26-02-2008
la Linea Maginot
Mayo de 1940, en solo unos días se derrumbará no solo una gran nación como Francia, sino todo un sueño de grandeza y seguridad en torno a una construcción, la Línea Maginot.
Durante la Gran Guerra, Francia ya poseía una vasta red de fortificaciones estables, desde el Mar del Norte al Mar Mediterráneo, para la protección de sus fronteras. Construidas bajo la dirección del general Seré de Riviéres a partir de 1875, siendo modernizadas justo antes de 1917, aportaban un número considerable de fuertes y construcciones; constituyendo poderosos cinturones fortificados como los de Verdun, Toul, Epinal y Belfort.
La decisiva actuación de los fuertes de Verdun no es olvidada por los generales franceses, por lo que en el año 1920, el alto mando emprende el estudio de un nuevo sistema de defensa, más moderno, sobre todo para proteger la nueva frontera del noroeste.
El general Joffré, presentó un estudio en el cual se esbozaba una línea de fortificaciones situadas a lo largo de la frontera franco-alemana, unas zonas de defensa desde que las tropas destacadas allí podrían contraatacar cualquier ofensiva que penetrase entre las defensas. Oponiéndose a este esquema se encontraba Pétain, el héroe de Verdun, que favorecía una defensa en profundidad (al igual que la línea Hindenburg). Una tercera línea de pensamiento, abrazada por Paul Reynaud y Charles de Gaulle, argumentaba que el esfuerzo militar debería dedicarse a construir tanques y aviones, pero esto significaba movilidad, y Francia no estaba interesada en ello.
La Gran Guerra fue una guerra de trincheras, y su héroe fue Pétain, quien creía que todas las innovaciones militares beneficiaban a la defensa. Sus palabras y creencia fueron aceptadas como un catecismo. Además, el Alto Mando se horrorizaba ante la idea de enfrentarse a otro baño de sangre como el de 1914-1918, en el que la juventud de Francia se perdiese en unas trincheras embarradas. Así pues, se decide construir una serie de fortificaciones que compensaran la inferioridad numérica en caso de nueva guerra, y que evitaran que el enemigo alcance las zonas industriales del norte del país. Proporcionarían además dos semanas para que se puedan movilizar y desplegar las reservas del ejército. Asimismo, como Bélgica era un país aliado, no debería extenderse la construcción de las fortificaciones a lo largo de su frontera, aunque Pétain insistía en construir en esa frontera pues consideraba que las Ardenas no eran un problema, pues eran impenetrables.
Tras la ronda de conversaciones entre los generales Foch, Pétain y Joffré, es cuando a partir de 1925, bajo la dirección del ministro de Guerra Painlevé, se toma una decisión de compromiso, y se crean dos comisiones:
• La Comisión de Defensa de las Fronteras (CDF), en diciembre de 1925, la cual establece el trazado de la línea fortificada, su organización, sus formas, etc.
• La Comisión de las Regiones Fortificadas (CORF), en septiembre de 1927, a la cual incumbe la realización técnica de las tres grandes regiones fortificadas (Metz, Lauter y Alpes) así como del Rhin y del norte.
A comienzos de 1929, el ministro de la guerra Painlevé logra que el gobierno apruebe la organización defensiva propuesta por la CORF. Al término de 1929 pasa su ministerio a André Maginot, quien presenta el programa a la Cámara de los Diputados, que con su gran oratoria consigue que la cámara asigne fondos al proyecto, tras ser aprobada con el 90% de los votos emitidos. De hecho, fue tan decisiva la intervención de Maginot, que la nueva línea defensiva recibirá su nombre, a pesar de que su predecesor quien la presentó en la Cámara, o que se consideraba la materialización del ideario del gran héroe Pétain.
La construcción se realizará a lo largo de 1930 en cinco fases, terminando en 1933, las obras principales. Desde 1933 a 1935 se realizan los trabajos interiores de acondicionamiento (instalaciones electromecánicas, amueblado, armamento, etc.). En 1935, se puede decir que esencialmente la «Línea Maginot» es su parte noroeste está terminada; no obstante, en los Alpes, debido a las condiciones tanto geográficas como climáticas, los trabajos resultan más lentos.
