11-02-2006
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**Frieden
(Fantasia)**
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“Nunca habia visto una representacion tan real del infierno... Los escombros aun expelen los humos de la muerte y del dolor de lo irrecuperable. En los aires estrangulados de colera, flotan quiza todavia las cenizas de los hombres y de ignorados dioses despedazados por la guerra”. Una vez plasmado esto en su pequeño diario (en realidad pedazos de papel y carton amarrados mediante una cinta de lo que era una chaqueta alemana),Olieg Lazarev se presta a su morfosis de ex-catedratico en la universidad de moscu, a soldaldo del frente del 62.º Ejercito en Stalingrado. Esta en el infierno y lo sabe... toda esperanza humana se desvanece con el disparo fugaz o el atronador bombardeo o el sonido familiarmente infernal de un Stuka en picada... Stalingrado es el infierno.
La guerra llega otro nivel aquí, las cosas son diferentes y lo nota... el combatio en Sebastopol y alli el batallar no tenia ese melado carroñoso que ahora siente en sus labios cada dia, cada noche. No se duerme en Stalingrado... dormir recuerda la muerte, la paz de la muerte, tal vez el unico sitio donde encuentra la paz es en su “Diario” improvisado. Mientras el manto de acero se eleva en el cielo ocultando el unico rayo de realidad que le une al resto del mundo. El cielo es negro en la ciudad de Stalin. Es como si la naturaleza se revelara a tan letal obra creada por el hombre... ¡¡por los hombres!!
“Stalingrado ya no es una ciudad. De día es una enorme nube de humo cegador, un gran horno iluminado por los reflejos de las llamas. Y cuando llega la noche, los perros se arrojan al Volga porque las noches de Stalingrado los aterrorizaban". Y cerro su diario.
Hoy toca un ataque frontal para acosar a los ejercitos alemanes. El temor no lo infunden las balas, ni los alemanes con su perfeccionado sistema de aniquilacion de eslavos... la ciudad misma inspira este temor agrio en la garganta y duro en el gatillo. Es que ella se ha revelado y ha impuesto su campo de batalla sus reglas y sus limites. Ya el matar al extraño no es cosa de disparar cañones y eliminar cientos de uniformes a leguas... no es el asesinato anonimo de cientos por bombadeos y tanques que eliminan a Friskies por docenas. La ciudad lo ha vuelto personal, es como su venganza por la destruccion de ella en si. Es meticulosa, fria, calculadora, haciendose mas y mas angosta e incomoda... la ciudad tiene vida y absorbe vidas minuto a minuto, metro a metro... paso a paso.
“Hoy es el dia, tenemos armamento necesario, camisas necesarias... todo gracias a una patrulla alemana que se alejo de su pocision.” '¿No lo ven? Se nota el entusiasmo por la sangre... el pudor y respeto a la muerte se ha vuelto nulo aquí... solo la muerte del enemigo importa, solo vengar a los camaradas caidos, luchar, luchar hasta que los dedos se congelen y una vez esto pase... seguir luchando o morir. Y al parecer ese es el fin de esta batalla... morir, muere el niño, muere el padre, muere el joven, el viejo, civiles, militares, rusos, alemanes, rumanos, ucranianos, todos mueren. Muertos. Enfermos. Famélicos. Suicidados. Luego escapan, para ser capturados y fusilados por sus propios compatriotas o camaradas.
“La guerra se ha tornado cruel y el enemigo tambien, aunque he visto que los alemanes son humanos... los he visto llorar sin estar heridos... los he visto. Una bestia facista no hace eso... una persona hastiada si.” ¡¡Ah!! respuestas... respuestas a tantas preguntas. El destino del mundo esta sobre los hombros de nosotros, pero no podemos decidir el proximo movimiento... Eso esta destinado a los grandes. Aquellos dioses que saben de lo que somos capaces nosotros sus subditos.
“La operación para la liberacion de Octubre Rojo esta planeada ya. No tenemos informes oficiales... creo que ni los oficiales los tienen, solo sabemos que un gran golpe caera del cielo y los aplastara... espero que esto ponga fin a esta batalla. ¿Es que ellos no entienden? Es nuestro pais, solo lo queremos de vuelta. No queremos muerte, no queremos lloro, no queremos dolor, solo a nuestro pais...¡¡MALDICION ES NUESTRO!!” Olieg, toma un respiro y espera detras de un muro de concreto... lo que queda de el y mira hacia atrás... y observa algo que le llama la antencion... pero esta muy borroso y no quere perder el foco... el ataque comenzara pronto y los camaradas que esperan el rescate seran liberados. En seis meses de lucha, el 99 por 100 de Stalingrado es despedazado. En montículos de ruinas se desmoronan 41.000 casas, 300 fábricas y 113 hospitales y escuelas. A llegado la hora de vengar esto.
