18-08-2009
Al revisar algunos articulos de la exelente revista Air & Space Power Journal encontre un extenso analisis sobre la utilizacion del poder aereo en la Batalla de las Ardenas, es un articulo de 25 hojas que reamente desmenusa, la batalla en toda su extencion en lo relacionado con la utilizacion del poder aereo en ambos bandos.
Debido a que se puede leer integra en el numero de Otoño Trimestre 1991 de esta revista ,he extractado solamente la parte correspondiente al analisis de la derrota alemana en el aire y la estrategia aliada para lograr dicho fin,tambien adjunto algunas notas del articulo que hacen a clarificar aun mas este echo de importancia trascendental para el fin de la WWII, espero que lo disfruten.-
Poder Aéreo en la Batalla de Ardenas
Air & Space Power Journal
Coronel William R. Carter
El 16 de diciembre de 1989 fue el 450 aniversario de la Batalla de Ardenas. Esta batalla puso gran presión en nuestros militares de tierra y del aire, y ellos tomaron el reto con valor y competencia. Hasta la fecha se ha escrito mucho en relación con las operaciones de tierra. Porque en tierra fue que se midió el resultado final. En contraste, la contribución del poder aéreo al éxito de la batalla se ha presentado esencialmente bien sea en narraciones superficiales o en el análisis individual de unidades tácticas. Pero el examen del poder aéreo tal como fue aplicado para lograr las metas en la estrategia del teatro de operaciones, se ha pasado por alto.
La idea popular de la Batalla de Ardenas trae a la memoria un mando aliado tomado por sorpresa. El movimiento del Tercer Ejército del General George S. Patton, valentía en Bastogne, y la concesión a las rogativas por buen tiempo que dio oportunidad al poder aéreo Aliado para descargar su ira contra las fuerzas alemanas.(1)¿Cómo fue que el poder aéreo apoyó los objetivos en la escena y contribuyó efectivamente a la derrota de Hitler en la ofensiva de Ardenas? Para poder comprender la perspectiva del mando aéreo, tenemos que entender los principios del poder aéreo tal como se entendían en 1944. Establecidos los antecedentes de la batalla, nosotros podemos ver cómo el mando Aliado aplicó el poder aéreo en apoyo de la campaña en escena para amortiguar primero y luego poder aplastar a Hitler en su última jugada
Principios del Poder Aéreo
Cuando los Estados Unidos entraron en la Segunda Guerra Mundial, a lo mejor era "un poder aéreo de tercera categoría." En cuanto a qué sabíamos del apoyo de operaciones en tierra con el poder aéreo, a fines de 1942, cuando llegamos a África del Norte, la verdad es que teníamos "abundante ignorancia."3 Sin embargo, las tripulaciones aéreas de los Estados Unidos rápidamente aprendieron de la experiencia británica en el Norte de África. Bajo el ala del Mariscal Aéreo Sir Arthur W. Tedder y el Vicemariscal Sir Arthur "Maori" Conirigham, maduraron los Generales Carl "Tooey" Spaatz, Elwood R. "Pete" Quesada, Laurence Kuter, y otros. (4)
El 31 de enero de 1943 el Presidente Franklin D. Roosevelt se entrevistó con el Primer Ministro Winston Churchill en Casablanca, Marruecos. En esta conferencia los líderes anglo-americanos y su personal definieron la gran estrategia de la alianza, establecieron el Estado Mayor combinado, y se pusieron de acuerdo tanto en cuanto a bombardeo estratégico como en cuanto a la política de apoyo aéreo táctico. La acertada experiencia del Mariscal de Campo Bernard Law Montgomery y el Vicemariscal del Aire Coningham, moldeada en el combate, definieron los principios de apoyo aéreo que cristalizaron en la doctrina del Cuerpo Aéreo del Ejército de los EE.UU. el 21 de julio de 1943 en el FM 100-20. Estas herramientas intelectuales, forjadas a principios de la campaña de Africa del Norte fueron de gran utilidad al mando aéreo aliado en la Batalla de Ardenas.
