La Batalla de Midway
Parte IV
La respuesta estadounidense y el desastre para Japón
El factor que hizo decidir la batalla vino desde el sur de la formación japonesa, navegando a toda velocidad en dirección norte. Una escuadrilla de 35 bombarderos en picado del USS Hornet llegó al punto inicial donde estaban los japoneses al momento de atacar Midway y no encontraron nada, la mitad aterrizó sin combustible en Midway y otros 21 lograron alcanzar al portaaviones nuevamente, los cazas se perdieron por falta de combustible, pues operaban en el máximo radio de acción.
Un grupo de bombarderos del USS Enterprise llegó igualmente que los del USS Hornet al mismo lugar inicial, no se había informado la última posición de los japoneses aún. Ésta escuadrilla de 14 aviones conducidas por Clarence McClusky, al no encontrar al enemigo, sospechó que se habían cambiado de lugar. Intuitivamente en vez de dirigirse a Midway ordenó tomar rumbo NNE y volar unas 50 millas como máximo, antes de volver, pues su combustible estaba en el límite razonable.
15 minutos después del cambio de rumbo, súbitamente, una estela de un destructor fue percibida, y McClusky decidió seguir en su dirección a gran altura, sin ser visto.
Repentinamente a eso de las 10:25 ve en un claro dejado por unas nubes, la inconfundible forma de tres portaaviones, y ordena atacar por parejas a los Dauntless, repartiéndose entre los tres portaaviones. El primero fue el Akagi, y más adelante el Kaga y el Soryu. El Hiryu estaba mucho más adelantado y está cubierto por las nubes. No es tomado como blanco. Al empezar los Dauntless a picar en 70°, se percatan de que están despegando aviones desde las cubiertas de los portaaviones. Es el momento más vulnerable para un navío de estas características.
Los Zero que hacen sombrilla defensiva, están alejados y cerca de la superficie del mar, y no pueden remontar. En el Kaga, sólo se esperaba que el avión de exploración regresara y terminara su toma de cubierta, antes lanzar sus aviones. A eso de las 10:20 un serviola del Akagi gritó el alerta en el momento en que despegaba el primer Zero. La sorpresa fue total, pues los japoneses en su afán de defenderse de los torpederos, olvidaron dejar cobertura a más altura.
McClusky picó con cuatro aviones sobre el Kaga, junto a otros cuatro de Richard Best, quien picó sobre el 'Akagi. Otros, conducidos por Maxwell S. Leslie se lanzaron sobre el Soryu, que viraba para lanzar sus aviones a favor del viento. En un minuto eterno, los aviones se acercaron a sus blancos a toda velocidad, Richard Best lanzó su bomba de 500 libras sobre el gran círculo rojo de la cubierta del Akagi. Algunas ametralladoras antiaéreas respondieron.
Al salir del picado, una gran explosión estremeció al portaaviones insignia, sobre su cubierta llena de aviones. Otra bomba cayó en el ascensor central y lo hizo saltar de su lugar. El caos fue total. Aviones que se quemaban y estallaban, pilotos y personal de cubierta en llamas, corrían y se arrojaban por la borda; explosiones de bombas y de camiones cisternas con combustible.
En cuestión de segundos, lo que era una activa cubierta de portaaviones se convirtió en una plancha caliente y humeante, cubierta de cadáveres carbonizados, restos de aparatos, una tripulación agónica que clamaba a gritos, en llamas, y los grupos anti-incendios colapsados.
El capitán Mitsuo Fuchida, el conductor del ataque a Pearl Harbor, quedó gravemente herido, al incendiarse y explotar su avión. Los equipos para emergencias intentaron combatir las llamas, pero las explosiones de los aviones y municiones los iban exterminando.
El Kaga recibió cuatro bombas, una casi en la orilla de la cubierta, del lado de estribor a popa, sobre un puesto artillero cuya explosión arrancó de cuajo todo el emplazamiento, plataformas y sirvientes y los lanzó hacia el mar. La otra estalló al lado del puente-isla y mató a todos los que estaban ahí, incluido el comandante Yisaku Okada. Las otros dos cayeron a proa y reventaron el hangar.
El Soryu, el último blanco, fue alcanzado por tres bombas, que iniciaron virulentos incendios y explosiones ininterrumpidas sobre el sentenciado portaaviones, que comenzó a escorar lentamente. El comandante Ryusaku Yanagimoto se encerró en el puente y se dispuso a morir con su nave.
