22-11-2010
LA LÍNEA MANNERHEIM Y EL OSO RUSO
Esta línea fortificada de tan sonoro y rimbombante nombre y que muchos conoceréis, fue construida por los finlandeses en el período de 1920-1939 con el fin de tener una serie de defensas ante las amenazas de su vecino soviético. No deja de ser curioso que un pequeño gran pueblo como el finlandés se haya atrevido varias veces a tocar las narices al oso ruso, unas con más acierto que otras; con el único fin de ampliar territorios o recuperar aquellos que les habían sido arrebatados en anteriores ocasiones. Uno no sabe qué pensar...es decir: o mucho apego tienen los fineses al terruño; o el frío y el vodka les afecta bastante a la cabeza, dándoles posteriormente por cometer locuras... (igual Eversti nos puede comentar algo al respecto)... Pero antes de meternos de lleno dentro de la Línea Mannerheim, vamos a conocer un poco más de la historia finlandesa para ponernos en antecedentes: empecemos, pues, con...
LA CREACIÓN DE FINLANDIA
Desde el siglo XI, los finlandeses siempre estuvieron ligados, de una manera u otra, a la historia de Suecia: inmersos unas veces en una relación de amor, y otras, en una de odio...como todas las parejas que se precien. En esa historia aparece un tercero en discordia (como la vida misma...) que ya empezó en el siglo XIII a chinchar un poco a los fineses por futesas del tipo: “que si este cachín de terreno es para mí porque tiene más renos, que esta ciudad quiero administrarla yo; que si no me das lo que pido, te paso por la piedra, que...”. Ese tercero... ¡era el oso ruso!...bueno...de aquella, el osezno Mischa, ya que aún no había crecido...pero que algún mordisquín pegó al territorio que los fineses consideraban suyo. Ñam. Y si no, que le pregunten a Alejandro Nevsky...
(Osezno Mischa)
(Mapa Suecia y Finlandia en 1648)
Finlandia perteneció al reino de Suecia hasta 1809, año en el que el Zar Alejandro de Rusia la invadió de vez (con el consentimiento de Napoleón) y la anexionó a su Imperio con el nombre de Gran Ducado de Finlandia. El Gran Duque, por supuesto, era el mismo Zar. Las relaciones de los anexionados con su nuevo dueño fueron como suelen ir estas cosas, sobre todo teniendo en cuenta que los finlandeses nunca perdonaron a los rusos las intromisiones en sus territorios de toda la vida... “¿Pero por qué no nos dejarán en paz y marcharán a descubrir Vladivostok y Port Arthur?”, se preguntaban todos los fineses de pro. Por eso, no es de extrañar que cuando se produjo la debacle rusa en la Primera Guerra Mundial, con la “desaparición” del zar Nicolás y su imperial familia, y con los bolcheviques, mencheviques, liberales, socialistas y militares dándose leña entre ellos, los finlandeses aprovecharan la coyuntura para declararse independientes del oso “camarada” ruso, cosa que lograron capitaneados por el General Mannerheim, tras una serie de combates a resultas de los cuales expulsaron a los bolcheviques de Finlandia.
Los alemanes respetaron esta independencia en el Tratado de Brest-Litvosk e incluso llegaron a proponer un rey para los finlandeses; primo, como no, del Kaiser Guillermo II: pero el armisticio de 1918 entre el Imperio Alemán y los aliados dejó el proyecto en agua de borrajas, quedándose Finlandia sin rey, pero como una República Independiente.
Los finlandeses, viendo que la ocasión la pintaban calva al estar Rusia debilitada y sumida en plena guerra civil, comenzaron una serie de ofensivas ( se supone que realizadas por “voluntarios”) durante el período de 1918-1920, con la idea de recuperar territorios que habían pertenecido a la antigua gran Finlandia y consiguiendo dos cosas de la Unión Soviética: la incorporación de dichos territorios a su nueva República por el Tratado de Turtu en 1920 y un enorme rencor ruso (“Ya veréis, ya...voy a buscar a Mischa...”).
