04-01-2010
El origen
En julio de 1937, cuando el conflicto chino japonés se convirtió en una guerra abierta, la Fuerza Aérea China estaba en una situación crítica. Contaba con menos de cien aviones de combate operativos, y tenía una escasez todavía mayor de pilotos entrenados. En agosto, tras la firma del pacto de no agresión entre China y la URSS, los chinos pudieron contar con la ayuda soviética. Por una cláusula secreta de dicho pacto la URSS se comprometía a suministrar a los chinos asistencia militar, aviones, pilotos y técnicos. A partir de entonces los pilotos voluntarios y los aviones soviéticos sirvieron para evitar un dominio absoluto del aire por parte de la aviación japonesa. Pero cuando tres años después expiraron los acuerdos con la URSS, la situación política había cambiado radicalmente. La Unión Soviética había firmado el pacto Molotov-Ribentropp con Alemania y había iniciado un acercamiento con el Eje que incluía la firma de otro acuerdo con Japón, que se estaba negociando en esos momentos. El gobierno chino se vio obligado a buscar la ayuda de otra potencia. La alternativa estaba clara: Estados Unidos.
En 1941 los chinos decidieron enviar una misión a Estados Unidos para conseguir su ayuda, reclutar pilotos y comprar aviones. El presidente Roosevelt estaba decidido a ayudar a los nacionalistas chinos, y ya estaba considerando ampliar la Ley de Préstamo y Arriendo, originalmente aprobada para apoyar a Gran Bretaña en su guerra contra Alemania, para dar ayuda militar directa a Chiang Kai-Chek. Formando parte de la delegación china viajaba el estadounidense Claire L. Chennault, consejero de la Fuerza Aérea China. La intención del gobierno chino era que Chennault crease una fuerza de combate con aviones y pilotos estadounidenses integrada en la Fuerza Aérea China. Chennault tenía entonces 50 años. Se había formado como piloto en la Primera Guerra Mundial, había servido más tarde como instructor de vuelo en el Cuerpo Aéreo del Ejército de los Estados Unidos y se había convertido en un experto en tácticas de caza. En 1937, siendo capitán, se retiró del Ejército, a causa de sus discrepancias con los mandos del Cuerpo Aéreo (aunque alegó motivos de salud). Casi inmediatamente después fue contratado por el gobierno chino como consejero militar.
Chennault compró cien cazas utilizando como tapadera la Central Aircraft Manufacturing Co. (CAMCO). Los cazas eran Curtiss P-40B, conocidos como Tomahawk II, y se habían fabricado por encargo del gobierno británico. Sin embargo, al terminar la batalla de Inglaterra los británicos no tenían tantas urgencias como en el momento en el que hicieron el pedido, y decidieron esperar al desarrollo del P-40E, un modelo mejorado.
Para conseguir los pilotos, Chennault tuvo que obtener un permiso especial del presidente Roosevelt para reclutarlos entre el personal de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. El apoyo poco disimulado del presidente a su proyecto compensaba las reticencias de los mandos del Ejército y la Marina en dejar marchar a pilotos experimentados cuando el país se estaba preparando para una guerra que parecía cada vez más cercana. Se contrataron un total de 109 pilotos, de los cuales aproximadamente la mitad provenían de la Armada y los Marines, un tercio del Cuerpo Aéreo del Ejército, y los restantes eran pilotos civiles. Además también fueron contratados unos 150 hombres como personal de tierra. Se les hizo a todos ellos un contrato por un año. Los pilotos cobrarían 600 dólares al mes, y los jefes de vuelo 675. Además el gobierno chino ofreció una prima de 500 dólares por cada avión enemigo destruido. El personal de tierra cobraría entre 150 y 400 dólares.