El Hiryu, el portaaviones de Tamon Yamaguchi, fue el único portaaviones que resultó indemne, por encontrarse mucho más retirado al noreste de la posición de los siniestrados, y cubierto por un banco de nubes. Fue el testigo incrédulo del desastre que se cernía sobre la fuerza operativa.
La fase final: el golpe de gracia
Cuando el almirante Yamamoto a bordo del superacorazado Yamato, recibió la increíble noticia del hundimiento de tres naves capitanas, quedó petrificado, pues eran la base ofensiva del Imperio del Japón. Sabiendo el almirante Yamamoto, que Chuichi Nagumo había sobrevivido al ataque, y que intentaba remolcara los portaaviones aún a flote, le nombró comandante de los tres portaaviones destruidos, como una forma de hacer sentir su desprecio hacia él y le relevó de la batalla.
Tamon Yamaguchi, sin duda un marino con mayor audacia, capacidad e inteligencia que Nagumo, que había intentado infructuosamente hacerlo cambiar de parecer y discrepaba de su estrategia, resueltamente tomó las riendas de la situación, salió de la zona del desastre a la máxima velocidad posible y envió sus aviones de exploración para ubicar, lanzar sus aviones ya listos, y destruir los portaaviones enemigos. Su idea era arrebatarles el triunfo a los estadounidenses y apropiárselo. Comunicó sus intenciones al almirante Yamamoto y luego entabló silencio radial.
A las 10:30, el avión de reconocimiento del Hiryu ubicó a un portaaviones escoltado por algunos destructores, en dirección sureste, y radió inmediatamente la noticia. Yamaguchi hizo despegar inmediatamente 12 Zero, 12 Val y 18 Kate desde la cubierta del Hiryu, al mando de Michio Kobayashi.
La formación ascendió a 5 500 m y se dirigió hacia la última posición radiada, que iba permanentemente siendo renovada por el solitario avión de exploración. Cuando estaban a 80 km, el radar del USS Yorktown detectó la formación, se dejaron todas las maniobras, se despejaron las cubiertas y se aprestó la nave para la batalla.
Una flotilla de cazas estadounidenses Grumman F4F Wildcat les salieron al paso a los japoneses y se enfrascaron en un combate en que derribaron dos Zero, otro grupo de Wildcat derribó 10 aviones, mientras se establecía una fuerte barrera antiaérea, que derribó dos aviones atacantes más. Al final solo quedaban cinco aviones japoneses, incluido el de Kobayashi.
Al acercarse al punto de lanzamiento, Kobayashi tuvo un fallo eléctrico que le impidió el bombardeo, y tuvo que remontar, los otros cuatro aviones le siguieron, y uno de ellos fue alcanzado por la artillería antiaérea del USS Yorktown.
Sin embargo, otros alcanzaron a lanzar sus bombas. Una cayó cerca del sector de popa de la isla del USS Yorktown, matando a todos los efectivos de un emplazamiento artillero. Otra penetró por la chimenea, y destruyó 15 de las 16 calderas. La velocidad del USS Yorktown bajó desde los 30 a los 4 nudos. La última bomba cayó cerca de la proa y abrió un boquete en la cubierta, pero los incendios fueron rápidamente controlados.
Mientras este ataque se realizaba, llegó el avión de exploración del Soryu que se había cruzado con los otros dos portaaviones estadounidenses, y que debido a un fallo de radio, no pudo transmitir. El piloto informó rápidamente a Yamaguchi, que ya recibía noticias de que el USS Yorktown se estaba hundiendo.
Ahora Yamuguchi sabía que no existía solo uno, sino tres portaaviones enemigos, y que uno se estaba hundiendo por el ataque de Kobayashi.
Se preparó rápidamente una segunda oleada, al mando del teniente Joichi Tomonaga, eran 10 torpederos y 6 cazas. La orden era destruir los portaaviones no averiados. La escuadrilla despegó a las 12:45 en dirección al enemigo. En ese momento regresaron 5 aviones supervivientes de la primera oleada. Kobayashi informó que el portaaviones USS Yorktown había sido seriamente tocado, y que se hundía lentamente.
Este cambio de rumbo hizo que el USS Yorktown se encontrara con el grupo de Tomonaga que volaba en dirección a los USS Hornet y USS Enterprise. Tomonaga creyó que se trataba de otro portaaviones y procedió a atacarlo. Desde el USS Yorktown despegaron cazas, que se trabaron en un furioso duelo. Tomonaga fue tocado por el fuego antiaéreo, y ante la imposibilidad de gobernar su aparato, lo estrelló sobre el costado del portaaviones, el resto de sus aviones logró impactar dos torpedos y el asediado portaaviones se detuvo.