(Territorios finlandeses en 1919)
Lo dicho: diecinueve años después, el gobierno soviético dio un ultimátum a Finlandia, del tipo: ”...pues ahora me devuelves todo lo que me quitaste, y además me regalas...”....¡Madre, como se pusieron los fineses!. Volvieron a tomar vodka y, queriendo emular a los héroes de su epopeya nacional, el Kalevala, se aprestaron a defender el territorio de la madre patria. El Mariscal Mannerheim era el jefe militar encargado de las operaciones, habiéndose presentado voluntariamente desde su retiro para asumir el mando de las tropas finlandesas. Desconocemos si también había bebido cuando tomó la decisión.
CARL GUSTAV EMIL MANNERHEIM
Tendremos que decir algo del hombre cuyo apellido dió nombre a las fortificaciones del istmo de Carelia...nada extenso: dos cosas por encima, ya que os dejo los enlaces en las fuentes por si queréis completar la información. Se trata de Carl Gustav Mannerheim, aristócrata con mezcla de sangre sueca y rusa (su padre era conde y él, barón), militar de carrera con el Ejército zarista, amante de su país y de la música de Sibelius.
(Mariscal Mannerheim...no, no es Walther Matthaus)
Nunca comulgó ni con los soviéticos ni con la Alemania de Hitler, aunque no le quedó más remedio que colaborar con los dos en sendos momentos de su vida. Expulsó en 1918 a los bolcheviques de Finlandia, no queriéndose aliar con los rusos blancos debido a que sospechaba que si éstos ganaban, no iban a permitir una Finlandia independiente. Se le nombró Mariscal de Campo en 1933 y durante la Guerra de Invierno (1939-1940), con 72 “tacos” a la espalda, organizó una eficaz defensa del territorio finlandés (que se lo pregunten a los ruskyis), siguiendo en la brecha durante la Guerra de Continuación (1941-1944) como peculiar aliado de Alemania. En 1944, viendo asomar el hocico al oso ruso (que volvía de Siberia más gordote todavía), optó por pedir un armisticio a la Unión Soviética, pasando a combatir a los alemanes en la llamada Guerra de Laponia. Fue presidente de Finlandia desde Agosto de 1944 hasta Marzo de 1946. Se salvó de que los rusos le acusaran de criminal de guerra (¡por defender a su país!) en 1946. En 1947 se desplazó a Suiza para tratarse de una grave enfermedad y murió en Lausana en 1951. Fue enterrado con todos los honores militares en Helsinki. Como anécdota, comentar que este ilustre militar, que hablaba cinco idiomas perfectamente, no aprendió el finés hasta los 50 años de edad.
Y ahora sí, vamos a adentrarnos en...
LA LÍNEA MANNERHEIM
La línea Mannerheim estaba (y está) situada en el istmo de Carelia, en una zona llena de extensos bosques y lagos. Constaba de una serie de puntos fortificados, sin conexión física entre ellos, pero situados de tal manera que se ofrecían mutuo apoyo aprovechando las peculiaridades del terreno. Decir que, en un principio, los finlandeses no tenían nombre para dicha línea, siendo los periodistas internacionales que cubrían la Guerra de Invierno los que así la bautizaron durante los primeros combates y quedándose en la memoria colectiva con ese nombre.
La idea de fortificar la zona surgió sobre 1918. Ingenieros militares suecos, alemanes y franceses ya habían realizado estudios contemplando la posibilidad de establecer unos puntos defensivos en previsión de futuros ataque por parte de Rusia. Al final, ingenieros militares finlandeses fusionaron los varios proyectos existentes. Se plantearon una línea defensiva principal, y una serie de defensas secundarias en profundidad, que protegían los accesos a la capital finesa. Aquí vemos dos proyectos de la Línea, en 1918 y 1920.
