El GI Pierre Rinfet

V. Wobst

06-03-2008

[color=purple][size=16pt]Experiencias de Pierre Rinfet[/size][/color]

[color=navy]de la 26ª Div. Inf U.S. Army[/color]

Estas son las experiencias de Pierre Andre Rinfet, que participó en el U.S. Army en el teatro de operaciones europeo, y que escribió múltiples artículos en su página web, rinfret.com. Lamentablemente después de su muerte, sus descendientes no mantuvieron por mucho tiempo la página, y en la actualidad no existe. Por eso disculpen la extensión, es la única manera de mantener esto circulando en la red.

Pierre Rinfet murió a los 82 años en junio del 2006.

Sería interesante intercambiar impresiones sobre sus experiencias en el entrenamiento y combate y sus opiniones vertidas en este texto.

"Primero que todo, quiero advertirle. No se sienta molesto con esta narración si lo que usted quiere hacer es leer sobre la crema y nata de las fuerzas militares norteamericanas en la segunda guerra mundial. Con esto he tratado de dar una visión desde adentro de cómo lucía realmente el 104° Regimiento de Infantería en la segunda guerra mundial, tal y como yo lo conocí.

Yo no proclamo que otras personas tuvieron las mismas creencias o las mismas experiencias. Lo que hay en este relato son algunas crudas verdades de mi experiencia como soldado. He sostenido estos puntos de vista por más de 50 años.

Un pequeño número de mis lectores han malinterpretado este artículo como “quejas”. Yo respondo que decir eso es semejante a los puntos de vista de muchos historiadores que cubren con una capa brillante muchos hechos desagradables y horribles de la guerra y el combate.

Cuando yo entré al ejercito en 1943 yo no tenía idea de la guerra, no tenía ideas del combate de infantería y ni idea de cómo sería mi vida en la línea de combate.

Por naturaleza, yo odio la violencia y el contacto físico, deploro el uso de la violencia (eso es para animales, no para seres humanos), aborrezco los deportes violentos y el derramamiento de sangre, y considero que la violencia, en cualquiera de sus formas, como el último recurso de seres depravados y mentalmente enfermos.

Siempre he detestado los poderes dictatoriales de la “autoridad”, he detestado los aires pomposos de aquellos que no tienen experiencia de ninguna clase y, que sin embargo, pretenden saberlo todo. ¡Particularmente detesto aquellos que no tienen experiencia de combate pero creen saberlo todo al respecto!

Con 19 años de edad conocí a muchas personas así, falsas, y el tiempo me probó que estaba en lo cierto; particularmente dos de nuestros oficiales, mientras que un sargento perdió un pelotón entero en el campo de batalla. Otros podrían yacer ahí y no hacer nada, sin nunca disparar sus armas o enfrentar al enemigo. ¡Ellos no hacían nada de nada!.

Yo supe que nosotros fuimos entrenados para matar pero ninguno a los que conocí realmente sabía como enfrentar el combate. En mis libros se gastaba más tiempo aprendiendo sobre los procedimientos del ejército en lugar de aprender como sobrevivir y operar en combate. Los métodos que empleé en combate vinieron naturalmente, y ellos funcionaron ¡conjuntamente con mi espléndida buena suerte!

Cuando fui al combate, en su forma final y violenta, traté de no sucumbir a él. Hice lo que tenía que hacer pero nunca sucumbí a él. Hice lo que hice pero nunca perdí mi alma ni mi compasión por el hombre.

En una oportunidad yo capturé a ocho alemanes que estuvieron manejando un nido de ametralladoras. Ellos estaban parados con sus brazos sobre sus cabezas cuando uno de ellos se agachó a recoger algo. Yo no le disparé, ni lo golpeé ni apuñalé, pero si lo empujé y lo saqué de balance. Él, idiota, ¡se agachó por un paquete de cigarrillos!. Lo hice tirarlos y eso fue todo.

En otra oportunidad yo estaba manejando un jeep que encontré en el campo de batalla, para llevar a mi sargento de escuadrón (Staff Sergeant Charlie Kos) a un puesto de primeros auxilios, ya que estaba malherido (él sobrevivió a la guerra y ha muerto recientemente de viejo, deduzco). Por el camino me encontré con algunos krauts que habíamos capturado y que estaban marchando en dirección a nuestros campos de prisioneros. Noté que un kraut estaba sangrando profusamente, le ordené que subiera a mi jeep y lo llevé al puesto de primeros auxilios junto a mi sargento.