Hashimoto, lugarteniente de Tomonaga radió :-" dos impactos de torpedo en un portaaviones tipo Yorktown"- Regresó al Hiryu solo con 5 torpederos y tres cazas, la mitad de su fuerza original.
En ese mismo instante, a las 14:40, un avión de exploración del USS Yorktown ubicó al Hiryu y radió el mensaje a Spruance.
El ataque no se hizo esperar, a las 17:00, un grupo de aviones del USS Enterprise atacaron justo cuando el Hiryu se colocaba para lanzar sus aviones. Rápidamente los Zero de cobertura se lanzaron a la defensa y derribaron a 3 Dauntless. El Hiryu a máxima velocidad intentó evadir el ataque, tomando personalmente el timón, su comandante, el capitán Takeo Kaka.
Al principio el Hiryu pareció esquivar hábilmente los torpedos lanzados contra él, gobernado con audaces golpes de timón, pero le alcanzaron 4 bombas de picado. Una estalló en el puente y las otras, entre los aviones que estaban despegando, el infierno se desató en el Hiryu, que tuvo que detenerse.
Una de las bombas penetró bajo el ascensor de proa, y lo hizo saltar por los aires, dejando un inmenso boquete, que expuso toda la estructura interna. La tapa de ascensor doblada cayó encima del destrozado puente.
En ese momento aparecieron los acorazados Haruna y Kirishima para apoyar al vencido, pero ya no había nada que hacer, el Hiryu se hundía. Desapareció a eso de las 8:00 del 5 de junio, con Tamon Yamaguchi y Takeo Kaka amarrados en la sala del timón. Más tarde se rescatarían 35 hombres, todos de la sala de máquinas del Hiryu.
El USS Yorktown también se estaba hundiendo. A las 15.00 del 4 de junio, se dió la orden de abandono del buque, pues su escora era casi de 20°, pero esta se fue aminorando, y el buque se adrizó solo, haciendo que los estadounidenses pensaran en remolcarlo.
Sin embargo, el I-168 capitaneado por Yahachi Tanabe, previamente advertido por un avión de exploración del Mikuma, apareció en la escena mientras un remolcador tomaba al agónico USS Yorktown, el cual estaba arbolado al destructor USS Hammann que le proporcionaba energía eléctrica. A mediodía del 5 de junio, Tanabe le lanzó 4 torpedos.
Uno de los torpedos dio medio a medio en el USS Hammann y la explosión sencillamente lo partió en dos, los estadounidenses sobrevivientes que quedaron en el agua, fueron muertos por las cargas de profundidad que habían estado preparadas sobre cubierta, de este modo el USS Hammann perdió 80 hombres, un tercio de su tripulación.
El USS Yorktown aun permaneció unas 24 horas más a flote con dos impactos a babor, pero estaba sentenciado y finalmente se hundió.
La decisión de Yamamoto
Yamamoto también quiso revertir los resultados una vez que tuvo clara la situación que tenía en enfrente, cuatro portaaviones destruidos, la isla sin ser tomada y al menos dos portaaviones enemigos operativos en las cercanías.
Ordenó a la totalidad de la fuerza principal el avanzar en zig zag a la máxima velocidad hacia Midway con el objetivo de destruir con fuego artillero la isla y sus instalaciones y además emboscar a las fuerzas norteamericanas.
Ordenó además hacer concurrir a las fuerzas empeñadas en el desembarco de las Aleutianas.
-" Todas la fuerzas deberán atacar al enemigo en el área de Midway"-
Yamamoto intentó buscar una batalla decisiva al acercar sus acorazados y cruceros a Midway, sin embargo, el almirante Spruance prudentemente hizo retirar su fuerza más hacia el NNE para evitar caer en una emboscada artillera nocturna, que era la especialidad japonesa. Los japoneses no pudieron localizar la ubicación de la flota estadounidense al amanecer del 5 de junio y Yamamoto tuvo que reconsiderar su línea de acción. Los cruceros se situaron en el horizonte de Midway y empezaron a cañonear sistemáticamente las instalaciones de la isla.
Cuando Spruance supo que la isla estaba siendo cañoneada ordenó a sus fuerzas, en la tarde del 5 de junio, acercarse al sector para impedir un desembarco.