Durante los años 30, se hicieron más extensas las fortificaciones, levantándose más búnkeres de hormigón, aprovechando muchas veces los ya existentes y reforzándolos para poder aguantar tres impactos de granadas de artillería de 152 mm., uno de los calibres más pesados usados por la Unión Soviética. El esfuerzo económico que supuso la construcción de Línea para un pequeño país como Finlandia, con una economía no muy boyante y una industria prácticamente en ciernes, fue verdaderamente espectacular.
(La línea en 1939)
La línea, en realidad, no era contínua. Había varios tipos de defensas: desde las trincheras y barricadas construídas con tierra, piedras y troncos, hasta puntos defendidos por esos búnkeres de hormigón, que se apoyaban con sus fuegos cruzados. En Octubre de 1939, cuando Mischa invadió al león finlandés, la línea tenía una longitud de 135 Km. Si los puntos inicial y final de ésta se conectaran con una línea recta, esa longitud sería de 96 Km. En total tenía 804 refugios, 606 nidos de ametralladora, 440 kilómetros de trincheras; 331 kilómetros de alambre de púas y 136 km. de obstáculos y zanjas anticarro. Construidos en hormigón había 137 búnkeres dotados con una ametralladora, 13 búnkeres con dos ametralladoras y 7 armados con tres: 8 búnkeres artillados con cañones, 41 refugios de hormigón; 9 búnkeres para los cuarteles generales y 6 posiciones de hormigón para la infantería. Y si me he dejado algún búnker, que me perdone...
La mayoría de los búnkeres eran pequeños para los estándares europeos que se daban en el momento, porque estaban pensados para estar ocupados por pequeños núcleos de resistencia. La filosofía militar que imperaba era que la línea fuera utilizada para retardar el avance enemigo, por medio del fuego de flanco, mientras que se daba tiempo al país a reunir las divisiones necesarias para presentar batalla. Los rusos, en la manifiesta incapacidad que demostraron en los primeros meses de la Guerra de Invierno para acabar con un enemigo tan pequeño, magnificaron de tal manera las defensas del istmo de Carelia que, si hay que creerles, sería el lugar más fortificado en continuidad y en profundidad del mundo mundial. Algo tenían que decir, claro, aunque esto no sirvió de nada para evitar que Stalin se cepillara a algunos altos mandos militares por la incompetencia supina demostrada.
(Los búnkeres de hormigón en 1939. Plano a color)
Una pequeña explicación en inglés sobre los búnkeres. No creo que necesite traducción.
La tipología de los búnkeres era muy variada. La mayoría estaban diseñados para albergar un pelotón de fusileros y de una a cuatro ametralladoras, mientras que los que estaban dotados de artillería eran un poquitín escasos. La artillería con la que contaban los búnkeres en marzo de 1940 comprendía 8 cañones Nordenfelt 57/26 K (de caponera) y 11 de 57/48, más un pequeño número de cañones navales con afuste Meller, de 75/50 (pero muy pocos...tan pocos que ¡sólo encontré uno!)... Y me refiero a la artillería de los búnkeres que forman la Línea Mannherheim como tal, no a la de los fuertes Saarepää (en el Golfo de Finlandia) ni Jarisevää (en el Ladoga), bien artillados con piezas de costa de 75, 76, 152 y 305 mm.. A todo eso, habría que sumar, claro está, los morteros en diferentes calibres que tan bien supieron usar los finlandeses. Estos son los cañones:
Nordenfelt 57/26K
Nordenfelt 57/48
Meller naval de 75/50. En realidad es un cañón Cannet francés, cuya licencia de producción compró Rusia para artillar a sus buques de guerra. Meller fue el que diseñó un afuste naval para él.
Aquí os dejo ejemplos de diferentes tipos de búnkeres de hormigón. Éste es uno de los típicos construidos en la década de 1920.
Planta...
Reforma de la planta, en negro...
Uno de los modelos de los pocos búnkeres dotados de artillería.