Es mi creencia que la verdad nos hace libres y que la verdad es la esencia de la democracia. Así que he publicado la verdad sobre el combate que yo conocí, lo mejor que lo conocí. Este artículo es acerca de mis experiencias e impresiones como soldado de infantería que combatió en el teatro europeo de operaciones.

La 26° división de infantería estaba compuesta de tres regimientos de infantería, el 104°, el 101° y el 328°.

Yo no hablaré ni pretenderé hablar por la división entera. Hago notar que otros Gis (particularmente mis queridos amigos Neal Burdett y Jim Haahr), que estuvieron con el regimiento 101° de la División Yankee, me contaron que su regimiento estaba bien manejado y ellos tuvieron enorme respeto por el comandante de su regimiento.

Como resultado de un largo intercambio con Neal Burdett y Jim Haahr yo espero que esté claro que yo solamente hablo sobre el regimiento 104° y el comando de la 26° división de infantería. Simplemente no menciona nada sobre los regimientos 101° y 328° (nunca he escuchado a nadie de estos regimientos).

En esta foto aparezco con un BAR. Y en la otra una fotografía reciente de la tumba de mi hermano Alan Rinfet en Florencia, Italia, muerto en acción por culpa de alguna estupidez del mando.

Aquí estoy, con 77 años a cuestas, y por los pasados dos años, más o menos, todas mis heridas están volviendo a rondarme. Mi pie se ha hinchado y está tan grande y doloroso como estuvo hace 56 años (lo que significa que no puedo caminar).

¡La herida de mi rodilla se ha hinchado y no puedo caminar! ¡Permanezco frío la mayor parte del tiempo y mi audición apesta! Todo esto ocurre al azar, generalmente un síntoma a la vez y no puedo predecir por qué o como ocurre. Los doctores saben menos de lo que yo se. Fui a mi doctora, la cual es muy buena, y su comentario fue “!yo nunca había visto algo como esto antes!”

yo fui conscripto en Diciembre de 1942, como el primer reclutado de 18 de mi quinta. Yo era ciudadano canadiense y realmente no tenía que ir. Podía haberme rehusado y retornado a Canadá, pero eso nunca me pasó por la mente. Nosotros éramos residentes en los Estados Unidos, y orgullosos de servir (a diferencia de muchos “panzas amarillas” de ahora). Entré al ejército en enero de 1943. Estuve en combate en Europa por aproximadamente seis meses como scout de avanzada y operador de BAR. Fui seriamente herido y pasé cerca de 4-6 meses en un hospital en el Reino Unido.

Fui honorablemente desenganchado en Noviembre de 1945. Recibí una pensión de incapacidad por cerca de un año, hasta que decidí que no quería el dinero del gobierno y rehusé un examen de mi discapacidad, necesario para recibir la pensión. Yo estoy un 65 % sordo en ambos oídos y lo he estado por los últimos 50 años, PERO me he puesto progresivamente más sordo con la edad. Siempre estoy frío y sufro de severos enfriamientos en mis manos y particularmente en mis pies.

La gente ha querido saber como fue todo y lo que he escrito aquí es como fue, ni más, ni menos. Esta es la verdad, tan bien como la conozco".

V. Wobst

06-03-2008

[color=navy][size=12pt]Trasfondo[/size][/color]

"Para ser honesto sobre el U.S. Army en la segunda guerra mundial tengo que resaltar que las fuerzas militares de Estados Unidos estuvieron cortos de dinero durante la década de 1930 y no tuvieron mucha consideración del gobierno. Decir que estuvieron hambrientos de dinero es ser cortos con la verdad.

No hubo desarrollo de armas desde 1918 y el desarrollo y la investigación tal y como la conocemos no existía. Casi todo el equipo con que entramos en la segunda guerra eran restos de la primera guerra. Solamente la aviación recibió mucha atención y allí algún progreso tecnológico, ¡Pero ninguno ocurrió para el equipamiento de infantería!.