Los conceptos claves incorporados en el Field Manual FM 100-20 fueron:
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Las fuerzas de tierra y aire son iguales e interdependientes; ni una ni otra es auxiliar de la contraparte.
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Fuerzas terrestres que operan sin superioridad aérea deben tomar medidas de seguridad tan extensas contra ataque aéreo del adversario, que su movilidad y habilidad para derrotar las fuerzas terrestres del enemigo se reducen considerablemente. Por lo tanto, la fuerza aérea debe emplearse, contra la fuerza aérea del enemigo hasta que se alcance la superioridad aérea.
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La movilidad inherente a las fuerzas modernas de tierra y aire debe explotarse al máximo.
El empleo del poder aéreo en operaciones se definió en FM 100-20 así:
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Prioridad principal: Para alcanzar superioridad aérea en el grado necesario. Esto puede lograrse atacando aeroplanos en el aire o en tierra así como también las instalaciones que el enemigo necesita para la utilización del poder aéreo.
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Segunda prioridad: Para impedir el movimiento de tropas enemigas y el aprovisionamiento dentro o hacia el teatro de operaciones (interdicción aérea).
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Tercera prioridad: Para participar en un esfuerzo combinado de las fuerzas de aire y tierra, en el área de batalla, para lograr objetivos en el frente inmediato de las fuerzas de tierra (cooperación estrecha).
La doctrina básica del uso del poder aéreo según el FM 100-20 se define así:
1.Las operaciones de la fuerza aérea casi invariablemente deben preceder el contacto de las fuerzas de tierra. Esto tiene por objeto trastornar la movilización ordenada y la concentración estratégica de las fuerzas en el campo enemigo.
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Operaciones aéreas conjuntas del Ejército y la Armada se conducen bajo un plan de operaciones enfocado en objetivos estratégicos y tácticos.
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Sólo la destrucción total de la aviación enemiga puede lograr y mantener control total del aire. Como esto raramente se logra en la práctica, continuamente deben efectuarse operaciones contra la amenaza aérea y de defensa aérea en el teatro de operaciones, para mantener la seguridad contra operaciones aéreas del enemigo.
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El mando centralizado de las fuerzas aéreas hace posible que el poder aéreo se constituya en masa, y facilita el rápido despliegue de un objetivo a otro en el teatro de operaciones.
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Es necesario tener instalaciones para control y planeamiento táctico, administración, mantenimiento, reparación, suministros, y descanso. Bases aéreas seguras y debidamente localizadas, son esenciales para la continua operación de la aviación militar. Es necesario tener ingenieros de aviación.
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Es indispensable tener un sistema de comunicaciones para el control y dirección de las operaciones aéreas y para coordinación y enlace.
Análisis
El éxito del poder aéreo de los Aliados y la derrota de Hitler en la Batalla de Ardenas colaboraron los principios del FM 100-20. Los Aliados mantuvieron la Luftwaffe fuera del combate en tierra y en enero la habían puesto fuera de la guerra. Las fuerzas de tierra alemanas sufrieron serias demoras y pérdidas considerables en sus vanguardias blindadas, las cuales fueron privadas de la movilidad táctica de las maniobras a la luz del día. Y la interdicción aérea de los Aliados aplastó la logística alemana. En contraste, la estructura de fuerza, la doctrina, y los problemas del liderazgo de la Luftwaffe, la devastaron. (10)
El mando Aliado había pasado la prueba, y los oficiales de mando se habían puesto a la altura del reto. Se habían hecho excepciones en cuanto a la "letra" de la doctrina para acomodarse a las necesidades de la batalla. Las líneas de mando se habían ajustado a la organización del General Eisenhower. Se puso en efecto un mando centralizado con base en las estrechas relaciones, afinadas en el combate, de los oficiales de mando de la fuerza aérea. Las prioridades de las misiones fueron ajustadas para acomodarse a la amenaza. La misión de estrecha cooperación con la fuerzas de tierra, tal como se había clasificado en las prioridades del FM 100-20, fue puesta antes de la interdicción como una necesidad del combate. Además, las estrechas relaciones de los mandos de tierra y aire, desarrolladas en un ambiente de hombro con hombro, demostraron ser un elemento esencial en la cooperación en el combate de los poderes combinados de aire y tierra. La doctrina del FM 100-20 demostró ser tan flexible y sensitiva como el poder aéreo por sí.