Tras la revocación de la alianza franco-belga de 1920 y su posterior declaración de neutralidad, la línea Maginot se extendería a lo largo de la frontera común, pero no alcanzará el nivel de construcción o profundidad del resto de la línea, pues consistiría en solamente una serie de bunkers y refugios para la protección de la tropa.
Al comienzo de la guerra, Francia entera confiaba en la inexpugnable línea que protegería sus hogares de las fuerzas invasoras alemanas, aunque en general desconocían como era en realidad esa defensa. El corresponsal de guerra del Gringoire, Roland Dorgelés, describió de forma acertada como era en realidad: «los soldados la llaman ‘le béton’ o mas drásticamente ‘le trou’, el agujero. Algunos de ellos, si hacia mal tiempo, no veían la luz del sol durante días enteros, o incluso semanas. A veces había que recorrer kilómetros bajo tierra antes de poder asomarse a una mirilla por la que se veía un palmo de terreno lleno de alambres y dos dedos de cielo lluvioso. Era mejor quedarse en los cómodos alojamientos, donde la comida era buena y la vida ociosamente soportable… aún así, se nota una pereza que flota en el ambiente, una falta de tono militar… y los soldados, nunca he visto tantos casos de alcoholismo, u oído de suicidios, incluso entre los oficiales… Se pierde la noción del tiempo en ‘le trou’, no hay día ni noche, la vida se regula mediante horarios de servicio, toques de trompeta repetidos por altavoces, luces rojas y amarillas que se encienden en grandes cuadros de mandos...»
Pero no solo los periodistas franceses visitaron la línea, el general ingles Alan Brooke, que llegaría a ser jefe del Estado Mayor del Imperio, visitó las obras de Welshtenberg al principio de la guerra y escribio en su diario: «el fuerte recuerda la imagen de un barco de guerra construido en tierra. Es una obra maestra y no hay duda de que el concepto de la Línea Maginot es una obra genial. Pero solo da una ilusoria impresión de seguridad, y creo que los franceses hubieran hecho mejor empleando el dinero en defensas móviles mejor que sepultarlo en tierra. »
Pero si algún general del alto mando recapacitó ante estas opiniones, ya era demasiado tarde, se acababa la ‘drôle de guerre’ para comenzar la de verdad, empezaba la batalla de Francia.
Construcción y desarrollo
La línea Maginot, es esencialmente un sistema fortificado, que como indica su nombre, es de tipo lineal ya que se extiende a centenares de kilómetros paralelos con las diversas fronteras, pero que presentaba a lo largo de toda su extensión de una gran variedad de fortificaciones.
Los historiadores definen cinco periodos de desarrollo de la línea Maginot. El primero, que comienza en 1919, es un estudio solicitado por Georges Clemenceau para examinar los problemas e ideas sobre las fortificaciones. Para desarrollar tal estudio se forman dos comisiones, la Comisión Alheilig en 1920 y el Comité Technique du Génie (Comité de Técnicas de Ingeniería) en 1922, que estudiaron los fuertes de Verdun y las nuevas técnicas aplicables al diseño y construcción de fortificaciones.
En agosto de 1922 comienza el segundo periodo, cuando el General Guillaumat es nombrado director de la Commission de Défense des Territoires (Comité de Defensa Territorial). El informe de la comisión es entregado en 1925, y en el se recomienda la construcción de una serie de regiones fortificadas que no tengan continuidad entre si. Un nuevo comité, la Commission de Défense des Frontières se forma tras la conclusión de los trabajos del anterior, estando de nuevo al frente el general Guillaumat. Tras deliberaciones, el comité aprueba la construcción de tres regiones fortificadas, - Metz, Lauter, y Belfort.
La construcción de las fortificaciones, que constituye el tercer periodo, fue encargada a una nueva comisión, la Commission d'Organisation des Régions Fortifiées, cuya misión consistía en determinarla localización y el papel de cada uno de los trabajos, denominados ouvrages. La ejecución de las obras se dejaría en manos del departamento de ingeniería, específicamente a la sección de ingeniería técnica (Section Technique du Génie - STG). El diseño del armamento y su construcción será supervisado por el Director de Artillería.
Desde 1930 a 1936, se realizarán los siguientes trabajos de construcción:
• 1930 - construcción de las casamatas menores y los refugios.