Cuando entré a la escuela de entrenamiento de infantería en Fort Mc Clellan, Alabama, la inmensa mayoría del equipo eran sobrantes de la primera guerra. Eso incluía la cantimplora, el kit de primeros auxilios, el equipo de cocina, las polainas, el fusil Enfield, los cartuchos (toda la munición estaba fechada en el cartucho mismo), la pala y el equipo de campo. Después fui equipado con un Browning Automatic Rifle (BAR), con el cual entré en combate, y que fue producido en 1917 en la Armería Springfield!

Ud. puede no creer lo siguiente, pero es también es todo real. Pregúntele a cualquiera que estuvo ahí cuando yo estuve:

• ¡Nosotros fuimos entrenados y fuimos al combate con armas que fueron producidas ANTES O DURANTE la primera guerra mundial (1914-1918)! Esas armas estaban obsoletas, y el mejor ejemplo es que el fusil de infantería era el accionado por cerrojo Enfield (la versión norteamericana del británico Lee-Enfield). Yo entrené con él y entrené a otros con él. Después, por supuesto, el Garand fue desarrollado y fue una buena arma semiautomática (pero no genial).

• Mi BAR, con el cual combatí, fue producido en 1917 por la armería Springfield y era algo enojosa como arma, especialmente con el demasiado frecuente encasquillamiento. Lo odié con pasión y la consideré como un arma incómoda.

• Mi cinturón de munición estaba hecho de tela y venía de la primera guerra. Cuando llovía era imposible sacar los cargadores fuera del cinturón, y si tu estabas boca abajo y bajo fuego ¡Tú no podías sacarlos del cinturón a menos que rodaras o te levantaras! Si hicieras eso, por supuesto serías un excelente blanco. ¡Yo fui al combate con ese estúpido, incómodo y podrido cinturón de munición y lo odié con pasión hasta que lo tiré y llevé los cargadores en los bolsillos de mi chaqueta!

• Nosotros no teníamos artillería para entrenar y usábamos troncos sobre ruedas para el entrenamiento de artillería. Para disparar la artillería en combate simulado, en maniobras, debíamos gritar “BANG”. ¡Eso significaba que la pieza de artillería había sido disparada!

• En el combate real seguíamos empleando algunas piezas de artillería de la primera guerra, pero la mayoría era nueva, pero marcadamente inferior a las piezas rusas y alemanas.

• Empleábamos palos de escoba cuando entrenábamos, ya que no teníamos suficientes armas genuinas para hacerlo.

• No teníamos armas anti-tanque que tuviesen algún valor. Tuvimos un arma anti-tanque que era una pieza con calibre .50. Era un dispara-guisantes, absolutamente inútil contra cualquier tanque normal. Era un arma diseñada para ver muertos a sus disparadores y nada más que eso: ¡Note cuan pequeño es este cañón anti-tanque! ¡Era una pieza de chatarra; un dispara-guisantes sin valor, pero enormemente peligrosa para sus artilleros! ¡Chatarra asesina de primera clase! 

Más tarde habían howitzers anti-tanque y tanques anti-tanques (tank destroyers) y eran buenos, pero los de los alemanes eran muchísimo mejores.

• También entrenamos con una nueva invención; la bazuca. Sin embargo, el entrenamiento entero para bazucas eran réplicas de madera de las bazucas, así como también los cohetes. Cuando “disparábamos” una bazuca en entrenamiento debíamos hacer un silbido, para emular el disparo. ¡La primera bazuca que disparé fue en combate!

• Los zapatos eran zapatos de diario. ¡Y no habían zapatos diseñados para la guerra hasta que la guerra estaba cerca de su final! Creo que el pie de trinchera fue la mayor causa de bajas en todas las fuerzas militares norteamericanas en la segunda guerra mundial. El pie de trinchera era el resultado de usar zapatos que no protegían tus pies ni del agua ni del frío".

V. Wobst

06-03-2008

• "Algunos miembros de la división 26° me han negado que empleábamos polainas, pero hay fotografías que lo comprueban! Las polainas eran lienzos ajustados al extremo de las piernas y los pies y sujetas con broches. Ellas eran empleadas sobre zapatos regulares y NO ofrecían protección contra el agua, la nieve, barro o la humedad.

