El arma más horripilante del mundo

TITUS20050

04-04-2007

Afortunadamente, jamás llegó a volar; pero de haberlo hecho el SLAM (Supersonic Low-Altitude Missile, misil supersónico de baja cota) Plutón hubiese sido la mayor abominación armamentística de la historia.

El cohete SLAM-Pluto

Se trataba de un misil de crucero trisónico con ojivas múltiples de hidrógeno y propulsión nuclear. Su mera onda de choque era capaz de matar al sobrevolar el suelo a baja altura; si esto no acababa contigo, lo haría la radiación de su motor, un reactor nuclear desnudo que iba expulsando pedazos de plutonio a medio gastar y altamente radioactivo en su recorrido. Y si todo esto fallaba, siempre estaban las 16 cabezas termonucleares de un megatón cada una. Todo esto en un paquete de prácticamente ilimitada autonomía que le hubiese permitido recorrer la Unión Soviética a placer, devantándolo todo a su paso. Una fantasía necrófila de la Guerra Fría.

El reactor nuclear en el momnto de prueba

Plutón habría despegado desde los EE UU con unos cohetes aceleradores, necesarios para obtener la velocidad mínima de funcionamiento de su Ramjet nuclear. A partir de ese momento aceleraría hasta un mínimo de tres veces la velocidad del sonido hasta alcanzar la costa, momento en el que sus sistemas de seguimiento del terreno lo harían descender e iniciar su perfil de ataque a baja altura.

A esa velocidad y altitud de operación nadie hubiese podido detectarlo, y mucho menos interceptarlo. Habría podido recorrer cualquier país enemigo dejando una estela de devastación sin precedentes. El proyecto estuvo en marcha durante años, y se llegó a construir y probar con éxito un reactor propulsor experimental [imagen]; el esfuerzo obtuvo numerosos avances en campos como la electrónica, las aleaciones metálicas de alta temperatura y la cerámica, por no citar la industria cervecera (Cerámicas Coors, filial de la cervecera, suministró el corazón del reactor).

Afortunadamente el proyecto era demasiado enloquecido incluso para una época de fiebres del uranio y coches y aviones nucleares, y acabó por ser cancelado. Pero que se simplemente se trabajara en algo así... da que pensar.

Este articulo,lo recogi de la pagina Blogs 20 minutos y se los paso como una curiosidad que en la mente de algunos locosno dejaria de ser una realidad

Saludos TITUS

Kurt Meyer

04-04-2007

Gracias TITUS, és un tema que me gusta mucho. Una prueba de la estupidez de lo hombre.

Con permiso, me gustaria hablar de otra fantasía necrófila de la guerra fria: La bomba del Zar

La Bomba del Zar (en ruso: Царь-бомба, Tsar Bomba), fue una bomba nuclear desarrollada por la Unión Soviética responsable de la mayor explosión nuclear de la historia. Fue detonada el 30 de octubre de 1961 como demostración, a 4 km de altitud. El lugar de la detonación fue Nueva Zembla, un archipiélago ruso situado en el Océano Ártico, y fue lanzada por un bombardero Tupolev Tu-95 modificado. Su nombre deriva de la campana Tsar Kolokol, la más grande del mundo (100 tm), situada en Moscú, y del Cañón del Zar, el cañón imperial. Ambos fueron construidos más con miras a demostrar la superioridad tecnológica rusa que como objetos realmente útiles, como fue el caso de estas bombas. Durante su desarrollo, su nombre en clave fue Iván (Иван). Debido a su enorme tamaño, esta bomba no era práctica para su uso real, y fue creada principalmente con motivos propagandísticos debido a la intensa rivalidad existente en la Guerra Fría. No se tiene constancia de la construcción de otra bomba de potencia semejante.

Las bomba del Zar era una bomba de hidrógeno de tres etapas, con una potencia total de 50 megatones (la estimación inicial de los Estados Unidos fue de 57 Megatones, pero desde 1991 las fuentes soviéticas la citan como de "sólo" 50 Mt). El diseño inicial hacía factible una explosión de 100 Mt, pero dicha potencia fue reducida poco antes de la detonación, y agregada otra bomba. Nikita Kruschev dijo en su momento que la explosión sería de 100 Mt, como se pudo oír en sus declaraciones. Los dispositivos nucleares del tipo usado en esta bomba fueron desarrollados por un equipo de físicos encabezado por Igor Kurchatov, y formado por Andrei Sakharov, Victor Adamsky, Yuri Babayev, Yuri Smirnov y Yuri Trutnev.

La Zar no fue desarrollada como arma de guerra, fue más probablemente desarrollada durante la carrera armamentística nuclear que mantuvieron la URSS y los Estados Unidos durante la Guerra Fría como demostración del poder tecnológico soviético. La fecha de la detonación se hizo coincidente con el vigésimo segundo congreso del PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética). Excepto el dispositivo nuclear, la Zar fue desarrollada durante las 14 semanas siguientes al inicio del proyecto por parte de Nikita Kruschev, el 10 de julio de 1961.

La bomba en sí misma pesaba 27 tm, con unas dimensiones de 8 m de largo por dos de ancho. El paracaídas especial empleado para su frenado durante su lanzamiento llegó a pesar 800 kg. Una historia apócrifa cuenta que la fabricación de este paracaídas requirió tal cantidad de nylon que la poco desarrollada industria del calzado y textil rusa se vio bastante afectada.

La potencia de la Zar fue reducida mediante el cambio del pusher/tamper de uranio, el cual amplifica de forma notable la potencia de la explosión, por otro de plomo. Este último es capaz de absorber gran cantidad de neutrones rápidos procedentes de la fisión inicial, reduciendo su intensidad. Por esta razón este ensayo se consideró bastante "limpio", con el 97% de la energía generada proveniente de la fusión en vez de ser parte de la fisión. Esto provoca que no haya lluvia radiactiva, como ocurre con las bombas de fisión clásicas. En contraste, la bomba más potente fabricada por los Estados Unidos, la B41, tenía una potencia nominal máxima de 25 Mt, y la detonación más potente correspondió a un ensayo en Castle Bravo, de 15 Mt. En comparación con la potencia de la Zar, los meteoritos que originaron los cráteres de Chicxulub y de Wilkes Land tenían una potencia de casi cuatro millones de veces superior.

La Zar fue detonada el 30 de octubre de 1961, sobre la zona de pruebas militares del archipiélago de Nueva Zembla, en el Océano Glacial Ártico. Fue lanzada por un bombardero ruso Tupolev Tu-95 modificado, pilotado por el Mayor Andrei E. Durnotvsev, a las 11:30 y a una altitud de 10500 m. Tres minutos después, a las 11:33, explotó, al alcanzar una altitud de 4000 m. La altitud real sobre el nivel del mar fue de 4200 m. La posterior bola de fuego alcanzó el suelo y rápidamente ascendió hasta la altitud de vuelo del bombardero, el cual se encontraba a unos relativamente seguros 45km. El bombardero, antes de la detonación, fue repintado con una pintura especial, blanca y altamente reflectante, para que la onda de choque térmica posterior no lo afectase demasiado. La luz de la detonación fue visible en un rango de 1000 km, y el hongo atómico alcanzó una altitud de 64 km (ya dentro de la mesosfera), con una anchura total de unos 35 km.

La explosión fue suficientemente energética como para provocar quemaduras de tercer grado en un radio de 100 km, y se produjeron daños hasta a 1000 km del epicentro de la explosión debido a irregularidades atmosféricas que concentraban la onda de choque en determinados lugares. La versión "sucia" (detonada por uranio) de 100 megatones que estaba planeada habría provocado que una amplísima zona geográfica hubiese quedado bajo los efectos de dosis letales de radiación. Las ondas sísmicas producidas fueron medidas alrededor de todo el planeta. Se ha estimado que la cantidad de contaminación radiactiva de la versión de 100 Mt habría supuesto el 25% de la radiactividad total dispersada en el ambiente desde la invención de las armas nucleares.