Las fuerzas aéreas Aliadas mantuvieron la supremacía aérea sobre el teatro de operaciones; lo cual a su vez facilitó el movimiento de los Aliados en tierra. Ellos habían establecido una defensa estratificada del combate apoyada por el control en tierra y la interceptación de las comunicaciones por radio. Mientras tanto, ellos atacaban los campos aéreos de la Luftwaffe tanto con aviones de combate como con bombarderos, y acomodaban los ataques a la oportunidad de mayor vulnerabilidad en el aterrizaje.
Lograda la supremacía aérea, los Aliados ejecutaron con éxito tanto la estrecha cooperación como la interdicción prevista en su plan. Las innovaciones en el uso del radar fueron un factor decisivo en el éxito del ataque del aire a tierra, así como también en el combate aéreo. Con el MEW y el SCR 584, el TAC IX del General Quesada dirigía la estrecha cooperación en el mal tiempo y en situaciones confusas en las operaciones terrestres -logrando un nivel de efectividad que hubiera sido imposible en otras circunstancias. El sistema de mando y control del TAC se ajustaba y hacía frente al reto de operaciones masivas no planeadas previamente. El Mariscal de Campo Gerd von Rundstedt, el jefe nominal de la ofensiva de Ardenas, dijo que el poder aéreo Aliado "hacía imposible el reajuste de las tropas y nos privó de toda movilidad." Como decía otro general alemán, es como jugando ajedrez dando al otro tres movidas por cada movida que uno haga. (38)
Aunque tercera en el orden de prioridades, la interdicción aérea aplastó las operaciones logísticas del ejército alemán. El ejército alemán no estaba corto de suministros; lo que pasaba era que el ataque de Ardenas ofrecía las condiciones ideales para la interdicción. El ritmo de la ofensiva alemana en Ardenas implicaba suministros en grandes cantidades, que a su vez implicaban transporte en rutas restringidas y cada vez más prolongadas, y ajustado a itinerarios crítico.
Además, la mala localización de grandes reservas detrás de la barrera impuesta por un río caudaloso, el Rin, creaba una importante vulnerabilidad y un jugoso objetivo. Ejecutada directamente al frente de la contraestrategia de tierra y aire de los Aliados, la Wacht an Rhein tenía que fallar. Los Aliados habían preparado estrategias complementarias de aire y tierra contra la vulnerabilidad de la logística de los alemanes. En tierra, obstáculos tales como Bastogne frustraban el aprovisionamiento de los alemanes y creaban objetivos vulnerables al ataque aéreo. En el aire, el poder de fuego y la movilidad de las fuerzas aéreas Aliadas retardaban el suministro, reduciéndolo a una fruslería y sólo en la noche. El ataque Aliado al sistema de logística alemana desde el Rin, a través de la región de Eifel, y en toda la extensión de la penetración, destruyeron el ritmo, la coordinación cronológica, y la posibilidad de mantener la ofensiva.
Los suministros de los alemanes fueron interrumpidos durante los períodos de un crítico alto nivel de consumo de la ofensiva.(29) La 2a División Panzer del Quinto Ejército Panzer agotó su gasolina precisamente cuando fue atacada por la 2a División Blindada de los EE.UU. el 24 y el 25 de diciembre en el extremo occidental de la penetración.89 En otras divisiones alemanas, tripulaciones de tanques y transportes motorizados abandonaron cientos de vehículos con tanques de gasolina vacíos.90 Finalmente, la moral de los alemanes estaba muy reducida -y la de los Aliados pletórica -con los aviones Aliados pululando sobre los campos de batalla. Las fuerzas de tierra alemanas habían sentido el fuerte efecto del éxito de la interdicción aérea. 91
A pesar del éxito de Hitler en mantener el secreto y en el ejercicio de la decepción, sus operaciones aéreas se perjudicaron desde el principio con la candidez con que él veía la guerra aérea y con su desconfianza en los líderes de la Luftwaffe. El había engañado los oficiales de su aviación haciéndolos preparar su fuerza para una misión distinta de la que se proponía.
