01-02-2007
El atolón de Wake, aislado en el Pacífico central, contaba con una pequeña guarnición norteamericana y un aeródromo que funcionaba como estación de tránsito aéreo. El 7 de diciembre de 1941 su población era de 1.216 trabajadores civiles, 449 marines, 68 marineros y 5 soldados del ejército de tierra. Al mando de la guarnición estaba el mayor James Devereux. Su defensas constaban de 12 anticuados aviones Wildcats, 6 cañones costeros de 127 mm y 12 cañones antiaéreos de 76 mm.
Para ocuparla Japón envió una flota compuesta por 3 cruceros ligeros, 6 destructores y una fuerza de desembarco, al mando del contraalmirante Kajioka. Los ataques aéreos contra la isla comenzaron el 8 de diciembre, al día siguiente del ataque a Pearl Harbor, a cargo de 36 bombarderos con base en tierra. Ese primer día los estadounidenses perdieron 7 aviones, más de la mitad de los que tenían.
El 11 de diciembre la fuerza de ataque japonesa se acercó a la isla. Los norteamericanos dejaron que los barcos japoneses se acercasen, sin responder al fuego de sus cañones, y los japoneses, confiados, se aproximaron demasiado para proteger el desembarco. Cuando las baterías costeras americanas abrieron fuego inesperadamente, en pocos minutos hundieron el destructor Hayate, dañaron al crucero Yubari y alcanzaron varios transportes de tropas. Los japoneses tuvieron que renunciar al desembarco, pero fue aún peor para ellos: los 5 Wildcats supervivientes atacaron a la flota japonesa, que no contaba con protección aérea, y lograron hundir al destructor Kisavagi y dañar a otros dos cruceros ligeros. El contraalmirante Kajioka tuvo que ordenar la retirada tras haber perdido dos buques y unos 600 hombres. Por su parte, los norteamericanos perdieron dos de sus Wildcats.
El 16 de diciembre, el almirante Isoroku Yamamoto, comandante de la Flota Combinada, ordenó a Kajioka volver a atacar la isla, pero reforzando considerablemente la fuerza de ataque. Dos portaaviones (el Hiryu y el Soryu, con 118 aviones), acompañados de los cruceros pesados Tone y Chikuma y los destructores Tanikaze y Urakaze, fueron separados de la fuerza de asalto a Pearl Harbor para ser dirigidos a Wake. A pesar del fracaso del primer ataque, el alto mando japonés conservó casi intacto su esquema de ataque. El nuevo plan no era más que una versión del primero, pero utilizando más medios. Los dos navíos hundidos fueron reemplazados por dos nuevos destructores (el Asanagi y el Yunagi), reforzados con un tercero, el Oboro.
Día tras día, desde el 18 de diciembre hasta el 22, los bombarderos Nell basados en tierra, apoyados por hidroaviones Mavis utilizados como bombarderos, y con la cobertura de cazas Zero, a los que más tarde se unirían los bombarderos en picado Val de los portaaviones Soryu e Hiryu, atacaban metódicamente las posiciones defensivas y las baterías norteamericanas. Uno tras otro, los aviones defensores fueron destruidos, hasta que finalmente los supervivientes de la escuadrilla tuvieron que ser convertidos en infantería.
En Pearl Harbor, mientras tanto, se estaba preparando una expedición de socorro. Protegidos por el grupo del Saratoga (formado el portaaviones, tres cruceros pesados y nueve destructores), el buque de carga Tangier y el petrolero Neches llevarían a la isla refuerzos y municiones, además de nuevos aviones, y evacuarían a los heridos y a parte de los civiles de Wake. El convoy salió el día 15, pero la ayuda iba a tardar en llegar: la velocidad máxima del más lento de los componentes del convoy, el viejo Neches, era de tan sólo 12 nudos.
El 21 de diciembre las unidades de reconocimiento informaron a Pearl Harbor de una importante concentración de fuerzas aéreas en las islas Marshall, y de la posibilidad de que el grupo del Saratoga encontrase elementos de superficie durante su aproximación a Wake. El almirante Pye, jefe supremo de la Flota del Pacífico, se vio obligado a elegir entre arriesgar el grupo del Saratoga y abandonar a los hombres de Wake. Finalmente decidió que el riesgo era demasiado grande: tras las pérdidas sufridas en Pearl Harbor, no podía arriesgarse a perder un portaaviones. A 425 millas de Wake, el convoy recibió la orden de regresar a Pearl Harbor. Lo que los estadounidenses no sabían era que en esos momentos cuatro cruceros enemigos patrullaban al este de Wake, a cientos de millas de la cobertura de sus portaaviones, y habrían sido una presa fácil para los aviadores del Saratoga. Como también ignoraban que la fuerza de ataque japonesa sobre Wake no estaba preparada contra un eventual ataque estadounidense de superficie (los japoneses estaban convencidos de que tras el golpe dado en Pearl Harbor, los estadounidenses no tendrían nada que pudiesen enviar a la zona).
Marines del 4° Batallón embarcando a bordo del Tangier en Pearl Harbor el 15 de diciembre de 1941, con destino a Wake:
Cañón antiaéreo de 76 mm: