13-01-2008
Avanti Savoia
13-01-2008
Conocìa este episodio, si mal no recuerdo fue la ùltima carga de caballerìa en la SGM.
Durante la primera ofensiva soviética sobre el Don, en verano de 1942, el Saboya de Caballería, llegado en la tarde del 23 de agosto a los declives de una colina en la cercanía de Isbucensky, fue hostigado por poderosas fuerzas adversarias. Con furiosas cargas a caballo, en las primeras horas del 24 los italianos cayeron sobre dos batallones soviéticos y los arrollaron. Al alba de aquel día, el coronel Alessandro Vetón, dio orden de sacar de la funda el estandarte del regimiento, y dijo a la corneta que se preparara a tocar carga. En todo el entorno, en la llanura, se distinguían los fuegos de la acampada rusa: las líneas enemigas que Vetón había decidido atacar. El asalto fue realizado primero con las armas automáticas y el apoyo de la artillería del grupo, y luego con la intervención del II Escuadrón a caballo.
Al legendario grito de ¡Cargad! Respondieron los sables desenvainados. Como en un ejercicio en la plaza de armas, el escuadrón se alejó al paso, se puso al trote y se lanzó contra el enemigo. Parecía que resonaban los célebres versos de Alfred Tensión sobre la carga de Balaclava:
“Férrea avalancha ardiente – impávida cohorte- desafiando los seiscientos- el valle de la muerte….
El segundo escuadrón cayó sobre el flanco izquierdo de los soviéticos, que no se esperaban un gesto tan audaz.
Estábamos ya sobre los rusos, que se arrojaban contra nosotros, unos tratando de herirnos, otros alzando los brazos en señal de rendición, otros corriendo a ciegas en la ilusión de librarse del choque de los caballos. Pasando al asalto, los soviéticos reanudaron el fuego contra los jinetes, que regresaron arrojando bombas de mano. Le tocó al III Escuadrón realizar una nueva carga. Sorprendido una vez más, el enemigo terminó por desbandarse, dejando en manos de los italianos algunos centenares de prisioneros.
Por resultar como fuera de la época y casi un poco anacronista, la jornada de Isbucensky merece ser recordada entre las más significativas escritas por el ejército italiano en el curso de la segunda guerra mundial. Aquel día el Saboya de Caballería, estaba sin contactos y aislado por más de cincuenta kilómetros a derecha e izquierda, sin ninguna posibilidad de pedir refuerzos en caso de ataque. No fue, una carga suicida la que ordenó el coronel Vetón, sino la única posibilidad que tenían los jinetes de no ser arrollados. En el curso de una noche de tinieblas, los rusos habían atravesado el Don, llevando ametralladoras y cañones ligeros, y preparándose evidentemente a una acción de cerco que habría permitido destruir el Saboya y abrir un hueco anchísimo de despliegue sobre el Don.
*Los batallones sovièticos eran integramente de infanterìa, nadie en su sano juicio cargaria con sus caballos contra tanques.
13-01-2008
Que curioso!! <<13 gracias leytekursk
13-01-2008
Lástima que no cuadré bien las imágenes, lo que dificulta la lectura, pero si copian las imágenes al PC se lee sin problemas.
Saludos...
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