19-02-2008
El 28 de julio de 1945 un bombardero B-25 Mitchell se estrelló contra el Empire State, el que entonces era el edificio más alto de Nueva York. Se trataba de un vuelo rutinario desde Bedford, Massachusets, al aeropuerto de Newark. El piloto era el teniente coronel William F. Smith, un veterano con dos años de experiencia en combate. Le acompañaban el sargento Crhistopher Dimitrovich y un mecánico de la fuerza aérea de permiso que había pedido viajar con ellos hasta la ciudad de Nueva York. A causa de la escasa visibilidad (niebla y lluvias) al parecer el piloto se desorientó y se metió en medio de los rascacielos de la isla de Manhattan, cuando creyó que ya la había dejado atrás y que estaba aproximándose a Newark (lo que indica el hecho de que ya hubiese bajado el tren de aterrizaje). El avión se estrelló a las 9:55 de la mañana, entre los pisos 78 y 79 del Empire State.
El número de víctimas fue bajo, si se compara con la tragedia que pudo haber sido. Era sábado y la mayoría de las oficinas estaban vacías. Hubo 13 muertos inmediatos: los tres tripulantes del avión y 10 empleados de la Conferencia Católica Nacional para el Bienestar, que tenía sus oficinas en el piso 79. Uno de los 25 heridos murió posteriormente a consecuencias de las quemaduras.