• 1931 - construcción de las secciones subterráneas de las grandes fortificaciones (gros ouvrages)
• 1932 - construcción de los bloques de hormigón de los gros ouvrages y del armamento y blindaje.
• 1933 – colocación del armamento de infantería y de parte de la artillería.
• 1934 - construcción de los generadores, ascensores, sistemas de ventilación y de las construcciones auxiliares. Realización del estudio de la construcción de un "nuevo frente" en el noroeste del país.
• 1935 – se instala el equipamiento interior, y se colocan los obstáculos anticarro. Comienzan las obras en la zona noroeste.
• 1936 – Tras la ocupación por parte alemana de la región del Rhin, se mejoran los trabajos de aislamiento de las fortificaciones (algunas presentaban serios problemas de humedad) y se colocan las armas anticarro.
El cuarto periodo comprende la construcción de casamatas en el noroeste, en las regiones conocidas como "nuevos frentes" – la brecha de Saar, los Altos Vosges, y las rutas de invasión a través de Bélgica. También se incluye en el la selección y entrenamiento de la mayor parte de las tropas que debían ocupar las fortificaciones. Además de las tropas propiamente dichas, se formaron (y con un alto grado de calificación) a multitud de técnicos de diversas áreas; electricistas, mecánicos, armeros, especialistas de comunicaciones, etc.
El quinto y último periodo, se desarrolla de 1939 a 1940, y consiste en la construcción de los obstáculos anticarro para las posiciones de primera línea, la construcción de posiciones fortificadas 25 kilómetros tras la línea de frente, mejora de las defensas de Paris, y la mejora de las instalaciones ya existentes. Así, cuando Hitler conquista Polonia, la Línea Maginot ya es una realidad.
Tras diez años de trabajo, los resultados pueden calificarse de impresionantes:
• 58 ouvrages en el norte, 22 de gran tamaño
• 50 ouvrages en los Alpes, 23 de ellos artillados
• 410 casamatas de infantería, refugios para los refuerzos, y puestos de observación
• 152 torretas giratorias y 1536 cúpulas fijas (con un peso total en acero equivalente a seis torres Eiffel)
• 339 piezas de artillería de tres calibres diferentes (ver mas adelante)
• Se empleo 1.5 millones de metros cúbicos de hormigón
• Se construyeron 100 kilómetros de galerías subterráneas
• Se conectó la región de Alsacia-Lorena a la red eléctrica nacional, para lo que se emplearon 464 kilómetros de líneas de alta tensión, y 318 Km. de media tensión, de los cuales, 137 fueron enterrados para dar alimentación a las grandes fortificaciones.
Organización de la línea
La línea Maginot se disponía en dos regiones fortificadas situadas en el probable eje de avance de las fuerzas alemanas. La primera de ellas, la región fortificada Lauter (RF Lauter). Comenzaba al este del Rhin, atravesaba la llanura de Alsacia y los Altos Vosges, pasaba la guarnición de Bitche, en dirección a la llanura de Lorraine por las construcciones Simserhof y terminando en el río Saar.
La segunda zona, RF Metz formaba el núcleo de las defensas de las regiones industriales del noroeste de Francia. Cubría los ferrocarriles que deberían transportar a los ejércitos a la zona de Lorena, depósitos en Metz, las industrias siderurgias Briey-Thionville, las minas de carbón de Faulquemont, y la cuenca minera Forbach. Las instalaciones industriales de Longwy, por el contrario, se consideraron demasiado vulnerables por su cercanía a la frontera, por lo que quedaron desprotegidas. Al este de Faulquemont, la línea cruzaba los altos de los acantilados que dominan St. Avold, siguiendo por la región de Nied, por la zona de Hackenberg, atravesando el valle del Mosa hasta el norte de Thionville, a través del bosque Cattenom, y la llanura de Rochonvillers y Aumetz, terminando en las fortificaciones de Longuyon Fermont.
En las regiones de Thionville, Bitche o en el norte de Alsacia, donde, se encontraban las zonas mejores fortificadas, se puede dividir la línea en la siguiente organización:
• Los puestos de frontera (blocaos, casas-fuerte: blocaos camuflados como viviendas civiles); barreras anticarro; planes de destrucción de carreteras, puentes, cruces, etc.
