01-08-2007
OLIMPÍADAS DE BERLÍN, 1936
- HITLER & JESSE OWENS -
UNA MENTIRA DE 50 AÑOS
La prensa "internacional" hace años que viene repitiendo que el excepcional atleta Jesse Owens, conquistador de 4 medallas de oro en las Olimpíadas de 1936 en Berlín; que habrían sido organizadas para mostrar al mundo la superioridad de la raza aria; habría desmoralizado ésta raza; Hitler no lo habría saludado por ser negro, y habría quedado tan irritado con sus victorias, que terminó abandonando el Estadio... Últimamente están sofisticando más el asunto y ya fue publicado que el Führer espumaba de rabia....
Una noticia de éste tipo tiene tres objetivos por lo menos, ya que nunca entraron en detalles sobre aquella olimpíada:
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Racismo contra los negros.
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Supone la idea de derrota y desmoralización alemana.
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Quien espuma de rabia esta loco.
Los Homenajeados Publicamente por Hitler
El rotativo "Correio do Povo" de Porto Alegre, en su reportaje del 5 de agosto de 1936, nos cuenta lo que sucedió en Berlín el día 2 de agosto de 1936, primer día de competiciones:
"Hitler presenció parte de las pruebas en el estadio, se hizo presentar a los vencedores de las modalidades que acababa de presenciar desde la tribuna oficial. Felicitó personalmente a la Srta. Fleischer de Alemania, por su victoria en el lanzamiento de jabalina. El director deportivo, Von Tschammer Osten, le presentó también a las señoritas Kurgen, de Alemania, 2ª colocada, y Knasnievska de Polonia, la tercera colocada. Más tarde, Hitler saludaría personalmente a los tres finlandeses de los 10.000 metros; al alemán Woellke, vencedor de lanzamiento de peso, y los segundo y tercero respectivamente; el finlandés Baerlunde y el alemán Stoeck."
"Después de esto, y antes de retirarse del estadio, de acuerdo con la información del Sr. K. C. Duncan, secretario general de la Asociación Olímpica Británica, — los miembros del C.O.I. (Comité Olímpico Internacional) solicitaron al Führer que se abstuviese de continuar saludando públicamente a los vencedores de cada prueba. [3] Esto sucedió en el momento en que CORNELIUS JOHNSON, (Y NO JESSE OWENS) atleta negro estadounidense, estaba siendo laureado con medalla de oro en salto de altura."
LA PRIMERA MEDALLA DE ORO DE JESSE OWENS
En la prueba final de los 100 metros, venció Jesse Owens, como ya era esperado por el público que lo había visto batir el record mundial en las eliminatorias. El tiempo de la prueba final fue de 10.3 segundos, igualando el record olímpico.
Al respecto, el "Correio do Povo" de 4/VIII/1936, publicó: "Después de triunfar en los 100 metros, Jesse Owens declaró a los reporteros: "Es difícil imaginar mi felicidad. Cuando corría, hubo un momento en que me pareció que tenía alas. Todo el estadio se mostraba tan animado, que me contagió y corrí con más alegría; pareciendo que había perdido el peso de mi cuerpo. El entusiasmo deportivo de los espectadores alemanes me impresionó profundamente, especialmente la caballeresca actitud del público. Pueden decir a todos que agradecemos la hospitalidad germana." Era su primera medalla de oro.
SALTO DE LONGUITUD.
Su segunda medalla de oro fue conseguida en el salto de longitud, en disp*ta con el atleta alemán Lutz Long, que en la serie había igualado al fantástico atleta negro con 7,87 metros. Entonces, Owens en su último salto, alcanzó los 8,06 metros, un record que se mantendría mundialmente invicto por 24 años. Long, ansioso por superar la marca de Jesse, saltó por última vez, fracasando sin embargo. Hay que tener en cuenta el espíritu deportivo que existió en ésta olimpíada; pues después de la victoria, Jesse comentó que venció gracias a los consejos recibidos de su principal competidor, el "ario" Long, que le recomendó hacer una marca en el suelo y tomarla como referencia antes de saltar, del cual fue amigo íntimo hasta que falleció en combate en la IIGM, en la batalla de San Pietro. Owens conoció a su familia y concluida la guerra, Owens visitó a la familia del alemán y fue invitado de honor al casamiento de su hijo en 1960.
TERCERA Y CUARTA MEDALLAS: HOMENAJE
Ya como ídolo del PUEBLO ALEMÁN, desde las eliminatorias, de los 100 metros, Jesse se prepara para su tercera medalla de oro, en los 200 metros llanos. Pese al mal tiempo, el estadio para 110.000 personas estaba lleno, como siempre, nadie quería perder él espectáculo. En las eliminatorias él ya había arrasado con el record mundial en 21,3 segundos. Desde la salida Jesse tomó la delantera y cruzó la llegada en 20,7 segundos mejorando su record olímpico y mundial. Hitler también presenció ésta prueba, para la cual los alemanes no pudieron clasificarse.
