El Capitán que perdió la Guerra.
Ante la amenaza de los U-Boot, The Departament State decide dotar a la Marina de Guerra de Venezuela de lanchas Bucaneras, Cañoneras y aviones de reconocimiento aéreo Texan-6, ante el fracaso de contener la arremetida de los submarinos de la Kriegmarine. Los petroleros eran hundido ante de ser escoltado por la Séptima Flota de Barlovento en Curazao, dada la incapacidad de la marina de Guerra de Escoltarlos a la Isla, que salía de las Isla de las Aves y seguía por el Estrecho de San Juan hasta llegar a los puertos de Texas. The U.S. Navy, se vio obligada a colocar bases aeronavales en Puerto Cabello, Margarita, Isla de San Rafael, Isla de Patos y Los Roques, bajo supervisión del Teniente General Phillip Swarkoff, que se encargó hacerle frente a la Red Bolívar, compuesta por agentes germano-venezolanos, espías y saboteadores alemanes, dirigidos por Lisa Ellner y Hans Weisman, que informaba sobre el tráfico marítimo y saboteaban las instalaciones petroleras, logrando mandar a pique a 34 barcos salidos de puerto venezolanos.
La intervención americana se debió a la ineptitud de la Marina de Guerra Venezolana, que en un episodio tragicómico de un submarino alemán, que los esperaba frente a La Guaira, el 3 de Diciembre de 1942, hundiendo los petroleros que eran escoltados por el Capitán de Navío Wolfang Larrazabal, que debes de enfrentarlo, con las PT al emerger el submarino al cañonear con el 88 milimetros los mercante, después de torpedearlos, y hacerle frente, salió corriendo como un conejo, perdiendo la paciencia el agregado naval y el embajador americano, quienes disgustados por su pobre actuación, se fueron a conversar con el Presidente, el General Isaías Medina Angarita, obligándolo a aceptar las bases americanas en Venezuela: Maiquetía, Castillo Libertador de Maracaibo, Base Naval Romero Armario de Puerto Cabello, Isla de Patos en Paria y el Puerto de Pampatar en Margarita.
En cuanto a la historia de la Segunda Guerra Mundial en América Latina todavía existen muchos vacíos. Para algunos aspectos y regiones aisladas existen contribuciones sueltas y dispersas pero todavía faltan documentaciones sistemáticas a gran escala (véase p. ej. Pommerin 1977; Humphreys 1981). Uno de estos vacíos fue llenado por Kelshall. «La Guerra Submarina en el Caribe» tiene como tema principal no solamente el desarrollo de los enfrentamientos bélicos, sino también interrelaciones complejas y sus efectos, que a diferencia de un eco que lentamente se pierde todavía no han terminado. Entre estas interrelaciones y sus efectos se destacan el destino de las islas holandesas y francesas bajo diferentes ocupaciones, los conflictos socioculturales provocados por las grandes bases militares que generan una transformación de las culturas locales en las islas, y la nueva valorización de determinados espacios regionales, como también de los pasajes marítimos entre las islas bajo el punto de vista estratégico, especialmente el interés de seguridad de los Estados Unidos, por ejemplo en 1943 dada la incapacidad de la Guardia Nacional de informar rapidamente sus vigías la inmersión de los submarino, lleva a la Royal Army a tomar las guarniciones de la Guardia Nacional en la Guayana Esequiba.
