Doce años junto a Hitler - Christa Schroeder.

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23-08-2006

Doce Años junto a Hitler. Testimonio inédito de la secretaria privada del Fuhrer (1933-1945)”. Christa Schroeder. Editorial Milenio. Lleida 2005. 222 págs.

Acabo de finalizar la lectura del libro antes mencionado, en líneas generales puedo señalar que es de fácil y amena lectura, consiste en un recuento de vivencias sucedidas en los doce años de labores junto a Hitler, procura citar algunas reflexiones de su jefe formuladas en su presencia y algunas interpretaciones particulares de ella sobre hechos acaecidos en aquel entonces.

Al iniciar la lectura de la obra surgen algunas dudas acerca de los orígenes de ésta, al respecto cabe observar que, según explica el prólogo de la obra, el origen del referido testimonio se encuentra en el período en que la señora Christa Schroeder permaneció prisionera por el ejército americano, en el Campo de Augsbourg, del 28 de mayo de 1945 hasta el 12 de mayo de 1948. En el año 1947, un agente franco-americano, Alfred Zoller, la interrogó acerca de su vida cotidiana con Hitler, finalmente, le solicitó que le escribiera todo lo que le había contado, lo que parece ser el origen del manuscrito que nos presenta el libro. Asimismo, se indica que dichos papeles permanecieron desaparecidos hasta fecha reciente cuando fueron descubiertos por investigadores alemanes y americanos. Permítaseme señalar que el presente libro es una traducción de otro publicado en Francia en 2004, sin embargo, tengo referencia que las memorias de Christa Schroeder fueron publicadas bajo el título: Er war mein Chef, en Múnich, en 1987.

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23-08-2006

Algunas consideraciones  caben efectuar sobre la obra que motivan a indagar más sobre tal testimonio, expongo algunas, partiendo del hecho que supuestamente dicho testimonio fue escrito a petición del agente americano que la interrogaba:

1.) No podrá negarse el espíritu de colaboración de la Señora Christa con sus captores al dedicarse a escribir un testimonio escrito tan amplio y pormenorizado, además de agregar algunas interpretaciones propias sobre determinados hechos, lo que pareciera exceder la simple petición efectuada por su interrogador, acerca de relatar su vida junto a Hitler, ¿acaso sería que ella pensaba escribir sus memorias o algo así antes que tratarse de una simple declaración testimonial sobre hechos vividos?.

1.2.) ¿dónde permaneció escondido o traspapelado un documento tan importante?.

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23-08-2006

En fin, las precedentes reflexiones nacen de la deficiente explicación contenida en el libro respecto a una investigación relativa a las circunstancias que rodearon la elaboración de dicho testimonio escrito, su desaparición y el descubrimiento del mismo en fecha reciente, así como el proceso de verificación de la autenticidad de tales declaraciones efectuado por los investigadores.

Esta grave falla metodológica de la obra contrasta ampliamente con otros textos relacionados con el testimonio de testigos del entorno de Hitler, como es el caso del libro “Los últimos días de Hitler” de Trevor-Roper, quien nos efectúa un recuento íntegro de todo su proceso de investigación y hallazgo de los documentos y testimonios que le sirvieron de sustento para las páginas que siguen, lo que contribuye a formar una plena convicción en el lector de hallarse ante una obra serie y bien documentada.  Asimismo, el libro “Hasta el último momento. La secretaria de Hitler cuenta su vida” de Traudl Junge, en el prólogo suscrito por la autora nos explica cómo fue la gestación de su testimonio acerca de su vida con Hitler desde finales de 1942 hasta el suicidio del mismo. También el libro “Los últimos testigos de Hitler” de Michael Musmanno, quien fuera juez americano en los juicios de Nuremberg y tuvo la ocasión de entrevistar a varios testigos de los últimos días de Hitler.

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23-08-2006

A continuación procederé a efectuar un resumen de algunas ideas expresadas por la autora en el libro:

1)Hitler era muy desconfiado.

