28-09-2017
[size=14pt]Antecedentes[/size]
Tras la retirada de los británicos de territorio francés mucha gente en Gran Bretaña se planteaba su futuro, un futuro que se antojaba un tanto complicado. Esa era una reflexión compartida por muchos políticos, jefes, oficiales, soldados y ciudadanos británicos, entre todos ellos se encontraba el teniente coronel Dudley Clarke oficial del Estado Mayor del Ministerio de la Guerra. Clarke, un estudioso de la historia militar, analizaba, mientras paseaba, el porqué de la debacle de franceses y británicos en Francia al tiempo que pensaba en lo que habían hecho otras naciones cuando sus ejércitos regulares habían sido derrotados en el campo de batalla. Mientras pensaba en lo ocurrido recordó como durante la Guerra de la Independencia en España los españoles habían respondido a los agresores franceses atacando a la retaguardia francesa y a destacamentos franceses con pequeños grupos o bandas de "soldados irregulares" ligeramente armados más conocidos como guerrillas o guerrilleros. La guerra de los boers en Sudáfrica también pasó por la mente de Clarke, pero como experiencia personal pudo comprobar sobre el terreno y en 1936 como un puñado de palestinos mal armados, atacando por sorpresa y con una aceptable organización había sido mucho más efectiva que un cuerpo entero de tropas regulares del ejército británico.
Al llegar a su casa Clarke se sentó en su escritorio y , antes de irse a dormir, esbozó un plan para un nuevo tipo de fuerza británica inspirada en los grupos guerrilleros históricos arriba indicados. A falta de un nombre adecuado usó el que en su día habían adoptado los boers que llamaban “comandos” a sus tropas, palabra afrikander que significa unidades militares.
Al día siguiente y ante la coincidencia con su superior en el Ministerio de Guerra, sir John Dill de ideas respecto a la urgencia de despertar el espíritu ofensivo del ejército, Clarke sacó su plan de una página que había escrito la noche anterior y a la vista de la mismaDill adoptó la idea tan pronto como acabó de leerla presentándola de inmediato al primer ministro Winston Churchill.
Churchil encantado ante el proyecto envió al día siguiente un memorandum al gabinete de Guerra, dicho memorandum decía: “Hay que preparar tropas especialmente adiestradas de tipo cazador para crear un reinado de terror en la costa enemiga, cuento con la Junta de Jefes de Estado Mayor para proponer medidas que permitan una incesante ofensiva contra todo el litoral ocupado por los alemanes, que deje detrás un reguero de cadáveres alemanes”. Ese mismo díaDill le dijo a Clarke: “Su proyecto de comandos ha sido aprobado, y deseo que lo ponga en marcha de inmediato. Trate de preparar lo antes posible una incursión a través del Canal”.
En apenas tres semanas Clarke preparó a un grupo de 115 soldados voluntarios que fueron enviados, a Francia, en cuatro botes de rescate aeronaval de la RAF cuya misión era desembarcar en cuatro puntos de la costa francesa al sur de Boulogne para probar las defensas alemanas y hacer algunos prisioneros. La incursión no tuvo el éxito esperado un grupo saltó a tierra y anduvo por una zona de dunas y tierra despoblada durante un tiempo dando vueltas en la oscuridad sin encontrar a nadie ni encontrar nada y finalmente reembarcó un segundo grupo descubrió que la zona elegida era una zona de fondeo de hidros por lo que ni siquiera llegó a desembarcar, un tercer grupo desembarcó cerca de la ciudad de Le Touquet, sorprendió a dos centinelas alemanes a los que mataron, los comandos aún novatos no se molestaron en registrar los cadáveres y revisar los ducumentos que podían llevar, ni siquiera se molestaron en comprobar que era lo que vigilaban esos centinelas. El cuarto grupo en el que iba Clarke como observador, tenía la brújula averiada y por poco se meten en la boca del lobo, de repente se encontraron con un reflector en la oscuridad y de inmediato dieron la vuelta para alejarse de la costa y buscar otro sitio donde desembarcar, habían estado a punto de entrar en el puerto de Boulogne. Al igual que el primer grupo desembarcaron en una playa desierta en la que solo había dunas, desilusionados se prepararon para embarcar de nuevo cundo de repente apareció una patrulla alemana uno de los jefes de los comandos amartilló su ametralladora que tenía un defecto, la recámara cayó al suelo pedregoso de la playa produciendo un enorme ruido que alertó a los alemanes que a su vez comenzaron a disparar a las presuntas sombras con bastante tino porque las balas comenzaron a silbar alrededor de los comandos y su embarcación Clarke resultó herido por una bala que le había rozado la cabeza, de repente los alemanes dejaron de disparar y los comandos se alejaron de la playa antes de que llegaran refuerzos de apoyo a la patrulla alemana.
Los cuatro botes de rescate aeronaval regresaron por separado a través del Canal y ese regreso no estuvo exento de un par de peripecias más que relatamos a continuación y que le sucedió a uno de los botes.
A uno de ellos se le negó la entrada en el puerto británico de Folkeston hasta que se comprobó la identidad de los ocupantes, mientras esperaban se bebieron todo el ron que llevaban esos botes de rescate para reanimar a los aviadores rescatados en las frías aguas del Canalo del mar del Norte, es evidente que tras beberse todo lo bebible y tras permitírseles desembarcar tenían tal melopea que les fue imposible mantenerse en pie y como situación de por si patética resultó que, además, la policia militar los arrestó bajo sospecha de ser desertores.
(Continuará)