11-12-2015
Como todos sabéis, los soldados españoles que combatieron en la llamada "Guerra Hispano-Estadounidense", mostraron su valía y coraje en numerosas ocasiones, ya fuese en las húmidas bahías y selvas en las Filipinas, o en las más cercanas colinas y lomas de Puerto Rico y Cuba. Pudieron demostrar ese ardor guerrero, que parecía haberse conservado tan bien desde los tiempos de los Tercios, en los pocos meses que duró el conflicto, aunque algunos decidieron, prácticamente, luchar su guerra propia, por unos cuantos meses más ([i]véase [u]"Los Últimos de las Filipinas"). Los extremeños, canarios, asturianos, catalanes, vizcaínos, destinados a cualquier territorio de ultramar, defendieron a su patria, a un recuerdo ínfimo de lo que fue, contra un país que alcanzaría a ser el imperio que todavía sigue siendo. Esta es una de esas diminutas batallas, que muestra un pequeño reducto hispano, un enano y valeroso reducto, que logró frenar a los estadounidenses, que les hizo recapacitar sobre esa rota y remendada nación, que volvía a empuñar sus armas, que volvía a ocupar sus fuertes, para defender, una vez más, un trozo de tierra del que casi nadie se acordaría, para luego, casi inevitablemente, tener que firmar una vergonzosa rendición. Estos defensores, que caerían en el más deshonroso y denigrante olvido tras la batalla, llamaron mi atención, lógicamente, por mi casi justificable desconocimiento de aquella heroica defensa de un pueblo en Cuba, un pueblo llamado El Caney.[/i]
[size=18pt]El Caney, 1898[/size]
El Caney es una pequeña población, situada a 6 kilómetros y medio de Santiago de Cuba, y desde la que se puede observar las cercanas (a 3 kilómetros) Lomas de San Juan. Por orden del General Arsenio Linares y Pombo, al mando de la defensa de Santiago de Cuba, se traslada una guarnición de 550 hombres a dicho poblado, al mando del veterano General de Brigada ibicenco Joaquín Vara del Rey y Rubio, que había servido en los levantamientos de Valencia y Cartagena, en las Guerras Carlistas y en Filipinas, y que se había prestado voluntario (en 1895) para ser trasladado a Cuba. Esta guarnición en El Caney consistía en 3 compañías del 1. Batallón del Regimiento de Infantería "La Constitución" (n.º 29), que constaba de 419 hombres, un destacamento de 41 hombres del Regimiento de Infantería "Cuba" (n.º 65, una compañía de guerrilleros,y 50 hombres del mismo pueblo, que habían sido movilizados por los soldados hispanos. Además de sus modernos, eficientes, y por que no decirlo, excelentes fusiles Mauser M1893, de 7mm, los defensores de El Caney contaban con dos piezas de artillería de montaña de 80mm, modelo "Plasencia".
Los hombres de Vara del Rey organizaron sus defensas en torno al pueblo y al próximo Fuerte El Viso, de piedra, que oteaba desde una colina cercana, a 450 metros, todos los aledaños del pueblo. El poblado fue fortificado, siendo reforzadas las casas emplazadas en posiciones estratégicas con aspilleras, y numerosas trincheras y demás excavaciones militares fueron organizadas en varios terrenos, usando la denominada técnica "carlista", tan popular en el Ejército español a finales del Siglo XIX. Además, se dispusieron 6 blocaos o fortines de madera, con los nombres "Río", "Norte", "Asia", "Matadero", "Cementerio" e "Izquierdo". La iglesia local, erigida del mismo modo que "El Viso" de piedra, fue asimismo acondicionada para el combate, reforzando las paredes, colocando aspilleras, y protegiendo las entradas. Un gran número de alambradas fueron corridas por las supuestas rutas del ataque, camufladas bajo la suave hierba de aquella región, para intentar frenar los ataques del previsto enemigo estadounidense.
Una vez terminadas y perfeccionadas las hábilmente dispuestas trincheras, los infantes españoles y los guerrilleros bajo su mando comenzaron a ser asignados a lo que serían sus posiciones finales. Los hombres del Regimiento "Cuba" ocuparían el Fuerte y las trincheras a su alrededor, mientras que dos compañías del Regimiento "Constitución" ocuparían los blocaos y trincheras que defendían el Caney, y finalmente, a los guerrilleros y los combatientes locales les era asignada la defensa de las casas adaptadas ahora para el combate calle por calle, con el fin de frenar el posible avance de los norteamericanos en la mayor medida posible. La compañía restante del Regimiento "Constitución" se quedaría, como reserva, en la iglesia y en la plaza colindante, dispuesta a entrar en acción donde era requerida.
Durante el tiempo antes del esperado, del temido ataque, los hispanos y los leales cubanos practicaron, entrenaron diversas estrategias y demás movimientos tácticos bajo los atentos ojos del barbudo Varas del Rey, que, conocedor de la veteranía de una buena parte de sus tropas (la totalidad de los infantes del Regimiento "Cuba), y su ahora excelente conocimiento del terreno, no podía sino seguir instruyendo a sus soldados, preparándoles para el inmenso aluvión en el que sabían que iban a ser envueltos. No podían sino aferrarse a la buena suerte, a la fortuna, pues ellos ya habían hecho todo lo posible.
Defensas y demás alambradas en los alrededores del Fuerte El Viso
La Iglesia y su plaza de El Caney
El Caney, desde el punto de vista de los defensores del Fuerte
Un Cabo 1º del Regimiento "Constitución" en El Caney, 1898
Harper's Pictorial History of the War with Spain, por Nelson A. Miles. (Disponible aquí: https://archive.org/details/harperspictorial00milerich)
http://www.eldesastredel98.com/capitulos/caribe4.htm
http://www.grandesbatallas.es/batalla%20de%20el%20caney.html
http://www.xn--momentosespaoles-iub.es/contenido.php?recordID=320
http://1898.mforos.com/1026883/5983539-el-caney/
https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_El_Caney
http://1898.mforos.com/1026842/5274071-las-trincheras-carlistas/
http://www.euskonews.com/0316zbk/gaia31603es.html
http://www.sbhac.net/Republica/Fuerzas/Armas/Infanteria/Fusiles/Fusiles.htm