08-08-2006
En Crimea y la cuenca del Donetz
Una vez se consolidó la entrada a la península de Crimea, la División Leibstandarte continuó avanzando en el continente ruso en dirección a Melitopol; el 18 de septiembre llegó a Radionovska, en donde se atrincheró.
Las posiciones alemanas fueron objeto de varios furiosos contraataques, que fueron sucesivamente rechazados antesw de que las tropas fueran trasladadas al oeste, una vez más a otro punto crítico.
Mientras el LIV Cuerpo de Ejército atacaba Crimea, las tropas rumanas que ocupaban un sector de las líneas alemanas estaban soportando los violentos contraataques de los soviéticos, que penetraron profundamente en sus líneas aniquilándolas prácticamente. Hubo que hechar mano nuevamente de las SS y el nucleo de la defensa alemana fueron las tropas de élite de la Leibstandarte. Por fin, hacia el 30 de septiembre se agotaron los ataques del oso ruso.
El 1º Panzergruppen Pudo continuar su avance hacia el este, teniendo ahora como objetivo Rostov del Don. El 11 de octubre la Leibstandarte alcanzó Taganrog; había avanzado casi 400 km por un terreno inhóspito. Antes de atacar la ciudad había que cruzar el río Mius, lo que hizo bajo un violento fuego enemigo. Después de seis días de furiosos combates tomó la ciudad y Stalino cayó tres días después.
El 10 de octubre, el III Cuerpo de Ejército Panzer perdío a la división Wiking, que fue transferida al XIV Cuerpo de Ejército Panzer. Su objetivo era desbordar a las unidades soviéticas en retirada y aislarlas. Para poder conseguirlo avanzó a lo largo de la línea férrea Melitopol - Stalino hacia Wolmowacha. Una vez más, la lluvia torrencial convirtió las carreteras en cenagales, con lo que el avance fue terriblemente lento. Siguió lloviendo durante dos semanas lo que dio tiempo a los rusos para organizar sus unidades dispersas y reagruparse.
A primeros de noviembre, el Regimiento Westland tuvo una nueva forma de bautismo de fuego: por primera vez sufrió una barrera artillera por parte de lanzacohetes Katiusha. Tuvo un efecto psicológico demoledor. Una salva de proyectiles haciendo explosión entre las tropas desprevenidas y al descubierto estuvo a punto de provocar el pánico.
El tiempo iba siendo más frío, lo que permitió a los alemanes un grado mayor de movilidad durante varias semanas porque las carreteras embarradas se congelaron. Sin embargo todo cambiaría para mal con la llegada del verdadero invierno.
Fuente:
Waffen SS. Los templarios de Hitler en combate.
Historia secreta da las SS