Un arma de esta magnitud tiene importantes efectos secundarios para el que la utiliza, ya que la enorme cantidad de lluvia radiactiva producida por la versión de 100 Mt hubiera supuesto, en el caso de ser utilizada contra los países de Europa occidental, la contaminación de la mayoría de países pertenecientes al Pacto de Varsovia. Aparte, está su enorme ineficacia, ya que una gran parte de la energía liberada escapa al espacio en forma de radiación. Las modernas cabezas nucleares tácticas siguen otro principio, el emplear pequeñas cabezas nucleares dispersas lanzadas por un mismo ICBM (Misil Balístico Intercontinental) con el objetivo de crear una serie de "pequeñas" explosiones a nivel de suelo, dispersas, con la intención de dañar la mayor área posible. La Zar no era una bomba realmente útil para la guerra, ante la necesidad de emplear un bombardero modificado, con la consiguiente imposibilidad de lanzar la bomba a largas distancias. Los analistas militares soviéticos y estadounidenses admitieron que un arma de estas características sólo hubiera sido útil frente a grandes ciudades, como Moscú, Nueva York o Los Ángeles. Lo contrario habría sido "matar moscas a cañonazos"

Debido a que la Zar es el dispositivo más energético jamás usado, también es por tanto el de mayor potencia. Ya que 50 Mt corresponden a 2,1•1017 julios, y la duración total de la explosión (de las reacciones de fisión y fusión consecutivas, no la expansión posterior de la bola de fuego y otros efectos) fue de 3,9•10-8 segundos (39 nanosegundos), la potencia total fue de 5,3•1024 vatios, o 5,3 yottavatios. Esta potencia corresponde aproximadamente al 1,38% de la total radiada por el Sol, 383 yottavatios.

En ese intervalo de tiempo se superó, con creces, la potencia liberada mediante los bombardeos en la Segunda Guerra Mundial, incluyendo las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Además, como dato curioso, la energía total liberada por esta bomba, 2,1•1017 J, viene a ser casi el doble de la liberada durante la erupción del Krakatoa, 1,5•1017 J y poco más de la mitad del total consumido por Noruega en 1998, 4•1017 J. También es casi el doble de la energía que recibe el total de la Tierra desde el Sol en un segundo, 1,74•1017 J.

Un video de la bestia:

http://www.youtube.com/watch?v=NiyUSv2Z07A&search=nuclear%blasts

Fuente: Wikipedia

Deleted member

04-04-2007

la bomba que cita Kurt me parece , como poco, aberrante, y sí, logicamente que tenía que ser propagandistica, porque lanzan cinco o seis de esas y los efectos a largo o corto plazo, llegarian de nuevo a la Unión Sovietica.A efectos prácticos, tampo creo que sea una bomba preparada para la guerra actual

TITUS20050

04-04-2007

Kurt no solo prueba la estupidez del hombre si no que muestra un a desviacion perversa de la tecnologia que si se empleara como debia habersido estariamos muy lejos en el espacio con vehiculos propulsados por energia nuclear y no tratando de volar con cohetes de combustible

Bruno

05-04-2007

Cuan cierto el siguiente razonamiento:  "Lo mejor (peor) de la inventiva del ser humano surge cuando busca exterminar a su projimo"...

Una verdadera pena.