Quizás en primer lugar la guerra submarina en el Caribe repercutió sobre la política de seguridad de los Estados Unidos y las medidas tomadas como consecuencia de ella. Esta política siempre era fuertemente orientada hacia el Canal de Panamá como un ojo de aguja altamente sensible, pero también era determinada por la protección de las rutas de transporte marítimo con el fin de asegurar suministros estratégicamente importantes de materiales vitales (véase Sandner 1990). Con la agudización de la Guerra Fría, ante todo después de la revolución en Cuba en 1959 y el revolción en Nicaragua en 1979, la "SLOC interdiction-capacity" (SLOC =Sea Lanes of Ocean Communication) jugó un papel importante en el pensar estratégico a gran escala. Después de 1959 y sobre todo después de 1979, el lado norteamericano se refirió repetidamente a la especial importancia del Mar Caribe para el abastecimiento estratégico de los Estados Unidos y la OTAN en caso de conflictos bélicos (también dentro de Europa). A este respecto, se aludió varias veces a la amenaza de este suministro por parte de submarinos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, es la razón de la intervención de la U.S Army, aunque generalmente se expone de manera muy imprecisa. Enders (1982) habla de un «puñado de submarinos alemanes», sin embargo fueron casi cien los que operaron en el Caribe, por lo general en oleadas de 5 a 12 submarinos entre 1942-Febrero de 1944, ya que debido a la posible invasión de Francia tuvieron que retirarlos, para proteger el canal de la Mancha del asalto Angloamericano (David irving, La Guerra de Hitler) . La dimensión de la casi completa interrupción de los transportes vitales de petróleo y gasolina hacia Inglaterra y de los transportes de bauxita para la industria de aviación en Estados Unidos en 1942, que partía del estado Bolívar, generalmente no son mencionados, como tampoco la vulnerabilidad del sistema de transporte marítimo, concentrado en específicos focos estratégicos, los cuales fueron calificados por Donitz como «nodos de transporte marítimo" (véase Donitz 1958, pág. 196) y por los americanos como «killing areas».
La sólo aparentemente escondida experiencia norteamericana a la cual pertenecieron también los errores, y la debilidades propias en 1942 y el shock que causaron las operaciones de naves de guerra enemigas en la desembocadura del Mississipi y en el alcance visual del Canal de Panamá, Guantánamo y la costa de Florida, contribuyeron a que el potencial de amenazas marítimas se convirtiera en un punto focal de la política de seguridad norteamericana. Aquí también debería buscarse el por qué los Estados Unidos tiene una posición muy crítica frente a una investigación sistemática de los enfrentamientos bélicos en el Caribe. Kelshall superó con su libro oposiciones existentes y presentó con base en un trabajo riguroso y documentos norteamericanos, británicos y alemanes un estudio sistemático que ofrece múltiples estímulos.
El 8 de diciembre de 1941, un día después del ataque aéreo masivo de los japoneses contra Pearl Harbor, los Estados Unidos declararon la guerra a las «Potencias del Eje». El 9 de diciembre el comando alemán de la Guerra Marítima levantó las restricciones existentes hasta entonces en cuanto al uso de submarinos frente a la costa oriental norteamericana y el mismo día Donitz pidió el permiso para enviar 12 naves de la clase mayor a la costa de los Estados Unidos (véase Donitz 1958, pág. 195). Sin embargo, en la primera ola de ataques, denominada «Operación Golpe de Tambor», sólo pudieron participar 6 submarinos desde sus bases francesas en la Vizcaya. Ellos atacaron el 12 de enero en el sector de la costa entre el río St. Lawrence y el Cabo Hatteras y hundieron en el lapso de tres semanas, a veces dentro del alcance visual de la costa, en total 11 buques petroleros y otros 28 barcos.
Al mismo tiempo el comando alemán de la marina de guerra preparó la «Operación Tierra Nueva» concentrada en el área del Caribe. En la noche del 15 al 16 de febrero de 1942 tres submarinos atacaron en el lapso de tres horas en el Golfo de Venezuela, en Aruba y Curazao, hundiendo barcos y haciendo fuego sobre las refinerías de Curazao En la tarde del 18 de febrero otro submarino atacó enfrente de la base de la marina estadounidense de Chaguaramas en Trinidad y en los días siguientes otros dos submarinos hundieron barcos al este de Trinidad y en la región Bahamas/ Cuba, complementado por acciones de submarinos italianos al norte y oriente del arco isleño del Caribe. La primera ola provocó la interrupción inmediata de los transportes marítimos, inclusive los viajes pendulares de buques petroleros pandos especiales entre el Lago de Maracaibo y las refinerías en Aruba y Curazao. La operación duró 28 días y produjo además del bombardeo de refinerías el hundimiento de 18 buques petroleros y otros 23 barcos comerciales, además de averiar otros 7 buques petroleros y 4 barcos, ya que el petróleo enviado era para la industria americana.
