30-04-2006
Cuando Benito Musolini , creyendo que el conflicto bélico terminaba sin su concurso en el bando victorioso, declaro la guerra a los aliados un 10 de junio de 1940, se encontraba en la bahía de Algeciras un barco cisterna de nacionalidad italiana. Era el Olterra, de 4.995 toneladas de registro, perteneciente a una armadora genovesa que estaba pendiente de descargar. Ante la posibilidad de que cayera en manos de los buques de guerra británicos , su capitán recibió desde Italia la orden de inutilizarlo, ya que en el momento en que se intentase salir a mar abierto con toda seguridad seria hundido o capturado por el enemigo. Asi fue embarrancado frente a la base naval de Gibraltar, en aguas españolas, y parcialmente volado, pero no destruido. Su tripulación regreso a Italia dejando en el buque un reten de cinco hombres para evitar que fuese confiscado por abandono, según las leyes del mar.
Así, permaneció el barco inmovilizado y encalladlo sin que se le prestase mucha atención hasta enero de 1942. Pero la regia Marinas cayo en la cuenta de que la situación del barco constituía un excelente observatorio de la base enemiga de Gibraltar desde el que podía observarse con toda comodidad el movimiento naval enemigo sin esfuerzo alguno; apenas eran necesario unos prismáticos. Así el estado mayor de la marina de guerra decidió que una nueva tripulación militar perteneciente a la 10ª Flotilla MAS (Mezzi Asalto Sottomarine) sustituyese en secreto al reten de marinos civiles. Sus miembros eran oficiales y suboficiales especialistas en ataques con los llamados medios sutiles (torpedos tripulados, lanchas explosivas, submarinos de bolsillo, etc). Llegaos a Algeciras a través de España como inocentes turistas, iniciaron las gestiones legales oportunas para desplazar el buque a un lugar discreto donde pudieran hacerse los trabajos necesarios para adaptarlo a su nuevo cometido.
La reparación del buque se inicio bajo el pretexto de que había sido vendida a un armador español simpatizante del, eje, que, lógicamente, quería hacer navegar de nuevo a la nave. Remolcado a una malecón de escaso movimiento, se iniciaron las reparaciones oportunas bajo la atenta vigilancia de los agentes británicos de la zona alarmados por los movimientos del Olterra, en el que ya habían reparado, la presencia del barco incomodaba a los británicos, aunque ellos nada sospechaban.
Los militares italianos llegaron a la conclusión de que, además de un punto de observación, el barco bien podía ser utilizado directamente para fines bélicos como base oculta de torpedos tripulados para atacar Gibraltar. Este era el verdadero objetivo de los hombres de la 10ª Flotilla.
Con la disculpa de la puesta a punto que todo barco necesita tras un largo periodo de inactividad para hacerse a la mar se embarcaron herramientas sopletes y demás materiales necesarios para los trabajos. Secretamente se le practico una abertura en el casco por debajo de la Linea de flotación, es decir en la obra viva, de manera que los artefactos pudieses entrar y salir sin ser observados.. En las tripas del buque se monto un taller poco a poco un completo taller para el mantenimiento , montaje y reparación de torpedos. Los materiales necesarios llegaban a España como equipo industrial o bien en valija diplomática.
El mando directo de toda la operación lo ostentaba el teniente de navío Visintini, quien desarrollo una gran eficiencia en el desempeño de su trabajo. Este oficial ya había penetrado buceando en Gibraltar meses antes y hundido un petrolero para escapar después tranquilamente por tierra españolas. Los británicos pese a sus esfuerzos, no descubrieron nada anormal en el trajín del buque que sometían a permanente vigilancia. Como la nave no estaba en condiciones de alojar peces tripulados los italianos decidieron utilizar minas par a hundir lo barcos mercantes fondeados en Gibraltar.
A partir de primeros de julio de 1942 ,por los medios mas dispares para mantener el secreto de la operación, comenzaron a llegar a Algeciras algunos jóvenes y atléticos italianos como aparentes turistas que discretamente terminaban recalando en el Olterra. Naturalemte eran los buzos e combate que se concentraban para asestar el golpe a los británicos.
El domingo 14 de julio de 1942 los buzos salieron nadando sigilosamente por el costado abierto del Olterra. Esperan que en la noche del sábado o domingo la vigilancia seria mas relajada. Cerca ya del amanecer Gibraltar se convulsiona con la explosión casi simultanea de cuatro mercantes anclados en la rada de la base. En ese mismo momento en Olterra, donde ya se encontraban los buzos atacantes, se festeja la hazaña con buenos caldos españoles.
Dos meses dejaron los italianos de respiro a sus enemigos. El domingo 15 de septiembre volo por los aires otro carguero británico.
A principios de diciembre ya se encontraban operativos los torpedos tripulados por lo que se decidio atacar a los Portaviones Formidable y Victorius que se encontraban fondeados en Gibraltar. En plena oscuridad tres torpedos tripulados, al mando de Visintini, salieron de la barriga del Olterra y se deslizaron silenciosamente hacia la roca.. Pero esa noches la suerte no acompañó a los italianos: Visintini y el Suboficial Magro murieron , los tripulantes del segundo torpedo fueron descubiertos y hechos prisioneros y los tripulantes del tercer torpedo decidieron hundirlo y escapar pero solo uno consiguió hacerlo.
Este fracaso obligo a suspender las operaciones por un tiempo y aunque los trabajos en el Olterra no acababan de ponerlo a punto los suficiente para navegar tras casi año y medio de laborar en el, nadie se extrañaba.
El 18 de mayo de 1943, una otro trío de torpedos tripulados por seirs hombres salia silenciosamente. Horas después tripulantes y torpedos estaban de vuelta. Casi al amanecer tres mercantes enemigos se hundían. Sin embargo esa noche no hubo celebraciones: la marcha dela guerra era funesta para el eje.
Y aquí acabo la inmóvil carera militar del Olterra, que sin navega una milla hundió mas de 30.000 toneladas de buques enemigos. Probablemente un caso único en la historia. Italia se rindió en septiembre de 1943. Hasta después del armisticio, cuando los propios italianos revelaron el misterio a sus antiguos enemigos, el asunto del Olterra permaneció en el mas absoluto de los secretos.
En 1975 se rodó una película sobre el Olterra cuyo titulo es la donna che venne del mare, interpretada por Vittorio de Sica y sandra Milo, su director fue Francesco de Robertis.
Fuente: Revista Historia Año XXIV Nº 295. Pag. 102