La Luftwaffe, sabiendo que había preparado su estructura de fuerza y basado la campaña en un conflicto totalmente diferente, comenzó la Batalla de Ardenas desmoralizada y desilusionada. La dominación del sistema de apoyo aéreo de la Luftwaffe por el alto mando de las fuerzas de tierra fragmentó más aún sus esfuerzos y diluyó toda concentración que hubiera podido efectuarse con sus escasos recursos. Así, pues, con mal liderazgo a lo más alto de la jerarquía, una estructura de fuerza inadecuada, y falta de unidad en la estructura de mando, la Luftwaffe estaba aplicando incorrectamente los principios básicos del poder aéreo.
Cuando se examinan en detalle las operaciones de la Luftwaffe, uno encuentra deficiencia en las operaciones y en el planeamiento. Los altos oficiales de mando en la Luftwaffe diluían el potencial de efectividad de sus recursos cambiando las prioridades de las operaciones casi diariamente. Esta "flexibilidad," que permitía a la Luftwaffe moverse de una a otra misión, contribuía a la falta de poder aéreo adecuado en todos los objetivos. Además, la Luftwaffe perdió la posibilidad de concentra sus fuerzas y trajo destrucción a sus propios campos aéreos cuando la mitad de sus fuerzas se retiraron del Wacht am Rhein al principio de la batalla para atacar los bombarderos estratégicos. Más tarde, cuando la Luftwaffe trató de ejecutar la parte Bodenplatte de la operación preparada, errores tácticos y fratricidio les produjeron la pérdida del núcleo de su fuerza aérea.92
Más aún, el liderazgo de la Luftwaffe y el alto mando alemán no comprendieron los cambios que habían ocurrido en el poder aéreo durante los cinco años de guerra. La tecnología, la doctrina, y el liderazgo habían florecido en todas las fuerzas aéreas excepto las del Tercer Reich. El mando de la Luftwaffe se había aislado en su concha hasta el punto de incapitarse para el pensamiento creativo. Así fue como no pudo caer en la cuenta de los puntos flojos del enemigo (i.e., el reducido número de aparatos de radar de los Aliados) o el poder de la doctrina, la organización, o el sistema de mando y control de los Aliados. Los oficiales de mando de Hitler dependían solamente de sus propias percepciones y no pudieron entender el enemigo ni el poder aéreo.
Epílogo
A mediados de enero de 1945, los soviéticos lanzaron su ofensiva final contra el Reich- un ataque que en mayo los había puesto en Berlín. Para contrarrestarlo, Hitler mandó todas las fuerzas disponibles al oriente. El 22 de enero, cerca de Dasburgo, aeroplanos Aliados sorprendieron divisiones alemanas moviéndose al Frente Oriental en plena luz del día. Tropas y equipo se esparcían en columnas de 10 millas. Las fuerzas aéreas Aliadas tomaron ventaja de la situación. Solo el TAC IX destruyó más de 2.800 vehículos, tanques, y vagones y mataron gran número de tropas. 93
La campaña aérea Aliada -superioridad aérea, estrecha cooperación, e interdicción - había tenido pleno éxito. En un documento capturado después de la guerra, el Mariscal de Campo alemán Walther Model, al mando del Grupo B del ejército en la Batalla de Ardenas, escribió la siguiente declaración respecto a la efectividad de la fuerza aérea en la batalla: "El enemigo número uno es la hostil fuerza aérea, que por su absoluta superioridad trata de destruír nuestras vanguardias de ataque y nuestra artillería con ataque de aviones de combate, y de tapizar con bombas nuestros campos, y hace imposible el movimiento en las áreas de retaguardia."94 Poco después puso una pistola en su cabeza y se suicidó.
Continua