Se construyeron varias posiciones de infantería, como ésta que vemos aquí:
LOS SECTORES DE LA LÍNEA MANNHEREIM.
La Línea Mannerheim estaba dividida en cinco grandes sectores, cada uno con su propio mando. Sería un poco pedante empezar a enumerarlos, por lo que os pongo un mapa, y el enlace.
(Plano cinco sectores)
(Enlace)
http://www.winterwar.com/M-Line/SectorsWbunkers.htm
Para ir viendo los planos y las defensas de cada uno de ellos, usad el enlace, que no tiene desperdicio. Incidid especialmente en el sector de Summa, el más fortificado durante las dos guerras ruso-finesas, ya que por él transcurría la principal carretera que iba a Vyborg (Viipuri). Os va a salir un mapa interactivo como éste:
Démonos cuenta de que las zonas en azul son las que tienen fortificaciones construídas con hormigón. Pinchad en ellas, y ya veréis, ya...
LA EFECTIVIDAD DE LA LÍNEA MANNERHEIM. LA GUERRA DE INVIERNO
Si por efectividad de “algo” entendemos que realmente ese “algo” cumple aquello para lo que se ha diseñado o pensado, podemos decir que la Línea Mannerheim resultó sumamente efectiva contra el invasor ruso durante la Guerra de Invierno. Decir que 22 divisiones rusas se enfrentaron a 8 divisiones finesas, desplegando los soviéticos gran cantidad de material (carros de combate, transportes, artillería, aviación), pretendiendo merendarse a los fineses, mientras que éstos no llegaban al oso ruso ni a la tercera garra de la pata trasera derecha, en cuanto a medios.
Caro les costó a los ruskyis. Y su tiempo. Se puede achacar muchas cosas al Ejército Rojo para disculparlo por su ineficacia: carencia de oficiales cualificados (que habían ascendido por méritos políticos, no militares), una férrea cadena de mando que no daba opción a alternativas, una tropa poco estimulada, fallos en la intendencia....Hay que descubrirse ante la resistencia e innovación en tácticas de combate de las que hicieron gala los finlandeses, así como el uso de francotiradores, del camuflaje, de patrullas de esquiadores expertos en golpes de mano; de la guerra de emboscadas, del aprovechamiento del terreno... aguantando durante 4 meses a la apisonadora rusa. Famosa fue la destrucción y aniquilación de una enorme columna soviética en la carretera Raate, entre otros muchos ejemplos.Fotos:
Pero el zar rojo lo solucionó todo enseguida fiel a su estilo: algún fusilamiento por aquí, alguna deportación a Siberia por allá y “cambiando” esos mandos de salón por militares de verdad, aunque hubieran sido corregidos en épocas pasadas por ser “políticamente incorrectos”. Necesitaba ganar la guerra y dejar de ser el hazmerreír mundial. De todas formas, sólo era cuestión de tiempo que la masa rusa de medios humanos y materiales acabara con los pocos fineses que les hacían frente.
(Fotos combates guerra de invierno)
Las bajas difieren según las fuentes consultada, pero oscilaron entre 22.000 y 25.000 muertos y 44.000 a 55.000 heridos por parte finlandesa, mientras que los rusos tuvieron sobre unos 127.000 muertos y unos 265.000 heridos. La verdad nunca se sabrá, porque las cifras rusas fueron silenciadas durante décadas. También perdieron los soviéticos unos 1600 carros y cerca de 684 aviones, con lo que la pequeña Fuerza Aérea finlandesa quedó como una de las mejores del mundo, en cuanto a cazadores, del momento.
Al final, fue Finlandia (abandonada por la Sociedad de Naciones, que lo único que hizo fue expulsar a la Unión Soviética de su seno) quien pidió ante la avalancha rusa un armisticio, teniendo que entregar a Stalin parte del territorio de Carelia, la Península de Hanko por un período de treinta años, las islas Alland y un trocito de la Península de Rybachi.