• Una línea delantera de puestos, retrasada de 2 a 3 Km. (blocaos con ametralladoras y cañones contra carro), cuya misión era la de oponer una primera resistencia y sobre todo servir para dar la alarma a las guarniciones de la línea principal de resistencia. Estas posiciones estaban ocupadas por la guardia Republicana y por elementos de los Regimientos de infantería de Fortaleza, y tenían la misión de de retrasar al enemigo durante una hora antes de retirarse.
• Un obstáculo contra carro continuo, compuesto por el emplazamiento de raíles verticales (de 6 hileras de profundidad), (ensamblaje de viguetas metálicas de 3 x 3 m formando módulos de 2 ó 3 elementos, unidos por cables de acero, constituyendo una barrera autoblocante en caso de ser empujados), caballos de frisia, enormes cantidades de alambre de espino, troncos, etc. Es de destacar lo escasísimos que eran los campos de minas.
• La línea principal de resistencia, con construcciones de artillería, casamatas y observatorios, estaba ubicada aproximadamente a 10 Km. de la frontera.
• La línea de los abrigos de intervalo se hallaba aproximadamente a 1 Km. detrás de la línea principal de resistencia.
• Una segunda línea de resistencia, aproximadamente a 15 Km. de la frontera, constituida por casamatas STG del periodo 1939-1940, frecuentemente inacabadas. Las construcciones eran de tres tipos: las grandes, las pequeñas y las casamatas de intervalo.
• La infraestructura de retaguardia, entre 10 y 25 Km. de la frontera, con depósitos de municiones y material. El tendido telefónico estaba enterrado al igual que gran parte de la alimentación eléctrica. Había artillería ferroviaria (entonces la más potente del mundo) y diversas posiciones de artillería. Vías férreas de 60 centímetros y rutas militares garantizaban la comunicación y la llegada de refuerzos y suministros.
Cada uno de los fuertes estaba diseñado de forma que fuese capaz de soportar el fuego de las posiciones vecinas, para así poder apoyarse mutuamente en caso de asalto enemigo. Tras diversos estudios con piezas de artillería (cañones de 400 mm a una distancia de 10 Km.), se decidió emplear hormigón armado reforzado en acero para los bloques de superficie, mientras que las galerías subterráneas, para ahorrar costes, se construyeron con ladrillos, siempre y cuando la galería estuviese al menos 20 metros bajo tierra.
Los bloques de superficie de las obras principales, de hormigón, tenían un espesor de 3.5 m, el doble que el de Verdun, que según la clasificación francesas era Nivel 4, máxima protección. El nivel más inferior, Nivel 1, con un espesor de 1.5 m se empleo en las casamatas secundarias, en cambio, en todas las construcciones, el muro posterior tenia un espesor de 1 metro. La decisión de "desproteger" la zona posterior se debía a cuestión de costos, por lo que para compensar, cada posición se diseño para aprovechar al máximo la cobertura natural del terreno, y se eliminaron los ángulos muertos.
La clasificación oficial preveía cinco categorías de construcciones:
• Clase 1.a: Grandes construcciones mixtas (infantería y artillería) con 600 hombres o más.
• Clase 2.a: Construcciones medianas mixtas, de 450 a 600 hombres.
• Clases 3.a: Pequeñas construcciones mixtas y construcciones de infantería, de 150 a 200 hombres.
• Clase 4.a: Pequeñas construcciones de infantería de 100 hombres.
• Clase 5.a: pequeñas construcciones monobloque, para menos de 80 hombres.
Las fortificaciones se camuflaron siguiendo unos parámetros claramente definidos. Las partes visibles, tanto del hormigón como de torretas y cúpulas, estaban pintadas con los mismos colores usados en los carros de combate: verde, ocre y marrón. En algunas construcciones, con pintura negra se representaban falsas troneras y puertas, falseando a su vez las troneras y puertas auténticas, llegándose a construir —en algunos sectores— fortificaciones falsas. Este camuflaje se completaba con telas metálicas prendidas con soportes empotrados en el cemento, en las cuales se sujetaban elementos vegetales, como hierbas y arbustos. En ocasiones, las cúpulas se camuflaban con cemento para simular formaciones rocosas, consiguiendo una gran veracidad.
CONTINUARA EN BREVE...