El contraalmirante Ugaki del estado mayor de Yamamoto se encerró con el almirante en la sala de mapas del Yamato, se reconsideró el cañoneo que se efectuaba en ese instante, Ugaki no tenía clara la situación estadounidense, y convenció a Yamamoto de abortar su plan de conquista de Midway sobrestimando el potencial estadounidense, el 6 de junio a las 1.00, Yamamoto dio la orden de retirada. Al iniciar la retirada, los cruceros pesados Mikuma y Mogami se embistieron debido a la niebla, quedando su velocidad reducida por los daños. Junto a su escolta de destructores fueron alcanzados por aviones del Enterprise por la mañana del 6 de junio, hundiendo al Mikuma y dañando gravemente al Mogami, que a duras penas logró alcanzar la base de Truk.
Balance final
Pérdidas estadounidenses
• Portaaviones Yorktown,
• Destructor Hammann
• Aviones con base en Midway: 45 de un total de 126= 36%
• Aviones con base en portaaviones: 109 de un total de 183= 59%
• Pérdidas en hombres: 250 hombres aproximadamente.
Pérdidas japonesas
• 4 Portaaviones: Akagi, Kaga, Hiryu y Soryu.
• 1 Crucero pesado: Mikuma
• Aviones embarcados: 260 de distinto tipos, el 100%.
• Pérdidas en hombres: 3.052 entre dotación y pilotos.
Consecuencias
Para el Japón
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Cambio del escenario estratégico: de ahora en adelante los japoneses perderían gradualmente su eficacia en las posesiones logradas en el Pacífico por no poder defenderlas, antes del 4 de junio de 1942, Japón se paseaba invencible por el Indico, después del 4 de junio sus victorias estaban hipotecadas.
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Pérdida del sentido de invencibilidad del Japón: el mal de victoria que se inculcó desde la guerra de 1905 con Rusia desapareció súbitamente el 4 de junio de 1942. La derrota sufrida se prendó tan intensamente en el alto mando japonés a tal extremo que se censuró estrictamente a la prensa y a los participantes de la batalla.
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Pérdida de capacidad ofensiva aeronaval: de ahora en adelante el Japón tendría que reconvertir nuevos buques para suplir a los portaaviones hundidos, en efecto, los acorazados clase Hyuga fueron reconvertidos en portahidroaviones, el Mogami tuvo el mismo destino, el tercero de los Yamato en construcción se convertiría en el portaaviones más grande del mundo en ese entonces, el Shinano. Barcos de pasajeros que servían como auxiliares fueron reconvertidos en portaaviones ligeros como el caso de Junyo e Hiyo. La pérdida de potencial aeronaval estimada fue de un 65%.
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Pérdida de las mejores naves, tripulaciones aéreas y pilotos experimentados, nunca más el Japón iba a tener el mismo potencial militar.
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Declive de la estrella de Isoroku Yamamoto, después de esta batalla la ascendencia de Yamamoto en los círculos estratégicos perdió fuerza.
Para los Estados Unidos
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La derrota japonesa demostró al Alto Mando estadounidense que el concepto del acorazado estaba muerto, y que las victorias dependerían de la táctica aeronaval.
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La victoria permitió demostrar a los americanos que "se podía hacer el trabajo" con las herramientas necesarias.
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Tanto las Hawái como la costa oeste de Norteamérica ya no estaría expuesta a los cañones embarcados del Japón.
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Ganancia progresiva de la iniciativa estratégica militar y hegemónica del escenario del Pacífico.
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Midway supuso la revancha por Pearl Harbor para los norteamericanos, la maquinaria industrial americana se volcó completamente en el esfuerzo de guerra.
Referencias
- Lundstrom, Guadalcanal Campaign, p. 92.
Bibliografía
• Midway : El momento Crítico, por A. J. Baker.
• La Segunda guerra mundial Volumen I, por Raymond Cartier.
• Midway, el regreso a la batalla, por Thomas B. Allen. National Geographic, abril de 1999.
http://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Midway
Si Yamamoto hubiera conseguido emboscar a la flota americana, el resultado de la batalla hubiese sido a favor de Japón, pero ya no sería una victoria decisiva, habría ocupado Midway o la habría inhabilitado como base y habría arrasado las Hawai.
Si Yamamoto o Nagumo hubiera sabido de la presencia de portaaviones americanos con antelación los habría emboscado entre sus acorazados y portaaviones y EE.UU. habría sufrido una humillante derrota, y es probable que Estados Unidos hubiera preferido entrar en negociaciones
Atentamente
Kelder Toti