06-03-2008
[color=purple][size=16pt]Experiencias de Pierre Rinfet[/size][/color]
[color=navy]de la 26ª Div. Inf U.S. Army[/color]
Estas son las experiencias de Pierre Andre Rinfet, que participó en el U.S. Army en el teatro de operaciones europeo, y que escribió múltiples artículos en su página web, rinfret.com. Lamentablemente después de su muerte, sus descendientes no mantuvieron por mucho tiempo la página, y en la actualidad no existe. Por eso disculpen la extensión, es la única manera de mantener esto circulando en la red.
Pierre Rinfet murió a los 82 años en junio del 2006.
Sería interesante intercambiar impresiones sobre sus experiencias en el entrenamiento y combate y sus opiniones vertidas en este texto.
"Primero que todo, quiero advertirle. No se sienta molesto con esta narración si lo que usted quiere hacer es leer sobre la crema y nata de las fuerzas militares norteamericanas en la segunda guerra mundial. Con esto he tratado de dar una visión desde adentro de cómo lucía realmente el 104° Regimiento de Infantería en la segunda guerra mundial, tal y como yo lo conocí.
Yo no proclamo que otras personas tuvieron las mismas creencias o las mismas experiencias. Lo que hay en este relato son algunas crudas verdades de mi experiencia como soldado. He sostenido estos puntos de vista por más de 50 años.
Un pequeño número de mis lectores han malinterpretado este artículo como quejas. Yo respondo que decir eso es semejante a los puntos de vista de muchos historiadores que cubren con una capa brillante muchos hechos desagradables y horribles de la guerra y el combate.
Cuando yo entré al ejercito en 1943 yo no tenía idea de la guerra, no tenía ideas del combate de infantería y ni idea de cómo sería mi vida en la línea de combate.
Por naturaleza, yo odio la violencia y el contacto físico, deploro el uso de la violencia (eso es para animales, no para seres humanos), aborrezco los deportes violentos y el derramamiento de sangre, y considero que la violencia, en cualquiera de sus formas, como el último recurso de seres depravados y mentalmente enfermos.
Siempre he detestado los poderes dictatoriales de la autoridad, he detestado los aires pomposos de aquellos que no tienen experiencia de ninguna clase y, que sin embargo, pretenden saberlo todo. ¡Particularmente detesto aquellos que no tienen experiencia de combate pero creen saberlo todo al respecto!
Con 19 años de edad conocí a muchas personas así, falsas, y el tiempo me probó que estaba en lo cierto; particularmente dos de nuestros oficiales, mientras que un sargento perdió un pelotón entero en el campo de batalla. Otros podrían yacer ahí y no hacer nada, sin nunca disparar sus armas o enfrentar al enemigo. ¡Ellos no hacían nada de nada!.
Yo supe que nosotros fuimos entrenados para matar pero ninguno a los que conocí realmente sabía como enfrentar el combate. En mis libros se gastaba más tiempo aprendiendo sobre los procedimientos del ejército en lugar de aprender como sobrevivir y operar en combate. Los métodos que empleé en combate vinieron naturalmente, y ellos funcionaron ¡conjuntamente con mi espléndida buena suerte!
Cuando fui al combate, en su forma final y violenta, traté de no sucumbir a él. Hice lo que tenía que hacer pero nunca sucumbí a él. Hice lo que hice pero nunca perdí mi alma ni mi compasión por el hombre.
En una oportunidad yo capturé a ocho alemanes que estuvieron manejando un nido de ametralladoras. Ellos estaban parados con sus brazos sobre sus cabezas cuando uno de ellos se agachó a recoger algo. Yo no le disparé, ni lo golpeé ni apuñalé, pero si lo empujé y lo saqué de balance. Él, idiota, ¡se agachó por un paquete de cigarrillos!. Lo hice tirarlos y eso fue todo.
En otra oportunidad yo estaba manejando un jeep que encontré en el campo de batalla, para llevar a mi sargento de escuadrón (Staff Sergeant Charlie Kos) a un puesto de primeros auxilios, ya que estaba malherido (él sobrevivió a la guerra y ha muerto recientemente de viejo, deduzco). Por el camino me encontré con algunos krauts que habíamos capturado y que estaban marchando en dirección a nuestros campos de prisioneros. Noté que un kraut estaba sangrando profusamente, le ordené que subiera a mi jeep y lo llevé al puesto de primeros auxilios junto a mi sargento.
Es mi creencia que la verdad nos hace libres y que la verdad es la esencia de la democracia. Así que he publicado la verdad sobre el combate que yo conocí, lo mejor que lo conocí. Este artículo es acerca de mis experiencias e impresiones como soldado de infantería que combatió en el teatro europeo de operaciones.
La 26° división de infantería estaba compuesta de tres regimientos de infantería, el 104°, el 101° y el 328°.
Yo no hablaré ni pretenderé hablar por la división entera. Hago notar que otros Gis (particularmente mis queridos amigos Neal Burdett y Jim Haahr), que estuvieron con el regimiento 101° de la División Yankee, me contaron que su regimiento estaba bien manejado y ellos tuvieron enorme respeto por el comandante de su regimiento.
Como resultado de un largo intercambio con Neal Burdett y Jim Haahr yo espero que esté claro que yo solamente hablo sobre el regimiento 104° y el comando de la 26° división de infantería. Simplemente no menciona nada sobre los regimientos 101° y 328° (nunca he escuchado a nadie de estos regimientos).
En esta foto aparezco con un BAR. Y en la otra una fotografía reciente de la tumba de mi hermano Alan Rinfet en Florencia, Italia, muerto en acción por culpa de alguna estupidez del mando.
Aquí estoy, con 77 años a cuestas, y por los pasados dos años, más o menos, todas mis heridas están volviendo a rondarme. Mi pie se ha hinchado y está tan grande y doloroso como estuvo hace 56 años (lo que significa que no puedo caminar).
¡La herida de mi rodilla se ha hinchado y no puedo caminar! ¡Permanezco frío la mayor parte del tiempo y mi audición apesta! Todo esto ocurre al azar, generalmente un síntoma a la vez y no puedo predecir por qué o como ocurre. Los doctores saben menos de lo que yo se. Fui a mi doctora, la cual es muy buena, y su comentario fue !yo nunca había visto algo como esto antes!
yo fui conscripto en Diciembre de 1942, como el primer reclutado de 18 de mi quinta. Yo era ciudadano canadiense y realmente no tenía que ir. Podía haberme rehusado y retornado a Canadá, pero eso nunca me pasó por la mente. Nosotros éramos residentes en los Estados Unidos, y orgullosos de servir (a diferencia de muchos panzas amarillas de ahora). Entré al ejército en enero de 1943. Estuve en combate en Europa por aproximadamente seis meses como scout de avanzada y operador de BAR. Fui seriamente herido y pasé cerca de 4-6 meses en un hospital en el Reino Unido.
Fui honorablemente desenganchado en Noviembre de 1945. Recibí una pensión de incapacidad por cerca de un año, hasta que decidí que no quería el dinero del gobierno y rehusé un examen de mi discapacidad, necesario para recibir la pensión. Yo estoy un 65 % sordo en ambos oídos y lo he estado por los últimos 50 años, PERO me he puesto progresivamente más sordo con la edad. Siempre estoy frío y sufro de severos enfriamientos en mis manos y particularmente en mis pies.
La gente ha querido saber como fue todo y lo que he escrito aquí es como fue, ni más, ni menos. Esta es la verdad, tan bien como la conozco".