25-02-2015
En noviembre de 1919, el Ejército de su Graciosa Majestad emprendió una campaña en Waziristán, una región al norte de Pakistán para eliminar de una vez por todas a las tribus hostiles que, perfectamente armadas, defendían aquella remota región. En el 2 de enero de 1920, el LieutenantWilliam David Kenny, de Saintfield, Irlanda del Norte, asignado al 4/39th Garhwal Rifles, estaba al mando de una compañía que defendía una posición avanzada, recién capturada al enemigo, y bastante aislada del resto de la línea, cuando los pakistaníes atacaron de súbito.
Los británicos, mejor armados, pudieron rechazar las cargas en los momentos iniciales, durante más de cuatro horas, pero, exhaustos tras tan largo combate en aquellas condiciones, fueron cediendo ante el incesable empuje de los orientales. Incapaces de contactar con sus compatriotas, pues, al estar totalmente rodeados, cualquier mensajero, por rápido que fuese, sería rápidamente tiroteado, los británicos apretaron los dientes y continuaron con la batalla. Poco a poco, los tribales locales se infiltraron en las posiciones, y, no dispuesto a dejar a ningún hombre allí, Kenny ordenó una retirada. Con gran órden y disciplina, tras lograr romper el cerco, con los heridos a cuestas, los supervivientes, mientras sus compañeros más malheridos les cubrían, intentaban regresar a sus líneas, antes de ser cazados por el preciso fuego de fusil de los pakistaníes.
Sin embargo, cuando sus hombres no habían realizado ni un cuarto del camino, nuestro teniente irlandés divisó un nuevo contingente de enemigos, que comenzaron a perseguirles. Kenny, consciente de la situación de los hombres a su cargo, cargó, armado tan solo con su revólver Webley, para ganar algo de tiempo para sus camaradas. Al ver la valerosa acción de su teniente, varios hombres, inspirados por la osadía de aquel irlandés, corrieron, y cargaron junto a él, para morir, no mucho tiempo después, a manos de aquellos tribales. Sin embargo, cuando, envueltos sus uniformes en sangre, cayeron en la arena, no pudieron hacer más que sonreír, pues gracias a su sacrificio, los heridos y el resto de la compañía habían llegado a las trincheras de sus compatriotas.
Por esta acción, el Lieutenant William David Kenny, de Sainfield, Irlanda del Norte, fue condecorado con la más alta distinción al valor del Imperio Británico, la Victoria Cross.
El héroe de Kot Kai, Kenny
Soldados británicos en la Campaña de Waziristán