Hiwi

05-04-2007

Cada vez más tengo la sensación, que fue una suerte poder nacer en este mundo. No se como estos locos no acabaron con el. :-\

Deleted member

05-04-2007

es como la frase que añadio Mossin-nagat, creo, "En este mundo hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana, aunque de la primera no se si estoy muy seguro".Por contra, si sólo fuese un rumor la bomba Zar ya daria miedo sólo con pensar los efectos devastadores

TITUS20050

06-04-2007

Para agrandar la demostracion de la estupidez humana y cientifica que nos persigue en la actualidad y que realmente en cualquier momento nos puedes transformar en un monton de escombros estelares ,publico este nuevo articulo que confirma totalmente las opiniones publicadas en este post.

El supercaza que no sabía contar

El F-22 Raptor es la última maravilla de la tecnología militar estadounidense, un avión de caza diseñado para enfrentarse a enemigos que todavía no existen y para mantener el control del espacio aéreo durante el próximo cuarto de siglo, al menos.

Potente hasta romper la barrera del sonido sin postcombustión, ágil con sus toberas orientables, especialmente diseñado para ser casi imposible de detectar por un radar enemigo, capaz de localizar y derribar a decenas de aparatos rivales, y también de atacar el suelo, el desarrollo del F-22 ha llevado decenios y muchos miles de millones de dólares.

Cada uno de los aviones cuesta más de 100 millones de euros. Lo cual no ha impedido que salgan de fábrica con un defecto de software que inutilizó buena parte de sus sistemas informáticos en un vuelo de rutina cruzando el Pacífico. Si les llega a ocurrir en combate hubiesen estado entre los cráteres más caros de la historia.

El primer destacamento operativo de F-22 fuera de Estados Unidos fue a Okinawa, en Japón; para aprender de los problemas y ya de paso para enviar una señal a Corea del Norte y China. Hasta mitad de camino todo fue bien, pero entre Hawaii y Okinawa los Raptor se encontraron con un inesperado y temible enemigo: la Línea Internacional de Cambio de Fecha, el punto en el que la distribución de los husos horarios hace que se salte de un día a otro, que por conveniencia está situado en mitad del Pacífico.

Se trata de una mera inconveniencia para los viajeros; pero para el F-22 resultó ser una trampa letal. Un error en alguna parte de los millones de líneas de código que hacen funcionar el avión desarboló buena parte de sus sistemas al cruzar esta línea imaginaria.

Los aviones se encontraron de repente con el equivalente aeronáutico de una pantalla azul en mitad del Pacífico. Sin navegación, tuvieron que seguir a sus aviones cisterna para encontrar la base y aterrizar.

Afortunadamente en todos los aviones con controles digitales (fly-by-wire) llevan los sistemas de vuelo independientes y por al menos por duplicado. O sea, que volar, volaban.

El incidente, menor, anecdótico y rápidamente resuelto, vuelve a subrayar el creciente riesgo que supone el software en todo tipo de aplicaciones críticas.

Aparte de destacar las posibilidades futuras de la guerrilla informática. Pero si un avión que lleva en desarrollo más de un decenio con miles de millones de dólares detrás no puede estar libre de errores, graves, en su software, ¿qué ocurre con aplicaciones más mundanas pero igual de importantes?

El F-22 literalmente no puede volar sin su software, y mucho menos combatir, pero ¿qué ocurre con los aviones de línea, los trenes de alta velocidad, los escáneres de los hospitales? ¿Qué ocurre con el software de los automóviles? ¿Debemos tener miedo porque los buques británicos (algunos portando armas nucleares) estén usando ya una versión de Windows?

Gracias a la poca importancia que le hemos dado a los programas, aceptamos en software niveles de calidad que jamás toleraríamos en mobiliario, o iluminación; y no hablemos de los estándares que se exigen en alimentación. Esa cultura de la tolerancia ('es sólo software') es en parte responsable de este tipo de fallos. Que van a acabar costando vidas.

Nota:Articulo publicado en el Blog 20 minutos

Marcelo

06-04-2007

Bueno, es logico que en unavion que baicamente es un computador con lasa no pueda funcionar sis software. Segun la revista aeroespacio los sistema electronicos y su entorno de software son un 45 % del costo de avion.