La «Operación Tierra Nueva» tomó a los aliados por sorpresa, a pesar de que era conocido que la gran necesidad británica de abastecimiento con petróleo, gasolina y aceite para motores diesel (2-4 buques petroleros diarios), tenía que basarse sobre todo en el Caribe y por lo mismo tenía que ser protegida masivamente. Después de la firma del «Acuerdo sobre Destructores» en marzo de 1941, con el cual los Estados Unidos entregaron 44 destructores a la flota británica y seis a la marina canadiense en compensación por el derecho de construir bases militares en Great Exuma /Bahamas, Antigua, St. Lucia, Trinidad y la Guayana Británica, empezó una ampliación de las bases militares orientada inicialmente a la defensa aérea (véase Langer 1952; Langer/Gleason 1964). Precursores del «Acuerdo sobre Destructores» fueron los convenios entre Estados Unidos y Gran Bretaña a finales de 1939 sobre la cesión de bases de la marina en Trinidad, St. Lucia y Bermuda. Dentro de este marco también estaba prevista una base como punto de apoyo para hidroaviones cerca de la posterior base de Chaguaramas en Trinidad (Mucurapo Pasture, 7 ha), pero quedó vacante como las otras bases (véase Baptiste 1976 a).
La «US/Caribbean Sea Frontier» se organizó alrededor de los tres centros principales, Panamá, Puerto Rico y Trinidad; más tarde se agregó Guantánamo (véase figura 1). En Trinidad se crearon en otoño de 1941 las grandes bases Fort Reid y Waller; a principios de 1942 se amplió la base combinada de marina e hidroaviones de Chaguaramas cerca de Puerto España y poco después siguieron los aeropuertos militares en Aruba ("Dakota") y Curazao ("Hato"). El objeto principal era la lucha contra los esperados ataques y aterrizajes de los bombardeos a larga distancia, lo cual correspondió a la orientación norteamericana en la amenaza primaria de una invasión alemana con la ayuda de los colonos alemanes en América Latina, de tono opuesto a la visión británica, en el caso de Venezuela los habitantes de la Colonia Tovar se presentaron como voluntarios para luchar por el Reich, siendo la población por orden de la embajada americana deportado al Táchira, Municipio Junin.
Para el 7 de diciembre de 1941, cuando Japón lanzó el ataque a Pearl Harbor, la situación en el Atlántico Norte estaba complicándose para el arma submarina alemana por las nuevas tácticas de viajar en convoy, el uso del radar, el sonar y el empleo de portaaviones de escolta por parte de Gran Bretaña. Debido a eso, el Almirante Doenitz planificó dar un golpe espectacular en las propias costas de Estados Unidos. Sin embargo, el numero de sumergibles disponibles era escaso. De la flota de 91 U-Boots 23 estaban en el Mediterráneo, 6 en los alrededores de Gibraltar y 4 en Noruega. La mitad de los restantes estaban en reparaciones o mantenimiento y de los que restaban la mitad estaban en operaciones en el Atlántico. Para atacar las costas de EEUU, entre el Cabo Hatteras y el Golfo de San Lorenzo, Doenitz apenas pudo contar con cinco submarinos. La operación denominada Paukenschlag (Redoble de Tambor), fue concebida con el fin de paralizar el tráfico a lo largo de las costas, reduciendo así la navegación mercante que transportaba petróleo y otras materias primas rumbo a las zonas industriales de las costas de EEUU. Cinco submarinos no era una cantidad suficiente, pero la experiencia de los comandantes multiplicaba el daño que podían causar de manera considerable.
Mediante una gradual penetración dentro del Golfo de México, entre el 16 y el 25 de diciembre de 1941, Doenitz esperaba debilitar las escoltas aliadas hasta el punto del colapso, eso es lo que esperaba el Almirante debido a lo poco protegidas que eran las rutas del comercio marítimo en el Atlántico Occidental. Lo que esperaba el Alto Mando alemán era cuando menos hundir 700.000 toneladas mensuales.
La operación de submarinos en aguas estadounidenses tomó por sorpresa a las fuerzas de defensa de los EEUU y Canadá. El poderoso grupo Paukenschlag, seguido de cerca por seis barcos de 740 toneladas, cruzó el Atlántico en medio de una feroz tormenta que los siguió hasta llegar a las costas americanas cerca a Terranova. A mediados de 1942, los barcos de abastecimiento eran vitales para los pequeños submarinos clase VIIC dada la distancia que los separaba de los puertos franceses y por eso fueron estacionados a 1000 kilómetros de Nueva York.
