25-01-2009
Las islas Kormandoskiy sonun grupo de islas rusas situadas a unos 250 kilómetros al este de la península de Kamchatka y en el mar de Bering.
Se puede decir que la batalla de las Komandorski fue la única en la guerra del Pacífico y posiblemente de la segunda guerra mundial donde el combate se llevó a cabo al cañón, donde no participaron ni aviones, ni sumergibles y donde a pesar del control de tiro por radar de los buques estadounidenses los japoneses pudieron haberle hecho un roto a las unidades estadounidenses
La flota japonesa al mando del vicealmiranteBoshiro Hosogaya estaban formadas por dos cruceros pesados, Maya y Nachi, dos cruceros ligeros Abukuma y Tama y cuatro destructores Ikazuchi, Inazuma, Hatsushima y uno que a Leyte y a mí nos trae buenos recuerdos, el Wakaba. Acompañaban estos buques en calidad de escolta a los transportes Sanko Maru, Asaka Maru y Sakito Maru que iban hacia Attu y Kiska islas de las Aleutianas ocupadas por los japoneses para reforzarlas con tropas y pertrechos.
Los estadounidenses que a su vez supieron de las intenciones japonesas prepararon una pequeña fuerza compuesta por un crucero pesado Salt Lake City, un crucero ligero Richmond (buque insignia) y cuatro destructores Bailey, Dale, Monaghan y Coghlan,. El grupo al mando del Almirante Charles Horatio Mc Morris sale de Ducht Harbor y recibe le nombre de Task Force 16.6. Mac Morris se encontrará con una relación de fuerzas de dos cruceros a uno fuerza claramente inferior a la japonesa por cuanto los estadounidenses suponen que el convoy no llevara más escolta que alguno destructores.
El 26 de marzo los radares de los buques estadounidenses detectan el convoy japonés, Mc Morris confía en la ayuda de la aviación y en la ventaja de sus radares de tiro pero la aviación no aparecerá.
Al detectar la presencia de buques estadounidenses, Hosogaya ordena a los mercantes alejarse mientras se dirige con sus fuerzas hacia los estadounidenses consiguiendo situarse mejor desde el punto de vista táctico.
La batalla comienza hacia las 8,30 de la mañana cuando el crucero japones Nachi abre fuego desde 18000 metros contra el crucero ligero Richmond a continuación abre fuego también el Maya la acción hizo que el Richmond quedase pronto centrado e inexplicablemente los japoneses cambiaron de objetivo al descubrir al crucero pesado Salt Lake City lo que sin duda debió servir de gran alivio al Richmond que tan cerca había estado de irse al fondo.
De nuevo la suerte se alía con Mac Morris cuando el Maya sufre una avería que impide el uso de su artillería principal durante media hora, ante el negro panorama que se le presenta Mac Morris ordena a sus unidades retirarse y los japoneses les siguen los estadounidenses se defienden y logran algunos impactos de poca importancia sobre el Nachi. Los estadounidenses que habían tenido fortuna hasta ese momento empiezan a recibir impactos.
Hacia las 10,10 el Salt Lake City recibe un impacto en la cubierta y a las 10,30 uno en su línea de flotación que afecta a los servomotores de los timones y que obligan a que el buque sea gobernado por el sistema auxiliar y a mano. Los destructores estadounidenses reciben la orden de lanzar una cortina de humo para evitar ser localizados por medios visuales confiando en defenderse con el sistema de tiro por radar, sin embargo media hora más tarde del primer impacto el Salt Lake City recibe otros cuantos más que producen destrozos diversos, por contra los buques estadounidenses son incapaces de tener ningún acierto ayudados por los radares de tiro.
Los diversos impactos recibidos por el Salt Lake City hacen que se inunden las salas de máquinas y dejen fuera de servicio dos turbinas por lo que la velocidad disminuye hasta llegar a los 25 nudos. Para más agobio las inundaciones subsecuentes provocan que las calderas se apaguen dejando al crucero estadounidense al garete en una situación extremadamente dramática porque Nachi y Maya iban recortando la distancia de un modo vertiginoso. Mac Morris ordena el ataque de tres de los destructores que se lanzan a torpedear a los buques japoneses, mientras el cuarto continúa soltando la cortina de humo. El ataque es baldío pues los destructores se ven incapaces de lanzar sus torpedos ante la lluvia de proyectiles que procedente de los buques japoneses caen a su alrededor, a pesar de todo uno de ellos, el Bailey que recibe un impacto en estribor, consigue hacerlo mientras sus dos compañeros se retiran averiados por algunos impactos, la acción de ese solitario destructor da tiempo a que el Salt Lake City solucione parcialmente sus problemas dado que ese decidido ataque hace que los japoneses se alejen para evitar los torpedos. Tras ello Hosogaya deja de perseguir a los buques estadounidenses y regresa a proteger el convoy que ya no irá a Kiska ni a Attu