Kurt Meyer

06-04-2007

Lo mismo pasa con lo F-117, que tiene la aerodinamica de una piedra.

Lo peor, que és algo que no podemos olvidar, és de lo sistema de armas nucleares. Que podemos hablar de los ordenadores de la antigua Union Sovietica. Como se queda lo sistema hoy? 

Hiwi

06-04-2007

Tras la desintegración de la URSS se hizo pública oficialmente la existencia de una serie de ciudades secretas que, al amparo de la nueva Constitución de la Federación Rusa (1992), se agruparon bajo un nuevo estatus, que les confería independencia política local, si bien sus instalaciones quedaban sometidas al control federal. A este conjunto de localidades se le denominó ZATO, o Unidades Administrativas y Territoriales Cerradas, al que están adscritas diez ciudades nucleares bajo el control del Minatom (Ministerio de Energía Atómica): Sarov (Arzamas-16), Lesnoy (Sverdlovsk-45), Snezhinsk (Chelyabinsk-70), Zarechny (Penza-19) y Trejgorny (Zlatoust-36), que se crearon para diseñar y producir armas nucleares a gran escala, y Ozersk (Chelyabinsk-65), Novouralsk (Sverdlovsk-44), Seversk (Tomsk-7), Zheleznogorsk (Krasnoyarsk-26) y Zelenogorsk (Krasnoyarsk-45), que se construyeron para la producción de uranio altamente enriquecido y la reelaboración del plutonio a partir de los elementos combustibles irradiados en reactores nucleares.

ZATO comprendía también otras 36 ciudades más, que, bajo la tutela del Ministerio de Defensa, albergaban bases navales y de misiles, almacenes de armas nucleares, centros de operaciones espaciales, etcétera. Dentro del conjunto de ciudades dependientes de este ministerio había unas 15 cuyos nombres nunca fueron revelados; algunas se dedicaban a la fabricación de armas biológicas, como el complejo militar próximo a Sverdlovsk que en 1979 saltó a la opinión pública internacional debido a una fuga de esporas de carbunco, cuya inhalación ocasionó la muerte a unas 70 personas. El cosmódromo Baykonur y el polígono de pruebas nucleares Semipalatinsk-21 –aunque situados en territorio kazajo, se encuentran arrendados a Rusia– formaban también parte del complejo de ciudades cerradas.

Ubicadas en zonas de complicado acceso y clima muy severo, en estas ciudades viven aproximadamente 1,3 millones de personas, aunque la cifra varía bastante según las fuentes (hay que tener en cuenta la existencia de centros no identificados oficialmente). Durante el caos que imperó en la década de los 90 en el territorio de la antigua URSS nadie sabía muy bien lo que estaba ocurriendo en estos centros secretos, en los cuales se concentraba el enorme arsenal nuclear soviético, sus armas estratégicas y el combustible de sus cabezas nucleares. No olvidemos que en 1986, cuando ocurrió el accidente de Chernobyl, la URSS tenía aproximadamente 45.000 cabezas nucleares, el máximo alcanzado en la historia de la era nuclear.

Cheliabinsk-70, dedicada al diseño de cabezas nucleares, vivió una de las situaciones más dramáticas, con el suicidio de su director, Vladimir Nechay (1996), y las huelgas de trabajadores (1997 y 1998), motivadas por retrasos de hasta cuatro meses en el pago de los salarios. Los bajos sueldos que no llegaban, el caos, la incertidumbre y la desesperación dieron pie a la comisión de actos delictivos en el interior de este conglomerado secreto, lo cual puso de manifiesto la tensión en que se vivía, especialmente dentro del Ejército, un cuerpo tradicionalmente maltratado por las instituciones soviéticas.