2)Preparaba sus discursos a última hora.

3)Cuando dictaba sus discursos, bastaba hacer mención al comunismo para que se tornara en irascible, mas bastaba finalizar la faena para retornar a la calma.

4)Tenían una gran preocupación por cuidar su imagen pública, lo que motivó que no utilizara en público lentes, entre otras cosas.

5)Era un jefe muy absorbente, despojaba de una vida privada independiente a su entorno y los sometía a unas jornadas de trabajo agotadoras.

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23-08-2006

  1. Previo a la guerra tenía un buen humor, tras los primeros reveces comenzó a tener un carácter más arisco, así como su círculo social se comenzó a reducir y no admitía que le replicaran ni le dieran consejos.

  2. Era muy galante con sus secretarias.

  3. Creía firmemente que el secreto del éxito responde a la obstinación, toda su vida había sido un luchador, tenía una voluntad inquebrantable, reflexionaba mucho sus decisiones pero llevarlas a la práctica dependía de su intuición.

  4. No era supersticioso, incluso se reía de quienes pretendían predecir el futuro, considerando necesario prohibir la actividad de dichos embaucadores

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23-08-2006

  1. Tenía una gran capacidad de sugestión, su don de hablar se manifestaba tanto frente a un colectivo como en pequeñas reuniones, atraía la simpatía de sus interlocutores por su sencillez y cordialidad, tenía una indudable capacidad de transmitir sus ideas de forma concreta y convincentes.

  2. Sentía una gran complacencia por las manifestaciones de afecto de la gente, aunque llegaron a ser tan desbordantes que se debió conservar en secreto sus viajes para poder trasladarse sin complicaciones ni demoras en el itinerario.

  3. Era muy celoso con sus planes, los guardaba en secreto, comunicándolos a sus colaboradores en la medida estrictamente necesaria e, incluso, limitándose a informar lo que concernía a dicho interlocutor.

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23-08-2006

  1. Era un ávido lector y poseía una prodigiosa memoria. Sorprendía a su Estado Mayor al conocer hasta el más mínimo detalle de todas las unidades comprometidas en las operaciones bélicas.

  2. Por otra parte, concebía que sus militares debían limitarse a cumplir sus órdenes, concibiendo los más mínimos detalles de todos los planes operacionales, limitando la capacidad creativa de sus subordinados.

  3. Era un apasionado de la arquitectura, así como de la pintura y del dibujo. Seguía practicando el dibujo aún una vez llegado al poder. Despreciaba la pintura moderna. Concebía la creación de museos regionales.

  4. De las épocas de la humanidad admiraba la antigüedad y el romanticismo.

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23-08-2006

  1. Era un apasionado del arte, la técnica y la historia, no así de las finanzas y del derecho, lo que delegaba a sus colaboradores, es por ello que tanto apreciaba el trabajo de Martin Bormann, quien era una gran organizador de la burocracia y un fiel ejecutor de las órdenes impartidas. Sin embargo, Bormann copó gran parte de los espacios del entorno de Hitler con gente que le era fiel, así como se erigió como en una alcabala para acceder a su jefe. La autora califica a Bormann en un intrigante y hasta le llega a adjudicar la autoría del telegrama que ordenó la detención y fusilamiento de Goering, pues afirma que Hitler sentía una gran debilidad por el jefe de la aviación y siempre le perdonó todos sus entuertos.

  2. La autora explica el interés que sentía Hitler por las mujeres, pero su constante preocupación por guardar su buena reputación lo hizo conservar un bajo perfil en sus relaciones con éstas. Afirma que su verdadero amor fue su sobrina, Geli Raudal (hija de su hermanastra), con quien manifestó haber estado dispuesto a casarse.

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23-08-2006

  1. Sugiere que el suicidio de la sobrina se debió a una depresión sufrida por ésta al descubrir en el abrigo de Hitler una nota de amor suscrita por Eva Braun. Este hecho hizo caer a Hitler en un estado depresivo, llegando a considerar suicidarse, mas fue convencido de lo contrario por Hess. Conservó recuerdos personales y cartas de su sobrina hasta abril de 1945 cuando ordenó destruirlas.