• ¡En algunos momentos parecía que la entera retaguardia tenía botas de combate! ¡Los GIs que las necesitaban no las tenían, mientras que los Gis que no las necesitaban las tenían! ¡Y el estúpido comando nunca se esforzó para que las tropas combatientes tuviesen las botas primero!. Cientos y cientos de tropas combatientes tuvieron pies de trinchera y no fueron capaces de combatir más: ¡terminaban en el hospital! ¡Muchos de los que sufrimos pie de trinchera sufrimos por ello hasta el día de hoy! ¡Yo debo usar calcetines para dormir cada noche!

• Las palas asignadas a la infantería eran todas de la primera guerra mundial, y eran prácticamente inútiles si intentabas excavar un agujero bajo fuego de ametralladoras o artillería. Yo terminé cargando una pala de la infantería alemana, que podía ser convertida en un pico en un instante y que definitivamente era superior a nuestro juguete.

• Los tanques y los vehículos de reconocimiento eran un horror y el primer tanque norteamericano producido para la segunda guerra mundial era un absoluto desastre. Era el Grant (el general debe haberse revolcado en su tumba). ¿Cuáles eran sus desventajas? Para empezar: un perfil muy alto, un área frontal muy vertical, un cañón principal que no podía orientarse más de 30 ° así que el tanque entero tenía que ser girado para apuntarlo, escotillas de escape situadas en los laterales, en vez de atrás... Esto después de que las características de los tanques alemanes eran conocidos por todos desde 1939. ¡Cualquiera que diseñara el Grant aparentemente no hizo ninguna investigación, o fue diseñado por un comité!

En resumen, nosotros estabamos mal preparados para la guerra, no teníamos equipo moderno y usábamos sobras y restos, y comenzamos la guerra con toda clase de cosas obsoletas de la peor clase. Pero fue peor que lo he mencionado: nuestros dirigentes pensaban que la guerra sería ganada en el aire. Esto significó un amplio esfuerzo para desarrollar y producir nuevos aeroplanos. Pero también significó que la infantería estaría estancada y las innovaciones fueron reducidas. Todo lo que hicimos, en esencia, fue copiar, duplicar, replicar y producir el equipamiento de infantería de otras naciones.

Esto es lo que John Keegan, famoso historiador militar, dijo sobre el Sherman, nuestro principal tanque en la SGM: “ Los británicos fueron extremadamente dependientes del Sherman, contando con su confiabilidad en acción, facilidad de mantenimiento, y el mero peso del número, para compensar su inferioridad frente a los Panthers y Tigers alemanes. El U.S. Army tenía una regla para esto, la regla del pulgar, donde tomaba cinco Shermans para destruir un Panther”

El mejor avión destructor de tanques era ruso, el mejor piloto destructor de tanques era alemán (el fue asesor de Fairchild en el desarrollo del A-10 [de la cual yo fui asesor ocasional]), la mejor pala de infantería era alemana, la mejor artillería era alemana (el flak 88), la mejor ametralladora ligera era alemana, la mejor arma de asalto era alemana (el MP-44).

Respecto al Mp-44: esta fue una de las armas innovadoras, conjuntamente con el “Falschirm Gewehr” (sic), que fue desarrollado exclusivamente para las fuerzas paracaidistas. Otra vez los alemanes fueron primeros. El capitán “Dutch” Schultz me contó que los GIs, en su búsqueda de souvenires, preferían coger al Mp-44. Nunca lo usaban en sus patrullas, por el distintivo sonido del arma. ¡No querían que sus compañeros le dispararan! (yo tuve uno, y nunca lo usé por la misma razón)".

V. Wobst

06-03-2008

[color=navy][size=12pt]Entrenamiento[/size][/color]

"Ese soy yo, portando el estandarte de la compañía en Fort McClellan, Anniston, Alabama, en la primera mitad de 1943 (noten las bayonetas caladas). Yo era considerado el “portaestandarte” y se suponía que era un honor pero yo nunca tuve ningún beneficio o paga extra por ello. Esta fotografía es previa al “entrenamiento” con la 26° División de Infantería. El oficial al mando del entrenamiento en Fort McClellan era el teniente Rounsville. ¿Habrá sobrevivido? No lo sé pero espero que sí. El era un oficial muy bueno.

Yo fui afortunado. Entrené desde el primer día para el combate de infantería. Los soldados de mi regimiento 104° no siempre fueron tan afortunados. La mayoría de ellos tenían una cantidad mínima de entrenamiento antes de que fueran al combate tan verdes como llegaron.