Entre los múltiples delitos publicados –cuya veracidad debe ser tenida en cuenta con reservas, pues ha habido mucha especulación al respecto– llama la atención el registrado en Sarov (Arzamas-16), donde se encuentra el Instituto Panruso de Investigación en Física Experimental (VNIIEF), el más emblemático e importante de la antigua URSS –en él desarrollaron los soviéticos su primera bomba atómica– y el centro científico más relevante hoy en día. Según el Nuclear Trafficking Database, en octubre de 2003 un tribunal municipal condenó a un ingeniero y a un policía local que habían entrado en tratos con un empresario de Nizhny Novgorod que quería comprar plutonio altamente enriquecido "para unos clientes en el extranjero"; ofreció 750.000 dólares. Al final todo quedó en una estafa por parte de los trabajadores de Arzamas-16, que le vendieron mercurio. Los dos empleados, Sergey Denisenko y Valery Blinov, acabaron en la cárcel, con penas de 6 y 7 años, y el empresario, Boris Markin, falleció en un accidente de automóvil unos meses después.

Si bien el acceso a las armas de destrucción masiva en ningún momento estuvo fuera de control, o eso parece, dentro de aquel caos sin precedentes, la situación era lo suficientemente preocupante para que el Departamento de Energía de EEUU comenzara a adoptar una serie de iniciativas que se materializaron en acuerdos de cooperación de alto nivel con Rusia; entre los objetivos se contaba el impedir lo que se temía que sucediese: que llegasen, por robo o venta, a manos de gobiernos y organizaciones terroristas componentes de armas de destrucción masiva

El acuerdo sobre Protección de Material, Control y Contabilidad (1996) se creó para desarrollar tanto sistemas de seguridad física como de protección de los materiales en contenedores y sistemas de contabilidad de inventarios mediante bases de datos computerizadas. El programa Iniciativa de las Ciudades Nucleares (1998), el más importante de todos, se estableció para ayudar a reducir la capacidad del arsenal de los centros de Sarov, Snezhninsk y Zheleznogorosk a partir del desmantelamiento de cabezas nucleares. El programa Iniciativa para la Prevención de la Proliferación (1994) y el Centro Internacional de Ciencia y Tecnología (1992) tienen como objetivo reciclar a los profesionales expertos en diseño y fabricación de armas nucleares y ubicarlos en puestos de trabajo desde donde puedan desarrollar una investigación de carácter civil y comercial.

Pero no todo está resultando fácil, pues parece ser que los recelos y rivalidades históricas entre las dos potencias se siguen imponiendo. Hace apenas un año, uno de los máximos responsables de la Agencia Nacional para la Seguridad Nuclear norteamericana, Linton Brooks, declaraba: "Sigue habiendo una resistencia continua de Rusia a facilitar el acceso a sus instalaciones nucleares, lo cual supone un obstáculo para la mejora de la seguridad".

Septiembre de 2001 marcó un antes y un después en cuestiones de seguridad y control de centros militares, o de almacenamiento de armas de destrucción masiva. Ciertamente, la antigua URSS no requería del uso de sistemas de alta seguridad para controlar sus instalaciones sensibles, pues el aislamiento geográfico de los centros y el control policial, militar y del KGB dificultaban notablemente el acceso. Sin embargo, la desintegración trajo consigo una vulnerabilidad alarmante. No sabemos lo que ocurrió en esos años de caos y descontrol, pero parece ser que, aparte de una serie de delitos de contrabando y tráfico ilegal de residuos radiactivos, no se dieron casos concretos de sustracción efectiva de armas nucleares.

Estos programas de ayuda y cooperación con la antigua URSS han ido paulatinamente dificultando la posibilidad de que se puedan robar componentes de armas nucleares o de combustible, como el plutonio enriquecido al 94% o el uranio enriquecido al 92%, para la fabricación de las mismas. El control que se intenta establecer es prácticamente análogo al que existe en EEUU, con una tendencia firme a que en un futuro próximo sea exactamente del mismo tipo. También he visto personalmente el gran cambio positivo que han supuesto estos programas de colaboración en la vida de los científicos nucleares de la antigua URSS, condenados al ostracismo durante el período anterior bajo el Comité Científico y Técnico del Estado (GNTK): sobre muchos pesaba la prohibición expresa de viajar fuera del país durante un mínimo de 25 años.