  2. En septiembre de 1931, conoció a Eva Braun a través de su amigo Hoffman, quien contribuyó en el acercamiento de ambos, tuvieron un flirteo y finalmente le atrajo por su discreción. La autora señala que Hitler admitía que no sentía el profundo amor que sentía por su sobrina, pero se había acostumbrado a su presencia. Asimismo, en distintas ocasiones se expresó contrario al matrimonio, pues estimaba que ello podía restarle tiempo para cumplir con su rol de Fuhrer.

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23-08-2006

  1. Respecto a Eva, la describe como una chica de carácter difícil, impulsiva e inestable por las peculiares circunstancias en las que debía llevar su relación afectiva. Ella adoptó como modelo a la esposa de Goebbels. Hitler le regaló una casita en Munich, un carro y una asignación mensual para sus gastos y caprichos. A ella le gustaba bailar, pero Hitler se lo tenía prohibido pues aborrecía tal diversión. Ella era una deportista consumada. Eva sólo leía novelas y ostentaba una ignorancia absoluta en política. Para abril de 1945, Eva era conciente del final que le esperaba junto a Hitler y así lo eligió.

  2. Era vegetariano, no fumaba ni bebía, así como insistía a su entorno que se sumaran a tales hábitos, incluso, llegó a prohibir el fumar y beber en su presencia. Era tan radical con respecto al tabaco que pensaba proscribirlo tras el final de la guerra, criticaba que el ejército asegurara la provisión de cigarrillos a los combatientes y llegó a considerar como una causal de una posible ruptura con Eva descubrir que ella fumara a escondidas.

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23-08-2006

  1. Desde principios de 1944 se comenzó a manifestar su decadencia física, lo que lo aferró a las inyecciones “milagrosas” del Dr. Morell, si bien la competencia de dicho médico era cuestionada ampliamente por el Dr. Brandt (médico personal de Hitler desde 1933), mas finalmente Hitler se decantó por el primero despachando al segundo de los mencionados. Como enfermo era difícil, pues discutía con sus médicos acerca de los tratamientos y efectuaba sus propias investigaciones al respecto. Vivía obsesionado con no tener tiempo suficiente para completar su obra, por lo que consideraba que no tenía derecho para estar enfermo.

  2. En cuanto a su vestuario, era muy reducido, repetitivo y fuera de moda. Procuraba comprar varias piezas del mismo modelo, para así evitar tener que preocuparse por comprar más ropa.

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23-08-2006

  1. Efectúa un recuento de los atentados contra Hitler. Explicando como aquel de la cervecería de 1939 y de julio de 1944 fueron interpretados por Hitler como una señal de la providencia favorable a su misión. Asimismo, indica que el atentado de 1944 fue un estimulante para el pueblo alemán, quien si bien no profesaba ya una veneración como antaño por su jefe, se aferraba a él como tabla de salvación.

  2. Hitler y el cristianismo: Lo cuestiona ampliamente, lo juzga responsable del atraso de la humanidad. Critica el celibato de los curas, aunque ello contradecía su propia prohibición de contraer matrimonio. Recriminaba a la iglesia católica por su excesiva ingerencia en los asuntos del Estado, por lo contrario, manifestaba que no tendría motivos para no tolerar sus prácticas. Admiraba de ésta su capacidad de organización. Admitía que el pueblo cree en lo sobrenatural y que ello bien lo ha sabido explotar la iglesia. Sabía que para arrancar la religión al hombre debía de ofrecerle un sustituto, de lo cual se ocuparía tras el final de la guerra. El programa del nazismo profesaba la libertad de culto, sin embargo la mayoría de los líderes del partido habían renegado de su religión, aunque Hitler sabía que a pesar de ello seguían apegados a sus creencias. Deseaba abandonar la iglesia católica tras finalizar la guerra. Entendía perfectamente a las mujeres en anhelar la boda por la iglesia, pues ésta confería mayor solemnidad al acto que la boda civil, por tal motivo ideaba acondicionar en las sedes del partido grandes salones donde efectuar bodas colectivas, bajo la creencia que esto haría el acto más impresionante. Advertía que se debía de aprender de los ritos católicos, en cuanto a la puesta en escena, para las manifestaciones del partido.