En el cielo se ve trazos de luz viajar a una velocidad increible pero no imposible de seguir... son como varitas encendidas de fiesta... que dibujan un arco de humo y luz. Luego caen con inigualable gracia sobre el complejo fabril.
La explosion causada parece el martillar de un dios en una fragua divina... uno, cinco, ocho, catorce, setenta y dos... son solo numeros sin sentido que pararan en algun informe de algun comisario, pero la destruccion y el achicamiento, los escombros y esquirlas eso queda en el corazon. Era como un trago de vodka, cada explosion aviva un fuego y se siente el henchir del pecho. Cuarenta y cinco minutos han pasado y la explosiones parecen no tener fin... Increiblemente se les ha ordenado avanzar... Y como Moises en el mar rojo, un camino entre el mar de fuego se abre para ellos. La muerte los considera utiles y nada les pasa en el trayecto.
Trece muertos. Doce, ni siquiera dispararon pero siguen avanzando sin problemas... las rafagas de metralla, granadas y bombardeo son parte de una hermosa bienvenida al vientre de Stalingrado. Cruzan entre heridos disparandoles en la cabeza, pecho en fin.. donde caiga la bala. A los camaradas por compasion, a los enemigos por odio, pero siguen siendo balas.
Un peloton aleman ha quedado intacto e increiblemente, despues de esa demostracion de poder, estan decididos a luchar. Luchan con una rabia ensordesedora, lo odian y el los odia. Lo atacan, el ataca. Es un amor correspondido... al final solo hacen su trabajo, su trabajo es amar y matar. La lucha es cuerpo a cuerpo, es una invitacion a un baño de lodo y sangre, a ver dientes amarillentos y cuchillos afilados, bayonetas y fusiles de un solo tiro. El forcejeo es brutal e inconcevible. El bombardeo sigue y aplasta las pocisiones fortificadas. Pelea con un aleman terco que no quiere morir o talvez lo quiera... ve su cara y no siente odio personal... sabe que el no lo siente por el. Pelean por honor y deber. Pelean porque es lo unico que se hace en Stalingrado.
El destino es un abismo incierto y nunca sabes lo que sucedera ni lo que trae. Sobre el cuerpo de Horst, el aleman, llora por lo que se ha convertido, por la ciudad y por el... llora por el, al revisar su uniforme y ver que Horst tenia una pequeña hija... El bombardeo ceso. Los gritos de victoria y las cantaletas de sus camaradas lo tratan de animar... pero Horst es el ancla que lo mantiene en la obscura realidad.
Toma su diario, se supone que debemos limpiar la zona.. pero el hecho de que el bombardeo termine, significa que el bastion a caido. Sin preocupacion las tropas preparan el lugar esperando a las demas tropas. Toma su diario, ah! La figura que le llamaba la antencion! Se ve un poco borrosa aun... y esta muy cansado.. pero decide ir..
Si, al fin... las lagrimas brotan de sus ojos al ver el unico recuerdo de humanidad y paz que queda... un circulo de esculturas de niñas jugando tomadas de las manos... aun en pie, desafiando la voracidad de la ciudad. Es una esena casi celestial. Sabe porque lucha... no para el, para generaciones futuras.
El destino es un abismo incierto y nunca sabes lo que sucedera ni lo que trae. Plasmara esa vision, no esta inconforme con su destino, debe luchar para que otros no pasen por esto. No se lo desea a nadie... ¿oye algo? Pero no le presta atencion... al fin un oasis de paz... esas esculturas se ven tan felices... como la hija de Hort. ¿Oye algo? Un tableteo molesto, pero familiar, un mal sabor le llega a la garganta pero la cara de la niña lo hace sentir en paz.... ¡ah paz!... cuanto tiempo no experimentaba algo asi. Toma su diario, lo mira... esta mojado... no a decir verdad el esta mojado, sus brazos, piernas, el pecho... si el pecho esta inundado!! La sangre recorre todo su pecho como un volga rojo personal. ¡Ah!... la paz... la cara de la niña... la paz... Horst... al fin la paz... Stalingrado.... l...a............p......a........z.
Aún ahora, Stalingrado habla de una peligrosa producción de lo finito. De la finitud que renuncia a ser altar donde resplandece un afuera trascendente. Lo finito como pequeñez donde la amplitud es la destrucción y no el vasto reino de los elementos naturales. Esa finitud de Stalingrado, esa escena paradigmática, donde, de tanto en tanto, el humano libera su milimétrica voluntad de destrucción.
Cae al suelo... y piensa... “Malditos alemanes... los amo....”.