El entrenamiento en si mismo era terrible. Muchos de los oficiales estaban tan verdes como a los que estaban entrenando y muchos de los NCOs estaban aún más verdes. ¡Teníamos un teniente que nunca aprendió a ponerse las polainas correctamente! Sin embargo, tengo que reconocer que había excepciones: Dos vienen a mi mente; uno era mi sargento de pelotón Charlie Kos y el otro era mi oficial de pelotón, llamado teniente Winters (olvidé su nombre de pila).

Éramos sobre-ejercitados y tratados, a veces, brutalmente. Recuerdo a un muchacho en nuestra compañía que era tan gordo que difícilmente cabía a través de una puerta. Ellos hicieron que el chico hiciera marchas de 25 millas. Naturalmente, colapsó. Nos acostumbramos a hacer marchas forzadas con sol terrible y aproximadamente 125° F. ¡En una de ésas comenzamos 800 hombres y terminamos con menos de 50! Todos los demás colapsaron a lo largo del camino. ¡Mi amigo Henry Wojcicki y yo solo lo logramos poeque teníamos 19 años! Cuando finalmente fuimos al combate estabamos tan quemados que eramos incapaces de realizar una marcha forzada de diez millas. Tuvimos que hacer una en combate y casi todos se derrumbaron de agotamiento.

El entrenamiento propiamente dicho consistía en ejercicios (flexiones, flexiones y flexiones, etc.) y yo particularmente no recuerdo ningun ejercicio que nos enseñara a sobrevivir realmente en combate. El entrenamiento consistía en mantener a todo el mundo ocupado. Una de las razones por las cuales sobreviví al final era porque acostumbraba sentarme en la “Rec Hall” (sala de recreación) y leía todos los manuales de entrenamiento que habían allí.

Las maniobras eran una broma, una muy graciosa, pero a veces eran mortales y un soldado tras otro perdieron su vida a causa de la estupidez del comando durante ellas. La mayoría de los mandos eran de la guardia nacional, y para mí eran como soldados de fin de semana que se crecían en el mando a causa de su antigüedad en el servicio. La mayoría eran incompetentes y no tenían mayor conocimiento de la guerra del que yo tenía. Muchos de ellos iban detrás de las medallas sin esfuerzo.

Una vez, en las maniobras fuimos forzados a arrastrarnos bajo fuego real de ametralladora. El fuego de ametralladora comenzó a moverse hacia nosotros, en lugar de ir por encima de las cabezas de los GIs que estaban tumbados. Todavía recuerdo 4 ó 5 que murieron en ese fiasco.

El río Cumberlano era un rápido torrente que teníamos que cruzar durante las maniobras. Como resultado de una terrible decisión tomada por el oficial al mando, Coronel Colley, 21 hombres del regimiento se ahogaron esa mañana intentando cruzar el río.

¡No solamente el entrenamiento era una broma, sino que fuimos al combate con armas que ninguno de nosotros había disparado alguna vez! El BAR con que fui entrenado y que había calibrado la mira me fue quitado cuando abordamos las naves hacia Francia. En el barco me fue dado otro BAR nuevo de paquete y al que nunca habían ajustado las miras, y fuimos al combate con esas armas que nunca fueron siquiera disparadas!"

V. Wobst

06-03-2008

[color=navy][size=12pt]En combate[/size][/color]

"EL COMBATE ES EL CAOS ETERNO. ¡LA ÚNICA COSA QUE IMPORTA ES QUE EL ENEMIGO ESTÉ EN MAYOR CAOS QUE EN EL QUE TU ESTÁS!

Fuimos al combate en zapatos de vestir. No obtuvimos botas de combate sino hacia finales de octubre de 1944. ¡En ese tiempo casi todo el mundo en la retaguardia tenía sus botas!

Con las armas, pasó lo que mencioné más arriba. Nadie, pero nadie, tuvo oportunidad de poner a cero las miras de sus armas antes del desembarco en “Easy Red” en Normandía. Yo “puse a cero” mi BAR en combate! Lo hice, durante pausas en el combate, con objetivos que podía escoger hasta que casi acertaba. Fuimos al combate en invierno sin, repito, SIN, ropa de invierno de ningún tipo. Vestí un sobretodo hasta mediados de noviembre del 44.