Sigue habiendo problemas, pues si bien algunos de estos centros nucleares cerrados están saliendo adelante gracias a la cooperación y a distintos acuerdos comerciales, a otros les amenaza la sombra del desempleo –para aquellos expertos y trabajadores afectados por la reducción– o el desmantelamiento –y la imposibilidad de reubicar a todos sus empleados.

La atención internacional está centrada en las políticas nucleares de Irán y Corea del Norte. Sin embargo, la amenaza más preocupante no viene de ellos directamente, pues un ataque abierto por su parte a países como EEUU o Israel les supondría la devastación aparejada a la réplica de los atacados. La amenaza está en el terrorismo y en las armas de destrucción masiva. Esperemos que dentro de estas ciudades rusas cerradas y olvidadas, donde siguen almacenándose unas 16.000 cabezas nucleares, no surja alguien que provoque una calamidad, aunque el control es cada vez más estricto. No olvidemos que la mejor forma de prevenir el terrorismo nuclear es asegurar que los materiales nucleares estén bajo un riguroso control de seguridad.

Natividad Carpintero Santamaría, profesora de la Universidad Politécnica de Madrid y académica correspondiente de la European Academy of Sciences.

TITUS20050

06-04-2007

Hilfswilliger el final del articulo nos lleva a concluir mas que en la vigilancia de los armamentos nucleares en cambiar totalmente la tecnologia que emplea Rusia en sus instalaciones pues, en los casos mas graves como Cherniovil y el submarino nuclear que salieron a la luz pues no se pudieron ocultar, las fallas nunca fueron solo humanas , la mezcla de sucesos sirmpre inclina la balanza a favor de la fallas tecnologicas y de obsolesencia del material, cosa que en Rusia esta a la orden del dia

Solo con ver el deposito de submarinos nucleares abandonados sin reparacion en los puertos del mar del norte a uno se le paran los pelos pensando en todos esos reactores goteando agua radiactiva y pudriendose lentamente

Hiwi

07-04-2007

Realmente existio un periodo de tiempo, en el que Rusia era incapaz de controlar todo su arsenal. ¿Tu crees que no se "perderian" armas nucleares?

TITUS20050

08-04-2007

Lo lamentable es queseguro que algunas armas nucleares y partes de tecnologia avanzada sovietica se perdieron en ventas a paises como Corea del Norte , Iran  Paquistan , India que pudieron mejorar su programa nuclear y que al desarrollar con otras compras rusas de partes los vectores portadores no nesecitaron preocuparse por las cabezas pues tenian una o dos de muestra para el desarrollo posterior de las propias

Lo que dificulto y dificulta aun hoy esos programas que se demoran en terminarse es la falta de tecnologia de computadoras y microcircuitos para guias que son producidos solamente por los paises nucleares y los de los rusos nunca estuvieron en venta y las supercomputadoras son producidas solamente por los Americanos , Franceses e Ingleses

Nonsei

09-04-2007

Bueno, no vamos a saber nosotros más que la OIEA. Mientras no se demuestre lo contrario ningún país ha conseguido cabezas nucleares rusas, ni tan siquiera combustible de uso militar. Irán ni siquiera tiene un programa nuclear militar que se sepa. Toda la movida que se ha montado en los últimos meses es por unas plantas de enriquecimiento de uranio para usos energéticos (por cierto, a diferencia de los otros tres que mencionas Irán es miembro de la OIEA y firmante del Tratado de No Proliferación Nuclear, no sólo está a años de conseguir armas nucleares, sino que ni siquiera hay pruebas de que las esté buscando).

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