias pobres que accedían precozmente al trabajo, abandonaban fácilmente este tipo de actividades.
Además, la difusión de la ONB se veía fuertemente limitada en el Sur y, en general, en las áreas rurales y montañosas, a pesar de que la inscripción se convirtió en obligatoria en 1939.
Ya en 1934 se convirtió en obligatoria la instrucción premilitar para los
muchachos de 18 a 20 años, mientras que para los más jóvenes se limitó a ejercicios gimnástico-deportivos preparatorios para los ejercicios militares del llamado sabato fascista, recordada como una práctica aburrida y obligatoria por la mayor parte de los participantes.
Era, sobre todo, una jornada de inútil adiestramiento para la marcha en formación a paso romano, que implicaba sin agrado ni entusiasmo a los inscritos en el partido, bajo la batuta de su secretario Starace.
Gioventù italiana del Littorio (GIL)
Replanteando algunos debates suscitados a mitad de los años veinte
entre el ministro Gentile y el entonces secretario fascista Farinacci, a mitad de los años treinta se desarrollaron ásperas divergencias entre los jerarcas fascistas a la hora de situar a la organización juvenil bajo estrecha dependencia del PNF o más bien de las estructuras estatales.
En particular, expresando sus propias opiniones, y, como en otras muchas ocasiones, presentándolas como ideales queridos por los jóvenes, el ministro de Educación Giuseppe Bottai, que albergaba serias dudas sobre la utilidad del adoctrinamiento sistemático y hubiera querido reconocer una cierta autonomía a su propio ministerio en la formación de la juventud, acabó por enfrentarse con el secretario del PNF, que concebía al régimen como la sociedad entera que marchaba encuadrada en cerrada formación militar, a las órdenes directas del partido.
Acabó por prevalecer Starace, que en 1937 decidió la constitución de la Gioventù italiana del Littorio (GIL), con siete millones y medio de adherentes (según datos oficiales), y transformada en una estructura subalterna del partido, asistida sólo por oficiales de las fuerzas armadas.
Gruppi universitari fascisti (GUF)
En 1923 el fascismo impulsó con fervor un particular circuito asociativo,organizado en los años precedentes: el de los estudiantes universitarios y, a continuación, el de las clases finales de las escuelas superiores que daban acceso a facultades universitarias: los Gruppi universitari fascisti (GUF), que tuvieron un rápido desarrollo ya en los años veinte .
Uniforme 1930
En 1934 la inscripción se hizo obligatoria para todos los universitarios, incluido el exiguo porcentaje de muchachas que alcanzaban ese nivel de estudios.
Las jerarquías fascistas dedicaron una atención especial al crecimiento político de los afiliados a estas organizaciones estudiantiles, que eran instruidos como clase dirigente de recambio para el país.
Uniforme 1938
En 1928 el PNF exigió la creación de un campo de deportes en cada población para la práctica atlética, la gimnasia y la lucha.
Sobre todo en los centros urbanos, el régimen destinó edificios reservados como sedes propias organizaciones juveniles, para el disfrute de la radio y el cine, ejercicios militares y deportivos y para vacaciones, además de escuelas, implicando en los proyectos a los mejores arquitectos, inspirados en diseños futuristas que retomaban experiencias de la República de Weimar, o, de forma no declarada, de la Unión Soviética.
En la segunda mitad de los años treinta fueron invitadas a Italia numerosas delegaciones políticas juveniles de naciones sometidas a dictaduras filofascistas, con el fin de concertar actos de hermanamiento.
En estas organizaciones prestaron servicio cerca de 150.000 dirigentes e instructores adultos, en parte voluntarios, pero en su mayor parte retribuidos. También fueron comprometidos otros tantos oficiales y suboficiales de la milicia.
Para forjar los nuevos modelos de comportamiento de los jóvenes y las jóvenes, en 1928 el régimen se dotó de un prestigioso centro de formación de instructores deportivos en Roma, seguido poco después de una ambiciosa institución similar para las entrenadoras en Orvieto.
Se dedicaron programas radiofónicos específicos y bien dirigidos para la infancia y la juventud, que eran escuchados colectiva o individualmente por los adheridos a las organizaciones juveniles, con el fin de reforzar los lazos de grupo y la fuerza sugestiva de los mismos.
Fueron publicados numerosos periódicos especializados según el tramo de edad, con escritos e ilustraciones de los máximos talentos artísticos y literarios italianos, como apoyo ideológico a la construcción de esta cultura de base.
Piccole italiane y Giovani italiane
Para las Piccole italiane, de 8 a 13 años, se trataba de una preparación general para asumir en el futuro el papel doméstico de madre de familia, con resignación cristiana y fascista, en una actitud de politización pasiva. Más activista fue el papel reservado al nivel de edad inmediatamente superior, hasta los 18 años, las Giovani italiane, en general de extracción burguesa y con un discreto porcentaje de estudiantes.
Y aún más lo fue el de las que continuaban hasta los 21 años la adhesión a las Giovani fasciste, con un intenso aprendizaje de actividades voluntarias en servicios asistenciales.
Ningún papel guerrero o vistosamente dirigente se previó en su educación, sino que se optó por los deportes más adecuados y la gimnasia rítmica adaptada a las futuras madres, y a nivel más elitista, por la instrucción para asumir papeles de patronazgo y de control social, mientras no se dejaba de alimentar la emotividad haciendo desfilar sus secciones en las manifestaciones y, sobre todo, solicitando con fuerza en el imaginario femenino la devoción al Duce, contemplado entonces como jefe carismático y figura elegantemente viril y padre de todos los italianos.
Por otro lado, los sondeos efectuados en la memoria de los antiguos balilla y avanguardisti ofrecen en general la impresión de haber participado en las sedes de la ONB en actividades aburridas y obligatorias, en claro contraste con los recuerdos de los juegos y diversiones espontáneas, apacibles y atrayentes de su propio ambiente, lejos de la rígida dirección de los adultos en camisa negra.