**[b]La guerra contra la guerra.
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[size=8pt]*¿Pero llegaría nunca ese día en que se
viera satisfecho el incesante deseo del
hombre? ¿Llegaría nunca el día en que este,
habiendo terminado de subir la cuesta,
pudiera por fin reposar en la cima
conquistada?
Así soñaba el zartog Sofr, inclinado sobre
el venerable manuscrito.
A través de aquel relato de ultratumba,
imaginaba el terrible drama que se desarrolla
perpetuamente en el universo, y su corazón
estaba lleno de piedad. Sangrado por los
innumerables males que todos aquellos que
habían vivido antes que él habían sufrido,
doblado bajo el peso de aquellos vanos
esfuerzos acumulados en el infinito del
tiempo, el zartog Sofr-Aï-Sr adquiría,
lentamente, dolorosamente, la íntima
convicción del eterno recomenzar de todas
las cosas.*[/size]
[size=8pt] Julio Verne "El Eterno Adán"[/size]
Ciertamente el recuento o índice de las guerras seria ilimitado. (Titus) La razón de esto es que "las guerras" son inevitables. Por tanto hay que reducirlas a su mínima expresión. Ninguno de los conflictos posteriores a la SGM se le compara. La conciencia individual tan profunda que ha generado el capitalismo y la era de las telecomunicaciones impiden que a nombre de patria o dios alguno se genere algo igual.
Immanuel Kant, en su texto "la paz perpetua" tuvo los pantalones para proponer y bien en serio, una vía a la erradicación de la guerra. Esto no fue posible. No es posible. El cerebro humano evolucionó en un entorno de cazadores recolectores. La hominización se dió no en un entorno cultural, sino de predación. Las guerras no las inventó el ser humano. Ya estaban ahí cuando llegamos. (Los animales y las plantas no se tratan muy bien entre ellos, y de paso tampoco los dioses en las mitologías, desde las cuevas de Altamira hasta todo monoteísmo). Si se quiere que se terminen las guerras habrá que pensar en un entorno sin humanos. Eso no quita que muchas regiones hayan logrado un nivel de vida y organización que haga de la guerra una vía de resolución de conflicto prescindible. Sin embargo, igual que en la edad de los cazadores recolectores las tierras se acaban y hay que poblar otras nuevas. Ya no hay muchos entornos naturales vírgenes que conquistar. Sin la guerra no habría tal humanidad, pero tampoco sin el deseo de paz, sin el dolor que su ausencia nos genera: Los Trabajos y los Días (Hesíodo) https://blograeca.wordpress.com/2012/12/09/el-mito-de-las-edades-hesiodo-teogonia/
El escenario irresoluble está más profundamente en la raíz de la mente humana. En la intimidad del espíritu del hombre hay muchas contradicciones. Al final, La civilización es muy imperfecta. Pero es lo único que tenemos. Hay muchas guerras que no son calificadas como tal y que son violentísimas: El padre gritándole a su hijo, el hombre aislado drogándose en un cuarto, el patrón robándose el salario de su empleado, la mujer que es abusada, el niño que en un salón sufre acoso, el homosexual que es denigrado por su condición, el anciano que es discriminado por su edad, la mascota que es abandonada por sus dueños, el ciudadano que debe emigrar a un país extranjero abandonándolo todo, el hombre pacífico que es tachado de conformista o "poco competitivo" por aquella mujer a quien quiere, la persona que es aplastada por su propia subjetividad y decide acabar con su vida... Esta lista sería aún más extensa, y ha provocado mas muertes que todas las guerras y toda la malaria juntas. Se llama VIDA. Pero solo es una expresión de ésta. Por cada hombre familia o ciudad que sufre hay una mujer contándole un cuento u oración a su hijo pensando en la mañana que vendrá y se desea feliz. Todos los días son una Divina Comedia.
El hombre es un Dios en miniatura y el pequeño dios está -es cierto- enfermo. Pero el hartazgo no debe adularse mucho tiempo, más bien debe reconocerse -y vivenciarse de parte de quien lo experimenta, aunque sea difícil- como un paso a otra etapa, no la conclusión o el fin. Porqué paraliza. Por cierto hay que decir que muchas guerras se dan por éste hartazgo. ¿El hartazgo de ser humano?. El filósofo Friedrich Nietzsche dedicó toda su existencia lúcida a encontrar explicación y salida a estos problemas. Y ya vemos cómo terminó y cómo fue malentendido. Larga es también la lista de seres pacíficos y generosos que fueron asesinados por causa de su idea.
La cultura humana produce obras bellísimas, desde las incunables hasta las producidas en serie. Una de estas -para bien o para mal es la guerra. La "salvación" de la humanidad no está en el extrañamiento de la misma, o la melancolía por la utopía perdida o arrebatada. Está -tal vez- en uno mismo en lo privado y en el respeto a la naturaleza en lo fundamental. El buen soldado es aquel que no olvida la paz y aquello que lo llevó a la guerra. Este fue el peor error de Hitler y por esto es ahora una caricatura de lo que debe considerarse, en serio, como un loco. Miseria del Wagnerismo.
Otro autor, en este caso no un filósofo que murió virgen (Kant), sino un visionario que viajó extensamente (Julio Verne), en el ocaso de su vida escribió "el Eterno Adan." una obra tardía en el cual una civilización ucrónica y utópica -posterior- a la nuestra se percata de que su prosperidad ideal se basó en camino interminable, un eterno retorno...