23-02-2006
El 10 de junio de 1940, a las 4 p.m. el embajador francés en Roma, Francois-Poncet, informa por teléfono a la cancillería en París, que Italia ha declarado la guerra mediante una nota diplomática. Poco después en la Plaza Venecia de Roma, Mussolini le habla al país mediante un discurso que se haría famoso.
Al día siguiente, después de la declaración de guerra y el discurso de Mussolini en la Plaza Venecia de Roma, no hay grandes novedades, excepto por la incursión de fuerzas británicas que bombardean Turín. En represalia, la Real Aviación Italiana lleva a cabo una serie de incursiones en Toulon, Hyeres, Saint-Raphael, Calvi, Bastia y Bizerta. Las escuadrillas italianas fueron recibidas con fuego de ametralladoras antiaéreas y el bombardeo resultó impreciso.
A la vista de los resultados, Mussolini telefoneó a Hitler solicitándole 50 baterías antiaéreas con sirvientes y municiones -para reforzar el Piemonte y la Liguria- a cambio de una división blindada italiana. Las bajas por el bombardeo en Turín, fueron de 14 civiles muertos y una treintena de heridos.
Pero, de acuerdo con la directiva del Duce, las fuerzas de tierra tomaron un bajo perfil y esperaron. Sin embargo, los preparativos para la inminente invasión italiana a Francia, también se hicieron esperar y esto les costaría muy caro. La frontera entre Francia y los Alpes presentaba una calma, no cónsona con las acciones que deberían tomar las fuerzas italianas apenas Mussolini lo ordenara.
El día 14 de junio, Génova fue bombardeada por una fuerza aeronaval francesa compuesta por 4 cruceros pesados, Foch, Algerie, Dupleix y Colbert acompañados por 4 flotillas de cruceros ligeros. La respuesta italiana no causó mucho daño pues sólo logró hacer blanco en el crucero ligero Albatross, por el fuego de una batería costera de 152mm, sin embargo, el buque logró regresar a Toulon.
Al día siguiente, Hitler le informó a Mussolini que la ayuda Italiana en el frente francés no era necesaria, pero que si Italia quería actuar por su cuenta, eso era decisión del gobierno italiano.
El mismo día 15 de junio, Mussolini le ordenó al General Badoglio que iniciara el ataque terrestre, pero Badoglio le respondió que necesitaría cuando menos 25 días de preparación.
Hitler por su parte, el día 17 de junio, le informó a Mussolini sobre la solicitud del gobierno francés para conversar un armisticio, sugiriendo que se iniciaran conversaciones en Munich.
AL día siguiente, Mussolini se reúne con Hitler en Munich manifestándole que los franceses no le habían solicitado el armisticio. Hitler les comunicó a los franceses que solicitaran el armisticio a Italia, como condición para iniciar las conversaciones.
El día 21 de junio, Mussolini ordenó a las fuerzas acantonadas en la Liguria y Piemonte que iniciaran la ofensiva contra la Costa Azul. El objetivo era la ocupación de una gran franja de territorio cerca a Niza, con 19 divisiones, formadas por el Grupo de Ejercitos del Oeste compuesto por el 1er Ejército - General Pietro Pintor y 4to Ejército - General Alfredo Guzzoni.
Pero la euforia del Duce por conquistar los territorios franceses, como si fuera un paseo, se convirtió en una acción militar más difícil que lo que imaginó. Las fuerzas francesas, cual fiera herida, presentaron férrea oposición a las escasamente preparadas fuerzas italianas.
La ofensiva italiana mostró debilidad en los mandos y una mal planificada línea de abastecimientos. Las fuerzas francesas, en inferioridad numérica, se las arreglaron para presentar una buena línea defensiva. Sólo después de enormes esfuerzos, las fuerzas italianas lograron pasar la frontera en Saint Louis y alcanzar Menton. Mientras las fuerzas italianas atacaban desde el este, los alemanes empujaron a lo largo del Valle del Ródano, en vista de lo cual, el General Orly dividió sus fuerzas una hacia el noroeste, para contener a los alemanes, y la otra hacia el sureste, para detener a los italianos.
Las fuerzas italianas atacaron a los franceses a todo lo largo de la frontera. En el norte 12 batallones avanzaron hacia Bourg-Saint-Maurice y Petit Saint-Bernard. Las defensas francesas eran apenas 4 batallones con 44 cañones. Las fuerzas italianas cercaron a los franceses en el paso Petit Saint-Bernard, pero no pudieron capturarlo.
En Maurienne los italianos lograron una fuerte y decidida penetración, tratando de capturar los pasos de Mont-Cenis, Sollieres, Bellecombe y Clapier. El fuerte de La Turra fue severamente bombardeado, pero los franceses resistieron los ataques, hasta el final de la ofensiva. Al final de las operaciones Mussolini ordenó liberar con honores a los defensores de La Turra. Más al sur, las fuerzas francesas fueron obligadas a replegarse hasta la represa de La Tuille, pero en Briaton los Howitzer franceses de 280mm lograron silenciar las baterías italianas.
El 22 de junio, los italianos continuaron la ofensiva, siendo contenidos en todo el frente excepto en la Costa Azul, donde lograron tomar buenas posiciones en el área de Menton.
El 23 de junio, las fuerzas francesas siguen conteniendo los ataques italianos, quienes no logran hacer avances importantes. Ese mismo día, hacia las 9PM, llegaron las órdenes de cesar el fuego a partir de las 12:35AM.
Luego de las escaramuzas que suceden a todo cese al fuego, el 25 de junio terminaron las hostilidades en todo el frente, entrando en vigor el armisticio Franco-Italiano.
Las bajas
La fiera resistencia presentada por los franceses le causó a los italianos 600 muertos y más de 2000 heridos en sólo cuatro días. Los resultados fueron pobres y muy sangrientos para las fuerzas italianas y para el gobierno de Mussolini resultaban una jornada poco gratificante.
Desde el ángulo político, la posición de Mussolini era comprometida en especial ante su aliado alemán, que arrollaba los territorios aliados con las fuerzas Panzer. Territorialmente, Mussolini logró muy poco ante un país que estaba sumido en la desesperación ante la inminente capitulación. Hitler no deseaba humillar a la Francia vencida, puesto que necesitaba de su concurso para contener los arrebatos británicos. Por tanto, el ataque italiano puso a Alemania en una encrucijada, entre lo que debía hacer con Francia y la actitud que debía presentar ante su aliado.
Los delegados italianos para la firma del Armisticio con Francia fueron: el General del Ejército Pietro Pintor (Presidente); General Vecchiarelli; Almirante Goiran; General de Aviación Pellegrini; Ministro Plenipotenziario Vitetti; Inspector General Lazzari; Coronel Vaglieco y el profesor Bosco experto en derecho Internacional.
Después del Armisticio del 24 de junio, Italia logró apenas una angosta franja de territorio francés y algunas concesiones en África, aparte de poder utilizar el puerto de Gibuti en la Somalia Francesa.