La comida era una broma, y frecuentemente no nos daban ninguna, excepto una lata de 2 pulgadas de queso para varios días. Yo nunca, pero nunca, olvidaré que nuestra cena de navidad consistió en raciones K que incluían un paquete de limonada. La barra de chocolate (dura como el cuero) era buena.

Nos quedábamos sin apoyo de artillería frecuentemente. La artillería estaba limitada en la base de cuantos proyectiles podían disparar al día (mi memoria dice 8 disparos al día, pero ¿Quién puede recordar un detalle como ese?). ¡Una llamada pidiendo artillería tenía que ser aprobada por los más altos niveles!

En una ocasión, andábamos escasos de cartuchos de rifle y nos prestábamos entre nosotros. Mi rifle consumía 20 balas de una vez, todas en un cargador (Un antiguo oficial me escribió para decirme que no se decía “clip” sino “magazine”, le respondí ¿Y qué?) Yo tenía un asistente para cargar munición (Henry Wojcicki alias Henry Wick) que nunca tenía mucha munición para cargar, ya que no teníamos mucha en existencia. Nunca me quedé sin munición porque la controlaba escrupulosamente. ¡Estaba aterrorizado de que me cogieran sin balas!

La gasolina, la comida y la munición eran pesadillas continuas. NO solamente nos quedábamos sin ellos, sino que nunca sabía si nos traerían más. ¡Todo, todo, era escaso!

De lo que más estábamos escasos era de hombres, soldados.

En un punto en los ataques alemanes los reemplazos eran conducidos directamente al frente, si, la línea del frente. En nanosegundos se encontraban en combate. Una de las personas con las que crecí se llamaba May Sigmann, y el fue muerto cuando se bajaba de un camión cargados con reemplazos cuando era descargado directamente en el frente. ¡Nunca tuvieron una oportunidad! ¡Ellos fueron muertos aún dentro del camión!

Ellos murieron en vano.

Mucho, mucho después pude hablar con un soldado alemán que capturé en un sitio llamado Moncourt Woods y cuando le pregunté por qué nosotros los derrotamos su respuesta fue: “Ustedes estaban tan perdidos que nosotros nunca podíamos saber que cosa iban a hacer”.

Nosotros estábamos siempre congelados, mojados y hambrientos. Desde octubre llovió o nevó todo el tiempo y no teníamos ropa ni equipo apropiado para esa clase de clima. No teníamos ninguna manera de obtener comida caliente y teníamos que comernos las raciones frías, frecuentemente en la nieve o lluvia. Dormíamos mojados, exhaustos, hambrientos, totalmente miserables!

El barro estaba en todas partes y en aquellos meses los tanques, jeeps y camiones podían quedarse atascados. El “Ejército en movimiento” se convirtió en el “Ejército atascado” a partir de Noviembre. Si queríamos movernos teníamos que emplear las autopistas y los caminos pavimentados. ¡Era mejor morir moviéndose que morir congelados en el fango!

Vi un soldado tras otro dispararse a sí mismos para ser sacados del combate. La mayoría se disparaban en la palma de la mano o en un pie. Todas esas heridas autoinflingidas eran investigadas, pero lo que pasaba con aquellos que se herían a sí mismos es desconocido para mí.

La mayoría de los soldados nunca disparaban sus armas. Un GI de Carolina del Norte (recuerdo su nombre como si fuera el mío – Red – pero no lo vi mas desde que fuera herido d gravedad más tarde), el cual estaba junto a mi en un ataque a una posición alemana en el camino a Coblenza, se rehusó a disparar su rifle porque “si lo disparo, luego tendré que limpiarlo”. Recuerdo su nombre y su cara como si fuera ayer. Era un cretino.

Un historiador militar, S.L.A. Marshall, dijo una vez que no más de un tercio de todos los hombres en combate disparaban sus armas. Concuerdo con él ya que esa fue mi experiencia.

Nosotros teníamos pocos o ningún mapa. Como explorador obtuve una brújula de un oficial que tenía varias brújulas pero no tenía mapas! El señalaba un punto en el campo o un pueblo y decía “ustedes van hacia allá.”

Los reemplazos estaban muy verdes, ya que parecían carecer del entrenamiento más mínimo. Eran carne de cañón y eran muertos tan pronto como llegaban al combate.

[color=navy][size=12pt]Información de combate[/size][/color]

Yo era un “explorador de avanzada” lo que significa que estaba al frente de toda la compañía y hacía exactamente lo que el título dice: exploraba el terreno y buscaba al enemigo. Tenía la mayoría del tiempo un segundo explorador. Entre los dos se suponía que encontrábamos al enemigo. Obteníamos nuestras direcciones y objetivos generalmente del oficial al mando (quienquiera que fuese en ese momento). Si nos disparaban (la mejor manera de detectar al enemigo) nuestro trabajo era localizar la posición del enemigo, adivinar su fuerza y darle la información al jefe del pelotón. Esta es una versión idealizada del procedimiento.

En toda mi experiencia de combate, es casi increíble pero lo siguiente es escrupulosamente cierto:

Nunca sabíamos donde estábamos exactamente.

La mayoría de las veces no conocíamos el nombre de los pueblos, villas y ciudades a menos que nos metiéramos dentro.

Yo, rara vez tenía una brújula, aún cuando se suponía que indicaba el camino.

Igualmente, nunca tuve un mapa. Con demasiada frecuencia, los oficiales tampoco los tenían.

Las señales en los caminos generalmente no servían porque los alemanes cambiaban sus direcciones o las destruían. Todos los carteles con los nombres de los pueblos o direcciones eran generalmente tapados o destruidos.

Para obtener nuestras direcciones de marcha generalmente subíamos con un oficial a la cumbre de una colina donde me señalaban a donde debíamos ir. Desde el punto de vista de exposición al enemigo era una locura. A veces las indicaciones eran “ir tras el enemigo” y de hecho nunca estuvimos seguros de quien estaba en nuestros flancos, o la ubicación de otras compañías amigas.

Cuando había mapas, eran terriblemente faltos de precisión. Podía suceder que llamábamos por fuego de artillería y éste caía cientos de metros de donde se suponía que tenía que caer. Nuestra artillería no era tan imprecisa. ¡Todo era por los mapas!

En el día de hoy yo se que caminamos a través de Francia hasta el interior de Alemania. Pero, sin embargo, si me preguntan por donde caminamos, donde peleamos, cuáles eran los nombres de los pueblos y ciudades que tomamos (excepto Nancy), donde peleamos nuestras batallas, donde destruimos al enemigo, tengo que contestar:

“No tengo ni la más nebulosa idea! No tengo idea de las direcciones que tomamos o atacamos o cualquier otra cosa que involucre a la geografía. Por lo que recuerdo, bien podríamos haber estado en la luna!”

Tal vez en los pelotones de retaguardia, pero en el frente se sabía poco, por no decir nada. Simplemente era una horda de soldados moviéndose hacia delante hasta que encontrábamos al enemigo. Y la batalla era un caos donde en ocasiones cuando te encontrabas solo con un compañero pero no podías encontrar ni tu propia compañía."

Después continúo, aún me quedan 17 páginas en Word  <<28

Saludos.

josmar

09-03-2008

Francamente demoledor.... <<10

Hasek

10-03-2008

Muy bueno Wobst, ya quiero leer las 17 páginas restantes  <<22

Saludos  <<36

Fug

22-04-2008

Pues continua, que es mi interesante.            Saludos.

Deleted member

19-05-2008

Muy bueno el tema , estaré al esperando .

Bruno

24-05-2008

Excelente colega Wobst.  recien descubro tu artículo 

Deleted member

24-05-2008

buen articulo, aunque deja entrever que el equipo era algo precario y anticuado

saludos

Balthasar Woll

24-05-2008

No lo habia visto hasta ahora, excelente relato Wobst, espero ver pronto los siguientes capitulos.

Saludos

gaffer

07-06-2008

No lo habia visto hasta ahora, excelente relato Wobst, espero ver pronto los siguientes capitulos. Saludos

me suscribo a lo dicho , me ha enganchado.

saludos

centinela talako

08-06-2008

Podrías subir el archivo en Word para que lo descarguemos.

Excelente relato.

Deleted member

08-06-2008

Podrías subir el archivo en Word para que lo descarguemos. Excelente relato.

seria una buena idea colega rusito 

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