En esa época, los mercantes estadounidenses y sudamericanos navegaban libremente con luces encendidas de noche y utilizando libremente la banda de radio de 600 metros con cumunicados acerca de temas triviales o vitales concernientes a sus posiciones, la navegación, el curso de los destructores y en cuanto a las ciudades costeras, la vida se desenvolvían normalmente como en tiempos de paz, con plena iluminación en las noches y con las estaciones de radio operando normalmente, una ayuda incalculable para la navegación, no sólo para los mercantes sino también para los submarinos. En circunstancias como esas fue fácil para los U-Boot lograr su primer hundimiento cuando el buque cisterna SS Norness recibió el primer torpedo. Mientras se iba a pique, el operador de radio informó haber tocado una mina, cuando en realidad fue víctima del primer torpedo alemán
El grupo Paukenschlag, pasaba el día en el fondo del mar y emergían en la oscuridad buscando víctimas. Así, debidamente emboscado, pronto se adjudicó el hundimiento de varios buques entre Cabo Hatteras y la isla de Cabo Bretón. Desde el principio estos submarinos encontraron muchos blancos frente a las costas de Carolina Capes, descubriendo muchos mercantes desarmados. En ausencia de convoyes, la llamada "Rudeltaktik" (Manadas de Lobos acechando a sus presas) era innecesaria. Operando individualmente, los U-Boots con sus cubiertas a flor de agua despachaban a sus víctimas con fuego de artillería o torpedos. Las pérdidas globales en tonelaje mercante fueron en ascenso debido a esta operación. La cifra de 124.070 toneladas hundidas por submarinos en diciembre, ascendió a 327.357 toneladas en enero, 467.451 toneladas en febrero y 537.980 toneladas en marzo. En ese último mes 28 buques, con 159.340 toneladas, fueron hundidos en la frontera marítima occidental, solamente. Más de la mitad eran buques-tanque. El U-123 había hundido 8 barcos (53.000 tn), el U-66 hundió 5 barcos (50.000 tn), y el U-130 hundió 4 barcos (31.000 tn).
Contra esa oleada de hundimientos, las medidas estadounidenses para defender la navegación fueron ineficaces, a pesar del hecho notable de que Doenitz nunca mantuvo más de una docena de submarinos en el Atlántico Occidental. Por las necesidades surgidas en el Pacífico y a continuos traspasos de destructores de los convoyes del Atlántico del Norte a otras comisiones, el comandante de la frontera marítima occidental de EEUU, vicealmirante Adolphus Andrews, contaba con muy escasas fuerzas de superficie y tan sólo con nueve aviones Catalina de patrulla al finalizar 1941. A pesar de que para finales de marzo de 1942 tenía 170 aviones del ejército y la marina para patrullar la costa, Andrews consideraba que sus cien naves, contando destructores, guardacostas, yates adaptados y buques de pesca de altura armados, eran insuficientes para proteger a los convoyes costeros.
Convencido de que "un convoy sin protección adecuada era peor que un convoy sin ninguna protección", opinión contraria a la experiencia bélica británica, la frontera marítima occidental recurrió a una serie de medidas de emergencia, incluyendo grupos de caza, patrullas "ofensivas", barcos disfrazados ("Barcos Q") con artillería oculta para hacer que los submarinos emerjan e intenten hundirlos a cañonazos. El escaso valor de esas medidas se hizo evidente pues durante los primeros tres meses de la Operación Paukenschlag ni un solo submarino alemán fue hundido. Las tripulaciones de los submarinos llamaban a esta época "El segundo tiempo feliz" de los submarinos U Both.
El mando naval estadounidense debió tomar medidas drásticas para evitar una catástrofe en la navegación, ya que en marzo las pérdidas totales de mercantes aliados habían aumentado hasta 800,000 toneladas por primera vez en la guerra. En febrero los británicos habían dado a los Estados Unidos 24 dragaminas y 10 corbetas, todos provistos con el más moderno equipo asdic (sonar). El primer paso en firme para proteger a los convoyes costeros fue el establecimiento de las llamadas "Bucket Brigades", que consistían en pequeños convoyes que navegaban escoltados durante el día y por la noche anclaban en bahías y caletas protegidas. A mediados de abril, el Almirantazgo disminuyó la frecuencia de los viajes de sus convoyes de cinco a siete días, aumentando el número de mercantes en los convoyes que zarpaban de Halifax y transfiriendo dos grupos de barcos escolta a aguas americanas. Pero, al aumentar el número de mercantes en los convoyes reducía la eficacia de la escolta que debía ser más numerosa para brindar una protección adecuada.