Los alemanes habían preparado una ceremonia especial para Jesse Owens, en previsión de su victoria. Los tres vencedores, 1º, 2º y 3º colocados en ésta prueba se alinearon en una tribuna especialmente construida, adornada con ramos verdes y áureos, frente al palco oficial, donde, además del Führer, estaban los invitados de honor. Jesé estaba en el medio, ligeramente arriba del ganador de la medalla de plata, a su derecha, y del tercero colocado a su izquierda.
En 1936, Owens viaja a Berlín, Alemania, para participar con el equipo de Estados Unidos en los Juegos Olimpicos . Adolf Hitler estaba utilizando estos juegos para mostrar al mundo una renaciente Alemania nazi. Hitler y otros miembros del gobierno tienen grandes esperanzas en que los atletas alemanes dominen los juegos con sus victorias. Mientras tanto, la propaganda nazi, promueve el concepto de la superioridad de la raza aria y muestra a los de origen africano (llamándolos bastardos de Renania) como inferiores.
Owens causa una gran sorpresa al ganar cuatro medallas de oro: el 3 de agosto en los 100 metros lisos derrotando a Ralph Metcalfe; el 4 de agosto en salto de longitud, después de unos amables y útiles consejos de su rival alemán Lutz Long; el 5 de agosto en 200 metros lisos; finalmente, junta al equipo de relevos 4x100 metros consigue su cuarta medalla el 9 de agosto. Esta marca de cuatro medallas de oro en unas olimpiadas no fue igualada hasta 1984 por Carl Lewis.
El primer día, Hitler sólo aplaudió con las victorias de Alemania, y hay quien afirma que se negó a dar la mano a Cornelius Johnson, que era afroamericano, aunque según el portavoz de Hitler, este salió del estadio antes de lo previsto. Los directivos del comité Olímpico insisten a Hitler en que aplauda a todos los medallista o a Ninguna. Hitler opta por la segunda opción y no está en las siguientes presentaciones de medallas.
Owens, en su autobiografía (The Jesse Owens Story, 1970), cuenta como posteriormente Hitler le saludó de todas maneras:
When I passed the Chancellor he arose, waved his hand at me, and I waved back at him. I think the writers showed bad taste in criticizing the man of the hour in Germany.
Cuando pasé, el Canciller se levantó, me saludó con la mano y yo le devolví la señal. Pienso que los reporteros tuvieron mal gusto al criticar al hombre del momento en Alemania.
Owens fue aclamado por 110.000 personas en el Estadio Olímpico de Berlín y más tarde, muchos berlineses le pedían autógrafos cuando le veían por la calle. Durante su estancia en Alemania, estaba excluido de la ciudadanía bajo la Ley de Ciudadanía del Reich del 15 de septiembre de 1935. Sin embargo, a Owens se le permitió viajar y hospedarse en los mismo hoteles que los blancos, lo cual en ese momento no dejaba de ser una ironía, ya que los afroamericanos en los EE.UU. no tenían igualdad de derechos.
Después de un parada de la bolsa de Nueva York en su honor, Owens vuelve a su trabajo de botones en el hotel Waldorf-Astoria. Más tarde contaría:
When I came back to my native country, after all the stories about Hitler, I couldn't ride in the front of the bus. I had to go to the back door. I couldn't live where I wanted. I wasn't invited to shake hands with Hitler, but I wasn't invited to the White House to shake hands with the President, either.
Cuando volví a mi país natal, después de todas las historias sobre Hitler, no pude viajar en la parte delantera del autobús. Volví a la puerta de atrás. No podía vivir donde quería. No fui invitado a estrechar la mano de Hitler, pero tampoco fui invitado a la Casa Blanca a dar la mano al Presidente.
El entonces presidente de los Estados Unidos de América, Franklin Delano Roosevelt, se rehusó recibir a Owens en la Casa Blanca. Roosevelt se encontraba en campaña de re-elección y temía las reacciones de los estados del Sur (notoriamente segregacionistas) en caso de rendirle honores a Owens. Este comentó más tarde que fue Rossevelt quien lo trató con brusquedad.
Después de la Olimpiadas [editar]Después de los Juegos, tuvo muchas dificultades y pasó a ser un promotor del deporte, esencialmente un animador de espectáculos. Su autopromoción acabó eventualmente convirtiéndole en relaciones públicas en Chicago, incluyendo una larga temporada como pinchadiscos de música jazz. En 1968, Owens recibe algunas críticas por apoyar los turbulentos disturbios raciales que sucedieron en los Juegos Olímpicos de México de ese año.
Jesse Owens fue premiado con la Medalla Presidencial de la Libertad de los EE.UU. en 1976 por Gerald Ford y, a título póstumo, la Medalla de Oro del Congreso por George H. W. Bush el 28 de marzo de 1990.
En 1984, una calle de Berlín fue renombrada con su nombre, al igual que una escuela secundaria en el distrito Lichtenberg.
Owens, fumador de un paquete de tabaco diario durante 35 años, muere el 31 de marzo de 1980 con 66 años de edad debido a un cáncer de pulmón, en Tucson, Arizona. Es enterrado en el cementerio Oak Woods de Chicago.
curioso texto extraido de wikipedia.