(Territorios entregados por Finlandia en 1940)
LA GUERRA DE CONTINUACIÓN
Después de la firma del armisticio y la entrega de parte de su territorio, Finlandia no se veía muy segura con la situación en la que había quedado ante Rusia. Por una parte, los alemanes estaban rondando por ahí, intentando convencer al Gobierno finlandés de las ventajas de una alianza con Hitler, ante una futura guerra con Stalin. Por otro lado, los soviéticos no dejaban de insmicuirse en los asuntos finlandeses, por lo que éstos sospecharon que los rusos estaban buscando una ocasión para comenzar otra guerra, pero esta vez con la intención de convertir a Finlandia en una república asociada a la Unión Soviética, derrocando al gobierno. Si el motivo de la Guerra de Invierno fue “la amenaza finlandesa a Leningrado” y “un ataque de artillería contra una población rusa” (el llamado “Incidente de Mainila”, en el que la artillería soviética disparó contra una población rusa, cercana a la frontera finlandesa para culpar a los fineses de la agresión), igual el hecho de que, por ejemplo, las líneas aéreas finesas no compraran aviones rusos ya fuera motivo suficiente para otra invasión en toda regla...¡a saber!.
Por lo tanto, los finlandeses aprovecharon el tirón alemán de la Operación Barbarroja para recuperar los territorios perdidos el año anterior...y se conformaron sólo con eso (¡ah, el terruño!), negándose a participar en el asedio de Leningrado (tal vez porque allí no había renos), y a colaborar con “ciertos” alemanes en el tema de la deportación de judíos finlandeses, manteniendo a los que estaban en el ejército finés dentro de él y respetando los derechos de los civiles dentro del país. Con un par.
(Fotos guerra de continuación)
En la ofensiva soviética de 1944, los fineses tuvieron que volver a defenderse en lo que quedaba de la Línea Mannerheim durante un tiempo, ganando algunas batallas, pero las tropas soviéticas ya habían aprendido las lecciones de 1939 y el diminuto ejército finlandés se vió superado en todos los frentes, contando exclusivamente con el coraje de sus soldados. El Gobierno tuvo que tomar una decisión drástica, para evitar la desaparición de Finlandia del mapa europeo, pidiendo la paz a Rusia.
Las bajas fueron (orientativamente, ya que las fuentes varían) de unos 66.000 muertos y 188.000 heridos fineses y unos 305.000 muertos y más de 700.000 heridos soviéticos.
Pero Rusia ya no era la que cortaba el bacalao, puesto que las potencias occidentales en guerra contra Alemania “aconsejaron” a Stalin que hiciera el favor de “portarse” bien con los finlandeses, porque habían demostrado que lo único que quisieron con su alianza con Alemania fue recuperar los territorios injustamente perdidos durante la Guerra de Invierno, provocada por él, y que en todo caso, se volviera a las fronteras de 1940. En fin. Al soviético no le quedó otra que tragar con ello, pero se llevó también la zona de Petsamo, en el Norte de Finlandia, rica en minerales, la zona de Salla (por ahí pasaba la estratégica línea del ferrocarril de Mursmank), algún que otro pedacín de terreno y una serie de compensaciones de guerra por parte del Gobierno Finlandés. Ahora, Finlandia estaba comprometida a expulsar a los alemanes de su territorio, algo que hizo con presteza en lo que se dió en llamar la Guerra de Laponia...aunque los alemanes, como se habían olido algo, ya estaban en predisposición de marcharse de allí...pero esto, foreros, ya no tiene que ver con la Línea Mannerheim. Y además duró muy poquito.
(Territorios entregados por Finlandia en 1944)
Decir que tanto en la Guerra de Invierno, como en la Guerra de Continuación, los finlandeses tuvieron luchando con ellos a una serie de voluntarios suecos y noruegos, que demostraron tener el mismo espíritu de sacrificio y combatividad que los soldados fineses.