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23-08-2006

  1. Hitler y el Holocausto. La autora afirma categóricamente que Himmler le informaba minuciosamente del asunto a Hitler, quien las consideraba como represiones necesarias para la estabilidad y desarrollo de su régimen, pero velaba por su buena reputación procurando no figurar comprometido con tales hechos. La autora aclara que esas reuniones eran realizadas en la estricta privacidad entre Hitler y Himmler, cuando mucho podía asistir como testigo Bormann; asimismo, afirma que “nunca hablaron de los campos de concentración estando yo presente”, y también que si en alguna reunión alguien le advertía a Hitler acerca de los rumores relativos a las crueldades cometidas en los campos de concentración, éste “evitaba dar una respuesta y pasaba inmediatamente al punto siguiente. Raramente le oí dar respuestas evasivas. No hubiera reconocido jamás delante de extraños la inhumana dureza de sus medidas represivas”. Advierte que en una ocasión escuchó a Himmler hablando con unos generales, justificando su actitud (con referencia a esas crueldades) en el cumplimiento de órdenes de Hitler, pero aclaraba que “la reputación de Hitler no debe, bajo ningún precio, quedar empañada por esos hechos; soy yo, Himmler, quien toma públicamente toda la responsabilidad”. Por otra parte, recuerda que Mussolini procuraba convencer a Hitler de asumir una actitud más conciliadora frente a los judíos, pero éste efectuaba un largo discurso acerca del peligro que ellos representaba y siempre concluía subrayando que era necesario eliminar a todos los judíos, al precio que fuera.  Respecto a tal expresión “eliminar”, la autora sostiene que era tal el desprecio manifestado por Hitler a los judíos que nadie podía dudar de su alcance.

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23-08-2006

  1. Los últimos días de Hitler. En una ocasión, Hitler le confesó que carecía de sucesor, explicándole que Hess había perdido la razón, Goering había perdido el respaldo popular y Himmler no era aceptado por el partido. En febrero de 1945, Hitler alimentaba las esperanzas por la promesa de las armas secretas alemanas, por lo que insistía que se requería ganar tiempo para así poder cambiar el curso de la guerra. Cuando le eran informadas las pérdidas civiles por los bombardeos aliados, entraba en cólera. En los últimos días, la autora manifiesta que se tornó un tema recurrente en las reflexiones de Hitler lo inútil de seguir viviendo ante los desastrosos acontecimientos. Asimismo, resulta único e impactante, no antes leído por mi persona en ninguno de los relatos de esta última etapa de dicho dictador, una serie de anécdotas donde la autora explica el cambio de personalidad sufrido por su jefe, entre otras cosas, perdió la gentileza y respeto en el trato con las damas de su entorno, por ejemplo, a una compañera de trabajo que llegó al bunker con un sombrero de alas y guantes hasta el codo, al verla,  Hitler le comentó, riendo, que su belleza se vería resaltada si se ataviara únicamente con sombrero y guantes. Ahora bien, esa extraña conducta fue explicada por el Dr. Morell a ella como consecuencia de los medicamentos que le estaba suministrando. Por último, sostiene que entre los generales y altos funcionarios del régimen existía la creencia que Hitler había perdido la razón para ese entonces.

Pues bien, aquí tienen una breve síntesis de las ideas principales del libro, para que así puedan juzgar la conveniencia de adquirirlo o no.

Wittmann

31-08-2006

Sobre el punto 27 que mencionas, ¿en que tipo de documentación se basa la autora?, desde luego si encontró algo nuevo sería una noticia de primer orden.

Wittmann.

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