Le tomó a EEUU otro mes establecer un sistema adecuado de convoyes en la costa este. Los submarinos ya habían hundido 87 barcos con 514.366 toneladas frente a esas costas durante los primeros cuatro meses. Pero Doenitz prontamente comenzó a mover sus submarinos enviándolos al Sur, cuando aparecieron los convoyes, sin hacer ningún esfuerzo para atacarlos en manada. Los alemanes aumentaron los hundimientos en el Golfo de México y el Caribe, donde aún no se implantaba el sistema de convoyes, hundiendo en mayo 41 barcos, con un total de 219.867 toneladas. Casi la mitad de éstos eran buques-tanque torpedeados frente a las Bocas del Mississippi. Este número de hundimientos se redujo al establecerse el sistema entrelazado de convoy, que permitía que los convoyes fueran entregados en el mar con una escolta de buques de la flota de barlovento (3)
Los alemanes detenidos fueron detenidos y confinados sin juicio por tiempo indefinido en el Distrito Junín del Estado Táchira, las actividades del grupo se limitaron a preparar explosivos en contra de los barcos mercantes aliados, medidas propuestas por la sucursal Abwech de Hamburgo, medida que no se realizaron por “las medidas de precaución…qué sería inútil intentar actos de sabotaje”. Kart Rogggerman recluta un número de agentes de la comunidad germano-venezolana, que eran perseguidos para ser recluidos en el campo de concentración en campo para espiar el tráfico mercante en Guanta, La Guaira, Puerto Cabello y Maracaibo. Roggerman sacó “planos en perspectivas y vistas fotográficas de los puntos clave para el sabotaje, especialmente de los puertos marítimos” (1), Roggerman tenía la cubierta de Gerente del Banco Alemán Antioqueño de Caracas, viajó a Bogotá a sostener una entrevista con el Doctor George Blass, el masterman (el espía maestro encargado por la sede de Hamburgo en dar las instrucciones para recibir instrucciones), darle tinta invisible y una clave especial para su AFU, que se comunicará con Buenos Aires o con las manadas de lobo(2).
Unos de los principales personajes en detener y perseguir a los agentes alemanes, y en hacer amistad con los americanos e ingleses, sería el temible Pedro Estrada, Jefe de la Policía de Caracas, quien era el encargado en coordinar las actividades de las policías municipales con El Servicio Secreto de los Estados Unidos y Gran Bretaña (OSS y M.I.5) bajo supervisión de Arturo Uslar Pietri, que era ficha del M.I.5 en Caracas, en coordinación con el F.B.I. y el OSS, que le sería de mucha utilidad al formar la temible Seguridad Nacional, posteriormente al huir de Caracas en 1958, lo protegerían, dándole asilo(1).
En un primer momento Acción Democrática rehusó comprometerse en un golpe de Estado. Junto con otros altos dirigentes de Acción Democrática trató de obtener un compromiso de reforma, que desembocara en elecciones presidenciales bajo sufragio directo y secreto. Cuando el gobierno de Isaías Medina Angarita respondió desdeñosamente quedó listo el escenario para su caída, bajo el amparo de los militares. El orden político post-gomecista se derrumbó el 18 de Octubre de 1945. Se había mantenido por la peculiar situación del país creada tras la Segunda Guerra Mundial contra las fuerzas del Eje, aceptando los americanos el mantenimiento de la situación por la posible crisis en el orden interno y el suministro petrolero, que afectaría a los Aliados
Atentamente
Kelder Toti
(1) “Tremendo plan de sabotaje y terrorismo nazi descubierto en Venezuela”. El País. Caracas 26 de Mayo de 1945. Tomado de la “Historia Gráfica de Venezuela. El Gobierno de Medina Angarita Mayo 1941-Octubre de 1945”. Compilación de José Rivas Rivas. Tomo II. Ediciones Torán C.A. Pág 204-205.
(2)Ibid.
(3) Se ha especulado que Pedro Estrada, llegó a ocupar un cargo en Scotland Yard, cosa totalmente infundada, se puede verificar en el acta de registro del M.I. 5, y formaba parte de su leyenda para disfrutar de su exilio dorado